Ucrania mira con recelo la escalada militar en Bielorrusia
Con la cercan¨ªa de Lukashenko a Putin y la enorme concentraci¨®n militar de fuerzas conjuntas en la frontera, Kiev asegura no descartar un ataque desde el pa¨ªs vecino
Vestido de camuflaje verde y marr¨®n, Oleksiy Shevchuk se cuida de no pisar el camino que bordea la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, cubierto por un denso manto de nieve. ¡°As¨ª se ven mejor se?ales y rastros si alguien atraviesa¡±, avisa el primer subcomandante de la Guardia Fronteriza Ucrania de Dobryanka, mientras avanza por una estrecha senda perimetrada con un largo cable negro, que sirve de gu¨ªa. ¡°No se ven, est¨¢n vestidos de blanco y gris para ocultarse mejor entre la nieve, pero tenemos desplegados hombres en esta zona¡±, asegura.
En Bielorrusia, al otro lado de la linde, decenas de miles de soldados rusos y bielorrusos han empezado las maniobras Resoluci¨®n Aliada, que pueden reunir a m¨¢s de 30.000 militares. Es el mayor despliegue ruso en Bielorrusia desde la Guerra Fr¨ªa, ha alertado la OTAN. Con este ¨²ltimo movimiento, que se une a los m¨¢s de 100.000 militares que Rusia ha concentrado a lo largo de sus fronteras occidentales, desatando una may¨²scula crisis de seguridad en Europa del Este, el Kremlin mantiene a Ucrania rodeada en todo su flanco oriental; como en una media luna de tropas.
En el cruce de Novi Yarylovychi, apenas unos cuantos camiones de mercanc¨ªas y una familia cargada con fardos y bolsas de tela aguardan para atravesar desde Bielorrusia a trav¨¦s de la autopista E-95. Desde el punto de control hasta Kiev apenas hay 200 kil¨®metros, y reci¨¦n asfaltados; dos horas y media en coche hasta la vibrante capital ucrania, la ruta m¨¢s corta para una hipot¨¦tica intervenci¨®n, dicen los observadores. El jefe del Consejo de Seguridad de Ucrania, Oleksiy Danilov, asegura que no hay se?ales inmediatas de una agresi¨®n militar desde Bielorrusia, pero que no es descartable como posible ¡°trampol¨ªn¡± para un ataque. Aunque los majestuosos bosques de pinos y abedules y el terreno pantanoso lo complicar¨ªan mucho, explica el subcomandante Shevchuk. ¡°No siento la amenaza¡±, dice el militar, de 34 a?os.
Hasta hace no mucho, el Gobierno ucranio no hab¨ªa barajado la idea de reforzar su frontera con Bielorrusia, un pa¨ªs con el que hist¨®ricamente ha mantenido buenas relaciones. Ahora, las cosas han cambiado por la cercan¨ªa del l¨ªder autoritario Aleksandr Lukashenko al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y su dependencia cada vez mayor de Mosc¨², que le apoy¨® tras las protestas contra el fraude electoral y por la democracia que sacudieron la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica en verano de 2020 y le sostiene con pr¨¦stamos y gas a buen precio. ¡°No importa lo que los dem¨¢s quieran, devolveremos a Ucrania al redil del eslavismo¡±, dijo hace una semana Lukashenko en su discurso anual a la naci¨®n y al Parlamento. ¡°Estamos obligados a hacerlo¡±, clam¨® el l¨ªder autoritario, que acus¨® a Occidente de intentar ¡°ahogar¡± en sangre la hermandad ruso-ucrania. Aferr¨¢ndose al salvavidas pol¨ªtico que le ofrece Putin, prometi¨® ir a la guerra por Mosc¨² en caso de que Rusia fuera atacada.
