Vidas al filo en Colombia: la lucha por defender la tierra en el pa¨ªs m¨¢s peligroso
Jorge Milton Conda, amenazado por los grupos armados de Colombia, lidera a la comunidad Nasa en su batalla contra una carretera que afecta sus preciados p¨¢ramos

Jorge Milton Conda proyecta tranquilidad mientras se prepara para ¡°subir al territorio¡±, escoltado por seis miembros desarmados de la guardia ind¨ªgena, cuatro hombres y dos mujeres con sus respectivos bastones de mando, que no le pierden pisada. Ind¨ªgena Nasa con 41 soles (a?os) a cuestas, padre de dos hijas, es un l¨ªder ambiental en el pa¨ªs m¨¢s peligroso en el mundo para los ambientalistas: Colombia. A pesar de las constantes amenazas de varios grupos armados, le preocupa m¨¢s la seguridad de sus acompa?antes. ¡°No es conveniente ir sin la guardia. Durante mucho tiempo, de una u otra manera, se sab¨ªa qui¨¦n se mov¨ªa por los territorios, pero en estos momentos es muy dif¨ªcil saberlo¡±, explica a bordo del veh¨ªculo que asciende desde el casco urbano del municipio de Pradera, el l¨ªmite de los extensos cultivos de ca?a de az¨²car que copan esa regi¨®n llana del sur del departamento del Valle del Cauca, a las monta?as de profundos ca?ones donde se encuentra su hogar en el resguardo de Kwesx Yu Kiwe, que significa ¡®territorio del agua¡¯.
En el recorrido por caminos de tierra que transitan espor¨¢dicamente las coloridas ¡®chivas¡¯ ¨Co buses escalera¨C caracter¨ªsticas del campo colombiano, abundan las pintadas con las que hacen presencia las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en otros tiempos dominaban la zona. Las comunidades Nasa de Kwesx Yu Kiwe denuncian las amenazas que sufren sus l¨ªderes por sus reparos p¨²blicos contra el trazado de una mega-carretera de casi 1.500 kil¨®metros ¨Cincluida en el Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de Iv¨¢n Duque¨C que planea cruzar las tres cordilleras en que Los Andes se dividen en Colombia, desde la Orinoqu¨ªa, en la frontera con Venezuela, hasta el puerto de Buenaventura, sobre el Pac¨ªfico.
M¨¢s all¨¢ de los tramos ya construidos de una v¨ªa que se proyecta al 2035, les preocupa la parte que atravesar¨¢ los p¨¢ramos cercanos de Las Hermosas y las Tinajas, que podr¨ªa afectar hasta 365 lagunas, seg¨²n sus c¨¢lculos. ¡°Nosotros no nos oponemos al desarrollo, pero denunciamos la afectaci¨®n ambiental que supone esa carretera¡±, sostiene Milton mientras se?ala desde un puente r¨²stico sobre el r¨ªo Frayle, que baja desde el p¨¢ramo, hacia una palmera en lo alto de la monta?a, el punto por donde saldr¨ªa la v¨ªa en uno de los trazados propuestos. ¡°Esta afectaci¨®n no va a ser solo para los pueblos ind¨ªgenas, sino para el resto de la sociedad. ?Por qu¨¦ tiene que tocar los p¨¢ramos? No es oposici¨®n, es una protecci¨®n a la madre naturaleza y la biodiversidad¡±, sostiene. Para los Nasa, las lagunas son la casa de los esp¨ªritus, el lugar donde habitan sus deidades. ¡°El agua es nuestra ley de vida. Si nos destruyen los p¨¢ramos, las lagunas, van a destruir nuestros seres espirituales¡±, explica.
El resguardo est¨¢ en los l¨ªmites entre dos departamentos, el sur del Valle del Cauca y el norte del Cauca ¨Cdonde habita la mayor¨ªa del pueblo Nasa¨C. Es un corredor estrat¨¦gico para las rutas del narcotr¨¢fico por su salida al Pac¨ªfico, una zona que se ha convertido en un polvor¨ªn en la que operan un archipi¨¦lago de grupos armados ilegales, entre ellos varias disidencias de las FARC, como la columna Dagoberto Ramos, un nombre que se repite en las pintadas, adem¨¢s del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y bandas del narcotr¨¢fico.
