La resistencia ucrania en las ciudades desbarata la estrategia de Putin
La falta de efectivos, buena informaci¨®n, precisi¨®n en los disparos y eficacia en la cadena de mando explican la incapacidad rusa de conquistar urbes en Ucrania, clave para el objetivo del Kremlin de subyugar al pa¨ªs
Las ciudades son los centros neur¨¢lgicos del poder desde hace milenios. Su relevancia ha ido creciendo a lo largo de la historia de la mano de los procesos de urbanizaci¨®n, y con ella ha aumentado su importancia estrat¨¦gica en las guerras. El conflicto en Ucrania no es una excepci¨®n. Desde el principio de su ofensiva, las fuerzas rusas han apuntado hacia las principales urbes como elemento esencial para cumplir con los objetivos pol¨ªticos maximalistas perseguidos por el Kremlin. Hasta la fecha, el resultado ha sido un enorme sufrimiento para los civiles ucranios y un c¨²mulo de reveses para Rusia que han desbaratado la estrategia de subyugaci¨®n que a todas luces Mosc¨² persegu¨ªa. La resistencia ucrania en las ciudades es un factor clave que empuja el conflicto hacia una nueva din¨¢mica.
El Kremlin busc¨® someter a Ucrania yendo directamente a por Kiev, J¨¢rkov ¡ªsegunda ciudad del pa¨ªs¡ª y otros importantes centros. Un mes despu¨¦s, pese al enorme esfuerzo y al gran n¨²mero de bajas acumuladas en sus filas, no hay apenas urbes significativas en su haber, un elemento esencial para lograr el objetivo de cambio de Gobierno en Ucrania que sin duda deseaba. Mariupol resiste, en Kiev las fuerzas rusas retroceden y consolidan posiciones en vez de buscar atacar, Odesa parece fuera de sus capacidades. Ante las dificultades, Rusia recurre a bombardeos salvajes. El viernes anunci¨® una nueva fase de su ofensiva, en la que sostiene que concentrar¨¢ su acci¨®n en la regi¨®n oriental de Donb¨¢s.
¡°Las fuerzas rusas est¨¢n deliberadamente disparando de forma indiscriminada, muy destructiva¡±, comenta Anthony King, profesor de estudios de guerra en la Universidad de Warwick, en el Reino Unido. ¡°Si quisieran solo degradar las capacidades de los combatientes enemigos, los ataques ser¨ªan m¨¢s acotados. Ofensivas tan destructivas como la de Mariupol muestran una voluntad de provocar un efecto psicol¨®gico: aterrorizar a la poblaci¨®n¡±, dice King.
Queda por ver en qu¨¦ consistir¨¢ realmente la nueva fase de la que habla el Kremlin. De momento, los bombardeos siguen, e incluso han golpeado con especial intensidad en zona occidentales menos atacadas hasta ahora, como en Lviv el s¨¢bado. Las autoridades de Kiev sospechan que, ante su fracaso en la opci¨®n maximalista, Mosc¨² intentar¨¢ lograr el control de una amplia parte del sur y el este del pa¨ªs, para partir en dos a Ucrania en una suerte de coreanizaci¨®n. ¡°Hay razones para creer que est¨¢ considerando un escenario coreano para Ucrania. Este es un intento de crear Corea del Norte y Corea del Sur en Ucrania¡±, asegur¨® el general de brigada Kirill Budanov, seg¨²n recoge la agencia Unian.
En cualquier caso, la capacidad de las fuerzas ucranias de defender la mayor parte de las ciudades atacadas es el elemento estrat¨¦gico clave hasta la fecha. A continuaci¨®n, una mirada a distintas razones, objetivas y subjetivas, que ayudan a entender la capacidad de resistencia en esta primera fase de la contienda y las perspectivas para la siguiente.
