Rosa Elvira Cely (Colombia)
La batalla de su familia y de los colectivos feministas para que no quedara impune el crimen brutal del que fue v¨ªctima permiti¨® tipificar el delito de feminicidio en Colombia
Su nombre era Rosa Elvira Cely: fue asesinada en mayo del 2012 y el Estado podr¨ªa haber evitado su muerte. En 2015, fue su nombre el que ayud¨® a cambiar al Estado.
Rosa Elvira Cely era una mujer de 35 a?os que viv¨ªa en Bogot¨¢, ten¨ªa una hija de 12 a?os, trabajaba en un puesto ambulante en la calle durante el d¨ªa y por la noche estudiaba en una escuela p¨²blica para terminar su secundaria. Un excompa?ero de esa escuela la asesin¨® la madrugada de un jueves en un parque central de Bogot¨¢. Esa noche, casi milagrosamente, Cely alcanz¨® a marcar a un n¨²mero de emergencias. ¡°Estoy en el Parque Nacional. Me est¨¢n violando¡±, le grit¨® a la polic¨ªa y les dijo su ubicaci¨®n. Las autoridades no llegaron a tiempo. Cuando la encontraron, estaba tirada en el suelo con hipotermia, herida en varias partes del cuerpo y con se?as de estrangrangulamiento. Un an¨¢lisis posterior revel¨® que el asesino hab¨ªa introducido un objeto por su ano, posiblemente un palo, con el que destruy¨® su ¨²tero y trompas de falopio. Rosa Elvira Cely fue llevada a un hospital y muri¨® tras cuatro d¨ªas en cuidados intensivos.
El Estado no solo le fall¨® esa noche. El diario nacional El Espectador encontr¨® que Javier Velasco, el asesino, ya hab¨ªa hab¨ªa sido condenado previamente por matar otra mujer en 2002 (solo cumpli¨® 19 meses de condena); que ten¨ªa una denuncia penal por abuso sexual de sus dos hijastras y que algunas autoridades hab¨ªan advertido el riesgo de que Velasco volviera a asesinar a una mujer. La historia, efectivamente, se repiti¨®.
¡°Yo no sab¨ªa nada de temas de g¨¦nero en ese momento¡±, cuenta a El PA?S Adriana Cely, hermana de Rosa, que se encarg¨® del proceso judicial de su hermana. ¡°No ten¨ªa conocimientos especializados pero cuando me enfrento a lo que ocurre, pues veo mucha negligencia de las instituciones, veo que el proceso penal le falla a las mujeres, y que eso tambi¨¦n vulneraba a mi hermana. Cuando empiezo a percibir eso, empiezo a formarme en seminarios, foros y ah¨ª empiezo a entender. Ah¨ª fue que conoc¨ª unas organizaciones de mujeres que quer¨ªan tipificar el feminicidio en Colombia¡±.
La muerte de Rosa Elvira Cely fue uno de muchos casos de violencia, pero la crueldad del homicidio fue tal que la noticia logr¨® despertar la indignaci¨®n general: hubo marchas de rechazo, campa?as en redes sociales, investigaciones rigurosas de medios de comunicaci¨®n. Algunos colectivos feministas vieron en este homicidio un ejemplo m¨¢s de porqu¨¦ hab¨ªa que cambiar el Estado colombiano. Era hora, exig¨ªan, de tipificar por primera vez el delito de feminicidio. ¡°Quien estaba apoyando el proyecto era una congresista que se llama Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, pero ya hab¨ªa antes de ella todo un movimiento de mujeres que ven¨ªan pidieron al Congreso que lo aprobara¡±, cuenta Adriana Cely. Aunque Ram¨ªrez era congresista de un partido de izquierda minoritario, el Polo, a la iniciativa la apoyaron congresistas de todo el espectro ideol¨®gico y por esto logr¨® aprobarse en 2015.
La ley Rosa Elvira Cely de 2015 tipifica un feminicidio como ¡°causar la muerte de una mujer por su condici¨®n de ser mujer o por motivos de su identidad de g¨¦nero¡±. Con esto, los transfeminicidios quedan tambi¨¦n inclu¨ªdos. Los acusados por este tipo de delito podr¨ªan ser condenados a penas que van de los 250 meses (20 a?os) y hasta 600 meses (50 a?os). La ley tambi¨¦n establece unas obligaciones a las instituciones judiciales para tratar este tipo de casos penales, y otras obligaciones a las instituciones pedag¨®gicas para identificar y prevenir la violencia de g¨¦nero.
¡°Fue casi una reparaci¨®n¡±, dice Adriana Cely sobre el hecho de que la ley lleve el nombre de su hermana. ¡°Para mi familia fue importante: la ley tiene un nombre, y la gente con ella puede hacer memoria de lo que ocurri¨®¡±. Nombrar la violencia ha sido una de las banderas del movimiento feminista y en este caso eran dos los nombres que entraban al l¨¦xico al aprobar la ley: el de de Rosa Elvira Cely, para no olvidar lo que le ocurri¨® a ella; el del feminicidio, para nombrar lo que le ocurre a muchas m¨¢s. ¡°Es tambi¨¦n como decirle a mi hermana que su muerte no fue en vano¡±, dice Adriana Cely. ¡°Debemos lograr nombrar a todas esas mujeres, porque esos feminicidios tienen un nombre, no son solo una cifra m¨¢s¡±.
No son solo una cifra m¨¢s, pero las cifras siguen siendo altas, aunque el Estado no ha logrado unificar el n¨²mero total de feminicidios en una sola base de datos. Yamile Roncacio es directora de la Fundaci¨®n Feminicidios Colombia, una organizaci¨®n que intenta cruzar la informaci¨®n de casos de feminicidio que aparecen en la prensa con otros casos judiciales de la Fiscal¨ªa: encontraron al menos 237 casos de feminicidio en 2020, y al menos 267 en 2021.
¡°En cifras, la ley en s¨ª misma no ha tenido ning¨²n efecto en estos a?os¡±, dice decepcionada Roncacio. ¡°Ahora, ?qu¨¦ cambi¨®? La introducci¨®n del delito de feminicidio en Colombia fue muy importante porque es el primer paso para la comprensi¨®n de por qu¨¦ a las mujeres nos matan. El delito no se crea por una cosa de populismo punitivo, como algunos quieren insistir, sino que es un asunto pol¨ªtico¡±.
Lo que logr¨® la ley Rosa Elvira Cely en siete a?os, en otras palabras, fue un cambio cultural y pol¨ªtico: entrar una herramienta al movimiento feminista para que los fiscales, o los jueces, o los abogados nombren un d¨ªa esos asesinatos como lo que realmente son: feminicidios.
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