Los talibanes prometen respetar los derechos de las mujeres pero ¡°dentro de la ley isl¨¢mica¡±
El grupo anuncia una amnist¨ªa general mientras el l¨ªder pol¨ªtico de la milicia regresa a Afganist¨¢n por primera vez en 10 a?os
En un inusitado ejercicio de relaciones p¨²blicas, los talibanes han convocado este martes una conferencia de prensa en Kabul para explicar su proyecto de gobierno para Afganist¨¢n. El portavoz del grupo, Zabihullah Mujahid, ha tratado de tranquilizar sobre sus intenciones tanto a los afganos como a la comunidad internacional. Ha reiterado la concesi¨®n de una amnist¨ªa general, que van a respetar los derechos de las mujeres en el marco del islam y que no van a permitir que el Emirato Isl¨¢mico sirva de base para grupos que amenacen a otros pa¨ªses. Respecto a las mujeres, el dirigente ha llegado a vaticinar que ¡°estar¨¢n contentas de vivir bajo la shar¨ªa¡±, sin aclarar cu¨¢les ser¨¢n las nuevas reglas. Poco antes de su intervenci¨®n, ha aterrizado en la ciudad meridional de Kandahar el l¨ªder pol¨ªtico talib¨¢n, Abdul Ghani Baradar, quien se perfila como pr¨®ximo presidente.
Tras la usual lectura de unos versos del Cor¨¢n, Mujahid ha dado la bienvenida a los periodistas con una especial menci¨®n a los representantes de medios internacionales. El gesto no era fortuito y ha marcado el tono de su mensaje, tan dirigido a los afganos como a los gobiernos extranjeros, que estos d¨ªas escrutan los movimientos de los nuevos gobernantes en busca de signos que permitan aventurar sus intenciones.
El portavoz ha dejado claro desde el primer momento que ven su regreso al poder como la recuperaci¨®n de un puesto leg¨ªtimo. ¡°Despu¨¦s de 20 a?os de lucha, hemos emancipado nuestro pa¨ªs y expulsado a los invasores de nuevo; es un momento de orgullo no solo para un grupo, sino para toda la naci¨®n, a la que felicitamos por ello¡±, ha dicho en un primer gui?o hacia sus conciudadanos m¨¢s recelosos.
A continuaci¨®n, Muhajid ha reiterado que el Emirato Isl¨¢mico de Afganist¨¢n, el nombre con el que los talibanes rebautizaron su pa¨ªs cuando durante su dictadura (1996-2001), ¡°no va a vengarse de nadie¡± ni convertirse en ¡°un campo de batalla para nadie¡±. Son, ha dicho el portavoz, las instrucciones del ¡°emir al muminin¡±, o l¨ªder de los creyentes, como se refieren al jeque Haibatullah Akhundzada, su m¨¢ximo dirigente desde 2016.
Unas horas antes, un miembro de la comisi¨®n cultural del grupo, Enamullah Samangani, hab¨ªa anunciado una amnist¨ªa general en la televisi¨®n estatal. El gesto, dijo, se dirige sobre todo a los funcionarios, a quienes exhort¨® a volver al trabajo, y a las mujeres, a las que anim¨® a colaborar con su Gobierno. Mujahid ha insistido en ambos extremos, al precisar que el perd¨®n se extiende incluso a los miembros del anterior aparato militar y aquellos que han trabajado con las fuerzas extranjeras. ¡°Nadie ir¨¢ a registrar sus casas¡±, ha asegurado.
El Emirato Isl¨¢mico tambi¨¦n se compromete, seg¨²n ambos, a respetar los derechos de la mujer. ¡°Vamos a permitir que trabajen y estudien dentro del marco de la ley isl¨¢mica¡±, ha declarado el portavoz (un l¨ªmite que tambi¨¦n ha marcado para los medios de comunicaci¨®n). ¡°Nuestras mujeres son musulmanas y tambi¨¦n estar¨¢n contentas de vivir bajo la shar¨ªa¡±, ha a?adido. Preguntado que significaba eso en concreto, ha respondido que, por ejemplo, ¡°las mujeres podr¨¢n trabajar en la sanidad y otros sectores donde se las necesite¡±.
Es la misma ambig¨¹edad que los dirigentes de la milicia vienen mostrando en los ¨²ltimos a?os, pero que supone un avance respecto al quinquenio durante el que gobernaron. Entonces, prohibieron que las afganas estudiaran y trabajaran, confin¨¢ndolas en el hogar. Para salir de casa se les exig¨ªa ir acompa?adas de un hombre de su familia y cubrir las formas de su cuerpo con un burka (un say¨®n que cubre de la cabeza a los pies, con una rejilla al altura de los ojos).
Presionado sobre si iban a pronunciar leyes en ese sentido, Mujahid ha remitido al futuro Gobierno que est¨¢ form¨¢ndose y que ha dicho que estar¨¢ listo en los pr¨®ximos d¨ªas. ¡°Va a ser un Gobierno isl¨¢mico fuerte y que incluya a todos¡±, ha subrayado. A ese respecto todos los ojos est¨¢n puestos en Baradar, quien fuera cofundador de la milicia junto con el ya fallecido cl¨¦rigo Omar, y que ahora se ha convertido en su l¨ªder pol¨ªtico. El cl¨¦rigo-comandante, que ha dirigido las negociaciones con Estados Unidos en Qatar para la retirada de las tropas, ha regresado este mismo martes, despu¨¦s de 10 a?os de ausencia de Afganist¨¢n.
