Ant¨®nio Costa, el socialista que quiere librarse de la ¡®geringon?a¡¯
El primer ministro portugu¨¦s aspira a revalidar su triunfo el pr¨®ximo 30 de enero y convertirse en el pol¨ªtico que m¨¢s tiempo ha estado al frente del Gobierno desde la Revoluci¨®n de los Claveles
En 1993, el socialista Ant¨®nio Costa se present¨® como candidato a la C¨¢mara Municipal de Loures, una localidad del ¨¢rea metropolitana de Lisboa que sufr¨ªa atascos cotidianos para acceder a la capital y que gobernaban los comunistas. Para evidenciar el p¨¦simo estado de las infraestructuras y reclamar una conexi¨®n en metro, Costa organiz¨® una carrera entre un Ferrari y un burro. Una foto le muestra ondeando la bandera para dar la salida.
La historia desvela, al menos, dos cosas. Costa (Lisboa, 60 a?os) lleva mucho tiempo en pol¨ªtica y recurre al ingenio m¨¢s all¨¢ de la ortodoxia ideol¨®gica. Si el pr¨®ximo domingo 30 gana las elecciones, se podr¨¢ convertir en el primer ministro portugu¨¦s con m¨¢s tiempo de permanencia en el cargo desde la Revoluci¨®n de los Claveles. Incluso si las pierde y dimite, como ha prometido, es ya a estas alturas el pol¨ªtico luso m¨¢s curtido en el poder desde que se estren¨®, con 21 a?os, como representante en la Asamblea Municipal de Lisboa en 1982. El diario P¨²blico le bautiz¨® el pasado verano como ¡°el pol¨ªtico Duracell¡± cuando fue reelegido secretario general del Partido Socialista (PS) por cuarta vez. ¡°Es de lejos el mejor pol¨ªtico portugu¨¦s de su generaci¨®n. Y el m¨¢s implacable y el m¨¢s feroz¡±, afirma el analista y abogado Jos¨¦ Miguel J¨²dice, que le apoy¨® en su camino hacia la alcald¨ªa de Lisboa en 2007, en el libro As sete esta??es da democracia, de la periodista Maria Jo?o Avillez. ¡°Es muy emocional, pero con gran autocontrol¡±, a?ade.
La carrera de Costa es la de un rompedor de tab¨²es al que le han salido bien las apuestas de riesgo. El tab¨² que le hizo famoso en la socialdemocracia europea, entonces en horas bajas, fue el de 2015, cuando se convirti¨® en primer ministro gracias a una impensable alianza parlamentaria con el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugu¨¦s (la famosa geringon?a, que ahora le fall¨® a mitad de legislatura y provoc¨® el anticipo electoral). Costa lider¨® a los tres partidos de la izquierda para tumbar con una moci¨®n de censura al Gobierno m¨¢s breve de la democracia portuguesa (27 d¨ªas), que presid¨ªa el conservador Pedro Passos Coelho.
Ant¨®nio Costa, que hab¨ªa sido pasante en el bufete de Jorge Sampaio (que protagoniz¨® su propia geringon?a como alcalde de Lisboa), pertenece a la familia socialista con m¨¢s complicidad con la izquierda que con el liberalismo. Puede que tambi¨¦n su origen explique la facilidad con que derrib¨® el muro que divid¨ªa a comunistas y socialistas: es hijo del escritor Orlando de Costa, comunista represaliado en la dictadura, y la periodista feminista Maria Ant¨®nia Palla. A diferencia de otros colegas, no tiene un pasado marxista que sepultar: a los 12 a?os decidi¨® que ser¨ªa abogado como Perry Mason y socialista (se afili¨® dos a?os despu¨¦s).
Antes de romper el tab¨² externo, ya hab¨ªa quebrado otro interno: desafiar al l¨ªder sin el pretexto de una crisis. En 2014 lo hizo con el entonces secretario general del PS, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, poco despu¨¦s de que hubiesen ganado las elecciones al Parlamento Europeo con m¨¢s de 100.000 votos de diferencia sobre el PSD (el conservador Partido Social Dem¨®crata). ¡°Por poucochinho¡± (poquitico), dijo esa noche en la televisi¨®n Costa. El ¡°poucochinho¡± es hoy una de las expresiones predilectas para ironizar en la prensa portuguesa. En la cresta de su popularidad como alcalde de Lisboa, logr¨® cerca del 65% de los votos en las primarias para elegir candidato a primer ministro y en noviembre de 2014 se convirti¨® en el nuevo l¨ªder del PS.
Costa, que esta campa?a se est¨¢ fajando para tratar de alcanzar una mayor¨ªa absoluta que ning¨²n sondeo contempla hasta ahora y no depender de otra geringon?a, form¨® parte como ministro de los Gobiernos de Ant¨®nio Guterres y Jos¨¦ S¨®crates. Estos d¨ªas ha citado al primero para ilustrar el modelo de gobierno en minor¨ªa que podr¨ªa seguir si gana con insuficientes apoyos, aunque pelee por una mayor¨ªa absoluta como la que consigui¨® el segundo. S¨®crates, inmerso en un enmara?ado macroproceso judicial por corrupci¨®n (Operaci¨®n Marqu¨¦s) y que pretende denunciar al primer juez instructor del caso, es el ¨²nico tab¨² que Costa respeta.
