El Sinn F¨¦in se acerca a una victoria hist¨®rica en Irlanda del Norte
La formaci¨®n republicana se convierte en la m¨¢s popular en toda la isla, despu¨¦s de su resultado de 2020 en la Rep¨²blica de Irlanda, y acerca la idea de una reunificaci¨®n
Es necesario ser un observador externo, ajeno a los convencionalismos y prejuicios que invaden la pol¨ªtica de Irlanda del Norte, para apreciar la enorme potencia de la imagen. Mary Lou McDonald, la l¨ªder del Sinn F¨¦in, que obtuvo el mayor n¨²mero de votos en las Elecciones generales de la Rep¨²blica de Irlanda hace casi dos a?os, acompa?aba a media tarde a la candidata del partido en Irlanda del Norte, Michelle O?Neill. Juntas llegaban al Titanic Exhibition Centre de Belfast, uno de los tres centros donde se llevaba a cabo el lento conteo de las papeletas de las Elecciones Auton¨®micas, celebradas este jueves en Irlanda del Norte. Rodeadas de los aplausos de muchos de sus seguidores, intentaban avanzar entre reporteros, fot¨®grafos y camar¨®grafos. La fuerza que durante a?os fue considerada el brazo pol¨ªtico de la organizaci¨®n terrorista IRA parec¨ªa haber logrado, seg¨²n la clara tendencia vislumbrada en los primeros resultados oficiales, el logro hist¨®rico de ser el partido m¨¢s votado en esta porci¨®n de territorio brit¨¢nico. Un solo partido para intentar gobernar una sola isla.
¡°Traemos un mensaje de cambio, de progreso, de colaboraci¨®n con el resto de fuerzas pol¨ªticas. Queremos dar las gracias a todos los que nos han dado su apoyo. Estas son las elecciones de una generaci¨®n, y ahora toca arremangarnos y trabajar¡±, dec¨ªa McDonald. Esquivaba como pod¨ªa las preguntas sobre un posible refer¨¦ndum de unificaci¨®n. Sigue siendo la doctrina central y el coraz¨®n de la formaci¨®n republicana, pero ha sido convenientemente aparcada en los ¨²ltimos a?os, para construir un mensaje social centrado en la carest¨ªa de la vida, la crisis de la sanidad o de la vivienda, y la necesidad de forjar consensos. Funcion¨® en el sur de la isla y, con la colaboraci¨®n de sus rivales unionistas, ha funcionado en el norte. Porque los partidos probrit¨¢nicos siguen sumando entre ellos un n¨²mero de apoyos muy superior al de los republicanos, pero su obsesi¨®n por el Protocolo de Irlanda firmado entre Londres y Bruselas, que se empe?an en que desaparezca ¨ªntegramente, les ha pasado factura.
John Curtice, el soci¨®logo electoral de mayor prestigio en el Reino Unido ¡ªun cl¨¢sico en las noches electorales de la BBC¡ª se atrev¨ªa a confirmar a ¨²ltima hora de la tarde de este viernes, con un tercio de los resultados oficiales sobre la mesa, que el Sinn F¨¦in superar¨ªa en n¨²mero de votos, por primera vez en la historia, a la segunda formaci¨®n, el Partido Democr¨¢tico Unionista (DUP, en sus siglas en ingl¨¦s). El endiablado sistema de reparto proporcional del voto, que se cuenta manualmente a trav¨¦s de un complejo proceso de descarte y redistribuci¨®n de apoyos a los candidatos, hace que el escrutinio se prolongue especialmente en Irlanda del Norte. Muchas mesas han suspendido su trabajo, con la intenci¨®n de reanudarlo este s¨¢bado.
Hasta el jueves, el DUP ocupaba la primera posici¨®n, y, por tanto, el puesto de Ministro Principal en el Gobierno Aut¨®nomo. La proyecci¨®n del escrutinio apuntaba a que los republicanos podr¨ªan obtener hasta 28 esca?os de una Asamblea Legislativa formada por 90 representantes. Dos m¨¢s de los que ten¨ªan hasta ahora, pero suficientes para arrebatar el liderazgo a un unionismo fragmentado y dividido. El DUP podr¨ªa descender a los 24-23 esca?os, desde sus 26 anteriores, y ver c¨®mo el m¨¢s radical TUV (Voz Unionista Tradicional) ha disparado sus apoyos.
Importante ha sido tambi¨¦n el avance de Alliance, que se sit¨²a como la tercera formaci¨®n en apoyos. Desde una postura progresista, voluntariamente alejada de la divisi¨®n sectaria que ha contaminado por d¨¦cadas el territorio, la Alianza se ha convertido en la opci¨®n favorita de sectores urbanos de clase media, j¨®venes votantes e incluso de los ciudadanos que por primera vez han decidido acudir a las urnas.
