?Qui¨¦n tiene m¨¢s ciberpoder? Una radiograf¨ªa de las capacidades de EE UU, China, Rusia y otras potencias
En una ¨¦poca marcada por vehementes intentos de reconfigurar el orden mundial, EL PA?S inicia una serie dedicada a algunas de las ¨¢reas m¨¢s relevantes de competici¨®n
¡°Tened miedo, y preparaos para lo peor¡±. A mediados de enero, mientras las tropas rusas se iban acumulando en la frontera con Ucrania y se suced¨ªan fren¨¦ticos intentos diplom¨¢ticos para evitar una conflagraci¨®n b¨¦lica, un ciberataque que llevaba ese mensaje por bandera empez¨® a infiltrarse en sistemas inform¨¢ticos ucranios. Varias p¨¢ginas webs gubernamentales colapsaron debido a la ofensiva.
Las autoridades de Kiev ¨Dy la l¨®gica¨D apuntaron enseguida hacia Mosc¨² como responsable del ataque. Seg¨²n un an¨¢lisis de Microsoft publicado dos d¨ªas despu¨¦s, su alcance es probablemente m¨¢s extendido del impacto evidente a primera vista y representa ¡°un riesgo elevado¡± para agencias gubernamentales. Es pr¨¢cticamente un¨¢nime entre los expertos la opini¨®n seg¨²n la que, si Rusia decide proseguir en su escalada frente a Ucrania ¨Dy a Occidente¨D, el ciberespacio ser¨¢ uno de los terrenos que aprovechar¨¢ para ello. En el pasado, Rusia lleg¨® a sabotear la red el¨¦ctrica del pa¨ªs vecino. Y el oleaje podr¨ªa llegar m¨¢s lejos: el viernes, los servicios brit¨¢nicos exhortaron a las grandes empresas a reforzar la seguridad antes posible ataques rusos.
¡°Las ciberoperaciones de Rusia contra Ucrania representan la campa?a ofensiva m¨¢s agresiva de una potencia contra otro pa¨ªs¡±, dice Greg Austin, director del programa Ciber, Espacio y Conflictos del Futuro del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IISS, por sus siglas en ingl¨¦s). ¡°La intensidad se agudiza. Lo que hemos visto en los ¨²ltimos tiempos es una ronda de ataques, por lo general con naturaleza de espionaje, contra un amplio abanico de objetivos de importancia estrat¨¦gica. Esto es importante porque, claro est¨¢, todo ciberespionaje puede utilizarse para preparar ataques de sabotaje¡±.
El episodio es un inquietante recordatorio de la importancia central que el ciberpoder tiene en la competici¨®n entre potencias en el siglo XXI. Nuestro tiempo asiste al mayor desaf¨ªo del statu quo visto en d¨¦cadas, discutido por una China en poderoso ascenso y una Rusia decidida a afianzar sus intereses. Con el ciberespacio, este peri¨®dico empieza una serie de informaciones que pretenden aclarar la relaci¨®n de fuerzas de los principales Estados y alianzas en algunas ¨¢reas decisivas para plasmar el futuro.
La dimensi¨®n digital es fundamental en la vida de las sociedades modernas. La prosperidad y seguridad de una naci¨®n dependen de ella, y su adecuada defensa es por tanto una cuesti¨®n existencial para un Estado. Hay varios vectores de inter¨¦s para un Gobierno en este dominio, bien por el lado defensivo u ofensivo. Pueden destacarse las actividades de espionaje exterior (pol¨ªtico, militar, industrial), de sabotaje (infraestructuras, servicios esenciales, etc.), de interferencias en la vida colectiva de una sociedad adversaria (fomentar la discordia, influenciar elecciones, etc.) o de vigilancia interior (terrorismo, criminalidad, disidencia en el caso de reg¨ªmenes).
En paralelo, discurren otros aspectos de gran importancia, como el esfuerzo para plasmar normas y est¨¢ndares internacionales de forma acorde a los intereses nacionales o, por ejemplo, reforzar la seguridad ante amenazas procedentes de grupos criminales, como los ciberchantajes.
Todas estas cuestiones tienen una relevancia trascendental en este tiempo turbulento: ?C¨®mo se sit¨²an las principales potencias el mundo en este terreno? ?Qui¨¦n tiene las mejores capacidades? ?Qui¨¦n tiene m¨¢s ambici¨®n?
