Miles de franceses se manifiestan para mostrar su rechazo a la extrema derecha de Marine Le Pen
Macron hace un gui?o a la izquierda y a los j¨®venes al prometer un primer ministro ¡°encargado de la planificaci¨®n ecol¨®gica¡±
Veinte a?os despu¨¦s de la conmoci¨®n y movilizaci¨®n nacional que supuso el paso a la segunda vuelta de las presidenciales francesas de 2002 del candidato del Frente Nacional (FN) Jean-Marie Le Pen, Francia ha vuelto a movilizarse este s¨¢bado contra la extrema derecha. Miles de personas se manifestaron en decenas de ciudades de todo el pa¨ªs bajo un mismo lema: ¡°No a la extrema derecha de Marine Le Pen¡±, la hija del fundador del FN y, por segunda vez consecutiva, finalista hacia el El¨ªseo.
Pero el grito ya no es tan un¨¢nime. Ni suena tan fuerte. La marcha en Par¨ªs fue concurrida. Pero no masiva. Unas 9.200 personas desfilaron hasta la plaza de la Rep¨²blica capitalina, seg¨²n el Ministerio del Interior. En total, a nivel nacional, fueron casi 23.000, de acuerdo con las cifras oficiales. Los organizadores reivindicaron por su parte unos 40.000 manifestantes en Par¨ªs y 150.000 en toda Francia. Lejos, muy lejos, en cualquier caso, de la manifestaci¨®n entre las dos vueltas de 2002, cuando 1,3 millones de personas salieron en toda Francia a protestar contra la clasificaci¨®n de Le Pen padre, 400.000 en Par¨ªs, record¨® la emisora France Info.El hartazgo de muchos franceses, buena parte de ellos j¨®venes que no han conocido otra cosa que una extrema derecha que forma parte del paisaje pol¨ªtico nacional, se hace m¨¢s evidente que nunca y pone en peligro, como no hab¨ªa hecho antes, el frente republicano que durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ha impedido, una y otra vez, que el FN, convertido ahora en el partido Reagrupamiento Nacional, acceda al poder.
Es un electorado que busca las causas de un fracaso nacional y colectivo. Y que, al menos en parte, se revuelve contra la idea de que la ¨²nica alternativa a que en una semana haya una Le Pen presidenta es votar por su rival y mandatario saliente, el centrista Emmanuel Macron, a quien consideran corresponsable de la situaci¨®n que tiene a tantos ciudadanos hastiados. Muestra de ese hartazgo es que el grito colectivo este s¨¢bado era impedir el paso a Le Pen, pero no se realizaba un llamamiento expl¨ªcito a votar por Macron, como s¨ª han hecho algunos de sus rivales derrotados, entre ellos la socialista Anne Hidalgo, el ecologista Yannick Jadot o la conservadora Val¨¦rie P¨¦crese. No as¨ª el l¨ªder de Francia Insumisa, Jean-Luc M¨¦lenchon, que qued¨® tercero en intenci¨®n de voto y cuyos 7,7 millones de sufragios cortejan ahora los finalistas.
A la misma hora en la que se produc¨ªan las marchas en todo el pa¨ªs, Macron daba un mitin en Marsella, uno de los bastiones de M¨¦lenchon. En un abierto gui?o a los votantes de izquierda y j¨®venes que busca atraer para s¨ª el domingo pr¨®ximo, y que sit¨²an la ecolog¨ªa entre sus principales preocupaciones (y entre las principales carencias de estos ¨²ltimos cinco a?os), el presidente saliente prometi¨® que, de ser reelegido, su primer ministro estar¨¢ ¡°directamente encargado de la planificaci¨®n ecol¨®gica¡± y contar¨¢ para ello con dos ¡°ministros fuertes¡±, uno de ¡°planificaci¨®n energ¨¦tica¡± y otro de ¡°planificaci¨®n ecol¨®gica territorial¡±. El objetivo, asever¨®, es convertir a Francia en la ¡°primera gran naci¨®n que sale del gas, del petr¨®leo y del carb¨®n¡±. En Par¨ªs, adem¨¢s de la manifestaci¨®n que desemboc¨® en la plaza de la Rep¨²blica, el movimiento ecologista Extinction Rebellion ocup¨® una parte del centro de la capital donde busca permanecer el fin de semana de Pascua para discutir sobre la ¡°emergencia clim¨¢tica¡±.
