Arturo McFields, de periodista leal al embajador que desnud¨® al r¨¦gimen de Daniel Ortega
El diplom¨¢tico, que hab¨ªa demostrado una lealtad pagada con ascensos en la diplomacia del r¨¦gimen de Managua, se ha convertido en un h¨¦roe inesperado para los nicarag¨¹enses
El periodista se mueve libremente, micr¨®fono en mano, por la casa s¨²per vigilada de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, para documentar para la televisi¨®n c¨®mo celebra la familia presidencial la Navidad. El reportero, sonriente, se acerca a la pareja, que rodeada de familiares se muestra feliz ante las c¨¢maras. El escenario ha sido montado para demostrar beatitud cristiana: enormes pi?atas que representan ¨¢ngeles coronados, manteles con flores de pascua, villancicos de fondo, lucecitas que centellean para adornar nacimientos con n¨ªveos y rechonchos Ni?os Dios e im¨¢genes cristianas mezcladas con otras m¨¢s m¨ªsticas, de Buda y Sai Baba, que forman parte del ¡°evangelio¡± propio de Murillo. El reportero se acerca a la pareja para sacar las primeras declaraciones de la noche:
¡ª?Qu¨¦ significa la Navidad para ustedes?¡ª pregunta zalamero a Rosario Murillo.
¡ªPara m¨ª la Navidad siempre ha significado la oportunidad de hacer renacer en el coraz¨®n de cada uno el nacimiento de Cristo¡ª responde complacida.
Quien hace las preguntas esa noche es Arturo McFields Yescas, un periodista del Canal 12 de la televisi¨®n local, que a?os m¨¢s tarde ser¨ªa premiado con varios cargos dentro de la diplomacia nicarag¨¹ense, hasta convertirse en octubre de 2021 en embajador del r¨¦gimen ante la OEA. Y desde ese cargo, este mi¨¦rcoles, ha lanzado una bomba sobre aquel b¨²nker donde disfrut¨® hace ya varios a?os la Navidad: ha denunciado vehementemente lo que ha calificado como una ¡°dictadura¡± que viola los derechos humanos y ha abogado por la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos. ¡°La gente de adentro del Gobierno est¨¢ cansada de la dictadura¡±, ha dicho durante una comparecencia ante el Consejo Permanente de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), en Washington.
Aquella noche navide?a, Rosario Murillo, por lo general de car¨¢cter volc¨¢nico en sus apariciones p¨²blicas, se mostraba abierta y amable. Explicaba a McFields el significado de las esculturas de Buda que resguardan su casa, en una cita que hoy puede sonar prof¨¦tica, dado el aislamiento internacional al que est¨¢ sometido el r¨¦gimen y el rechazo de la mayor¨ªa de los nicarag¨¹enses, cansados de los desmanes de la pareja presidencial que gobierna con mano de hierro Nicaragua. ¡°El Buda significa el desapego, el desprendimiento, el no apegarse a nada. Porque uno no es eterno, uno es movimiento. La vida es movimiento y uno debe fluir con ese moviendo y debe ser desprendido y saber que un d¨ªa est¨¢s aqu¨ª y otro d¨ªa est¨¢s all¨¢, pero lo ¨²nico que cuenta es que tu esp¨ªritu prevalezca¡±, dijo la primera dama y vicepresidenta. ¡°Muy bonito todo¡±, le respondi¨® el periodista.
La joya de la noche, sin embargo, es el momento en el que Daniel Ortega, vestido con camisa blanca de paz y no con su vieja vestimenta militar (una transformaci¨®n que tambi¨¦n es obra de Murillo) abre un enorme cordero que es la cena de la Nochebuena. ¡°Esto yo lo he comido all¨¢ en Libia, en los pa¨ªses ¨¢rabes. Esto se come con la mano all¨¢. La gente se sienta en el piso, se pone el cordero en medio y la gente come. Esto lo hemos hecho con el coronel Gadafi¡±, le comenta Ortega al periodista, mientras deshuesa el animal reci¨¦n asado. ¡°Haga una prueba de c¨®mo est¨¢¡±, le pide el reportero, mientras Ortega se engulle un trozo del animal. Y McFields, tras invitaci¨®n del comandante, hace lo propio. Corre 2006 y Ortega, reconvertido en candidato de la reconciliaci¨®n, aspira a retornar al poder.
Desde aquella cena libia en pleno tr¨®pico, la carrera del reportero despeg¨®. En 2011, fue nombrado como agregado de prensa de la embajada de Nicaragua en Estados Unidos. En sus redes sociales agradeci¨® al Gobierno esa oportunidad y el apoyo para perfeccionar su ingl¨¦s. A?os m¨¢s tarde ascender¨ªa al cargo de ministro consejero de la misi¨®n permanente de Nicaragua ante la OEA, hasta convertirse, en 2021, en el embajador del r¨¦gimen en ese organismo. Durante su permanencia en el cargo y hasta este mi¨¦rcoles hab¨ªa defendido los desmanes de Ortega y rechazado las consecutivas resoluciones que el Consejo Permanente hab¨ªa votado contra el Gobierno de Nicaragua, incluyendo una en la que se desconocen los resultados de las elecciones de noviembre, en las que Ortega se declar¨® vencedor con el 75% de los votos. Los comicios fueron denunciados como ¡°ileg¨ªtimos¡± por la comunidad internacional, despu¨¦s de que Ortega ordenara el arresto de los siete aspirantes a la Presidencia por la oposici¨®n, incluyendo a Cristiana Chamorro, quien, seg¨²n las encuestas, ten¨ªa las mayores probabilidades de vencer al exguerrillero.
