La guerra dinamita los v¨ªnculos entre Rusia y el norte de Noruega
Oslo veta el acceso a los camiones y barcos rusos mientras la cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses en el ?rtico ha quedado congelada
En la localidad noruega de Kirkenes predomina la incertidumbre. El viernes atrac¨® en su puerto el Aleksander Grusev, el ¨²ltimo barco ruso que ver¨¢n este a?o sus habitantes. Tampoco llegar¨¢n m¨¢s camioneros que acaben de cruzar desde el pa¨ªs vecino; los productos fabricados en Rusia est¨¢n vetados en la frontera desde este s¨¢bado. En Kirkenes no solo se lamenta el golpe econ¨®mico a la regi¨®n; la invasi¨®n rusa de Ucrania ha evaporado d¨¦cadas de cooperaci¨®n entre ambos lados de la frontera.
Situada 400 kil¨®metros al norte del c¨ªrculo polar ¨¢rtico, el 10% de los 3.500 habitantes de Kirkenes son rus¨®fonos. Los r¨®tulos, en las calles o en la biblioteca p¨²blica, est¨¢n en noruego y en la lengua eslava, y en el astillero de uno de los principales empleadores de la localidad se trabajaba sobre todo con barcos procedentes del puerto ruso de Murmansk, la ciudad m¨¢s grande de todo el ?rtico. Durante lustros, todas las semanas se montaba en Kirkenes un mercadillo con matrioshkas e insignias sovi¨¦ticas, sus habitantes cruzaban a Rusia con sus coches para llenar los dep¨®sitos, abundaba el vodka, y los eventos culturales y deportivos con participantes rusos eran frecuentes. Un futuro dando la espalda por completo al vecino a¨²n resulta dif¨ªcil de imaginar.
Solo hay un puesto fronterizo entre los dos pa¨ªses: el de Storskog, a 15 kil¨®metros de Kirkenes. Cada d¨ªa, guardias noruegos y rusos retiran sus respectivas barreras a las ocho de la ma?ana y vuelven a colocarlas a las tres de la tarde; no podr¨¢ pasar nadie durante las 17 horas siguientes. La actividad en la frontera nunca lleg¨® a recuperarse de las restricciones impuestas por la pandemia. En 2019 la cruzaron 266.000 personas; el a?o pasado, menos de 15.000 (unas 40 diarias). Jens Arne Hoilund, el comisario noruego de Fronteras, reconoce que desde el inicio de la guerra ha habido un ¡°cierto repunte¡± de ciudadanos rusos en veh¨ªculos particulares, afectados por el veto europeo a las aerol¨ªneas de su pa¨ªs.
Del lado noruego, no hay pr¨¢cticamente nada alrededor de la frontera: kil¨®metros cuadrados de tundra, algunos pinos, mucha nieve h¨²meda que se ha ido acumulando desde finales de septiembre, y una tienda destartalada de souvenirs. Su due?o no parece agobiado por la falta de clientela: ¡°No quiero a ning¨²n ruso aqu¨ª. Por m¨ª, que no dejen cruzar ni a uno¡± dice Orjan Nielssen, un septuagenario que cada d¨ªa recorre m¨¢s de 20 kil¨®metros en bicicleta con su perro, un malamute de Alaska, para abrir su modesto local. Pasan semanas enteras sin que nadie compre nada; algunos de los productos llevan expuestos muchos a?os. Entre ellos, unos imanes de Vlad¨ªmir Putin fabricados en 2001. ¡°Se ha convertido en lo mismo que [I¨®sif] Stalin¡±, dice Nielssen mientras se?ala los objetos con el rostro del presidente ruso. ¡°Aqu¨ª hace a?os que todos ten¨ªamos claro que era un dictador y un asesino; todos menos Rune Rafaelsen, claro¡±, sentencia.