Sus rivales internos est¨¢n fuera de los c¨ªrculos del poder. ¡°Es un pol¨ªtico que no admite, no acepta la menor divergencia. Quien ose enfrentarse a ¨¦l va al limbo, o incluso al infierno¡±, sostiene J¨²dice. Una observaci¨®n que contrasta con la imagen p¨²blica que cultiva. Aunque en algunos de los debates electorales se le ha visto irritado, sonr¨ªe a menudo y presume de optimismo. ¡°Est¨¢ siempre tratando de encontrar el camino para resolver los problemas, no es nada conformista¡±, se?ala a EL PA?S Tiago Antunes, secretario de Estado adjunto al primer ministro. Tras reflexionar unos segundos sobre la pregunta de cu¨¢l es la marca de Costa, dice: ¡°Es un hacedor, alguien que hace cosas, que las materializa y que tiene una vertiente muy pragm¨¢tica¡±.
A veces son cosas sorprendentes, como la carrera entre el asno y el Ferrari o la apertura de un despacho como alcalde en Arroios, una zona degradada de Lisboa, para revertir la marginaci¨®n en el barrio que, a la vuelta de los a?os, ser¨ªa declarado el ¡°m¨¢s cool¡± del mundo por la revista Time out. Los gestos simb¨®licos son frecuentes: abri¨® al p¨²blico los domingos el palacete de S?o Bento, su residencia oficial (sigue viviendo en su domicilio con Fernanda Tadeu, la profesora con la que se cas¨® en 1987 y que le acompa?a a diario en esta campa?a).
¡°He visto pocos l¨ªderes con las habilidades y capacidades negociadoras del primer ministro¡±, le elogi¨® en la ¨²ltima cumbre hispano-lusa celebrada en Trujillo (C¨¢ceres) el presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez. El ejemplo m¨¢s llamativo es su complicidad con el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, al que apoy¨® en las ¨²ltimas elecciones presidenciales de 2021 frente a la candidata socialista, Ana G¨®mez. Otro tab¨² que se vino abajo.
Esta campa?a ha prometido aligerar su Gobierno (el actual tiene 19 ministerios y 50 secretar¨ªas de Estado), regionalizar el pa¨ªs, subir salarios y abrir la puerta a una semana laboral de cuatro d¨ªas. Lo p¨²blico, lo partidario y lo personal se mezclan a veces. Lo mismo pide el voto ante las obras de un hospital que proyecta el Ministerio de Sanidad que en el pasado recurri¨® a su mejor amigo, Diogo Lacerda Machado, para negociaciones en la sombra en la aerol¨ªnea TAP o el quebrado Banco Esp¨ªritu Santo. En Bruselas goza de cr¨¦dito gracias al equilibrio econ¨®mico que logr¨® antes de la pandemia ¡ªrecort¨® deuda p¨²blica y aument¨® el gasto social¡ª y est¨¢ bien posicionado para convertirse en otro pol¨ªtico portugu¨¦s al frente de alg¨²n cargo internacional.
A pesar de algunos signos que apuntan al fin de ciclo socialista ¡ªla p¨¦rdida de la emblem¨¢tica alcald¨ªa de Lisboa¡ª, pocos le auguran una derrota. En los sondeos es el favorito como primer ministro. El periodista Jo?o Miguel Tavares vaticin¨® en P¨²blico: ¡°La raz¨®n por la que Rui Rio [el l¨ªder conservador del PSD] va a perder las elecciones es muy sencilla: los portugueses todav¨ªa no est¨¢n hartos de Ant¨®nio Costa. Y en la historia de la democracia portuguesa solo hay una forma de que un primer ministro pierda: si su actuaci¨®n pol¨ªtica fue catastr¨®fica m¨¢s all¨¢ de cualquier duda razonable y sea percibida as¨ª por el electorado¡±.
En cuanto al final de la carrera de Loures de 1993: el burro lleg¨® a la meta cinco minutos antes que el Ferrari.
315.000 portugueses se inscriben en el voto anticipado?
Unos 315.000 portugueses se inscribieron para votar de forma anticipada y evitar así sumarse a las posibles aglomeraciones en colegios electorales el próximo domingo 30. El propio primer ministro y candidato socialista, António Costa, decidió dar ejemplo y este domingo depositó su papeleta en Oporto. El voto anticipado permite votar en urna en cualquier círculo electoral de Portugal, que luego se traslada a la circunscripción del elector. Por su parte, los confinados por coronavirus podrán salir para votar el próximo domingo. El Gobierno ha recomendado que lo hagan en la última hora de votación, entre 18.00 y 19.00.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.