M¨¢s claro ha sido Mujahid en su mensaje al exterior. ¡°Las embajadas son de una importancia crucial para nosotros. Queremos garantizarles su completa seguridad. Tambi¨¦n a las organizaciones internacionales y las agencias humanitarias. No vamos a permitir que nadie les haga da?o. Nuestros hombres estar¨¢n disponibles 24 horas para protegerlas¡±, ha se?alado. Incluso ha hecho una menci¨®n expresa a Estados Unidos cuando ha dicho a la comunidad internacional que no van a permitir que nadie les ataque en su suelo.
El portavoz ha atribuido a criminales y alborotadores los asaltos y robos que se han producido en los d¨ªas pasados. ¡°No queremos ver caos en Kabul¡±, ha asegurado antes de revelar que su plan era parar su avance a las afueras de Kabul ¡°hasta que se hubiera completado el traspaso de poder¡±, pero que se sintieron obligados a entrar ¡°por la incompetencia del anterior Gobierno y sus fuerzas de seguridad¡±.
El horizonte pol¨ªtico, pese a todo, arroja muchas dudas. Al conocer los mensajes de los talibanes, el vicepresidente de Ghani, Amrullah Saleh, se proclam¨® ¡°el presidente leg¨ªtimo en funciones¡± de Afganist¨¢n. Se desconoce si cuenta con alg¨²n apoyo interno.
Dos d¨ªas despu¨¦s de haberse hecho con el poder, la milicia ha logrado mantener Kabul en calma, pero la incertidumbre est¨¢ ralentizando la vuelta a la normalidad. Muchos afganos entre las ¨¦lites educadas de los centros urbanos, las mujeres y los j¨®venes recelan de sus promesas. Algunas noticias de las ciudades que han ido conquistando contradicen su mensaje. Tanto periodistas como defensores de derechos denuncian que los milicianos tienen listas de personas que han cooperado con el Gobierno o con organismos internacionales y que les est¨¢n buscando. Algunos de ellos, sobre todo las activistas, han decidido esconderse hasta que se aclare la situaci¨®n.
Da la impresi¨®n de que los talibanes intentan evitar que m¨¢s afganos huyan del pa¨ªs por temor a sus represalias o a su r¨¦gimen. Las ca¨®ticas escenas que se vivieron la v¨ªspera en el aeropuerto de Kabul, con miles de personas saltando a las pistas tratando de entrar en alg¨²n avi¨®n que les saque del pa¨ªs, enviaban un poderoso mensaje de rechazo. Los soldados estadounidenses que han tomado el aer¨®dromo y las fuerzas afganas que les apoyan lograron restablecer el orden y reanudar los vuelos de evacuaci¨®n para los extranjeros, el personal de las embajadas y el personal local que les ha ayudado durante estos a?os.
La bandera afgana resiste en el Consulado en Dub¨¢i
Sobre el Consulado General de Afganist¨¢n en Dub¨¢i a¨²n no ondea la bandera blanca con la 'shahada', o profesi¨®n de fe del islam, impresa en negro, que los talibanes han izado en Kabul desde el pasado domingo. Todav¨ªa luce la bandera negra, roja y verde con el emblema de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Afganist¨¢n, el nombre que el pa¨ªs asi¨¢tico ten¨ªa hasta ahora. Dentro, el retrato de Ashraf Ghani, el presidente que ese d¨ªa abandon¨® deshonrosamente el pa¨ªs, sigue vigilando la recepci¨®n y los despachos.
Tambi¨¦n los funcionarios, un muestrario de la diversidad ¨¦tnica del pa¨ªs, se comportan como si nada hubiera pasado. Es una falsa impresi¨®n. El nerviosismo est¨¢ a flor de piel. ¡°No sabemos si podremos volver¡±, admite una secretaria que pone su mejor cara ante la extranjera. ¡°Mi familia est¨¢ bien. Por ahora¡±, a?ade. Lo m¨¢s duro es no saber, la incertidumbre.
¡°Desconozco si van a cambiar los procedimientos o si seguiremos utilizando los mismos formularios. El ministerio [de Exteriores] estuvo cerrado ayer [por el lunes] y estamos esperando a ver si hoy tenemos noticias¡±, conf¨ªa un responsable de la secci¨®n de visados cuyas ojeras indican que se ha pasado buena parte de la noche despierto. Tal vez intentando tener noticias de casa. Ante ¨¦l una sala de espera inusitadamente vac¨ªa. No hay contratistas extranjeros ni periodistas esperando que les sellen el pasaporte. Tampoco hay vuelos comerciales a Afganist¨¢n.
M¨¢s optimista, R. H, que por su juventud no conoci¨® la dictadura talib¨¢n, se muestra convencido de que las cosas no ser¨¢n como entonces. ¡°No es posible. No pueden volver a las normas que aplicaron. La gente se sublevar¨ªa¡±, asegura. Resulta improbable que la sublevaci¨®n se inicie en esta legaci¨®n. La cuesti¨®n es cu¨¢nto tardar¨¢n en cambiar la bandera y cu¨¢l ser¨¢ su destino entonces.
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