Francia elige entre la continuidad de Macron y la ruptura de Le Pen
Las elecciones francesas, que enfrentan este domingo al presidente centrista con su rival de extrema derecha, marcar¨¢n tambi¨¦n el rumbo de Europa
Francia elige este domingo entre la continuidad del actual presidente centrista, Emmanuel Macron, y la ruptura que promete Marine Le Pen, la candidata de la extrema derecha. Los 48,7 millones de franceses con derecho a voto decidir¨¢n mucho m¨¢s que el nombre del presidente de la Rep¨²blica. El resultado fijar¨¢ el rumbo de Europa. Macron es un europe¨ªsta que promueve una mayor integraci¨®n del club. Le Pen ya ha dicho que, si gana, intentar¨¢ enterrar la Uni¨®n Europea en su forma actual y, en cuanto acabe la guerra en Ucrania, impulsar una alianza militar con la Rusia de Vlad¨ªmir Putin.
Macron (Amiens, 44 a?os), que hace cinco a?os conquist¨® el palacio del El¨ªseo con la audacia de un joven Napole¨®n y la voluntad de revolucionar Francia, se ha convertido en el garante del sistema y de la estabilidad: su primer caladero electoral son los jubilados y las personas con mayores ingresos y nivel educativo. ¡°Ante lo imprevisible¡±, declar¨® al inicio de su campa?a, ¡°me atrevo a decir que ustedes tienen una idea de c¨®mo me comporto¡±.
Le Pen (Neuilly-sur-Seine, 53 a?os), en su tercer intento de ganar la presidencia, ha suavizado su imagen y ha limado los ¨¢ngulos m¨¢s antip¨¢ticos del proyecto. Pero este es el mismo en lo esencial: la garant¨ªa de un cambio dr¨¢stico para el pa¨ªs y para su posici¨®n en el mundo.
¡°El programa de Marine Le Pen no es aplicable sin salir de la Uni¨®n Europea, excepto si Estados miembros aceptasen volver atr¨¢s respecto a principios fundadores de los tratados europeos¡±, dice Fran?ois Heisbourg, consejero del laboratorio de ideas Fundaci¨®n para la Investigaci¨®n Estrat¨¦gica. ¡°Y sin duda ser¨ªa una victoria de Putin: tener al frente de Francia a alguien que quiere concluir una alianza con Rusia no est¨¢ mal, ?no?¡±
Respecto a los planes de Le Pen para imponer un cambio en la Constituci¨®n por medio de un refer¨¦ndum sobre la inmigraci¨®n, sin pasar por la Asamblea Nacional ni el Senado, el constitucionalista Jean-Philippe Derosier afirma: ¡°Es una tentativa de golpe de Estado constitucional¡±. ¡°Su argumento¡±, a?ade este profesor en la Universidad de Lille, ¡°es que en una democracia es el pueblo el que decide y el que debe poder decidir modificar la Constituci¨®n y, por tanto, apelar¨¢ directamente a ¨¦l¡±.
Hay un favorito claro: Macron. Seg¨²n el ¨²ltimo sondeo del instituto Ipsos, el presidente sacar¨ªa un 56,5% de votos. Le Pen, un 43,5%. La distancia es inferior a la de hace cinco a?os, cuando los mismos candidatos se enfrentaron y el primero gan¨® con un 66%. En la primera vuelta, el 10 de abril, Macron sac¨® un 27,8%; Le Pen, un 23,1%
Para Macron, una victoria representar¨ªa su ingreso en el exclusivo club de presidentes que han sido reelegidos bajo la V Rep¨²blica. Los miembros del club son el general Charles de Gaulle, Fran?ois Mitterrand y Jacques Chirac. Desde que el mandato presidencial se abrevi¨® de siete a cinco a?os en 2002, ning¨²n presidente ha sido reelegido. Nicolas Sarkozy perdi¨® ante Fran?ois Hollande en 2012; en 2017 Hollande renunci¨® a presentarse a la reelecci¨®n.
Con un nuevo mandato de cinco a?os, el actual presidente podr¨ªa dejar su huella: no ser¨ªa un par¨¦ntesis en la historia. El riesgo es que, a partir el mismo lunes, se convierta en lo que en Estados Unidos llaman un pato cojo: al no poder presentarse una tercera vez seguida, su autoridad puede quedar mermada. ¡°La guerra de sucesi¨®n se abrir¨¢ el d¨ªa despu¨¦s de las elecciones, y esta guerra animar¨¢ todo el quinquenio¡±, vaticinaba al inicio de la campa?a la polit¨®loga Chlo¨¦ Morin.
