En las trincheras del Donb¨¢s, la guerra abierta con Rusia ya se siente inminente
A medida que se dispara la violencia y se acerca la amenaza del Kremlin, los soldados de la l¨ªnea del frente aseguran que est¨¢n preparados en caso de invasi¨®n
En otro tiempo fue una pujante f¨¢brica de aparatos mec¨¢nicos de Avdiivka, en el rico este de Ucrania. Ahora, la instalaci¨®n es un solar picoteado de agujeros encharcados, sembrado de camiones calcinados y edificios casi sin techo. Da entrada a un puesto avanzado del Ej¨¦rcito ucranio en plena l¨ªnea del frente. Incrustado en el suelo, un proyectil met¨¢lico da la bienvenida. A un palmo, otro resto de munici¨®n ha hecho un agujero y horadado el cemento, impregnando todav¨ªa m¨¢s el paisaje de aire de pel¨ªcula postapocal¨ªptica.
¡°Estos dos morteros son nuevos. 82 mil¨ªmetros. Los dispararon hace dos d¨ªas¡±, apunta el comandante Denis. De fondo, los disparos de artiller¨ªa atronan la fr¨ªa y brillante ma?ana de febrero. La violencia se ha intensificado en la l¨ªnea del frente del conflicto entre Kiev y los separatistas prorrusos apoyados por el Kremlin; una l¨ªnea de 440 kil¨®metros a lo largo de Ucrania que se ha convertido en el principal foco geopol¨ªtico mundial. Y mientras el Gobierno ucranio se prepara para una guerra a gran escala por la amenaza rusa, en las serpenteantes trincheras de Avdiivka, en la parte de la regi¨®n de Donetsk que controla el Gobierno de Kiev, los soldados dicen que est¨¢n preparados para cualquier escenario. ¡°Cada hombre, en tiempos dif¨ªciles deber¨ªa estar aqu¨ª¡±, zanja Oleg, un bombero alistado hace seis meses.
Los temores a que la larga guerra de trincheras y escarceos se convierta en una contienda abierta est¨¢n tomando cada vez m¨¢s cuerpo en Ucrania. Rusia ¡ªque ha acumulado ya unos 190.000 soldados a lo largo de las fronteras del norte y este de Ucrania, atenazando a la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica¡ª tiene ya suficientes equipos preparados, para lanzar una invasi¨®n a gran escala sobre Ucrania, seg¨²n creen los servicios de espionaje de Estados Unidos. El Gobierno de Volod¨ªmir Zelenski, que lleva semanas encadenando llamadas a la calma, ahora tiene informaci¨®n de que una intervenci¨®n militar de Mosc¨² ¡ªincluso un ataque a la capital, Kiev¡ª podr¨ªa ser inminente.
El Ejecutivo ucranio ha cambiado el paso a pie de guerra. Est¨¢ reforzando al Ej¨¦rcito en el Donb¨¢s, ha decretado la movilizaci¨®n de grupos de reservistas y declarado el estado de emergencia en todo el pa¨ªs, una medida que no llega a la ley marcial, pero permite a las autoridades imponer restricciones en el transporte, proh¨ªbe las huelgas e incluso avala introducir toques de queda.
M¨¢s de 36.000 reservistas con experiencia en combate est¨¢n siendo convocados ahora, seg¨²n el asesor de seguridad nacional de Zelenski, Oleksi Danilov. Como Valeri Kovaliov, que luch¨® en el Donb¨¢s en 2014. Ahora cree que volver¨¢ a la zona. ¡°Tenemos que hacer todo lo que est¨¦ en nuestra mano. Este es nuestro pa¨ªs, no dejaremos que nos roben otro pedazo¡±, dice.
La escalada de Rusia sobre Ucrania, lejos de enfriarse, sigue calent¨¢ndose. La crisis alcanz¨® un punto clave el lunes, cuando el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, en un feroz discurso a la naci¨®n carg¨® contra el Gobierno de Ucrania ¡ª¡±un pa¨ªs ficticio en su lectura de la historia¡±, afirm¨®¡ª y anunci¨® el reconocimiento como Estados a las regiones separatistas del Donb¨¢s; poco despu¨¦s, orden¨® enviar al Ej¨¦rcito para realizar en los territorios ¡°misiones de mantenimiento de paz¡±. Pronto se vieron tanques y otros equipos militares ¡ªsin insignias visibles¡ª movi¨¦ndose a trav¨¦s del territorio de Donetsk en manos de los secesionistas.
