Oporto se rebela contra el centralismo de Lisboa y gana
El Gobierno portugu¨¦s, que llega al debate del estado de la naci¨®n con dos crisis abiertas por la sanidad y el aeropuerto de la capital, cierra con los municipios el acuerdo para traspasar competencias
Portugal es uno de los estados m¨¢s centralizados de la Uni¨®n Europea. Y no resulta f¨¢cil ni r¨¢pido que vaya a dejar de serlo. La regionalizaci¨®n del pa¨ªs, que fracas¨® en 1998 cuando se llev¨® a cabo a un referendo, hab¨ªa sido retomada por el primer ministro, Ant¨®nio Costa, como la gran reforma pol¨ªtica de este mandato, pero la negativa del principal partido de la oposici¨®n, el Partido Social Dem¨®crata (PSD, centroderecha), a acompa?arle en la traves¨ªa dificulta la convocatoria de un segundo referendo en 2024, como Costa quer¨ªa.
Mientras tanto, avanza la descentralizaci¨®n de competencias en educaci¨®n, sanidad, cultura y cohesi¨®n social a los municipios, el otro gran pilar de la arquitectura institucional portuguesa junto al Estado. El Gobierno llegar¨¢ al debate del estado de la naci¨®n de este mi¨¦rcoles con el alivio de haber conseguido luz verde de la Asociaci¨®n Nacional de Municipios Portugueses (ANMP) al ¨²ltimo acuerdo. Al final ser¨¢ su principal logro pol¨ªtico tras el accidentado inicio de legislatura, con una grave crisis sanitaria por falta de medios en hospitales y un ins¨®lito desacuerdo pol¨ªtico entre Costa y su ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, a prop¨®sito del nuevo aeropuerto de Lisboa.
La C¨¢mara Municipal de Oporto abandon¨® a finales de mayo la ANMP, el ¨®rgano de representaci¨®n de los ayuntamientos y el interlocutor del Gobierno para negociar, en protesta por los perjuicios econ¨®micos que causar¨ªa el traspaso educativo tal y como hab¨ªa sido dise?ado por el Ejecutivo. La rebeli¨®n de Oporto contra los dictados de Lisboa anim¨® a otros alcaldes a exigir cambios y forz¨® una revisi¨®n de las propuestas estatales.
El proceso descentralizador no empez¨® con buen pie. Pocos de los 308 ayuntamientos lusos aceptaron las nuevas competencias de forma voluntaria. ¡°El Gobierno impuso las competencias a transferir, las fechas y los importes y la Asociaci¨®n Nacional de Municipios asumi¨® esos compromisos sin informarnos¡±, critic¨® el alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira, en una entrevista con EL PA?S realizada en la C¨¢mara Municipal.
A pesar de su amistad con el primer ministro, heredada de los tiempos en que ambos presid¨ªan los ayuntamientos de Oporto y Lisboa, Moreira contrastaba la buena gesti¨®n hecha durante el traspaso de competencias de los transportes p¨²blicos con la deficiente propuesta en materias educativas. ¡°El peligro es que el hecho de que la descentralizaci¨®n se est¨¢ haciendo muy mal va a llevar al rechazo de la regionalizaci¨®n, y con raz¨®n, por parte de la poblaci¨®n¡±, sosten¨ªa Moreira, que cifraba en 10 millones de euros el perjuicio que sufrir¨ªa la C¨¢mara Municipal de Oporto con el plan del Gobierno.
El desaire de Oporto sirvi¨® de revulsivo para otros municipios. Aunque ninguno sigui¨® su ejemplo de abandonar la asociaci¨®n que les representa, las reivindicaciones han logrado ablandar el criterio del Gobierno central. Con la obsesi¨®n de mantenerse en la senda de ¡°as contas certas¡± (las cuentas correctas) para tratar de atajar la disparada deuda p¨²blica portuguesa, el Ejecutivo de Costa despliega una austeridad presupuestaria siempre que puede. Los ayuntamientos se quejaban de que las transferencias econ¨®micas para el mantenimiento de los colegios eran insostenibles y finalmente se ha ampliado la partida. ¡°Las c¨¢maras ya est¨¢n recibiendo m¨¢s de lo que el Gobierno gastaba¡±, asegur¨® la ministra de Cohesi¨®n Territorial, Ana Abrunhosa, hace unas semanas.
Este viernes el propio Ant¨®nio Costa firmar¨¢ el acuerdo con la ANMP para realzar el significado pol¨ªtico del traspaso de competencias, que suaviza el centralismo administrativo del pa¨ªs. Pero lo que no se vislumbra es un Portugal dividido en regiones a medio plazo, aunque el primer ministro volvi¨® a defender la necesidad de un referendo en una reciente reuni¨®n de la Comisi¨®n Nacional del Partido Socialista. ¡°No se puede dejar de hacer porque se tenga miedo de escuchar a los portugueses¡±, afirm¨®.
El presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, que en su d¨ªa se opuso a la regionalizaci¨®n cuando era l¨ªder del PSD y que ahora ha suavizado su rechazo, ha avisado de que una nueva consulta popular requiere del consenso parlamentario. Aunque el Partido Socialista dispone de una c¨®moda mayor¨ªa absoluta, la principal reforma pol¨ªtica que acometer¨ªa el pa¨ªs en las ¨²ltimas d¨¦cadas necesitar¨¢ al menos del respaldo del PSD, el partido que se ha alternado en el poder con el PS desde que se instaur¨® un r¨¦gimen democr¨¢tico tras la Revoluci¨®n de los Claveles de 1974. Este consenso parec¨ªa asegurado hasta que el reciente cambio en el liderazgo de los conservadores, que han elegido como nuevo presidente del partido a Lu¨ªs Montenegro, ha dado un giro a la posici¨®n del partido respecto a la regionalizaci¨®n. ¡°No habiendo condiciones para un referendo, no vamos a perder el tiempo en alimentar una discusi¨®n est¨¦ril sobre nada¡±, se?al¨® Montenegro
Lo que el presidente del PSD planteaba hace un mes es que antes de llegar a dividir el pa¨ªs en regiones, estaba a¨²n pendiente el traspaso de competencias a los municipios: ¡°Estamos en pleno proceso de descentralizaci¨®n de competencias, que dura ya tres a?os, que ha sido turbulento y no ha tenido resultados positivos¡±. Tal vez ahora el acuerdo entre Gobierno y ayuntamientos le deje sin este argumento, pero el PSD es un partido dividido respecto a la regionalizaci¨®n del pa¨ªs, al igual que el Partido Socialista. No parece que las regiones est¨¦n a la vuelta de la esquina.
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