Gabriel Boric se enfrenta al rechazo de las ¨¦lites chilenas para llevar a cabo sus reformas
El presidente electo tendr¨¢ que hacer equilibrios entre las incertidumbres de los mercados y la ansiedad de una sociedad que pide cambios profundos que se canalizar¨¢n a trav¨¦s de la Asamblea Constituyente
El domingo por la noche, decenas de miles de personas aclamaron en Santiago de Chile al nuevo presidente electo, Gabriel Boric. El lunes, la Bolsa de Santiago se derrumb¨® casi un 8% en la apertura y la cotizaci¨®n del d¨®lar frente al peso chileno tuvo el mayor salto diario desde noviembre de 2008, en plena crisis financiera. Est¨¢ clara la dimensi¨®n del desaf¨ªo al que se enfrentar¨¢ Boric a partir del 11 de marzo, cuando suceda a Sebasti¨¢n Pi?era. Mientras la calle abraz¨® euf¨®rica la llegada a La Moneda de una nueva izquierda, el mundo del dinero se repleg¨® ante la amenaza de un cambio de modelo. Boric tendr¨¢ que hacer ahora equilibrios entre la ansiedad de sus votantes, que lo han elegido para que realice reformas estructurales, y una ¨¦lite conservadora que teme a la incertidumbre de los cambios futuros.
Boric ley¨® en la noche electoral un largo discurso ante sus votantes sobre un escenario montado en La Alameda, la principal avenida de la capital. Dijo all¨ª que el progreso econ¨®mico chileno, que es envidia en la regi¨®n, ¡°tiene pies de barro¡± porque ¡°no llega a los m¨¢s necesitados¡±. Y advirti¨® que su agenda honrar¨¢ los reclamos del estallido social de 2019, por una salud y educaci¨®n ¡°que no discrimine entre ricos y pobres¡± y un sistema de pensiones ¡°dignas para quienes trabajaron para hacer grande a Chile¡±. Para resolver los dos primeros puntos tendr¨¢ que subir impuestos. Para garantizar mejores jubilaciones, pondr¨¢ fin a las AFP, el sistema privado que se financia desde los a?os setenta con el aporte de los trabajadores. El presidente electo pretende reemplazarlo por otro estatal y ¡°solidario, sin fines de lucro¡±, como ratific¨® en su discurso.
Una subida de impuestos, sobre todo a las mineras, principal fuente de ingresos por exportaciones en Chile, y el fin de las AFP espantan a los inversores, como qued¨® demostrado el lunes en la Bolsa de Santiago. ¡°Hay una reacci¨®n reflejo de los mercados siempre que gana la izquierda¡±, dice Pamela Figueroa, acad¨¦mica de la Universidad de Santiago. ¡°Pero Boric es moderado y esto debiera contenerse a los pocos d¨ªas. Boric debe explicitar cu¨¢l ser¨¢ su equipo econ¨®mico y eso tranquilizar¨¢ los mercados. No le har¨¢n la guerra, hay conciencia de que se necesita colaboraci¨®n para estabilizar la econom¨ªa¡±, explica.
La econom¨ªa estar¨¢, sin duda, entre las prioridades del nuevo Gobierno. Pero no solo eso. Deber¨¢ tambi¨¦n resolver los problemas de seguridad p¨²blica, la relaci¨®n con un Congreso que estar¨¢ empatado entre fuerzas de la derecha y la izquierda y reafirmar el proceso constituyente, que ¨¦l mismo promovi¨® en 2020 como soluci¨®n al estallido social. Los miembros de la Asamblea son mayoritariamente de izquierda y de peque?as agrupaciones progresistas. ¡°Si fuera Boric, pondr¨ªa todo mi capital pol¨ªtico en que la nueva Constituci¨®n que se discute en la Asamblea llegue a buen puerto¡±, dice Crist¨®bal Bellolio, de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ib¨¢?ez.
¡°El mensaje de los electores fue que esa Constituci¨®n no puede pasarse 10 pueblos. Puede querer redibujar todo Chile y decir que se acaban las concesiones mineras, pero entonces no ser¨¢ votada en el norte minero, por ejemplo. Boric tiene que acompa?ar esa moderaci¨®n que piden los electores y darse por pagado si entrega el poder en cuatro a?os con una sociedad menos fracturada y una nueva Constituci¨®n que sepulte a la heredada de Pinochet¡±, agrega Bellolio.
El arte del equilibrio
En cualquier caso, Boric tendr¨¢ que cultivar el arte del equilibrio. Tiene frente a ¨¦l una sociedad que espera mejoras inmediatas en su econom¨ªa, golpeada por la pandemia, y al mismo tiempo que d¨¦ soluciones a problemas estructurales muy antiguos. La amenaza de la frustraci¨®n puede ser el principal lastre a una gesti¨®n que ha creado las mayores expectativas desde el regreso a la democracia en 1990.
El 54% de los chilenos vot¨® por una nueva izquierda, joven, que no carga con la mochila de la dictadura en su ADN, y dio la espalda a un candidato ultraconservador, Jos¨¦ Antonio Kast, que defend¨ªa el legado de Augusto Pinochet. ¡°La pregunta es cu¨¢l es el umbral que se puede frustrar para que esto siga funcionando. Hay una sensaci¨®n de cambio de ciclo, m¨¢s all¨¢ de la edad del personaje¡±, dice Bellolio, y recuerda que Boric tiene solo 35 a?os, lo que en marzo lo convertir¨¢ en el presidente m¨¢s joven de la historia de Chile.
Chile se enfrenta tambi¨¦n a otra novedad: una coalici¨®n que no es como ninguna de las anteriores, aquellas que condujeron la transici¨®n democr¨¢tica durante 30 a?os. Fueron dos grandes bloques, uno de centro-izquierda, la Concertaci¨®n, y otro de centro-derecha, que tuvo con Sebasti¨¢n Pi?era dos experiencias presidenciales. Apruebo Dignidad, la que soporta a Boric, surge de la uni¨®n del Frente Amplio y el Partido Comunista.
El Frente Amplio est¨¢ conformado por agrupaciones de izquierda surgidas en los colegios y las universidades durante las revueltas de 2011 y 2017. Su cemento es una complicidad generacional y un diagn¨®stico com¨²n sobre los problemas a resolver. ¡°Pero ahora tendr¨¢n que entender que ya no hacen pol¨ªtica universitaria¡±, advierte Bellolio. ¡°Tendr¨¢n que ver c¨®mo se financian los programas sociales, c¨®mo se arma un presupuesto o se administra la billetera fiscal. Si tienen dinero para una cosa, no lo tendr¨¢n para otra¡±, dice.
Para Pamela Figueroa, el secreto del ¨¦xito estar¨¢ en c¨®mo Boric compatibilizar¨¢ las agendas urgentes con las de largo plazo. ¡°Si logra eso, tendr¨¢ un buen Gobierno. No le ser¨¢ f¨¢cil, porque la tentaci¨®n es ir por todo lo grande, pero Boric tiene el respaldo electoral para tomar sus propias decisiones¡±, dice. El partido de Boric comenzar¨¢ a jugarse en marzo.
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