Bruselas crea una lista negra de aerol¨ªneas para sancionar traslados de migrantes orquestados por terceros pa¨ªses
Las compa?¨ªas a¨¦reas o navieras que participen en viajes a las fronteras europeas como los alentados por Bielorrusia perder¨¢n el acceso al mercado comunitario
La Comisi¨®n Europea ha aprobado este martes un r¨¦gimen de sanciones destinado espec¨ªficamente a castigar a las empresas que, intencionadamente o no, participen en la creaci¨®n artificial de crisis migratorias junto a las fronteras de la UE. La novedosa lista negra nace como respuesta al traslado de migrantes orquestado por el dirigente bielorruso, Alexandr Lukashenko, para desestabilizar a Polonia, Lituania y Letonia. Y llega despu¨¦s de los sucesivos intentos de provocar crisis migratorias de manera deliberada por parte de vecinos como Turqu¨ªa, Libia o Marruecos.
¡°Podremos hacer mucho con esta nueva norma, pero esperemos que no tengamos que utilizarla¡±, se?ala la comisaria europea de Interior, Ilva Johansson, durante un encuentro con EL PA?S y un reducido grupo de medios europeos. ¡°Esta nueva base legal es la respuesta a un nuevo m¨¦todo de tr¨¢fico de personas¡±. El objetivo de la norma es evitar que las l¨ªneas a¨¦reas u otros medios de transporte faciliten la llegada de migrantes hasta un pa¨ªs vecino que solo busca presionar a la UE, pero no ata?e a las personas u organizaciones que socorren o rescatan a los potenciales refugiados.
A diferencia de otros reg¨ªmenes sancionadores de Bruselas, el nuevo no requiere un v¨ªnculo directo entre la empresa sancionada y su intenci¨®n de agredir a la UE. Bastar¨¢ con que los servicios de una compa?¨ªa sean usados por un r¨¦gimen agresor para que pueda ser sancionada, incluso si simplemente se limita a mantener sus operaciones habituales. Las compa?¨ªas de transporte empleadas para poner en marcha ese tr¨¢fico de personas se expondr¨¢, una vez que el nuevo r¨¦gimen entre en vigor, a ver prohibidas sus actividades en el mercado comunitario.
El mecanismo se articula a trav¨¦s de un Reglamento que establecer¨¢ una lista negra de las compa?¨ªas que, a juicio de la UE, participan en un tr¨¢fico ilegal de personas. La inclusi¨®n en esa lista acarrerar¨¢ graves sanciones hasta el punto de perder acceso al mercado comunitario.
En el caso de las aerol¨ªneas, el veto les impedir¨¢ aterrizar o despegar en los aeropuertos de la UE, ni siquiera para hacer escala o repostar. Tambi¨¦n tendr¨¢n prohibido sobrevolar el espacio a¨¦reo europeo. El conjunto de prohibiciones hace pr¨¢cticamente imposible que alguna compa?¨ªa a¨¦rea internacional se preste a ser utilizadas por reg¨ªmenes como el del dirigente bielorruso Alexandr Lukashenko, dado que perder¨ªan acceso a un mercado y un espacio a¨¦reo tan crucial como el europeo.
Por primera vez, adem¨¢s, Bruselas sigue la estela de Washington y se arroga el poder de sancionar a empresas de pa¨ªses ajenos a los conflictos de la UE con otros Estados. La UE llevaba a?os quej¨¢ndose de la extraterritorialidad de las sanciones impuestas por EE UU contra Ir¨¢n o Cuba, que han obligado a empresas a europeas a renunciar a negocios en esos pa¨ªses para no exponerse a ser castigadas.
Pero el nuevo r¨¦gimen europeo tambi¨¦n podr¨¢ golpear a compa?¨ªas de terceros pa¨ªses aunque no sean c¨®mplices del tr¨¢fico de personas y simplemente se limiten a mantener sus servicios de transporte habituales. Aerol¨ªneas, navieras o compa?¨ªas de ferrocarril podr¨ªan estar en el punto de mira porque la base legal del nuevo r¨¦gimen son los art¨ªculos del Tratado (90 y 100.2) relativos a la pol¨ªtica com¨²n de transportes.