Los intentos de an¨¢lisis se enfrentan a la dificultad de juicio en un dominio extremadamente opaco. Sin embargo, hay elementos suficientes como para se?alar rasgos relevantes, tendencias y emitir algunas consideraciones. Varios estudios ofrecen s¨®lidas radiograf¨ªas de capacidades, como los del Belfer Center de Harvard, del IISS (del que Austin fue autor principal) o del Instituto Potomac.
En un juicio sint¨¦tico, hay convergencia de los expertos en considerar que Estados Unidos es la potencia dominante, que retiene una considerable ventaja sobre los dem¨¢s; que China hace un enorme esfuerzo para recuperar terreno, y es el ¨²nico actor con capacidad de situarse en niveles de excelencia en todos los sectores ciber junto a EEUU; que Rusia es un protagonista extremadamente agresivo, con altas capacidades ofensivas pero tambi¨¦n claras limitaciones; que varios pa¨ªses europeos son actores relevantes, pero su tama?o limitado y las dificultades para construir sinergias en el seno de la UE ponen la sordina a sus perspectivas.
La actividad ofensiva
Austin y sus colegas publicar¨¢n en las pr¨®ximas semanas un nuevo estudio espec¨ªfico acerca de la actividad ofensiva de Estados Unidos, Rusia y China. Su conclusi¨®n, adelanta, es que en t¨¦rminos de sabotaje e influencia Rusia es el actor m¨¢s agresivo, ante Estados Unidos, y despu¨¦s China. Pek¨ªn, en cambio, es notoriamente muy activo en el sector del espionaje, especialmente para robar secretos industriales. Julia Voo, una de las autoras del estudio del Belfer Center de Harvard y especialista en China, subraya en ese sentido el reciente activismo de Pek¨ªn para recolectar inteligencia acerca de investigaciones sobre el coronavirus. En cuanto a potencial ofensivo, es razonable pensar que Rusia y China son las fuerzas m¨¢s capacitadas despu¨¦s de EE UU ¨Dpor experiencia acumulada, tipo de liderazgo, medios¨D. En el sector ofensivo, cabe destacar otros dos actores por su activismo: Ir¨¢n y Corea del Norte, que figuran junto a las tres grandes potencias entre los cinco pa¨ªses que m¨¢s ataques acumulan seg¨²n el recuento que lleva a cabo el Consejo de Relaciones Exteriores de EE UU.
La fenomenolog¨ªa conocida de actividades da una idea de la enorme trascendencia de las cibercapacidades. Desde el virus que en 2010 averi¨® parte de la infraestructura del programa nuclear iran¨ª ¨DStuxnet, elaborado por EEUU e Israel seg¨²n los expertos¨D, hasta la vigilancia masiva de EE UU revelada por Edward Snowden en 2013, las interferencias rusas en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 o el sabotaje del importante oleoducto Colonial en 2021, lo evidente ya inquieta. Pero hay much¨ªsimo m¨¢s que no se ve, no solo en t¨¦rminos de espionaje, sino tambi¨¦n de actividades de reconocimiento y toma de posiciones previas para posibles acciones futuras. Ante este panorama, todos los Estados buscan afianzar sus posiciones.
¡°El impulso se nota en m¨²ltiples aspectos¡±, comenta Voo. ¡°Por un lado, los Estados publican ciberestrategias de alcance cada vez mayor; por el otro, introducen elementos regulatorios para reforzar la ciberresiliencia en el conjunto de la sociedad. Uno es tan fuerte como lo es el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena¡±, a?ade.
El sector privado
La situaci¨®n del sector privado es un componente esencial para medir el ciberpoder de un pa¨ªs. ¡°EE UU tiene las capacidades m¨¢s avanzadas. Puede ir a cualquier parte y hacer cualquier cosa en el ciberespacio¡±, dice Austin. ¡°Esto se debe a que ha trabajado a fondo en ello desde hace al menos 25 a?os, si no 30. A que tiene un complejo militar industrial m¨¢s avanzado. Pero tambi¨¦n a que tiene las compa?¨ªas m¨¢s poderosas en el sector, y a la capacidad de movilizar el potencial privado para objetivos militares y encubiertos¡±.