Con esa escena en el pa¨ªs vecino, Ucrania est¨¢ ahora tratando de alguna forma de cubrir los 900 kil¨®metros de porosa frontera que le separan de Bielorrusia. En oto?o, cuando Lukashenko orquest¨® la crisis migratoria, enviando a decenas de migrantes vulnerables hacia las fronteras de Polonia y Lituania en lo que la Uni¨®n Europea defini¨® como una ¡°guerra h¨ªbrida¡±, Kiev ya empez¨® a enviar refuerzos a la linde con el pa¨ªs vecino. Despleg¨® entonces a unos 8.500 soldados en patrullas formadas por polic¨ªas de fronteras, guardia nacional y militares; aunque el grueso de las fuerzas militares ucranias sigue teniendo el foco en la protecci¨®n de la l¨ªnea de demarcaci¨®n del Donb¨¢s, donde la guerra con los separatistas prorrusos apoyados por Mosc¨² va a cumplir ocho a?os.
Hoy apenas se ven patrullas, aunque, seg¨²n el jefe del Consejo de Seguridad, se est¨¢n acelerando los despliegues y la entrega de munici¨®n, combustible y suministros. Tambi¨¦n se usan drones y puntos de observaci¨®n, comenta la oficial de seguridad fronteriza Oleksandra Stupak. El 70% de la frontera est¨¢ ya protegida con barreras, concertinas u otras estructuras, asegura el departamento de seguridad fronteriza. ¡°De momento no vemos fuerzas bielorrusas o rusas cerca del puesto. Si viene alguna amenaza, el tiempo de reacci¨®n es rapid¨ªsimo¡±, asegura la oficial.
La patrulla ha colocado, adem¨¢s, una enorme estrella de hierro al costado de la carretera, junto al punto de control, para desplegarla como barricada en caso necesario. ¡°Tenemos que estar especialmente alerta a las provocaciones¡±, dice el subcomandante Shevchuk, sin entrar en detalles. Este jueves, el Gobierno bielorruso ha acusado a Ucrania de espiar una instalaci¨®n militar con un dron. Kiev ha desestimado las acusaciones y ha asegurado que se trata de ¡°provocaciones¡±.
¡®Maskirovka¡¯ o maniobra de enga?o
A suelo bielorruso lleva semanas llegando material militar desde Rusia para las dos fases de maniobras que est¨¢ previsto que finalicen el 20 de febrero y que Mosc¨² y Minsk han descrito como entrenamientos para ¡°repeler la agresi¨®n extranjera¡±. Sobre el terreno, dice la OTAN, Mosc¨² ha desplegado ya fuerzas de operaciones especiales (spetsnaz), aviones de combate SU-35, sistemas de defensa a¨¦rea S-400, misiles Iskander con capacidad nuclear, tanques y otros veh¨ªculos blindados. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha acusado a Mosc¨² de llevar a cabo otra acumulaci¨®n de tropas ¡°bajo el disfraz de maniobras¡± y envolver con ella a Ucrania. ¡°Estas son tropas altamente capaces y listas para el combate, y no hay transparencia en estos despliegues. Se suma a las tensiones y demuestra que no hay desescalada. Por el contrario, en realidad son m¨¢s tropas, m¨¢s capacidades en m¨¢s pa¨ªses¡±, dijo hace unos d¨ªas en Bruselas.
El Kremlin, ha afirmado el ministro de Defensa ucranio, podr¨ªa usar el territorio de Bielorrusia para amenazar no solo a Ucrania, sino a ¡°toda Europa¡±. A algunos analistas militares les preocupa tambi¨¦n que Mosc¨² pueda emplear estos ejercicios militares ¡ªfuera de su calendario¡ª para hacer una maniobra de enga?o (lo que los rusos llaman maskirovka), posicionando fuerzas para una invasi¨®n bajo la tapadera de las pr¨¢cticas militares, cuando acaben en algo menos de 20 d¨ªas.