Bruselas pasa as¨ª a intentar distinguir entre crisis migratorias a ra¨ªz de fen¨®menos naturales (como un terremoto o inundaciones) o pol¨ªticos (guerras o limpiezas ¨¦tnicas) y flujos artificialmente alimentados para desestabilizar la frontera exterior de la UE.
Ese tipo de ataque h¨ªbrido no es nuevo. Desde que se firm¨® la Convenci¨®n internacional sobre refugiados en 1951 y hasta 2016 se registraron a nivel mundial 75 intentos de explotar los desplazamientos de poblaci¨®n como un arma pol¨ªtica, seg¨²n el recuento de la profesora Kelly M. Greenhill recogido en un estudio colectivo del ECFR (European Council on Foreign Relations). Pero en los ¨²ltimos dos a?os, la frecuencia de los embates contra la UE parece haber aumentado.
En febrero de 2020, Turqu¨ªa amag¨® con desencadenar un torrente de refugiados sirios hacia las fronteras griegas como medida de presi¨®n en diversas negociaciones con Bruselas. La contundente respuesta de la UE, que ayud¨® a Atenas a blindar las fronteras, y la llegada de la pandemia despejaron la amenaza de Ankara. En mayo de este a?o, fue el turno de Marruecos que permiti¨® o alent¨® la entrada de m¨¢s de 8.000 personas, muchas menores de edad, en el territorio espa?ol de Ceuta. La UE cerr¨® filas con Espa?a y contribuy¨® a neutralizar una crisis migratoria provocada en respuesta a diversos rifirrafes de Rabat con Madrid, entre ellos, los relativos al S¨¢hara y el Frente Polisario.
Y desde el mes de junio, Lukashenko ha convertido a su pa¨ªs en un destino prioritario para las personas de terceros pa¨ªses que aspiran a llegar a la UE. ¡°El que ha sido descrito como el ¨²ltimo dictador de Europa no solo se ha dedicado a reprimir a su propio pueblo, sino que tambi¨¦n ha empezado a vender billetes que supuestamente daban derecho a entrar en la UE¡±, lamenta Johansson. ¡°Bielorrusia es un pa¨ªs del que huir no al que nadie quiera volar¡±, se?ala la comisaria europea como prueba de que el pa¨ªs de Lukashenko no estaba soportando una presi¨®n migratoria exterior de forma espont¨¢nea sino alentada por las autoridades de Minsk.
Johansson asegura que el enga?o de Lukashenko ha costado a los potenciales migrantes ¡°entre 10.000 y 20.000 euros por viaje¡± y que, una vez en Bielorrusia, ¡°han soportado incluso amenazas de muerte [por parte de las fuerzas de seguridad bielorrusas] para forzarles a intentar cruzar la frontera de la UE¡±.
La Comisi¨®n Europea se moviliz¨® de inmediato para cortar el flujo de ciudadanos afganos, sirios, iraqu¨ªes y de otras nacionalidades que estaba acarreando Lukashenko. En una gira rel¨¢mpago, el vicepresidente de la Comisi¨®n, Margaritis Schinas, persuadi¨® a los pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito de que frenasen las salidas. Una tras otra, las l¨ªneas a¨¦reas fueron aplicando la prohibici¨®n de embarcar hacia Bielorrusia a los ciudadanos procedentes de los pa¨ªses utilizados por Lukashenko como fuente de su munici¨®n humana.
El nuevo r¨¦gimen sancionador permitir¨¢ una respuesta a¨²n m¨¢s expeditiva ante futuras crisis migratorias porque se podr¨¢ sancionar a las compa?¨ªas que se muestren renuentes a cortar el tr¨¢fico de personas. La UE se blinda as¨ª frente a un tipo de crisis migratorias provocadas que en las ¨²ltimas siete d¨¦cadas, seg¨²n el recuento de la profesora Greenhill, han permitido a sus incitadores alcanzar parte de sus objetivos pol¨ªticos el 75% de los casos y o una victoria casi completa en m¨¢s de la mitad. Un riesgo demasiado alto de extorsi¨®n que Bruselas no parece dispuesta a seguir asumiendo.
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