Arturo McFields Yescas es hijo del poeta nicarag¨¹ense David McFields, quien es amigo de Murillo. Junto a ella fund¨® en los a?os setenta el llamado Grupo Gradas, conformado por artistas e intelectuales que organizaban de forma improvisada conciertos y lecturas de poemas en las gradas de las iglesias en Nicaragua para denunciar los tormentos de la dictadura somocista. Debido a ese activismo, Murillo fue detenida en 1977 por el r¨¦gimen y, tras ser liberada, se exili¨® en Caracas. El ahora exdiplom¨¢tico se gradu¨® como periodista por la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) ¡ªbasti¨®n estudiantil rebelde perseguido por el r¨¦gimen¡ª, y trabaj¨® como reportero en radios evang¨¦licas. M¨¢s tarde se integr¨® a la redacci¨®n del diario La Prensa ¡ªcuyas instalaciones han sido confiscadas por el r¨¦gimen¡ª y luego pas¨® a formar parte del equipo del Canal 12, una televisora cuyos informativos evitaban criticar la deriva autoritaria de Ortega.
McFields Yescas se ha convertido inesperadamente en un h¨¦roe para los nicarag¨¹enses que se oponen a Ortega. Desde el exilio, se ha aplaudido este mi¨¦rcoles la valent¨ªa del exreportero, que ha dado al traste con su futuro diplom¨¢tico. ¡°Admirable Arturo McFields denunciando a la dictadura de Nicaragua en la OEA. La historia recordar¨¢ su gesto y el pueblo de Nicaragua se lo agradece. Esperamos que muchos otros sigan su ejemplo. ?Dios te cuidar¨¢, Arturo! Gracias por tu gesto en favor de la vida y de la verdad¡±, ha tuiteado el obispo Silvio B¨¢ez, la voz m¨¢s cr¨ªtica de la Iglesia y a quien el Vaticano sac¨® de Nicaragua por las amenazas que recib¨ªa.
¡°Saludamos la valent¨ªa que ha tenido el embajador McFields. Es esperanzador que funcionarios del Gobierno de Nicaragua empiecen a hablar y a ventilar en estos espacios tan importantes, como la OEA, lo que est¨¢ pasando dentro de la configuraci¨®n de la dictadura Ortega-Murillo¡±, ha dicho a Efe Marlon Caldera, integrante del Consejo Pol¨ªtico de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco. Tambi¨¦n el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se ha pronunciado este viernes a trav¨¦s de Twitter, donde ha afirmado: ¡°Valoramos el coraje del Embajador de Nicaragua y su compromiso con los valores de la OEA¡±.
Admirable Arturo McFields denunciando a la dictadura de Nicaragua en la OEA. La historia recordar¨¢ su gesto y el pueblo de Nicaragua se lo agradece. Esperamos que muchos otros sigan su ejemplo. ?Dios te cuidar¨¢, Arturo! Gracias por tu gesto en favor de la vida y de la verdad.
— Silvio Jos¨¦ B¨¢ez (@silviojbaez) March 23, 2022
En Managua, sin embargo, la acci¨®n de McFields Yescas ha ca¨ªdo como una bomba. Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores afirman que, tras las declaraciones del embajador en la OEA, ¡°se ha apoderado una paranoia en el ministerio¡±. Est¨¢n a la espera, aseguran las fuentes, de una investigaci¨®n ¡°de parte de una furibunda Rosario Murillo para ver qui¨¦n sab¨ªa¡± de la decisi¨®n del diplom¨¢tico, informa Wilfredo Miranda. ¡°Hay revisi¨®n de todo: administrativa, inform¨¢tica y pol¨ªtica. Quieren ver si alguien sab¨ªa¡±, reafirman las fuentes. En un escueto comunicado publicado horas despu¨¦s de la intervenci¨®n del embajador, la Canciller¨ªa nicarag¨¹ense ha afirmado que McFields no les representa, ¡°por lo cual ninguna declaraci¨®n suya tiene validez¡±. Una reacci¨®n esperada de un r¨¦gimen cada vez m¨¢s aislado por la comunidad internacional. Mientras en Managua comienza una cacer¨ªa de brujas, en Washington McFields, que en su declaraci¨®n ha reconocido que su testimonio puede tener repercusiones para ¨¦l y su familia, sabe que los lejanos d¨ªas cuando visitaba la casa de Ortega y com¨ªa cordero a la Gadafi son ahora una vieja fantas¨ªa.
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