La presidenta de Taiw¨¢n reconoce la presencia de militares de EE UU en la isla

La presidenta de Taiw¨¢n, Tsai Ing-wen, ha reconocido por primera vez de manera oficial la presencia de soldados estadounidenses en la isla autogobernada y democr¨¢tica, en una admisi¨®n destinada a alimentar la furia de Pek¨ªn en momentos en los que la tensi¨®n entre los dos lados del estrecho de Formosa y Washington no deja de crecer. En una entrevista concedida a la cadena de televisi¨®n CNN, Tsai ha puntualizado que el grupo de militares est¨¢ all¨ª para adiestrar a las fuerzas armadas taiwanesas.

¡°Contamos con una amplia gama de cooperaci¨®n con Estados Unidos destinada a aumentar nuestra capacidad defensiva¡±, explicaba la presidenta a la cadena de televisi¨®n norteamericana en la entrevista emitida este jueves. Tsai no precis¨® el n¨²mero exacto de militares de esa nacionalidad que se encuentran destacados en la isla que China considera parte de su territorio, y se limit¨® a indicar que ¡°no son tantos como la gente cree¡±.

Tsai parec¨ªa hacer referencia a un art¨ªculo publicado a comienzos de este mes por The Wall Street Journal, en donde se aseguraba que una veintena de miembros de las fuerzas especiales y marines est¨¢n destinados en Taiw¨¢n desde hace m¨¢s de un a?o, con la misi¨®n de adiestrar a las fuerzas taiwanesas.

Las declaraciones de la presidenta llegan cuando China aumenta la presi¨®n sobre la isla mediante incursiones a¨¦reas en la zona de defensa a¨¦rea taiwanesa ¨Dcasi 150 en los cuatro primeros d¨ªas de octubre¨D y maniobras en las cercan¨ªas.

Pek¨ªn considera a la isla parte de su territorio y nunca ha renunciado a la fuerza para lograr la unificaci¨®n, aunque asegura que su preferencia es la v¨ªa pac¨ªfica. Por su parte, el Gobierno de Tsai sostiene que el futuro de Taiw¨¢n es algo que corresponde decidir a sus habitantes, entre los cuales apenas un 5% desean una anexi¨®n con China continental. La presidenta se declara partidaria de mantener el statu quo actual, pero pide un di¨¢logo con Pek¨ªn en t¨¦rminos de igualdad.

La disputa tiene sus ra¨ªces en 1949, cuando las tropas nacionalistas de Chiang Kai-shek, derrotadas en la guerra civil china, se refugiaron en la isla y proclamaron all¨ª la Rep¨²blica de China, mientras en el continente las fuerzas comunistas victoriosas de Mao Zedong declaraban el nacimiento de la Rep¨²blica Popular de China.

En 1979, Washington estableci¨® relaciones diplom¨¢ticas plenas con Pek¨ªn, para lo cual dej¨® de reconocer al gobierno en Taip¨¦i. Pero aunque abandon¨® los lazos formales con la isla, los ha seguido manteniendo de manera informal. Su legislaci¨®n le obliga a vender armamento para la defensa taiwanesa y su relaci¨®n con China se basa, adem¨¢s de reconocer a Pek¨ªn como el gobierno leg¨ªtimo de China, en el entendimiento de que Pek¨ªn no recurrir¨¢ a la violencia para forzar la unificaci¨®n. Adem¨¢s, el Gobierno estadounidense nunca ha dejado claro si, en caso de conflicto, acudir¨ªa con tropas en defensa de la isla, en una pol¨ªtica destinada, por un lado, a tranquilizar a la potencia asi¨¢tica y, por otro, a desalentar que Taiw¨¢n pudiera declarar una independencia formal.

Pero desde la llegada al poder de Donald Trump en 2016, Estados Unidos y Taiw¨¢n han estrechado lazos al mismo tiempo que se deterioraba la relaci¨®n entre Washington y Pek¨ªn. Esa tendencia se ha acentuado dr¨¢sticamente desde el comienzo de la pandemia de coronavirus en enero de 2020, y ha continuado pese a la llegada a la Casa Blanca del presidente Joe Biden este a?o.

China contempla inquieta ese acercamiento, que teme que aliente a Taiw¨¢n y el gobierno de Tsai a tratar de avanzar por el camino de la independencia, y ha multiplicado sus advertencias tanto por la v¨ªa de la ret¨®rica como por la del m¨²sculo militar. A las incursiones a¨¦reas suma numerosas maniobras militares en las cercan¨ªas, mientras denuncia el apoyo militar estadounidense como una injerencia en sus asuntos internos.

Por su parte, Washington ve con preocupaci¨®n las presiones chinas, que teme que puedan constituir ensayos para intentar tomar la isla por la fuerza en un futuro no demasiado lejano.

La semana pasada, Biden sorprend¨ªa a propios y a extra?os respondiendo categ¨®ricamente que Estados Unidos saldr¨ªa en defensa de Taiw¨¢n en caso de ataque, tras asegurar que su pa¨ªs ¡°tiene el compromiso¡± de hacerlo. A diferencia de Corea del Sur, Jap¨®n o Filipinas, la isla no cuenta con un tratado que vincule a las fuerzas estadounidenses a intervenir si resulta invadida.

Aunque solo horas m¨¢s tarde la Casa Blanca aseguraba que las declaraciones del presidente no supon¨ªan un cambio de posici¨®n, y la ¡°ambig¨¹edad estrat¨¦gica¡± sigue en pie, en su entrevista con la CNN Tsai subrayaba su ¡°fe en que Estados Unidos defender¨ªa¡± a la isla en caso de ataque, ¡°dada la larga relaci¨®n¡± entre ambos.

Taiw¨¢n busca fortalecer su propio ej¨¦rcito, muy inferior en tropas y presupuesto al de China, y su gobierno ha solicitado una partida extraordinaria para la compra de sistemas de defensa. Preguntada si la isla podr¨ªa defenderse sin ayuda militar, Tsai replic¨® que ¡°nos defenderemos tanto tiempo como podamos... pero d¨¦jenme reiterar, es importante contar con el apoyo de nuestros amigos, y de otros pa¨ªses de valores similares a los nuestros¡±.

Un d¨ªa antes, Biden hab¨ªa asegurado en una reuni¨®n virtual de l¨ªderes de Asia Oriental en la que participaba el primer ministro chino, Li Keqiang, que su Gobierno se encuentra ¡°profundamente preocupado por las acciones coercitivas de China¡±, que considera una amenaza para la paz regional. El apoyo de Washington a Taiw¨¢n sigue siendo ¡°firme como una roca, y consistente sin importar qui¨¦n gobierne¡±, afirm¨® Biden en la reuni¨®n a puerta cerrada, seg¨²n una grabaci¨®n obtenida por la agencia Afp.

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