Ning¨²n otro pa¨ªs del mundo tiene tantas compa?¨ªas tan avanzadas, ni la capacidad de articular una eficaz interacci¨®n entre Gobierno, empresas y departamentos de investigaci¨®n universitaria. ¡°El Ejecutivo de EE UU puede trabajar con estos referentes para producir capacidades que nadie m¨¢s puede alcanzar¡±, a?ade Austin.
En este apartado, China cuenta con un creciente panorama de empresas y laboratorios fuertes. La perspectiva es alentadora para Pek¨ªn. En inteligencia artificial, por ejemplo, el empuje chino es realmente notable. Pero, en conjunto, el gigante asi¨¢tico todav¨ªa se halla a una distancia considerable de EE UU en cuanto a tecnolog¨ªas punteras y tambi¨¦n en nivel general de ciberseguridad. A su favor, en cambio, destaca la pujanza manufacturera, que le ofrece una ventaja en t¨¦rminos de control de elementos estructurales que tambi¨¦n importan en el pulso cibern¨¦tico, como ha quedado evidente en la gran pugna por la instalaci¨®n de las redes 5G.
Un panorama vivaz del sector privado ofrece, con distintos matices, ventajas comparativas a pa¨ªses de la UE y a otras ciberpotencias respetables como el Reino Unido, Canad¨¢ o Israel, con respecto a econom¨ªas mucho menos vibrantes, como Rusia, Ir¨¢n, o, por supuesto, Corea del Norte.
Las alianzas
Otro elemento fundamental para dibujar el mapa de relaci¨®n de fuerzas es el de las alianzas. Este es otro factor que apuntala la posici¨®n dominante de EE UU, ya que entre sus aliados figuran algunos de los Estados m¨¢s capaces, mientras China y Rusia no cuentan con ning¨²n socio de primer orden.
En el sector hay un entramado de alianzas de distintas caracter¨ªsticas que se sobreponen. Destacan el grupo de los Cinco Ojos (EE UU, Reino Unido, Canad¨¢, Australia y Nueva Zelanda), obviamente la OTAN y la UE, pero tambi¨¦n convergencias de otro tipo, pol¨ªticas (G7) o de Defensa (QUAD, AUKUS, ambas con proyecci¨®n indo-pac¨ªfica) y muchas relaciones bilaterales fructuosas. Cada cual tiene un ¨¢mbito de desarrollo. ¡°Las alianzas son un factor interesante y complejo. Se nota aqu¨ª la perspectiva del minilateralismo que parece ser una apuesta de la Administraci¨®n Biden, con una pl¨¦yade de geometr¨ªas que sirven prop¨®sitos ligeramente diferentes¡±, comenta Voo.
Los Cinco Ojos, con un largo historial y una alta confianza entre los socios, tiene un considerable nivel operativo. La OTAN, por supuesto, tiene relevancia defensiva, pero es un grupo amplio ¡ª30 pa¨ªses¡ª y con niveles de confianza variables entre socios. Para Washington, una cosa es compartir con Londres, otra con Budapest. Para Par¨ªs, un asunto es cooperar con la otra gran potencia de la UE, Alemania, otra con un Reino Unido en fase de relaci¨®n turbulenta.
En cuanto a la UE, el grupo avanza hacia una mayor coordinaci¨®n. Cuenta con un agencia de ciberseguridad (ENISA), un andamiaje para adoptar sanciones en represalia por ataques. Hay planes para constituir una ciberunidad conjunta con cierta ambici¨®n y, seg¨²n anunci¨® la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, en el discurso del estado de la Uni¨®n del pasado septiembre, activar una pol¨ªtica de ciberdefensa. Esto ¨²ltimo, como todo lo que ata?e a la defensa, es especialmente complicado. M¨¢s espacio hay para avanzar hacia objetivos que fija la ciberestrategia de 2020: soberan¨ªa tecnol¨®gica, capacidad de disuadir o repeler ataques, proyecci¨®n global normativa y regulatoria.
¡°La primera estrategia en esta materia es de 2013. En menos de 10 a?os el nivel de progreso no tiene parang¨®n en otras ¨¢reas de seguridad. Naturalmente hay que mirar los detalles, y hay ¨¢reas mejores que otras. Pero en conjunto creo que el progreso logrado es sustancial¡±, afirma Patryk Pawlak, experto que lidera el ¨¢rea de ciber del Instituto de Estudios de Seguridad de la UE (IES). ¡°Si se mira desde el punto de vista de la Defensa, por supuesto hay mucho que hacer. Es l¨®gico que se desee estar a la altura de EE UU y China, pero no hay que olvidar que esto es otra cosa¡±. Pawlak ha coordinado un estudio publicado el a?o pasado por el IES sobre las perspectivas de cooperaci¨®n internacional en la materia.
