Los talibanes piden intervenir ante la Asamblea General de la ONU

El r¨¦gimen de los talibanes en Afganist¨¢n ha pedido dirigirse a la comunidad internacional y los l¨ªderes mundiales interviniendo en la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra esta semana en Nueva York. Las autoridades del autodenominado Emirato Isl¨¢mico han presentado esta petici¨®n a trav¨¦s de una carta firmada por su ministro de Asuntos Exteriores, Amir Khan Muttaqi, enviada este lunes al secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, a la que tuvo acceso al d¨ªa siguiente la agencia de noticias Reuters.

El portavoz de Guterres, Farhan Haq, ha confirmado haber recibido la misiva de Muttaqi, en la que los talibanes informaban tambi¨¦n del nombramiento de su portavoz en Doha (Qatar), Suhail Shaheen, como nuevo embajador de su pa¨ªs ante Naciones Unidas. La carta desautoriza a Ghulam Isaczai, el representante en la ONU del anterior Gobierno afgano, derrocado el 15 de agosto, que, seg¨²n precisa el escrito, ¡°ya no representa a Afganist¨¢n¡±.

Sin embargo, Haq inform¨® de que el hasta ahora representante diplom¨¢tico afgano ante la organizaci¨®n, Isaczai, hab¨ªa a su vez enviado una carta al secretario general de Naciones Unidas en la que se detalla la lista de miembros de la delegaci¨®n afgana para la sesi¨®n de la Asamblea General. Esto indica su intenci¨®n de seguir representando a su pa¨ªs ante la organizaci¨®n internacional. Ambas cartas, la de los talibanes y la de la legaci¨®n de las anteriores autoridades del pa¨ªs, han sido enviadas al comit¨¦ de acreditaci¨®n de la ONU para que decida sobre qui¨¦n debe representar a Afganist¨¢n.

Es poco probable que los talibanes alcancen su objetivo de obtener dicha acreditaci¨®n porque, para empezar, no est¨¢ previsto que el comit¨¦ encargado de concederla se re¨²na antes del pr¨®ximo lunes, cuando concluir¨¢ la reuni¨®n anual de alto nivel de la ONU. Este comit¨¦ se re¨²ne tradicionalmente en octubre o noviembre para evaluar las solicitudes de acreditaci¨®n de los pa¨ªses miembros, antes de presentar un informe para la aprobaci¨®n de la Asamblea General antes de fin de a?o.

Incluso si esa reuni¨®n tuviera lugar de forma anticipada, las posibilidades de que Naciones Unidas acredite a un r¨¦gimen que no ha sido reconocido por ning¨²n Estado del mundo parecen nulas, pues el comit¨¦ y la Asamblea General suelen actuar por consenso en lo que respecta a las acreditaciones.

En ese comit¨¦ de la ONU se sientan nueve miembros, entre ellos China y Rusia, pa¨ªses que han mantenido contactos con la milicia fundamentalista y mostrado cierta inclinaci¨®n a reconocer su gobierno. Sin embargo, otro de los asientos de esa comisi¨®n corresponde a un representante de Estados Unidos, lo que aleja a¨²n m¨¢s, si cabe, la posibilidad de que se satisfaga la demanda de los talibanes.

Si, contra estos pron¨®sticos, la ONU aceptara la solicitud de los fundamentalistas y acreditara a su embajador, los talibanes obtendr¨ªan un ¨¦xito diplom¨¢tico en su b¨²squeda de reconocimiento internacional. Este aspecto es vital pues de ese reconocimiento depende en parte el desbloqueo de los fondos de la ayuda internacional que, en los ¨²ltimos 20 a?os, han apuntalado la fr¨¢gil econom¨ªa del pa¨ªs, hasta constituir en 2020 m¨¢s del 40% del PIB afgano.

El propio secretario general de la organizaci¨®n, Guterres, hab¨ªa declarado, ya antes de recibir la carta de los fundamentalistas, que el deseo de los talibanes de que su Gobierno obtenga reconocimiento internacional es la ¨²nica palanca que tienen otros pa¨ªses para presionarles en favor de un Gobierno inclusivo que respete los derechos humanos, especialmente de las mujeres y ni?as. Hasta ahora, los talibanes no han acompa?ado de hechos su discurso conciliador, sobre todo en lo que se refiere a las afganas. En la larga lista de miembros de su Ejecutivo, anunciada el siete de septiembre, no figura ninguna mujer.

Hasta que el comit¨¦ de acreditaci¨®n tome una decisi¨®n, el anterior embajador afgano, Ghulam Isaczai, permanecer¨¢ en su puesto, seg¨²n el reglamento de la Asamblea General. De hecho, est¨¢ previsto que este diplom¨¢tico intervenga en el ¨²ltimo d¨ªa de la reuni¨®n, el 27 de septiembre. Sin embargo, la carta del r¨¦gimen talib¨¢n, arroja una sombra de duda sobre esta intervenci¨®n, pues no est¨¢ claro si alguno de los Estados miembros puede objetar que el hasta ahora representante de Afganist¨¢n ya no tiene derecho a dirigirse a la Asamblea General de la ONU.

Cuando los talibanes gobernaron por ¨²ltima vez, entre 1996 y 2001, el embajador del Gobierno afgano que derrocaron sigui¨® siendo el representante ante Naciones Unidas, pese a que la dictadura fundamentalista solicit¨® tambi¨¦n la acreditaci¨®n de un embajador, creando una situaci¨®n que recuerda a la que ahora se plantea de nuevo.

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