La ventaja del defensor
Los expertos militares coinciden en que las guerras urbanas conceden una posici¨®n de especial ventaja al defensor. Los inmuebles y las estructuras de las ciudades ofrecen extraordinarias oportunidades para esconderse y refugiarse ¡ªm¨¢xime cuando disponen de redes de metro¡ª y para golpear de forma sorpresiva a enemigos que, para penetrar, se ven obligados a desfilar por espacios previsibles y limitados como las calles o avenidas. Se trata de un combate tan desigual que los manuales llegan a aconsejar ratios de 10 soldados de ataque por cada defensor.
La batalla de Stalingrado ¡ªactual Volgogrado, unos 600 kil¨®metros al este de Mariupol¡ª es probablemente el ep¨ªtome del espanto (casi dos millones de personas fallecieron, seg¨²n estimaciones de expertos) y de la relevancia estrat¨¦gica (marc¨® una decisiva inversi¨®n de tendencia en la Segunda Guerra Mundial) de los combates urbanos modernos. Su historia ofrece una an¨¦cdota que describe a la perfecci¨®n las consecuencias de la asimetr¨ªa entre atacantes y defensores en ese contexto.
A finales de septiembre del 1942, un pelot¨®n del 42? regimiento de la Guardia Sovi¨¦tica se hizo con el control de un edificio de cuatro plantas en la ciudad sovi¨¦tica, despu¨¦s conocido como la Casa de P¨¢vlov, por el apellido del sargento al mando de la unidad. El pelot¨®n logr¨® resistir casi dos meses en la casa frente a los ataques de las fuerzas nazis, aprovechando con inteligencia y valent¨ªa el inmueble: sus s¨®tanos para refugiarse, techos y m¨²ltiples ¨¢ngulos de disparo para defenderse, horadando la estructura para facilitar comunicaciones y movimientos internos. Un pu?ado de soldados sovi¨¦ticos logr¨® infligir una cantidad de bajas tan descomunal a los nazis que, seg¨²n se?ala Antony Beevor en su Stalingrado, el gran comandante Vasili Chu¨ªkov dir¨ªa posteriormente que fallecieron m¨¢s soldados alemanes para conquistar la Casa de P¨¢vlov que para tomar Par¨ªs.
El dilema del atacante
El episodio de Stalingrado se?ala dificultades militares que permanecen vigentes 80 a?os despu¨¦s, aunque las tecnolog¨ªas hayan avanzado mucho. Ante estas circunstancias, los comandantes de una fuerza asaltante deben decidir hasta qu¨¦ punto bombardear ¡ªlo que ablanda la resistencia con un inmenso coste civil¡ª y a partir de eso si lanzar incursiones ¡ªcon la amenaza que supone para las tropas¡ª. El punto de equilibrio elegido, de alguna manera, define el nivel de civilizaci¨®n de la sociedad de la que emana la fuerza militar en cuesti¨®n.
En esta tesitura, la doctrina militar rusa parece optar por reducir la exposici¨®n a esos encarnizados combates cuerpo a cuerpo y apostar por la laminaci¨®n de la resistencia v¨ªa bombardeos masivos. As¨ª lo hicieron en Grozni, en los a?os noventa, y en Alepo, en la d¨¦cada pasada. Y en Mariupol el patr¨®n es parecido. La ciudad est¨¢ sufriendo un alt¨ªsimo grado de destrucci¨®n. Algunas unidades rusas han entrado en la urbe, pero, seg¨²n el Pent¨¢gono, no se trata del grueso de las fuerzas del Kremlin en la zona.
El potencial destructor y atemorizante de los bombardeos contra las ciudades es enorme, especialmente si provienen de una fuerza con arsenales como los rusos. Infundir terror y hundir en la desesperaci¨®n a la poblaci¨®n es una manera de intentar socavar el apoyo a la resistencia encabezada por los l¨ªderes pol¨ªticos y militares. Pero este resultado no est¨¢ asegurado: la ciudadan¨ªa puede reaccionar mayoritariamente con deseo de lucha y venganza. Y adem¨¢s, seg¨²n se?ala King, en estas ofensivas la degradaci¨®n militar del adversario no es equivalente al grado de destrucci¨®n logrado.