El reconocimiento de las autodenominadas ¡°rep¨²blicas populares¡± de Donetsk y Lugansk no solo cuestiona la soberan¨ªa de la vecina antigua rep¨²blica sovi¨¦tica y la legislaci¨®n internacional, sino que tambi¨¦n echa gasolina al fuego al hacerlo en los t¨¦rminos de los secesionistas, que reclaman la totalidad de ambas regiones, aunque solo controlan una parte que no incluye importantes ciudades como la portuaria Mari¨²pol, Kramatorsk o Sloviansk. Denis Pushilin ¡ªel jefe separatista de Donetsk, alzado por el Kremlin, con pasaporte ruso y miembro del partido del Gobierno, Rusia Unida¡ª lanz¨® este mi¨¦rcoles un ultim¨¢tum a Kiev y exigi¨® al Gobierno de Zelenski retirar las tropas de todo el Donb¨¢s.
En el barrizal de las trincheras de Avdiivka, en la guerra que va a cumplir ocho a?os y que parece interminable, Alex¨¦i, de 22 a?os, dice que est¨¢ preparado para lo peor. Como muchos j¨®venes ucranios, ha crecido en el Ej¨¦rcito. Asegura que desde la semana pasada, los ataques desde la zona separatista, a solo unos cuantos kil¨®metros, son constantes. El tenue alto el fuego firmado en 2019 ¡ªel en¨¦simo¡ª siempre se ha incumplido, pero la situaci¨®n ahora es distinta. Los separatistas no solo disparan, asegura, tambi¨¦n intentan incursionar en territorio controlado por el Gobierno en peque?os grupos, apunta. ¡°No s¨¦ cu¨¢les son los planes de Putin. Lo que puedo suponer es que los rusos entrar¨¢n, si no ahora, la pr¨®xima vez¡±, asevera el joven, que lleva atados al pardo chaleco antibalas lazos azules y amarillos, los colores de la bandera ucrania.
El martes, la misi¨®n de observaci¨®n de la OSCE report¨® 1.947 violaciones del alto el fuego en las regiones de Donetsk y Lugansk. Hasta las ocho de la tarde de este martes¡ªmientras Occidente ondeaba sanciones contra el c¨ªrculo de Putin, su aparato de seguridad y comunicaci¨®n y el gasoducto Nord Stream 2¡ª el Ej¨¦rcito ucranio contabiliz¨® 84 ataques; 76 de ellos, con munici¨®n prohibida por los pactos de Minsk que Putin dinamit¨® el lunes al reconocer la independencia de las regiones separatistas. Los acuerdos, firmados en 2015 por Mosc¨², Kiev y representantes de los separatistas con mediaci¨®n de Francia, Alemania y bajo la ¨¦gida de la OSCE, nunca trajeran la paz, pero s¨ª congelaron la l¨ªnea del frente, que ha permanecido inamovible desde entonces.
Pintadas en las paredes
Inamovible pero desde luego no tranquila. En Avdiivka, en 2017, en esa zona industrial se produjo la batalla m¨¢s mort¨ªfera desde los acuerdos de paz. Dur¨® seis d¨ªas y caus¨® al menos una veintena de muertos. Ahora las pintadas en las paredes de una de las instalaciones de la antigua f¨¢brica, otra de las fulminadas por la guerra en una regi¨®n que fue motor minero e industrial del pa¨ªs, dan muestra del estado de ¨¢nimo de la tropa. Una, al lado de un dibujo algo infantil de un pene, insulta a Putin. ¡°En esta casa nos hace felices recibirte si est¨¢s invitado. Si no, vete al infierno!¡±, reza otra m¨¢s educada.
Cerca, entre las barricadas de llantas de neum¨¢tico y paneles met¨¢licos, que alternan los suelos de ajada l¨¢minas de madera y el lodo, Maxim, de 26 a?os, dice que se siente seguro. ¡°Llevamos as¨ª ocho a?os. Todo puede empeorar, pero ya han pasado muchas cosas todo este tiempo. Aqu¨ª estamos preparados para proteger nuestro pa¨ªs¡±, afirma.
El d¨¦bil y paup¨¦rrimo Ej¨¦rcito ucranio de 2014, al que tom¨® casi por sorpresa la invasi¨®n rusa de Crimea y su posterior anexi¨®n con un refer¨¦ndum ilegal y que enfrent¨® a los separatistas sustentados por Mosc¨², ha evolucionado en estos a?os, con m¨¢s fuerzas, mejor formadas y suministros de ayuda de Occidente, en forma de armas, fondos y formaci¨®n. Aun as¨ª, la diferencia es oce¨¢nica: Rusia tiene a unos 900.000 efectivos en servicio activo frente a los 200.000 de Kiev, a los que ahora se sumar¨¢n los reservistas.
Entre las redes de camuflaje que techan uno de los puestos de observaci¨®n, Oleg, de 44 a?os, se prepara para su turno con una pesada ametralladora autom¨¢tica: ¡°Esto siempre es peligroso, es la guerra, pero no hay elecci¨®n Estamos en casa, en nuestra tierra¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.