El miedo a las revueltas da alas a la ultraderecha en las elecciones de Chile

Jos¨¦ Antonio Kast, ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo en Chile, no pierde el tiempo. El lunes temprano, el l¨ªder de la ultraderecha, de 55 a?os, desayun¨® con una familia de un barrio de casas de protecci¨®n social. Eligi¨® el sitio con cuidado: all¨ª cal¨® el discurso de paz, orden y seguridad que, finalmente, lo convirti¨® en el candidato m¨¢s votado, con el 28%. ¡°Tenemos un proyecto de mayor¨ªa. No hemos ganado nada todav¨ªa, el 19 de diciembre ser¨¢ el gran d¨ªa¡±, dijo, por la fecha de la segunda vuelta de los comicios, a las c¨¢maras que lo esperaban tras las rejas negras de la vivienda. La actividad de Kast contrast¨® con el perfil bajo que mantuvo Gabriel Boric, su rival en esa segunda vuelta. Este candidato, de 35 a?os, forjado en las luchas estudiantiles, obtuvo el 25,5% de los votos al frente de una coalici¨®n de la izquierda con el partido comunista.

Ninguno de los dos ha logrado grandes mayor¨ªas, pero la polarizaci¨®n del resultado pone en evidencia el se¨ªsmo pol¨ªtico que vive Chile.

Kast logr¨® imponer en el electorado el miedo al caos. Y convertir a Boric en una amenaza. ¡°La elecci¨®n ha sido una contrarreacci¨®n al estallido de octubre de 2019¡å, resume Mar¨ªa ?ngeles Fern¨¢ndez, doctora en Ciencias Pol¨ªticas y analista chilena. ¡°Se instal¨® en la sociedad una violencia desconocida en democracia, dif¨ªcil de categorizar. Lo que ha fallado fue la efectividad del Estado para controlarla¡±, explica. El rechazo a la violencia atraves¨® todas las capas sociales y fue un lastre para las posibilidades electorales de Boric, que enarbol¨® como propios los reclamos callejeros por m¨¢s igualdad y salud y educaci¨®n p¨²blica gratuita.

Gonzalo M¨¹ller, director del Centro de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad del Desarrollo, llama ¡°octubrismo¡± al movimiento iniciado con las protestas de octubre de 2019. ¡°El octubrismo cambi¨® la pol¨ªtica chilena, pero ya no va m¨¢s. Y eso explica la reacci¨®n de un mundo que se refugia en Kast, el m¨¢s enconado cr¨ªtico del estallido¡±. ¡°Estas respuestas conservadoras¡±, agrega Mauricio Morales, acad¨¦mico de la Universidad de Talca, ¡°son por un centroizquierda que no fue capaz de condenar la violencia. Tom¨® el 19 de octubre [madrugada en que explotaron las protestas] como algo rom¨¢ntico, sin preocuparse mucho por el orden y de la importancia de restituir el Estado de derecho¡±.

Boric fue uno de los l¨ªderes estudiantiles que en 2011 salt¨® de las calles al Congreso. Si el 19 de diciembre gana en las urnas, ser¨¢ la persona m¨¢s joven que haya alcanzado jam¨¢s La Moneda. Kast, en tanto, form¨® parte de la UDI, el partido de derecha m¨¢s cercano a Pinochet, hasta que rompi¨® para formar su propia fuerza por fuera de las estructuras. Robert Funk, acad¨¦mico de la Universidad de Chile, dice que ¡°es la primera vez en 30 a?os que los dos candidatos que van al balotaje no pertenecen a los partidos tradicionales chilenos. Es el colapso del sistema y es in¨¦dito que no haya un partido de centro en la segunda vuelta¡±.

El golpe electoral fue para las agrupaciones que alguna vez conformaron la Concertaci¨®n: la Democracia Cristiana y el Partido Socialista. Pero tambi¨¦n para la derecha tradicional, representada en estas elecciones por Sebasti¨¢n Sichel, un exdemocristiano que se present¨® como candidato del actual presidente, Sebasti¨¢n Pi?era.

Sin fuerzas tradicionales estructurantes, no cost¨® mucho a Kast hacer campa?a con la l¨®gica de ¡°yo o el caos¡±. ¡°Gabriel Boric y el partido comunista quieren indultar a los v¨¢ndalos que destruyen. Hay que decirlo, fueron Boric y el Partido Comunista los que se re¨²nen con terroristas asesinos¡±, dijo en la noche electoral. Logr¨® as¨ª que su voto se concentrase no solo entre los ricos, sino tambi¨¦n en una clase media y media baja que quiere restaurar el orden perdido y huye a la incertidumbre del cambio. Del otro lado est¨¢n los que perdieron la fe en el ¡°milagro chileno¡±, basado en un Estado m¨ªnimo que apenas participa en la financiaci¨®n de la educaci¨®n o la salud. La educaci¨®n gratuita fue el disparador de las primeras protestas estudiantiles, all¨¢ por 2006. La mecha se mantuvo encendida en 2011 y finalmente estall¨® en 2019, con una violencia extrema. Boric tom¨® esas demandas como plataforma de campa?a. ¡°Venimos a ser los voceros de la esperanza, el di¨¢logo y la unidad. La esperanza le gana al miedo¡±, dijo Boric tras saberse en la ¨²ltima ronda de las elecciones.

B¨²squeda de votos

Arranca ahora la etapa en que los dos candidatos deben convencer al electorado de aquellos que quedaron en el camino de la primera vuelta. Boric ya tendi¨® puentes con la Democracia Cristiana y ser¨ªa l¨®gico que sume los votos de Marco Enr¨ªquez-Ominami, un progresista que obtuvo el 7,6% de los votos. El Partido Socialista tambi¨¦n le manifest¨® su apoyo. Y puede sumar entre aquel 53% que se qued¨® en casa el domingo ¡ªuna abstenci¨®n que no es excepcional en Chile¡ª y tal vez se decida a participar en la batalla final.

Kast abri¨® la mano al derechista Sebasti¨¢n Sichel, que por ahora solo ha dicho que jam¨¢s votar¨¢ a Boric. ¡°Es evidente que por la candidatura de izquierda no voy a votar, pero tengo diferencias program¨¢ticas con Jos¨¦ Antonio Kast que estoy dispuesto a conversar hacia adelante¡±, dijo.

Todas las miradas apuntan, sin embargo, a Franco Parisi, un candidato at¨ªpico que hizo campa?a sin pisar Chile ¡ªvive en Estados Unidos y no puede regresar por problemas judiciales¡ª y obtuvo el tercer lugar con el 12,8%. ¡°El votante de Parisi es sobre todo antisistema¡±, explica Gonzalo Muller. Lo natural, agrega Mauricio Morales, ¡°es que Kast capture los votos de Parisi sin mucho esfuerzo, porque es un voto que valora m¨¢s el orden y la estabilidad que a inclinarse por una candidatura que ofrece m¨¢s incertidumbre que certezas, como la de Boric¡±. Con esos votos, Kast tendr¨ªa buena parte de lo que necesita para ganar el 19 de diciembre.

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