Los islamistas del PJD en Marruecos aspiran a un tercer mandato, pese a atravesar su peor momento
El pa¨ªs celebra este mi¨¦rcoles elecciones legislativas, regionales y locales, tras 10 a?os en el poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo
Marruecos celebrar¨¢ este mi¨¦rcoles 8 de septiembre las elecciones legislativas, regionales y municipales, por primera vez en la misma jornada. El objetivo de aunar los tres comicios es aumentar la participaci¨®n en plena pandemia, con el pa¨ªs bajo un toque de queda a las nueve de la noche como medida sanitaria. Hay muchos cargos pol¨ªticos que pueden cambiar de manos, aunque los ministerios del Interior, de Asuntos Isl¨¢micos y Exteriores seguir¨¢n dependiendo directamente del Palacio Real.
Ninguno de los principales partidos con opciones de ganar las legislativas presenta una mujer como principal candidata. Todos son varones y, en su mayor¨ªa, mayores de 50 a?os. No obstante, los esca?os reservados a mujeres pasan de 60 a 90, sobre un total de 395. Y en las regionales y locales, la cuota reservada para mujeres es de un tercio.
David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra y miembro del Laboratoire M¨¦diations de la Universidad de la Sorbona, indica que los j¨®venes y las mujeres han sido colocados en lugares visibles en las campa?as de las redes sociales. ¡°Pero, cuando se miran las listas, las mujeres y los j¨®venes aparecen en los ¨²ltimos puestos, con pocas opciones de ganar¡±, advierte. ¡°Habr¨¢ que ver si despu¨¦s de las elecciones acceden a responsabilidades en el Gobierno o en los consejos regionales o municipales¡±.
El Parlamento saldr¨¢ m¨¢s atomizado de lo que habitualmente suele estar la C¨¢mara de Representantes marroqu¨ª, en virtud de una ley electoral aprobada por el Ministerio del Interior este a?o. Obtener una mayor¨ªa absoluta en Marruecos es impensable desde 2011, cuando la Primavera ?rabe impuls¨® una nueva Constituci¨®n. El rey accedi¨® entonces a recortar sus poderes, pero se cuid¨® de que ning¨²n estamento pudiera hacerle sombra. Ahora, la mayor¨ªa absoluta es m¨¢s improbable que nunca. La norma electoral implantada este a?o, que perjudica sobre todo a los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), introduce un nuevo cociente para obtener esca?os, de tal forma que es casi imposible que un partido gane m¨¢s de un diputado por circunscripci¨®n. Y alienta la incorporaci¨®n de peque?os partidos en el Parlamento, al suprimir la barrera del 3% del total de votos, hasta ahora indispensable para acceder a la C¨¢mara baja. La formaci¨®n ganadora se ver¨¢ obligada a formar un Gobierno de coalici¨®n, como viene ocurriendo desde 2011.
A pesar de todos los pesares, sigue habiendo mucho en juego.
Est¨¢ por ver si los islamistas del PJD, que llegaron al poder en 2011 y atraviesan su peor momento, consiguen seguir al frente del Gobierno. Tambi¨¦n ser¨¢ interesante observar si logran mantener las alcald¨ªas de las grandes ciudades, como Casablanca, Rabat, T¨¢nger, Marrakech, Agadir, Fez o Mekn¨¦s, y de otras decenas de municipios de tama?o medio.
El principal activo del PJD ante su electorado es que tras 10 a?os en el poder no ha sido alcanzado por ning¨²n caso de corrupci¨®n grave. Eso significa mucho en Marruecos. Ese factor fue clave para que en las legislativas de 2016 el PJD consiguiera 125 diputados de los 395 del total, 18 esca?os m¨¢s de los que hab¨ªan logrado en las legislativas de 2011. Pero entonces, estaba al frente de la formaci¨®n el pol¨ªtico m¨¢s carism¨¢tico del pa¨ªs, Abdelil¨¢ Benkir¨¢n. El rey Mohamed VI lo destituy¨® seis meses despu¨¦s de vencer en las elecciones y nombr¨® en su lugar a Saaded¨ªn el Otmani, quien ha ejercido hasta el momento como jefe del Gobierno y secretario general del PJD.