Este jueves, el ministro de Defensa ruso, Sergu¨¦i Shoig¨², ha pasado revista a las tropas conjuntas de Resoluci¨®n Aliada en Bielorrusia, donde ten¨ªa previsto reunirse con Lukashenko. Rusia niega que tenga intenci¨®n de realizar una nueva agresi¨®n militar en Ucrania y ha acusado a la OTAN y a los aliados occidentales de Kiev de fomentar la tensi¨®n, armar a los ucranios para incitar a que intervengan militarmente para recuperar Donetsk y Lugansk y preparar ¡°provocaciones¡±.
Putin ha exigido a la Alianza Atl¨¢ntica y a Estados Unidos ¡ªa quien ha tomado como interlocutor ignorando a la Uni¨®n Europea¡ª que se retire toda fuerza de Europa del Este, Asia Central y el C¨¢ucaso, que considera su esfera de influencia, y que retire la invitaci¨®n de membres¨ªa de la OTAN a Ucrania y a Georgia. En respuesta, Washington y la Alianza ofrecen a Mosc¨² acuerdos de desarme, seg¨²n los documentos a los que tuvo acceso EL PA?S; una oferta que Putin cree decepcionante.
Incluso con la acumulaci¨®n de tropas en Bielorrusia, los expertos y el Gobierno ucranio consideran que Mosc¨² a¨²n no tiene n¨²meros suficientes para una intervenci¨®n a gran escala. Aunque hay otros escenarios sobre la mesa. Y uno de ellos implica tambi¨¦n a Minsk. Y no solo como ¡°trampol¨ªn¡±, como apuntaba el jefe del Consejo de Seguridad de Ucrania. El Kremlin ha amenazado con tomar medidas ¡°pol¨ªtico-militares¡± si no se atiende a sus demandas. Y una de esas medidas podr¨ªa ser colocar armas nucleares en territorio bielorruso, que hace frontera con tres pa¨ªses de la OTAN (Polonia, Letonia y Lituania), adem¨¢s de con Ucrania.
En Chernihiv, a 60 kil¨®metros de los postes de madera y el alambre de p¨²as que ribetean parte de la frontera, Nastia Lutshchenko dice que no le preocupa una posible invasi¨®n en absoluto. ¡°Hace tiempo que dej¨¦ de ver las noticias. Prefiero no creer todo esto de la amenaza. No tengo miedo ninguno¡±, dice la joven de 25 a?os, empleada en una tienda de golosinas del centro de la ciudad, de 285.000 habitantes. En el terrapl¨¦n de la catedral de Santa Catalina, donde decenas de ni?os y j¨®venes se lanzan con trineo, Alexandr Skorapick, de 36 a?os, tampoco siente especial presi¨®n. ¡°Es todo una gran paranoia. Todo est¨¢ bajo control, llevamos viviendo as¨ª con esta tensi¨®n por la guerra del Este desde 2014¡å, dice Skorapick, gerente en una planta textil, que espera que las maniobras de Bielorrusia no deriven en nada m¨¢s. ¡°Adem¨¢s, qu¨¦ iban a hacer en Chernihiv, una ciudad peque?a¡¡±, plantea.
Dmytro Naumenko, director de la ONG de derechos humanos M.A.R.T., tiene una opini¨®n algo m¨¢s sombr¨ªa. Le preocupa m¨¢s la posibilidad de que Mosc¨² coloque a escasos kil¨®metros armas nucleares. ¡°Ese problema adem¨¢s, ser¨ªa un problema para toda Europa no solo para Ucrania, aunque todo en esta guerra lo es¡±, apunta. En la unidad de c¨¢ncer del hospital infantil regional de Chernihiv, el onc¨®logo Egor Pavlenko comenta que prefiere no pensar en escenarios de una guerra caliente. Las maniobras de desestabilizaci¨®n o ciberataques ya ser¨ªan suficientemente malos. Como la mayor¨ªa en Chernihiv, cree que no hay peligro y que toda esta escalada es un inmenso juego pol¨ªtico de Putin. ¡°Siempre hay que estar alerta, pero de momento no hay ning¨²n plan de contingencia especial¡±, afirma, ¡°y eso es buena se?al¡±.
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