La abstenci¨®n de votantes desencantados, en el contexto electoral actual, es un peligro que los analistas no se cansan de se?alar, pero que ya no asusta a quienes ven en Macron y Le Pen ¡°dos caras de la misma moneda¡±.
Desde luego, no asustaba a Alissa, una pintora de Ruan que viaj¨® hasta Par¨ªs el s¨¢bado para participar en la marcha contra Le Pen. Votante del candidato de la izquierda populista Jean-Luc M¨¦lenchon, el domingo Alissa se quedar¨¢ en casa. ¡°Abstenerse es tambi¨¦n frenar a Le Pen¡±, justificaba su decisi¨®n mientras agitaba una bandera de Uni¨®n Popular, el nombre bajo el que concurri¨® M¨¦lenchon a estos comicios. ¡°No somos responsables del voto a Le Pen, abstenerse es tambi¨¦n hacer un frente republicano¡±, insist¨ªa quien considera que, durante sus cinco primeros a?os de mandato, ¡°Macron ha preparado la v¨ªa al fascismo¡±.
Al escucharla, Pierre Luzy, un educador infantil, jubilado de 69 a?os, se echaba las manos a la cabeza. Hace 20 a?os ya sali¨® a protestar contra Le Pen padre y, como entonces tuvo que votar a Jacques Chirac, ahora lo har¨¢ por Macron para impedir la victoria de Le Pen hija. Aunque sea de izquierdas. ¡°Frenar a Marine Le Pen es votar contra ella, no abstenerse. Abstenerse es dejar hacer¡±, advert¨ªa. R¨¢pidamente, se form¨® un corrillo de discusi¨®n acalorada entre melenchonistas abstencionistas ¡ªhasta el 56% de los 7,7 millones de votantes de M¨¦lenchon en la primera vuelta podr¨ªan no votar el domingo pr¨®ximo, seg¨²n los sondeos¡ª y manifestantes de otras adhesiones o convicciones pol¨ªticas que tambi¨¦n se concentraron este s¨¢bado contra la extrema derecha. En el cortejo ondeaban banderas del Partido Socialista, de los ecologistas, de sindicatos, de oeneg¨¦s¡ La manifestaci¨®n hab¨ªa sido convocada por varias decenas de organizaciones que llamaban a ¡°rechazar a Marine Le Pen¡± para ¡°impedir la llegada de un proyecto de sociedad destructor del Estado de derecho, de la rep¨²blica democr¨¢tica social y solidaria¡± que es Francia, seg¨²n un comunicado conjunto. A la comitiva se unieron diversos colectivos, incluidos los estudiantes, que esta semana protagonizaron un encierro en la sede de la universidad de La Sorbona en Par¨ªs para mostrar su rechazo a los dos candidatos que han pasado a segunda vuelta: ¡°Ni Le Pen ni Macron¡±. Algo m¨¢s alejados, a la cola de la manifestaci¨®n, rodeados de un fuerte dispositivo policial, tambi¨¦n marcharon unas decenas de chalecos amarillos en un ¡°frente anti-Macron¡±.
¡°El frente republicano est¨¢ agotado¡±, lamentaban Manuel y Saadia, dos militantes socialistas que, como hace 20 a?os, votar¨¢n el domingo que viene no por convicci¨®n, sino para frenar a Le Pen. ¡°El m¨¦todo falla, porque esta es la tercera vez que tenemos que votar para frenar al FN¡±, lamentaban. Un ¡°fracaso¡± que, seg¨²n Saadia, es responsabilidad en parte de un Macron que no ha cumplido su promesa de 2017 de frenar el ascenso de la extrema derecha ¡ªotros en la manifestaci¨®n lo acusaban directamente de haberla propiciado durante su mandato por inter¨¦s electoral¡ª, sino que tambi¨¦n ha ¡°abierto la puerta a la extrema izquierda¡±. Los militantes socialistas, que esperan que tanto su partido como el conservador Los Republicanos, tambi¨¦n descalabrado en la primera vuelta, logren remontar en las legislativas de junio, reconocen parte de la responsabilidad de las formaciones que durante d¨¦cadas vertebraron Francia y que consideran ¡°no han sabido acercarse a los electores y escuchar sus necesidades¡±
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