Para entrar a las comunidades hay que pasar el puesto de control de la guardia ind¨ªgena, compuesta por hombres y mujeres que se encargan de la defensa colectiva de sus territorios y portan bastones de mando, con tiras azules que representan el agua y cielo; verdes por la naturaleza; amarillas por las riquezas y rojo por la sangre. ¡°Mientras unos tienen armas, nosotros nos caracterizamos por el bast¨®n, s¨ªmbolo de autoridad, de control, de protecci¨®n. Ha sido muy dif¨ªcil, pero en eso nos hemos mantenido¡±, fieles al mandato de pelear con la palabra, afirma Milton. En otros tiempos, los grupos armados respetaban su autoridad, pero en medio de la fragmentaci¨®n que ha caracterizado los cinco a?os transcurridos desde la firma del acuerdo de paz, el panorama es confuso. En medio del incesante asesinato de todo tipo de l¨ªderes sociales, tambi¨¦n han enterrado a compa?eros de la guardia, as¨ª como gobernadores ind¨ªgenas.
Las expectativas sobre los dividendos ambientales de ese hist¨®rico pacto entre el Gobierno y la guerrilla eran altas, pero la herencia de la guerra todav¨ªa pesa. ¡°La paz no ha llegado, todo est¨¢ m¨¢s complejo¡±, se lamenta Milton. ¡°No ha habido aplicabilidad de esos acuerdos¡±. ?Con la guardia se siente seguro? ¡°Personalmente, muy seguro, es la ¨²nica garant¨ªa que hemos tenido¡±, responde, aunque enfatiza que se trata de una protecci¨®n colectiva, no individual. ¡°Frente a una situaci¨®n externa, decirle que estamos seguros ser¨ªa mentira¡±, concede de inmediato. No se explica las razones por las que el Gobierno, despu¨¦s de poco m¨¢s de un a?o, le retir¨® en el momento m¨¢s complicado el esquema de protecci¨®n que le hab¨ªa asignado.
Milton ha documentado las m¨²ltiples amenazas que le han hecho desde hace cuatro a?os. Ense?a en el zagu¨¢n de su casa, desde donde se escucha el rumor del r¨ªo, las copias de los panfletos de los diferentes grupos armados que guarda en una carpeta de su computador. El primer panfleto, que distribuyeron en la casa del resguardo en marzo de 2018, est¨¢ firmado por un grupo que se identifica de manera gaseosa como ¡°bandas criminales¡± surgidas de las FARC, paramilitares, narcotraficantes ¡°y otros que est¨¢n ingresando¡±. En el escrito le reclaman tanto el control territorial que hace la guardia ind¨ªgena como haber denunciado los megaproyectos. ¡°No podemos dejar que se interpongan en el avance del desarrollo que necesita el pa¨ªs¡±, escriben.
La columna Dagoberto Ramos lo declara por nombre propio ¡°objetivo militar¡± en otro panfleto de noviembre de 2019 dirigido a todas las comunidades ind¨ªgenas y campesinas del norte del Cauca y el sur del Valle del Cauca. Uno m¨¢s, de mayo de 2020, tambi¨¦n lo se?ala con nombre y apellido como ¡°objetivo militar¡± por su labor como delegado de una comisi¨®n de la Organizaci¨®n Nacional Ind¨ªgena de Colombia (ONIC), un cargo que mantuvo hasta hace unos meses. ¡°Deje de defender la tierra que no deja avanzar el desarrollo¡±, le intentan intimidar con una alusi¨®n directa a la v¨ªa Orinoqu¨ªa-Pac¨ªfico, y se identifican como bandas criminales en alianza con las disidencias. Despu¨¦s, a principios del a?o pasado, dos hombres en moto, que dijeron pertenecer a los remanentes del EPL ¨CLos Pelusos, una banda criminal que antes fue una guerrilla¨C, llegaron a buscarlo a su hogar para dejarle la raz¨®n de que ¡°se quede quieto¡±. Tambi¨¦n se han presentado en la casa de su madre. No cedi¨® a los chantajes. Cuando se agudizaron las amenazas, desde la ONIC le ofrecieron salir del pa¨ªs, pero consult¨® a los sabios, a los mayores, y sigui¨® su consejo de quedarse.