Una derrota de Macron le arrinconar¨ªa en el club de los presidentes de un mandato: los citados Hollande y Sarkozy, pero tambi¨¦n Val¨¦ry Giscard D¡¯Estaing, con quien se lo ha comparado. Por su juventud, podr¨ªa reciclarse en otra carrera profesional, o intentar de nuevo volver al El¨ªseo en el futuro.
Una victoria de Le Pen merecer¨ªa el manoseado adjetivo de hist¨®rica. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la extrema derecha ocupar¨ªa el poder en Francia, un pa¨ªs fundador de la UE, una potencia nuclear y un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Seis a?os despu¨¦s del refer¨¦ndum del Brexit en Reino Unido y de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, el nacionalismo populista se instalar¨ªa en el coraz¨®n del Viejo Continente.
Una derrota de Le Pen confirmar¨ªa que, por mucho que ella y su partido se acerquen al poder, siempre acaban estrell¨¢ndose con la uni¨®n del resto contra ella. Esta uni¨®n, que en Francia llaman el frente republicano, es fr¨¢gil. Pero si Le Pen pierde, ser¨¢ porque una mayor¨ªa de franceses de todas tendencias, muchos de ellos a su pesar, habr¨¢n dado el voto a Macron no por adhesi¨®n a sus ideas, sino para cerrarle el paso a su rival.
Cuando, estas ¨²ltimas semanas, se abordaba con pol¨ªticos o expertos la cuesti¨®n sobre qu¨¦ ocurrir¨¢ el d¨ªa despu¨¦s de la segunda vuelta, la respuesta variaba en funci¨®n de si gana Le Pen o Macron. En el primer caso, el interrogante es la magnitud del cambio. El refer¨¦ndum sobre la inmigraci¨®n es la prioridad de Le Pen. Se tratar¨ªa de anclar en la Constituci¨®n la preferencia o prioridad nacional. Este principio significar¨ªa que, para acceder a un empleo o una vivienda social, los ciudadanos franceses tendr¨ªan prioridad sobre los residentes extranjeros.
El constitucionalista Derosier observa: ¡°Esta reforma obligar¨ªa a salir de la Uni¨®n Europa, porque en el marco europeo no es posible una prioridad nacional¡±. Si a esto se suman las restricciones prometidas a la libertad de movimientos de personas y bienes y la idea de que el derecho nacional es superior respecto al de la UE, otro experto como Heisbourg llega a la conclusi¨®n siguiente: ¡°Si quisiera aplicar su programa europeo, Marine Le Pen seguramente acabar¨ªa teniendo que hacer un refer¨¦ndum como el de los brit¨¢nicos: la l¨®gica de la situaci¨®n es la l¨®gica del Frexit¡±. Es decir, la salida de Francia de la UE, una medida que Le Pen ya prometi¨® en 2017 y que archiv¨® tras el fracaso en aquellas elecciones.
La cuesti¨®n, si gana Macron, es c¨®mo gobernar¨¢. ?Mirando a la derecha, durante el primer quinquenio? ?O a la izquierda? ?Y con qu¨¦ mayor¨ªa parlamentaria? ?Un ¡°partido ¨²nico¡± o una ¡°confederaci¨®n de partidos¡± del centroizquierda a la derecha moderada? Este el dilema que planteaba hace unos d¨ªas en un art¨ªculo el editorialista de Le Figaro Guillaume Tabard, pero antes deben celebrarse las legislativas, que determinar¨¢n las nuevas mayor¨ªas.
Macron ha insistido en esta campa?a en que quer¨ªa inventar un ¡°m¨¦todo nuevo¡± para gobernar: menos vertical que en los ¨²ltimos a?os; m¨¢s deliberativo. Los grandes debates ciudadanos, como el que el presidente organiz¨® para atajar la revuelta de los chalecos amarillos, podr¨ªan servir de modelo. Tambi¨¦n se ha comprometido a colocar la ecolog¨ªa en el centro de su gesti¨®n. La reforma pendiente del primer mandato, la de las pensiones, ser¨¢ el primer escollo. Y la primera amenaza: un oto?o caliente en la calle, o un quinquenio entero de protestas.
Porque el otro reto ser¨¢ gestionar una victoria agridulce que no apagar¨¢ el malestar difuso que reina en parte de la sociedad. Hay en Francia millones de votantes de extrema derecha y unos millones m¨¢s de izquierdas o abstencionistas contrarios al sistema o que directamente han desconectado. En este pa¨ªs fracturado, el voto est¨¢ segmentado por clases sociales, niveles de ingreso y educaci¨®n y territorios. ¡°No se gobierna un pa¨ªs con una base electoral ¨²nicamente compuesta por habitantes de las ciudades y personas mayores¡±, admite en privado un destacado macronista. ¡°Esto no puede funcionar¡±.
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