El Otmani no solo carece del carisma de Benkir¨¢n, sino que se ha destacado por una aceptaci¨®n plena de las consignas del Palacio Real. El primer ministro asumi¨® la nueva hoja de ruta cuando el Palacio decidi¨® el pasado diciembre que hab¨ªa que normalizar las relaciones con Israel, al mismo tiempo que Estados Unidos reconoc¨ªa la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el S¨¢hara Occidental. Y lo hizo, a pesar de que tanto ¨¦l como su partido se hab¨ªan opuesto desde siempre a una normalizaci¨®n con Israel. En las redes sociales estallaron las cr¨ªticas de sus militantes, que se expresaron a favor de los palestinos. El carism¨¢tico Benkir¨¢n, desde fuera del Gobierno, le ech¨® una gran mano tanto a El Otmani como a Mohamed VI, al declarar que hab¨ªa que primar los intereses del Estado sobre los del partido. El PJD ha superado la crisis sin fracturarse, pero est¨¢ por ver cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n de sus votantes.
Una treintena de partidos concurren a las legislativas sobre un censo de 18 millones de personas. Entre los principales rivales de los islamistas se encuentra el Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI), liderado por Aziz Ajanuch, de 60 a?os, ministro de Agricultura desde hace 14 a?os, y el hombre m¨¢s rico del pa¨ªs, despu¨¦s del rey. Y el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), segunda fuerza en el Parlamento.
David Goeury prev¨¦ que despu¨¦s de la reforma sobre el cociente electoral ser¨¢ muy dif¨ªcil que ning¨²n partido sobrepase los 100 esca?os (sobre un total de 395), como lo hicieron en 2016 tanto el PJD (125) como el PAM (102). Goeury considera que hay cuatro partidos que pueden llegar a los 80 diputados: el PJD, el PAM, el RNI y el Istiqlal.
Diferencia econ¨®mica abismal
La campa?a electoral, que comenz¨® el 26 de agosto, se ha desarrollado principalmente en las redes sociales, sobre todo en las grandes urbes, a causa de la pandemia. Y ah¨ª, el multimillonario ministro de Agricultura, l¨ªder del RNI, ha marcado una diferencia abismal respecto al resto de partidos. La compa?¨ªa Facebook ha publicado todo lo que han invertido en esta red desde marzo las distintas formaciones. Y el RNI ha gastado 170.000 euros (20 millones de dirhams). La cifra contrasta con la segunda formaci¨®n que m¨¢s ha invertido, el Istiqlal, con 16.600 euros. Y sobre todo, contrasta con los 239 euros que han gastado los islamistas del PJD. El polit¨®logo Goeury indica que la raz¨®n se debe a que el PJD cuenta en las ciudades con unas buenas redes de militantes, mientras que al RNI le cuesta movilizar al electorado urbano y joven y se vuelca en la publicidad de las redes para llegar a ellos.
En otras ciudades de tama?o medio, como Dajla, en el S¨¢hara Occidental, s¨ª que se ha respirado ambiente de elecciones. Un vecino, que solicita el anonimato, indica por tel¨¦fono: ¡°Aqu¨ª en Dajla todos los partidos organizan cada tarde caravanas electorales de coches, algunas de ellas con hasta 30 o 40 veh¨ªculos. Imagine 8 o 10 caravanas circulando por la ciudad y tocando el claxon. Las caravanas no se pueden cortar, tiene ese privilegio sobre el resto de coches. Si te encuentras con una, paciencia y a esperar¡¡±.
Goeury advierte que no hay que centrarse solo en las legislativas, porque las elecciones regionales y municipales son tambi¨¦n muy importantes. ¡°El PJD ha sido muy criticado por su gesti¨®n local. Esta vez solo ha podido presentar 8.681 aspirantes locales, frente a los m¨¢s de 16.000 que present¨® en 2016. Ha perdido casi la mitad de sus candidatos respecto a los ¨²ltimos comicios. Lo cual significa que ha perdido tambi¨¦n capacidad de movilizar. Y los otros partidos desean tomar el control de las regiones y de las grandes ciudades. Saben que son lugares a veces m¨¢s importantes que algunos ministerios¡±.
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