A las causas ambientales les sobran m¨¢rtires en Colombia, identificado en los dos ¨²ltimos a?os como el pa¨ªs m¨¢s peligroso para defender la tierra. De los 227 asesinatos de ambientalistas registrados en 2020 en todo el mundo, 65 ocurrieron en esta esquina de Sudam¨¦rica, de acuerdo con el m¨¢s reciente informe anual de la oeneg¨¦ Global Witness, que considera que esos ataques suponen una ¡°violencia end¨¦mica¡±. El informe destaca que los pueblos ind¨ªgenas son los m¨¢s afectados por la violencia, que empeor¨® en el a?o marcado por la pandemia, despu¨¦s de que el 2019 ya se hab¨ªa saldado con 64 ecologistas asesinados.
Es un diagn¨®stico similar al de Tierra de Resistentes, un premiado proyecto transfronterizo que re¨²ne a periodistas de 12 pa¨ªses de la regi¨®n para investigar episodios de violencia contra l¨ªderes ambientales: ¡°La devastaci¨®n de los recursos naturales, el avance de grandes proyectos extractivos, el inter¨¦s de grupos criminales y la ineficacia de organismos estatales han convertido a Am¨¦rica Latina en un escenario hostil para l¨ªderes y comunidades que defienden el ambiente y sus territorios¡±. El blanco de casi la mitad de los episodios registrados en su base de datos ¨C2.460 hechos victimizantes desde 2009¨C pertenece a alguna minor¨ªa ¨¦tnica, lo que demuestra que los territorios ind¨ªgenas y afrodescendientes son especialmente vulnerables.
Colombia es uno de los pa¨ªses m¨¢s biodiversos del mundo. Ba?ado por dos oc¨¦anos, atravesado por tres cordilleras, con la mitad de su territorio tapizado por bosques y selvas tropicales, los rostros de los asediados l¨ªderes ambientales son igualmente diversos, desde el Caribe hasta el Amazonas. Uno de los m¨¢s conocidos es el de Francia M¨¢rquez, una lideresa afrocolombiana del vecino departamento del Cauca que ha librado una larga lucha contra la explotaci¨®n minera y ahora es aspirante presidencial. ¡°Hay un v¨ªnculo entre la violencia armada y el modelo de desarrollo econ¨®mico, eso hace que Colombia sea el pa¨ªs con m¨¢s l¨ªderes ambientales asesinados. No hay posibilidades de acceder a la justicia y cuando lo logramos es lenta e ineficaz¡±, resum¨ªa este a?o en una entrevista con este peri¨®dico la ganadora del Premio Goldman, el Nobel ambiental.
En esa geograf¨ªa quebrada, visiblemente arrugada, el pa¨ªs alberga tambi¨¦n la mitad de los p¨¢ramos del planeta, como los que protegen Milton y la comunidad Nasa. La mayor¨ªa se encuentran en la cordillera de los Andes, y son considerados f¨¢bricas del agua, un ecosistema de alta monta?a tan clave como fr¨¢gil, que permite regular los flujos h¨ªdricos. Asimismo, su conservaci¨®n es importante para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Esas cumbres h¨²medas tambi¨¦n han sido corredores para ese archipi¨¦lago de grupos armados que incluso despu¨¦s de la firma de la paz mantienen a las comunidades ind¨ªgenas sometidas al fuego cruzado.
Antes de despedirse, pues debe asistir a una reuni¨®n con las autoridades ind¨ªgenas sobre las extorsiones que se vienen presentando, Milton se queda pensando. ¡°El narcotr¨¢fico, los grupos armados, los grupos criminales¡ ?a qui¨¦n est¨¢n protegiendo? Ellos tambi¨¦n necesitan el agua, el aire, la diversidad. ?La ideolog¨ªa pol¨ªtica d¨®nde est¨¢ realmente? No est¨¢ en defensa de la vida¡±, se lamenta. Env¨ªa a los visitantes de regreso a Florida, custodiados por la guardia. La carretera Pac¨ªfico-Orinoqu¨ªa, concluye, ¡°ser¨ªa un desastre peor que el conflicto armado que estamos sufriendo¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