Nielssen se refiere al exalcalde del municipio de Sor-Varanger (cuyo centro administrativo es Kirkenes) que renunci¨® al cargo hace un a?o por una enfermedad cardiaca. Pocos noruegos reflejan mejor que ¨¦l las d¨¦cadas de cooperaci¨®n con su gigantesco vecino; y pocos han estado envueltos en tanta pol¨¦mica. En octubre de 2019, Rafaelsen dio un discurso en Kirkenes al que acudieron multitud de autoridades noruegas y varias rusas, entre ellas Sergu¨¦i Lavrov, ministro de Exteriores desde 2004, en el que alab¨® a las tropas sovi¨¦ticas que liberaron en 1944 la ciudad de la ocupaci¨®n nazi. ¡°Y Putin entonces dijo que yo era merecedor de la Orden de la Amistad¡±, explica por tel¨¦fono el socialdem¨®crata.
Unos d¨ªas despu¨¦s de que Rusia lanzara la invasi¨®n de Ucrania, Rafaelsen fue a una oficina de correos para enviar la medalla con la que se le distingui¨® en 2020 al embajador ruso en Oslo. ¡°Dej¨¦ claro que no iba a tener una condecoraci¨®n del se?or Putin, que ha provocado una guerra y est¨¢ violando el derecho internacional¡±, declara. El exalcalde, de 72 a?os, expresa que est¨¢ ¡°profundamente impactado¡± con la actitud de Lavrov, con quien coincidi¨® en varias ocasiones durante los ¨²ltimos dos decenios.
¡°He dedicado m¨¢s de 40 a?os a estrechar lazos con la URSS y con Rusia. Siempre he defendido que los lugares de frontera deben ser zonas de amistad y oportunidades¡±, argumenta Rafaelsen, quien tambi¨¦n ha estado durante a?os al frente del Secretariado de Barents. Este organismo, encargado de fomentar la cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses, tiene su actividad congelada desde el inicio de la guerra; como el Consejo ?rtico, y otros foros en los que participaban Oslo y Mosc¨². Tampoco habr¨¢ m¨¢s simulacros conjuntos de rescate en las aguas del oc¨¦ano ?rtico. ¡°No se debe retomar ning¨²n contacto oficial mientras no cambien las cosas en el Kremlin¡±, apostilla Rafaelsen.
La desconfianza hacia Rusia tambi¨¦n se traduce en una mayor presencia militar en el Norte. El Gobierno noruego anunci¨® en marzo que invertir¨¢ este a?o 3.000 millones de coronas (310 millones de euros) adicionales en defensa. Un tercio se destinar¨¢ a la compra de munici¨®n, armas ligeras y equipamiento militar b¨¢sico. ¡°Necesitamos estar preparados para, en caso de que fuera necesario, defendernos durante mucho tiempo¡±, explica por tel¨¦fono Per Erik Solli, investigador del Instituto Noruego para Asuntos Internacionales. Se reforzar¨¢ de manera notable a los equipos de guardacostas, a la unidad del ej¨¦rcito encargada de patrullar la frontera y a la fuerza a¨¦rea. Solli, un coronel retirado, recalca que esto solo son medidas urgentes, adoptadas mientras se trabajaba en paralelo en otras a largo plazo.
Oslo tambi¨¦n aumentar¨¢ los recursos para las actividades de espionaje en el ?rtico, principalmente en torno a Kirkenes. ¡°Desde los a?os cincuenta los servicios secretos noruegos han trabajado de manera continuada cerca de la frontera. Su prioridad siempre han sido los submarinos en el mar de Barents de la Flota del Norte, que est¨¢n cargados con m¨¢s de 400 armas nucleares¡±, explica Solli. ¡°Hace d¨¦cadas sab¨ªamos que la URSS ten¨ªa la capacidad, pero no la intenci¨®n. Ahora resulta todo m¨¢s imprevisible¡±, interpreta el exmilitar.
