La decisi¨®n de EE UU de anular el proyecto de un oleoducto provoca malestar en el Gobierno de Canad¨¢
El Ejecutivo de Justin Trudeau cuestiona la medida que afecta la construcci¨®n y explotaci¨®n de Keystone XL
La toma de posesi¨®n de Joe Biden como presidente de Estados Unidos apunta a una normalizaci¨®n de las relaciones bilaterales con Canad¨¢. La sensaci¨®n en el pa¨ªs es que volver¨¢n a ser m¨¢s previsibles y cordiales con el dem¨®crata, aunque no perfectas. Las diferencias entre estadounidenses y canadienses en distintos temas forman parte de su historia. Pocas horas despu¨¦s de haber asumido el cargo, Biden firm¨® 17 decretos para desmarcarse con rapidez de varias disposiciones de Donald Trump. Uno de ellos afecta directamente a su vecino del norte: la rescisi¨®n de los permisos para la construcci¨®n y explotaci¨®n del oleoducto Keystone XL, una arteria planeada para enviar crudo canadiense a refiner¨ªas estadounidenses.
El proyecto ha estado acompa?ado desde sus inicios ¨Chace m¨¢s de 12 a?os- por un coro de voces opositoras y recursos judiciales, sobre todo por parte de ambientalistas y grupos ind¨ªgenas. Keystone XL buscaba conectar Hardisty (Alberta) con Steele City (Nebraska) para el transporte de unos 830.000 barriles diarios de petr¨®leo a lo largo de 1.930 kil¨®metros. Otras l¨ªneas ya existentes servir¨ªan para enviar el hidrocarburo a refiner¨ªas de Texas. El coste total del proyecto ronda los 8.000 millones de d¨®lares. Barack Obama fren¨® la iniciativa en 2015, pero Trump volvi¨® a autorizarla en 2017.
La orden ejecutiva de Joe Biden sobre Keystone XL no ha sido una sorpresa, ya que fue una de sus promesas de campa?a. En uno de sus m¨ªtines coment¨® que este oleoducto iba a servir para transportar petr¨®leo proveniente de ¡°arenas bituminosas que no necesitamos¡±. ¡°De hecho, son altamente contaminantes¡±, agreg¨®. La suspensi¨®n de este proyecto y la vuelta al Acuerdo de Par¨ªs forman parte de la agenda medioambiental de Biden. Sin embargo, distintos economistas canadienses han subrayado un motivo adicional: Estados Unidos ha aumentado considerablemente la producci¨®n petrolera dentro de sus fronteras (en 2019, el consumo interno de petr¨®leo requiri¨® ¨²nicamente 3% del total en importaciones).
El Gobierno liberal de Trudeau, que hab¨ªa recibido con entusiasmo la autorizaci¨®n de Trump al proyecto en 2017, expres¨® en varios momentos a Biden ¨Cen su calidad de presidente electo- que Keystone XL ser¨ªa un elemento importante en materia de seguridad energ¨¦tica norteamericana y que el petr¨®leo a extraerse estar¨ªa apegado a reglas medioambientales rigurosas. Por su parte, Jason Kenney, primer ministro de Alberta (la mayor provincia petrolera), pidi¨® a Biden realizar una serie de consultas antes de tomar una decisi¨®n ¡°precipitada¡±, ya que la cancelaci¨®n del proyecto significar¨ªa la p¨¦rdida de miles de empleos y el debilitamiento de los v¨ªnculos bilaterales. El Gobierno de Alberta invirti¨® 1.000 millones de d¨®lares en esta obra a cargo de la compa?¨ªa TC Energy, adem¨¢s de ofrecer unos 4.600 millones en garant¨ªas de pr¨¦stamos. Sin embargo, Biden no cambi¨® de parecer.
Tras la firma del decreto, Trudeau emiti¨® un comunicado. ¡°Saludamos el compromiso del presidente Biden para luchar contra los cambios clim¨¢ticos, pero estamos decepcionados por su decisi¨®n relacionada con el proyecto Keystone XL. No obstante, reconocemos la decisi¨®n del presidente de cumplir con la promesa que hizo en la campa?a electoral¡±, indicaba el documento. Adem¨¢s, Trudeau manifest¨® que los trabajadores, tanto de las provincias petroleras del oeste como del resto del pa¨ªs, tendr¨¢n siempre su apoyo. Jason Kenney se?al¨® que se sent¨ªa ¡°profundamente perturbado¡± por la medida, calific¨¢ndola como ¡°un pu?etazo para las econom¨ªas de Alberta y Canad¨¢¡±. Asimismo, pidi¨® a Trudeau que retome el di¨¢logo sobre el tema con la nueva administraci¨®n estadounidense, solicitando incluso la imposici¨®n de sanciones comerciales. Tambi¨¦n dijo que el Gobierno de Alberta contempla llegar a los tribunales.
En la esfera federal, los l¨ªderes del Bloque Quebequ¨¦s, el Partido Verde y el Nuevo Partido Democr¨¢tico manifestaron su respaldo a la decisi¨®n de Biden, ya que consideran que es necesario invertir hoy m¨¢s que nunca en energ¨ªas limpias. Varias organizaciones civiles ¨Ccomo Greenpeace- apuntaron en la misma direcci¨®n. Cabe recordar la ola de cr¨ªticas hacia Trudeau en junio de 2019 por haber nacionalizado el oleoducto TransMountain y confirmar su expansi¨®n un d¨ªa despu¨¦s de declarar la emergencia clim¨¢tica.
Diversos analistas se?alan que Trudeau dif¨ªcilmente querr¨¢ comenzar una batalla con el Gobierno estadounidense por Keystone XL. Trudeau a¨²n lidia con los se?alamientos relacionados con TransMountain, debe ce?irse a las metas medioambientales y sabe que los altos precios del barril son cosa del pasado. Adem¨¢s, la factura pol¨ªtica ser¨ªa ligera al dejar que el proyecto muera, teniendo en la mira futuras elecciones. John Ibbitson coment¨® en The Globe and Mail: ¡°La primera prioridad de cualquier Gobierno federal, liberal o conservador, es preservar los empleos en el centro de Canad¨¢ [con bajas actividades petroleras], donde vive la mayor¨ªa de la gente. As¨ª es simplemente como gira el mundo¡±.
Pero otro factor invita tambi¨¦n a pensar que Trudeau optar¨¢ por enterrar el hacha: el nuevo ciclo de relaciones con Estados Unidos. Alec Castonguay escribi¨® en L¡¯ Actualit¨¦: ¡°Canad¨¢ est¨¢ tratando de reconectar ese v¨ªnculo esencial con su aliado hist¨®rico. Ahora que la Casa Blanca est¨¢ dirigida por un inquilino dialogante y comprensivo, debemos aprovechar la situaci¨®n para solucionar algunos problemas persistentes: el conflicto por la madera de construcci¨®n, la reincorporaci¨®n de Estados Unidos en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, la gesti¨®n de la frontera por la covid-19, que los estadounidenses ayuden a liberar a los dos canadienses, Michael Spavor y Michael Kovrig, de las garras de China. Poner todos los huevos en la canasta de Keystone XL no ser¨ªa lo mejor para reconstruir la relaci¨®n¡±. Frente a este escenario, resulta poco probable que Trudeau apoye al premier de Alberta en sus planes para revivir el oleoducto.
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