La raz¨®n de la debacle unionista tiene un nombre: el Protocolo de Irlanda del Norte. El acuerdo firmado por Londres y Bruselas para mantener al territorio brit¨¢nico dentro del mercado interior comunitario y establecer nuevos controles aduaneros en el mar de Irlanda fue considerado una traici¨®n y el ¨²ltimo clavo en el ata¨²d de su identidad para la comunidad protestante m¨¢s radical. Alentaron el resurgir de la violencia callejera, abandonaron las instituciones de Gobierno y pusieron como condici¨®n ineludible, para que la normalidad y la estabilidad regresaran, que el Gobierno de Boris Johnson anulara unilateralmente el tratado internacional que cerr¨® con la UE, que fue fundamental para que el Brexit saliera adelante.
El Acuerdo de Viernes Santo de 1998, que trajo la paz a una regi¨®n devastada por d¨¦cadas de violencia sectaria, impone la necesidad de un Gobierno conjunto en Irlanda del Norte. Otorga el puesto de Ministro Principal a la fuerza m¨¢s votada, y el de Viceministro Principal a la segunda. Ambos tienen el mismo poder, pero a nadie se le escapa el enorme simbolismo de que los republicanos ocupen una posici¨®n preferente que, hasta ahora, ha estado siempre en manos de los unionistas.
En teor¨ªa, Michelle O¡¯Neill deber¨ªa ser la nueva jefa del Ejecutivo Aut¨®nomo. Pero Jeffrey Donaldson, el l¨ªder y principal candidato del DUP, que en ning¨²n momento del escrutinio daba por perdidas sus cartas, ha jugado con la ambig¨¹edad, como lleva haciendo toda la campa?a, y este viernes era incapaz de precisar si ocupar¨ªa el segundo sill¨®n o abocar¨ªa a las instituciones norirlandesas de gobierno a un nuevo bloqueo de meses. ¡°Ya he dicho que respetaremos el resultado, y comenzaremos a hablar, pero no nombrar¨¦ ministros hasta que el Gobierno de Londres aborde el asunto m¨¢s importante que hay sobre la mesa, que no es otro que el Protocolo de Irlanda del Norte¡±, advert¨ªa Donaldson a la BBC.
El respaldo obtenido por la suma de las fuerzas unionistas confirma que el protocolo preocupa a sus votantes, aunque su rechazo tenga m¨¢s de crisis existencial que de reparos t¨¦cnicos o econ¨®micos a sus disposiciones. De hecho, la mayor¨ªa de la comunidad empresarial norirlandesa no pide su desaparici¨®n, sino su mejora, para subsanar algunas de las fricciones y costes aduaneros sobrevenidos. Y entre la comunidad republicana, o entre aquellos ciudadanos hartos de las l¨ªneas divisorias de esta regi¨®n, el protocolo est¨¢ en el puesto de cola de sus preocupaciones. ¡°Su empe?o [el del unionismo] por socavar las instituciones existentes para atacar el protocolo puede provocar el riesgo de que los ciudadanos se olviden de por qu¨¦ Irlanda del Norte, en primer lugar, se halla en la posici¨®n que se halla¡±, explica a EL PA?S el profesor de Derecho Colin Harvey, de la Queen?s University de Belfast. ¡°Esta regi¨®n necesita precisamente ese tipo de respuestas legales contempladas en el texto¡± defiende.
La reunificaci¨®n de la isla
El proceso que abrir¨ªa una reunificaci¨®n de Irlanda, contemplado en el Acuerdo de Viernes Santo, es complejo y largo. En primer lugar, es prerrogativa del Gobierno del Reino Unido ¡ªen concreto, de su ministro para Irlanda del Norte¡ª decidir que se celebre una consulta, atendiendo al clima de opini¨®n que reflejaran de modo constante los sondeos.
El refer¨¦ndum deber¨ªa celebrarse en el Norte y en el Sur de la isla, y si en el territorio brit¨¢nico el apetito de cambio puede ser mayor, ni siquiera llega al 50% necesario, seg¨²n los sondeos. En la Rep¨²blica de Irlanda, que temen un proceso de absorci¨®n laborioso y costoso, las ganas son a¨²n menores. Todos estos c¨¢lculos, sin embargo, no han servido para disipar los miedos de una comunidad protestante que comienza a verse a s¨ª misma, despu¨¦s de d¨¦cadas de predominio, como una isla dentro de una isla dentro de una isla.
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