En ese contexto, Espa?a es un socio con ¡°capacidades t¨¦cnicas son muy buenas, tanto nivel de recopilaci¨®n de inteligencia, como defensivas¡±, considera Raquel Jorge Ricart, investigadora del Real Instituto Elcano que trabaja en la agenda tecnol¨®gica y digital. La experta se?ala que estrategia nacional de ciberseguridad se considera ¡°uno de los grandes ejemplos de potencia media¡± y destaca entre las ¨¢reas que necesitan mejorar la protecci¨®n de las infraestructuras p¨²blicas y ampliar la proyecci¨®n del ¨¢rea ciber en un abanico m¨¢s amplio de pol¨ªticas.
Normas y est¨¢ndares
Las alianzas son naturalmente fundamentales tambi¨¦n en la vertiente normativa relacionada con el ciberespacio. Desde hace tiempo se libra un pulso importante en esta materia ¡°entre Estados Unidos y sus aliados, por un lado, y China, Rusia y otros 40 o 50 pa¨ªses, por el otro¡±, dice Austin. Si en el ¨¢mbito operativo los occidentales no afrontan nada parecido a una alianza, en el debate normativo s¨ª hay un cierto grado de convergencia entre un bloque de pa¨ªses que abanderan una alternativa, nutrido por destacados reg¨ªmenes autoritarios.
Aunque es poco realista la perspectiva de pactar significativas normas vinculantes a escala global ¨Ds¨ª existe un cuerpo de normas voluntarias definidas en 2015 por un grupo de expertos gubernamentales bajo la ¨¦gida de la ONU¨D la ciberdiplomacia sigue siendo un factor importante en un ¨¢mbito en constante evoluci¨®n y con mil facetas.
Un segundo nivel de este terreno es el de la fijaci¨®n de est¨¢ndares. ¡°Aqu¨ª se ha construido la narrativa de que China ha logrado dominar la imposici¨®n de est¨¢ndares, pero es un mito al 100%¡±, dice Austin. ¡°Por supuesto Pek¨ªn lo intenta, pero los cuerpos que se dedican a ello son muy democr¨¢ticos y Occidente mantiene mucha influencia gracias a que todav¨ªa tienen un enorme peso con sus empresas. La UE, por ejemplo, en este apartado es importante¡±, agrega.
Otras potencias
Jap¨®n, tercera econom¨ªa del mundo, cuenta con el activo de una sociedad muy tecnol¨®gica y digitalizada, pero el liderazgo pol¨ªtico no ha afrontado con determinaci¨®n esta materia, dejando al pa¨ªs en una situaci¨®n de retraso con respecto a su potencial. El pa¨ªs asi¨¢tico lanz¨® el pasado mes de septiembre una Agencia Digital, brazo ciber del Ejecutivo, con el que pretende reorganizar el sector.
La India dispone de una econom¨ªa digital de tama?o considerable y de especialistas que brillan. Pero su capacidad p¨²blica est¨¢ muy rezagada con respecto a las grandes potencias, y su radio de acci¨®n est¨¢ muy concentrado a escala regional.
En Oriente Pr¨®ximo, destaca Israel, pa¨ªs con grandes capacidades, tanto por una econom¨ªa vibrante que desarrolla conocimiento y tecnolog¨ªa, as¨ª como por las determinaci¨®n de los poderes p¨²blicos en esta materia. Pegasus, un software de espionaje desarrollado por una de sus compa?¨ªas y vendido a muchos pa¨ªses, es objeto de un esc¨¢ndalo internacional por el terrible uso que se ha hecho de ¨¦l contra disidentes o periodistas. En la regi¨®n, otros actores son muy activos en la materia, especialmente Ir¨¢n, aunque con capacidades limitadas.
En Europa, los expertos tienden a destacar al Reino Unido y Francia como los mejor situados.
La batalla por el control del ciberpoder est¨¢ lanzada en m¨²ltiples planos. La hegemon¨ªa en el mundo moderno depende en gran medida del desarrollo de esta competici¨®n invisible.
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