¡°Kirkenes es el centro geopol¨ªtico de Noruega. Nada sucede en Oslo¡±, resume el exalcalde Rafaelsen. Un vecino de la localidad, Frode Berg, fue detenido en 2017 en Mosc¨² con 3.000 euros en efectivo, acusado de estar intentando hacerse con informaci¨®n clasificada. Le liberaron en 2019, en un intercambio de confidentes. A principios de abril, el Gobierno noruego anunci¨® que invertir¨ªa algo m¨¢s de 10 millones de euros para ¡°hacer frente a las amenazas h¨ªbridas y a los actos de espionaje¡± en el norte del pa¨ªs.
La relaci¨®n entre Oslo y Mosc¨² ha quedado reducida al m¨ªnimo. Hoilund, el comisario de Fronteras, tiene a su cargo a dos centenares de polic¨ªas que realizan ¡°funciones pr¨¢cticas y necesarias¡± en el lado noruego de los 197 kil¨®metros de linde entre los dos pa¨ªses. Entre ellas, la limpieza de la vegetaci¨®n y el mantenimiento de la se?alizaci¨®n. Esas tareas est¨¢n reguladas por un pacto bilateral de 1949, que tambi¨¦n establece el n¨²mero de reuniones anuales entre Hoilund y su hom¨®logo ruso, o el protocolo de actuaci¨®n para los cruces de frontera accidentales. ¡°El acuerdo sobrevivi¨® toda la Guerra Fr¨ªa, la perestroika, [la anexi¨®n rusa de] Crimea, y debe mantenerse pase lo que pase¡±, sostiene el comisario.
Los habitantes de Kirkenes, que viven en una zona con una densidad de poblaci¨®n muy inferior a la de cualquier provincia espa?ola, han estado a?os escuchando hablar de proyectos fara¨®nicos para la ciudad. Algunos ve¨ªan en el imparable deshielo del ?rtico una gran oportunidad: el puerto de la localidad es el m¨¢s pr¨®ximo a China de toda Europa por la ruta mar¨ªtima del Norte. Los barcos chinos a¨²n se est¨¢n esperando. Y los rusos ya nadie los espera. Muy lejos queda diciembre de 2019, cuando Rafaelsen le dijo al diario franc¨¦s Le Monde: ¡°Kirkenes ser¨¢ la nueva Singapur¡±.
La OTAN exhibe m¨²sculo en el ?rtico
Durante tres semanas de marzo y abril, en plena guerra de Ucrania, la OTAN realizó unas maniobras militares a gran escala en el Ártico noruego. Más de 30.000 soldados de países aliados participaron en esta edición de Cold Response, los simulacros bienales que se realizan en el país escandinavo. Kristian Atland, del Organismo de Investigación de la Defensa (FFI, por sus siglas en noruego), asegura que los ejercicios por tierra, mar y aire de este año concluyeron “exitosamente”, a pesar de la trágica muerte de cuatro marines estadounidenses en un accidente de helicóptero.
Por primera vez, las maniobras de la Alianza en Noruega se planificaron en Oslo y no en la sede de la organización en Bruselas. Estos ejercicios militares permiten al país nórdico y a sus aliados demostrar “su capacidad de operar conjuntamente en condiciones meteorológicas extremas”, apunta Atland. Para Noruega, miembro fundacional de la OTAN, pero que no permite las bases permanentes de soldados extranjeros en su territorio, estos ejercicios son clave para poder exhibir su habilidad de coordinar a las tropas aliadas. Las Fuerzas Armadas Noruegas ya han anunciado que Cold Response 2024 será el ensayo militar a mayor escala celebrado nunca en el país.
El posible ingreso a corto plazo de Suecia y Finlandia en la OTAN supondría un notable refuerzo de la capacidad de disuasión de la organización transatlántica en el norte de Europa. “Los dos países tienen mucho que ofrecer a la Alianza”, señala Atland. “Y es Rusia la que ha logrado este giro inesperado que tan poco le beneficia”, sentencia.
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