Donald Trump insiste en que Biden le rob¨® las elecciones de 2020 en un mitin en las primarias de Alaska
El expresidente, que ha insinuado su posible candidatura a la reelecci¨®n en 2024, pide a sus seguidores que vigilen el recuento en noviembre, sembrando renovadas sospechas de fraude
Una cola kilom¨¦trica formada horas antes del inicio del acto era la prueba m¨¢s palpable de la expectaci¨®n generada por el primer mitin de Donald Trump en Alaska. Al borde de una semana tumultuosa, con el aliento de la comisi¨®n del Congreso sobre el asalto al Capitolio en la nuca, otra investigaci¨®n en Georgia sobre su intento de revertir el resultado electoral de 2020 y una comparecencia programada ante la fiscal general de Nueva York, el republicano se desplazaba este s¨¢bado hasta uno de los Estados m¨¢s re?idos de cara a las elecciones de medio mandato de noviembre. Bajo el lema Save America (Salvar a EE UU) el magnate ha arropado en Anchorage a sus candidatos a la C¨¢mara de Representantes, la ¨ªnclita Sarah Palin; el Senado, Kelly Tshibaka, y la gobernaci¨®n del Estado, Mike Dunleavy.
Trump agradeci¨® el ba?o de masas, ante la audiencia congregada en el gigantesco palacio de deportes y ante los espectadores que segu¨ªan el mitin en directo gracias a una plataforma conservadora; una manifestaci¨®n de apoyo clave en un momento en que las investigaciones sobre sus intentos de seguir en la Casa Blanca en 2021 se estrechan en torno a sus aliados m¨¢s pr¨®ximos, como su exconsejero Pat Cipollone, que testific¨® ante la comisi¨®n este viernes. Pero la presi¨®n judicial sobre Trump no es la ¨²nica: tambi¨¦n debe confirmar su liderazgo sobre el Partido Republicano de cara a una hipot¨¦tica reelecci¨®n en 2024 (¡±tal vez tengamos que hacerlo de nuevo¡±, ha insinuado en Alaska), y apuntarse nuevos tantos tras los dispares resultados cosechados en las primarias de otros Estados. El hecho de que sus candidatos en Alaska, un Estado tradicionalmente conservador, hayan perdido tracci¨®n en las encuestas en las ¨²ltimas semanas a?ade a¨²n m¨¢s presi¨®n al magnate.
Pero el republicano nunca defrauda a su p¨²blico. Convenci¨® a sus ya convencidos seguidores con un discurso en¨¦rgico, plagado de sus habituales lugares comunes o falsedades en el que se present¨®, como rezaban los programas, como ¡°45? presidente de EE UU¡±. Pese a las investigaciones en curso, insisti¨® en el infundado fraude electoral de 2020 entre el fervor de los congregados. ¡°He concurrido [a la presidencia] dos veces. He ganado las dos. Y lo hice mucho mejor la segunda vez [2020] que la primera¡±, ha dicho, arrancando la primera gran ovaci¨®n de la noche. ¡°M¨¢s importantes que los candidatos, es el proceso del recuento de votos, est¨¦n muy atentos en noviembre¡±, inst¨® a sus partidarios, inoculando de nuevo la sospecha de fraude, como el que asegura haber sufrido a manos de Biden. Para el actual inquilino de la Casa Blanca reserv¨® infinidad de dardos: ¡°Ahora tiene que ir a Arabia Saud¨ª a mendigar petr¨®leo, cuando conmigo [en la presidencia] EE UU ten¨ªa independencia energ¨¦tica¡±. Referencias a la inseguridad y a la inmigraci¨®n irregular y ¡°la pesadilla de la frontera sur¡±, llamando a los indocumentados ¡°aliens ilegales¡±, salpicaron su discurso, junto con su promesa de contratar ¡°miles de polic¨ªas¡± para acabar con la inseguridad y la violencia armada. De todos sus blancos, Biden ¡°el pedig¨¹e?o¡±, a quien atribuy¨® la ¡°peor humillaci¨®n nacional¡± por la retirada de Afganist¨¢n, fue el m¨¢s recurrente.
Tres candidatos convertidos en teloneros
Como teloneros y no protagonistas quedaron los tres candidatos a los que acudi¨® supuestamente a respaldar. Palin, estrella en su d¨ªa del Tea Party y gobernadora del Estado entre 2006 y 2009, adem¨¢s de excandidata a la vicepresidencia en 2008, confirma la luna de miel iniciada en 2016 con Trump, a quien apoy¨® como candidato presidencial en detrimento del aspirante Ted Cruz. Pero la gran apuesta del expresidente en Alaska es Tshibaka, una alternativa mucho m¨¢s conservadora, radical incluso, a la tambi¨¦n republicana Lisa Murkowski, veterana senadora por el Estado ¡ª21 a?os en el esca?o¡ª que desat¨® la ira de Trump al votar a favor de su impeachment tras los sucesos del Capitolio del 6 de enero de 2021. Murkowski es considerada una apestada, una renegada como Liz Cheney, por los republicanos trumpistas, y la consigna en estas elecciones es arrebatarle el esca?o al precio que sea, aunque el sistema electoral del Estado pueda favorecerla, al recoger los votos de otros candidatos dem¨®cratas e independientes eliminados en las primeras rondas.
La de Alaska es una pelea a muerte de resultado impredecible. Por parte de Palin, como vieja conocida del p¨²blico y furibunda conservadora, cada vez m¨¢s trumpista, adem¨¢s de negacionista del coronavirus y antivacunas. Tshibaka, por su parte, intenta recabar el apoyo de los nativos de Alaska, dejando en evidencia a su directa rival por el apoyo de esta a algunos nombramientos de Biden, como la tambi¨¦n nativa Deb Haaland, secretaria de Interior.
En un Estado rico en petr¨®leo donde la energ¨ªa es un tema pol¨ªtico de primer orden, las medidas en pro del medio ambiente de la Administraci¨®n de Biden han irritado a muchos habitantes de las zonas rurales, que dependen en gran medida de la extracci¨®n de combustibles f¨®siles para su sustento. Tshibaka trata de explotar esa inquietud de la comunidad nativa.
La v¨ªspera del mitin de Trump, la Administraci¨®n de Biden dio a conocer un an¨¢lisis ambiental de un importante proyecto energ¨¦tico en Alaska, una inversi¨®n de 6.000 millones de d¨®lares, y sobre el que la Casa Blanca mantiene todas las opciones abiertas, incluida la cancelaci¨®n, como hizo mediante una orden ejecutiva con el oleoducto Keystone XL, que habr¨ªa enlazado Canad¨¢ y Nebraska. La publicaci¨®n del documento era esperada con expectaci¨®n por la industria del petr¨®leo y por grupos ecologistas desde el a?o pasado, cuando un juez federal de Alaska revoc¨® la aprobaci¨®n del proyecto impulsado por Trump y pidi¨® una evaluaci¨®n de su impacto ambiental. Tshibaka a menudo ha acusado a la Administraci¨®n de Biden de querer ¡°convertir todo el Estado de Alaska en un parque nacional¡±.
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