La lista de invitados a la Cumbre de la Democracia pone en aprietos a Biden

El ¨¦xito de una fiesta depende mucho de su lista de invitados. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha convocado una este jueves y viernes y la n¨®mina de asistentes (pero, sobre todo, la de excluidos) amenaza con agu¨¢rsela. Se trata de la Cumbre por la Democracia, una iniciativa virtual que reunir¨¢ a 110 pa¨ªses para debatir sobre los desaf¨ªos que plantea el autoritarismo, la mejor manera de combatir la corrupci¨®n y la defensa de los derechos humanos.

Desde su anuncio el pasado mes de agosto, la idea, que Biden ya puso encima de la mesa durante su campa?a presidencial, no ha dejado de suscitar pol¨¦mica. Es controvertida por lo que subyace en la confecci¨®n de una lista que divide entre ¡°buenos¡± y ¡°malos¡± al mundo, que si alguna vez pudo interpretarse en t¨¦rminos binarios, ese tiempo queda muy lejos, pero sobre todo por qui¨¦nes quedan dentro y qui¨¦nes fuera. ?Brasil, Irak y Filipinas? Que pasen. ?Turqu¨ªa, Rusia y Egipto? No est¨¢n invitados. Tampoco Ir¨¢n, Corea del Norte, Arabia Saud¨ª, Honduras, Banglad¨¦s, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Marruecos, China o Cuba, para cuyo ministro de Exteriores, Bruno Rodr¨ªguez, esta cumbre es un s¨ªntoma de la ¡°debilidad¡± de Washington.

Pek¨ªn, molesto tanto por su exclusi¨®n como por la invitaci¨®n de Taiw¨¢n, respondi¨® este fin de semana con un documento titulado China, una democracia que funciona, en el que presum¨ªa de sus credenciales como Estado de derecho, pese a d¨¦cadas de evidencias en contra, y arg¨¹¨ªa que ¡°no hay un modelo fijo de democracia¡±. Tambi¨¦n dudaba de la validez de Estados Unidos, un pa¨ªs que ha demostrado estar ¡°polarizado en la respuesta a la pandemia¡±, como ¨¢rbitro en estos asuntos.

Ha sido la ¨²ltima piedra de un edificio argumental levantado por el Gobierno de Xi Jinping durante semanas para contestar la iniciativa de Biden, que incluy¨® la publicaci¨®n el mes pasado en la revista conservadora sobre relaciones internacionales National Interest de una tribuna firmada por su embajador en Washington, Qin Gang, y por el ruso, Anatoly Antonov, en la que ambos despachaban la cumbre como un ¡°producto que evidencia su mentalidad [de Biden] anclada en la Guerra Fr¨ªa¡±, que ¡°solo avivar¨¢ la confrontaci¨®n ideol¨®gica y crear¨¢ nuevas divisiones¡±.

La exclusi¨®n de Hungr¨ªa, miembro de la OTAN y el ¨²nico pa¨ªs de la UE que no est¨¢ en la lista, provoc¨® tambi¨¦n el enfado de su primer ministro, Viktor Orb¨¢n, que ha logrado evitar, con el ejercicio del veto, que la Uni¨®n participe activamente y que adquiera en la cumbre compromisos comunes jur¨ªdicos o financieros. Tanto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, asistir¨¢n, pero tendr¨¢n las manos atadas a la hora de ofrecer compromisos vinculantes, y sus intervenciones deber¨¢n limitarse a los principios previstos en el Tratado de la Uni¨®n para la pol¨ªtica exterior comunitaria.

Ted Piccone, investigador de Brookings Institution, ha cotejado la lista, que public¨® el Departamento de Estado en su web el pasado 24 de noviembre, con el ¨²ltimo ¨ªndice del World Justice Project, que ordena la salud del Estado de derecho en 139 pa¨ªses, para detenerse en algunos ejemplos ¡°extra?os¡±. Pakist¨¢n ha sido invitado, aunque a ¨²ltima hora declin¨® participar, pese a ocupar el puesto n¨²mero 130 en ese ¨ªndice (en su caso, como en el de Ucrania, ha pesado la condici¨®n de aliados estrat¨¦gicos de Estados Unidos). Polonia tambi¨¦n participar¨¢, pese a que desde 2015 ¡°ha ca¨ªdo 10 puntos¡±, igual que la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (que figura en el puesto 137). Y otros pa¨ªses, como Bolivia o Sierra Leona, mejor situados en ese ¨ªndice y en otros como el del Economist Intelligence Unit, no est¨¢n convocados.

Una de las frases favoritas de Biden dice que ¡°la democracia no surge por accidente¡±, que ¡°hay que defenderla, luchar por ella, reforzarla y renovarla¡±. A ese ideal obedece esta iniciativa, que ha obligado a su Administraci¨®n a una defensa cerrada. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, explic¨® el lunes que ¡°la inclusi¨®n en la lista o la mera invitaci¨®n no es un sello de calidad de la democracia de tal o cual pa¨ªs admitido en la cumbre, como tampoco implica la exclusi¨®n de un cierto club o la desaprobaci¨®n de los que no est¨¢n¡±.

¡°Ninguna democracia es perfecta, tampoco la estadounidense, y por eso acometemos este proyecto con humildad¡±, dijo al d¨ªa siguiente un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidi¨® mantenerse en el anonimato. Tambi¨¦n explic¨® algo que vienen repitiendo los miembros de la Administraci¨®n de Biden en p¨²blico y en privado: ¡°Estados Unidos no quiere erigirse con esto en ¨¢rbitro de lo que es y lo que no es una democracia¡±.

Aunque ha sido inevitable que as¨ª se interprete. Al menos, la cumbre, que contar¨¢ tambi¨¦n con representantes de ONG y miembros de la sociedad civil, ser¨¢ este a?o virtual, debido al coronavirus. As¨ª que al menos Biden se ahorrar¨¢ el trago de decidir c¨®mo sentar a los invitados, otro resbaladizo terreno a la hora de organizar una fiesta.

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