A la caza del tibur¨®n que devor¨® a un turista en una isla del Caribe: ¡°Nos va a matar¡±

La isla de San Andr¨¦s, en el Caribe colombiano, vive conmocionada desde el viernes. Ese fue el d¨ªa en que en esta regi¨®n de mar tranquilo y aguas cristalinas un tibur¨®n tigre acab¨® con la vida de un turista italiano tras seccionarle buena parte del muslo derecho de un mordisco. El suceso, que autoridades y expertos insisten en subrayar como extra?o e inusual, ha provocado reacciones de todo tipo, desde quienes se han apresurado a pedir que se depuren responsabilidades por la presencia del tibur¨®n en una zona habilitada para el ba?o hasta quienes, directamente, han decidido organizarse para tomarse la justicia por su mano.

Aunque el tibur¨®n tigre es una especie protegida en el pa¨ªs, varios grupos de isle?os se est¨¢n movilizando en las ¨²ltimas horas para organizar batidas con el ¨²nico objetivo de acabar con la vida del animal, un hecho que ha sido denunciado ya por varias organizaciones ambientales que trabajan en San Andr¨¦s.

La caza del tibur¨®n tigre est¨¢ prohibida desde 2008. La Corporaci¨®n Raya, una organizaci¨®n que trabaja desde hace 20 a?os en defensa de los derechos de los animales, ha denunciado un video en donde se puede ver a un grupo de personas intentando cazar tiburones en las playas de la isla. Las im¨¢genes muestran c¨®mo poco despu¨¦s de iniciada la cacer¨ªa llega un barco de la Armada Nacional para intentar disuadirlos: ¡°Se recuerda al personal que se encuentra en el agua que esa especie que est¨¢n intentando cazar es una especie protegida¡±, se escucha decir a un oficial.

¡°El tibur¨®n nos va a matar¡±, responden los isle?os en el video. El miedo se ha cobrado ya su primera v¨ªctima: este fin de semana este mismo grupo mat¨® a un tibur¨®n nodriza, una especie diferente de la que acab¨® con la vida del turista el viernes. Los expertos de la Corporaci¨®n Coralina, una entidad medioambiental, aclaran que esta especie no representa ning¨²n peligro para el hombre y rechazan de plano unas acciones que, recuerdan, pueden traer consigo sanciones.

En Colombia, la caza y pesca ilegal se encuentran tipificadas en todo el territorio como un delito que comporta multas de hasta 35.000 salarios m¨ªnimos legales mensuales vigentes (el equivalente a m¨¢s de 916.500 d¨®lares) y la privaci¨®n de la libertad de 48 a 108 meses.

Ante estos acontecimientos, el ente gubernamental encargado de la zona solicit¨® apoyo a expertos en tiburones para realizar maniobras de captura y reubicaci¨®n de los ejemplares a un lugar distante de la Reserva de Biosfera Seaflower: ¡°El apoyo internacional llegar¨¢ entre lunes y martes a la isla de San Andr¨¦s. Ellos traer¨¢n aparatos satelitales que se le colocar¨¢n a los ejemplares para poder hacerles seguimiento¡±, aseguran desde la Corporaci¨®n Coralina en un comunicado.

Para ayudar en estas tareas, los ambientalistas solicitan no seguir arrojando restos de alimento al mar, pues genera que este tipo de animales, que por lo general se encuentran en aguas profundas, emerjan para alimentarse.

No es el ¨²nico h¨¢bito de los habitantes de la zona que recomiendan cambiar. Por ejemplo, la Corporaci¨®n Raya ha pedido adem¨¢s que las personas de la isla que viven del turismo dejen de cebar a los tiburones con carne para atraerlos y que los turistas puedan hacerse videos y fotos buceando con ellos.

La pr¨¢ctica, explican los especialistas, es muy habitual entre los clubes de buceo que proliferan en la zona y compiten ferozmente entre ellos por la atenci¨®n de los turistas, y acostumbra a los escualos a buscar alimento en entornos que de manera natural descartar¨ªan, como las poco profundas aguas donde nadan los humanos.

Juliana Barber¨ª, directora de la Corporaci¨®n Raya, explica que han recibido muchas quejas y denuncias por las malas pr¨¢cticas que se han hecho con el turismo para poder avistar a los tiburones. ¡°Y ahora est¨¢n matando a los tiburones para proteger sus negocios y as¨ª evitar que a los turistas les d¨¦ miedo ir a esta zona de la isla a pasar sus vacaciones¡±, explica. Barber¨ª critica la actuaci¨®n de la Gobernaci¨®n porque la soluci¨®n, cree, en ning¨²n caso es reubicar o trasladar a estos tiburones a ninguna parte. El hogar de los tiburones, cuenta, es el mar: ¡°Los quieren cerca para usarlos como entretenimiento, pero cuando se acercan demasiado, los quieren matar¡±.

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