Falta de precisi¨®n
Para debilitar militarmente al adversario es necesaria precisi¨®n en la informaci¨®n sobre su ubicaci¨®n y en el golpeo. ¡°Las fuerzas rusas se han mostrado muy poco competentes en este apartado, como demuestra que no hayan logrado todav¨ªa aniquilar las defensas antia¨¦reas de Ucrania¡±, dice King. O no ten¨ªan buena informaci¨®n sobre su ubicaci¨®n o no ten¨ªan precisi¨®n en los ataques. Probablemente, sea una mezcla de los dos factores. El Pent¨¢gono calcula que Rusia mantiene todav¨ªa una amplia disponibilidad de misiles en sus arsenales, pero sufre escasez en las variantes de precisi¨®n guiadas.
Insuficiencia de efectivos
Otro factor importante que condiciona las perspectivas de asalto urbano de las tropas del Kremlin es el insuficiente n¨²mero de efectivos. Muchos expertos militares consideran que, de entrada, la fuerza acumulada para la invasi¨®n ¡ªse estima entre 150.000 y 190.000 soldados¡ª no es adecuada para una operaci¨®n de amplio espectro en un pa¨ªs con la extensi¨®n y la poblaci¨®n de Ucrania. La estrategia de atacar en m¨²ltiples ejes simult¨¢neamente ha provocado una dispersi¨®n de las fuerzas rusas y graves problemas log¨ªsticos y de suministro. ¡°En ning¨²n momento han logrado una aut¨¦ntica supremac¨ªa de fuerzas terrestres¡±, observa King.
Adem¨¢s de la escasez inicial, aunque las cifras no est¨¦n claras a estas alturas, es evidente que Rusia ha sufrido un considerable n¨²mero de bajas. Mosc¨² reconoce 1.300 soldados fallecidos y 3.800 heridos. El Pent¨¢gono considera que ha perdido m¨¢s de un 10% de su fuerza inicial de combate. Fuentes de la OTAN apuntan a que incluso m¨¢s.
Cadena de mando
Otro importante factor es que el combate urbano requiere especial sofisticaci¨®n en la cadena de mando y control. En las ofensivas militares contempor¨¢neas es necesario orquestar un amplio abanico de l¨ªneas de acci¨®n y tecnolog¨ªa. ¡°Los pa¨ªses occidentales, especialmente EE UU, han evolucionado hacia estructuras de mando muy sofisticadas¡±, explica King. ¡°En Rusia, si miras la doctrina Gerasimov (apellido del jefe del Estado Mayor), cabr¨ªa imaginar que las Fuerzas Armadas se habr¨ªan modernizado alej¨¢ndose del tradicional modelo autoritario, r¨ªgido, arriba-abajo. Yo cre¨ªa que se hab¨ªan movido hacia otro modelo. Pero las ¨²ltimas semanas han demostrado una total ineficacia en gestionar una guerra del siglo XXI¡±.
Habilidad ucrania
Por otra parte, los rusos se enfrentan a unas fuerzas ucranias que han planteado hasta ahora una resistencia firme, ¨¢gil y eficaz. Su fuerza de voluntad no se ha quebrado. El suministro de armas occidentales ¡ªaunque limitado¡ª consolida su lucha, as¨ª como el flujo de informaci¨®n de inteligencia y los asesoramientos. Han obstaculizado los avances volando puentes, enfrent¨¢ndose a las cabezas de lanza aerotransportadas, golpeando la log¨ªstica de apoyo o resistiendo dentro de las ciudades asediadas con valent¨ªa.
El conjunto de estas circunstancias determina las graves dificultades rusas para conquistar ciudades, su recurso a la versi¨®n m¨¢s b¨¢rbara de la t¨¢ctica de cerco y bombardeos y el anuncio de la apertura de una nueva fase que parece asumir la falta de capacidad para conquistar todas las ciudades contra las que han lanzado operaciones simult¨¢neamente.
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