El viacrucis judicial de los Fujimori a los 30 a?os del autogolpe
La medida tuvo un respaldo mayoritario en su momento, pero los cr¨ªmenes del r¨¦gimen instaurado en 1992 a¨²n se ventilan en juicios e investigaciones fiscales
La noche del 5 de abril de 1992 el entonces presidente, Alberto Fujimori, cerr¨® el Parlamento y el Poder Judicial, sac¨® tanques a las calles y oficiales militares comenzaron a recorrer las redacciones de los principales medios para controlar las noticias. Ese d¨ªa comenz¨® la alianza del gobernante con las fuerzas armadas, dirigidas de facto por el asesor presidencial Vladimiro Montesinos. El r¨¦gimen aprob¨® el a?o siguiente una nueva Constituci¨®n que cambi¨® el modelo econ¨®mico, privatiz¨® las empresas p¨²blicas y suprimi¨® derechos laborales. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, el balance del llamado fujigolpe es menos favorable al que tuvo en los a?os 90 y los herederos del aut¨®crata pugnan por mantenerse en el poder.
El patriarca de los Fujimori, condenado en 2009 a 25 a?os de prisi¨®n como autor mediato de dos masacres cometidas por un destacamento militar creado por su administraci¨®n, est¨¢ tambi¨¦n sentenciado por robo y corrupci¨®n y debe unos 13 millones de d¨®lares de reparaci¨®n civil al Estado. Adem¨¢s, la justicia tiene pendiente solicitar a la Corte Suprema de Chile que autorice la investigaci¨®n judicial al exgobernante por las miles de esterilizaciones forzadas que realiz¨® el Ministerio de Salud a fines de los a?os 90. El aut¨®crata se fug¨® de Per¨² en noviembre del a?o 2000, acorralado por los v¨ªdeos que documentaban la corrupci¨®n de su Gobierno, se refugi¨® en Jap¨®n y luego viaj¨® a Chile, de donde fue extraditado en 2007 para enfrentar siete juicios. Para cada litigio adicional, Per¨² ha requerido a la justicia chilena una nueva autorizaci¨®n de extradici¨®n, de acuerdo al convenio entre ambos pa¨ªses.
Su hija mayor, Keiko Fujimori, ha sido tres veces candidata a la presidencia y enfrenta un proceso judicial por lavado de activos y obstrucci¨®n a la justicia debido a aportes de campa?a entregados por la transnacional Odebrecht, no declarados a las autoridades electorales ni al sistema financiero. La excongresista empez¨® su vida pol¨ªtica a los 18 a?os como primera dama cuando Fujimori se separ¨® de su esposa, Susana Higuchi, que lleg¨® a alertar de la corrupci¨®n de sus cu?ados, quienes se apropiaron de donaciones enviadas desde Jap¨®n al Gobierno para que las entregaran las personas pobres.
En los a?os 90, la mayor de los herederos de Fujimori fue a clases de pasarela y uno de sus mejores amigos era un fot¨®grafo de moda. Su rostro fue portada de la revista de entretenimiento Cosas a la que dio una entrevista: ¡°Quisiera ser m¨¢s fr¨ªa para no sufrir¡±, se titul¨®. La semana pasada, Kyara Villanela, la hija mayor de Keiko Fujimori, de 14 a?os, tambi¨¦n fue elegida como la imagen de portada, llamada Miss Fujimori. La adolescente se?ala en la revista que aunque quiere tener un nombre propio y no ser conocida solo como ¡°la hija de Keiko¡± tambi¨¦n va a luchar ¡°contra los ataques¡± a la familia. Hace un par de semanas, cuando tres magistrados del Tribunal Constitucional dieron por v¨¢lido un habeas corpus para excarcelar a Fujimori, su nieta public¨® un post en redes sociales anunciando que se preparaba para grabar v¨ªdeos en TikTok cuando saliera libre su abuelo.
El historiador Rolando Rojas anota que los Fujimori siguen una estrategia para volver al poder, que se apoya en la desestabilizaci¨®n de los gobiernos de turno ¡°para demostrar que ellos eran una mejor opci¨®n o que sus oponentes no pueden gobernar o son igual de corruptos¡±. Sin embargo, el investigador del Instituto de estudios Peruanos cree que ¡°si Keiko no llega al poder, la continuidad de los Fujimori en la pol¨ªtica peruana se termina¡±.
Aunque en las encuestas de 1992 la mayor¨ªa de la poblaci¨®n respald¨® el autogolpe, la mirada ha cambiado. De acuerdo a los resultados de las elecciones de 2021, en las que particip¨® la l¨ªder del fujimorista Fuerza Popular, ¡°hay una ligera ventaja de los que est¨¢n en contra del fujimorismo, de su significado para la democracia peruana y, por su puesto, contra el golpe¡±, comenta Rojas. Aunque acota que un sector fuerte a¨²n considera que entonces fue necesario.
Mar¨ªa Luisa Mart¨ªnez era en 1992 corresponsal en Per¨² de la cadena Univisi¨®n y fue la ¨²nica reportera de televisi¨®n que en las horas posteriores al golpe de Estado document¨® los hechos en los alrededores de Palacio de Gobierno, el Congreso y los principales diarios. ¡°?Cu¨¢l es la orden?¡±, preguntaba Mart¨ªnez a cada grupo de militares que le imped¨ªa el paso. La periodista tambi¨¦n sostiene que la visi¨®n sobre el r¨¦gimen ha cambiado. ¡°Le tom¨® mucho tiempo a los peruanos darse cuenta de que junto a las cosas buenas que pudo hacer Fujimori en su primer Gobierno hab¨ªa un lado oscuro. Hasta que no hubo un video para demostrar que la corrupci¨®n era generalizada, los peruanos prefer¨ªan seguir adelante puesto que el peor miedo lo vivieron con el terrorismo¡±, comenta.
La reportera recuerda que el golpe del 5 de abril fue celebrado por muchos debido al contexto de hiperinflaci¨®n y desastre econ¨®mico que inici¨® en los a?os 80, sin embargo, asegura que la peruana no es una sociedad a la que ¡°necesariamente le guste la mano dura si hay cierta estabilidad y puede trabajar¡±. El estado de emergencia que decret¨® a medianoche del lunes el presidente Pedro Castillo, para contener una ola de protestas contra el alza del costo de vida en varias regiones, en v¨ªsperas de los 30 a?os del autogolpe, ha tenido un eco autoritario e inconstitucional. ¡°Esta nueva crisis social es porque todos est¨¢n muy golpeados econ¨®micamente y hay una incapacidad para lidiar con la crisis pospandemia. No creo que a la gente le guste volver a la mano dura, tal vez solo para combatir la delincuencia, pero no en sus vidas cotidianas¡±, agrega la periodista y excorresponsal de guerra.
Este martes, las v¨ªctimas de los casos de violaci¨®n de derechos humanos cometidos por el destacamento militar Colina, creado por Fujimori y Montesinos, y las v¨ªctimas de esterilizaciones forzadas ten¨ªan previstas actividades p¨²blicas en rechazo al 5 de abril y a 30 a?os de impunidad y falta de justicia, sin embargo, debido a la prohibici¨®n de salir a las calles, han quedado relegadas a mensajes en Twitter y otros medios sociales.
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