Polonia resiste el aluvi¨®n de refugiados ucranios
Las redes de apoyo de los propios ucranios, las ONG y las administraciones locales se vuelcan en la acogida de 1,3 millones de personas que huyen de la guerra
A finales de enero, cuando una invasi¨®n rusa de Ucrania parec¨ªa solo un mal sue?o para muchos en Europa, el viceministro de Interior de Polonia, Maciej Wasik, declar¨® que su pa¨ªs ¡ªque linda con Ucrania justo por el lado opuesto a Rusia¡ª ¡°deb¨ªa prepararse para el peor escenario posible¡±: la llegada de ¡°incluso un mill¨®n de refugiados¡±. En apenas dos semanas de guerra, Polonia ha recibido ya casi 1,3 millones. Es el 60% de los 2,15 millones de ucranios que han cruzado a los pa¨ªses vecinos huyendo de la ofensiva rusa, en el ¨¦xodo m¨¢s r¨¢pido en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, del martes.
Pese a las dimensiones de la oleada humana, el pa¨ªs no se ha convertido en sin¨®nimo de personas a la intemperie justo cuando nieva y las temperaturas m¨ªnimas llegan hasta los nueve grados bajo cero. Pr¨¢cticamente todos los refugiados ucranios tienen un techo, gracias sobre todo a familiares, amigos, ONG, voluntarios, empresas y autoridades locales, que se han apresurado a habilitar centros de alojamiento, organizar la acogida temporal por familias, difundir informaci¨®n en ucranio e ingl¨¦s, y dar consejo legal y apoyo psicol¨®gico, entre otras necesidades.
A la estaci¨®n central de la ciudad de Lublin, en el este de Polonia y con cerca de 350.000 habitantes, llegan autobuses desde Ucrania cada pocos minutos con carteles de ciudades ¡ªescritas tanto en alfabeto cir¨ªlico como latino¡ª como Lviv, Ivano-Frankivsk, Chernivtsi, Rovno o Vinitsia. Los pasajeros bajan con maletas, bolsas de pl¨¢stico repletas y cara de desconcierto, pero enseguida se topan con carteles indicativos en su lengua y mesas donde obtener gratuitamente agua, comida caliente, pa?ales, kleenex o leche de f¨®rmula para beb¨¦s. Hay adem¨¢s cajas con peluches, ropa y hasta carritos de beb¨¦ donados. Muchos se dirigen directamente a la estaci¨®n de tren, gratuito estos d¨ªas para los ucranios. Son casi todos mujeres y ni?os, porque los hombres de 18 a 60 a?os tienen prohibido salir de Ucrania, salvo algunas excepciones.
La estaci¨®n est¨¢ llena adem¨¢s de voluntarios, varios de los cuales hablan al menos ucranio o ruso, como Oksana Skrinnik, de 29 a?os y originaria de J¨¢rkov, en el este de Ucrania. Resid¨ªa en Estocolmo cuando estall¨® la guerra y hace tres d¨ªas se desplaz¨® a Lublin para ayudar a sus compatriotas. ¡°Llegan entre 1.000 y 2.000 al d¨ªa. Algunos no tienen familiares aqu¨ª, as¨ª que solo necesitan un techo uno o dos d¨ªas, descansar un poco y coger algo de comida¡±, se?ala. ¡°Normalmente no tienen ni idea de c¨®mo actuar¡±, agrega.
Es por ello que Nikita Nalivko se mueve de uno a otro lado de la estaci¨®n respondiendo preguntas. Tiene 20 a?os y lleva un brazalete rojo que significa que, adem¨¢s de ayudar, puede traducir. El inicio de la ofensiva rusa, hace dos semanas, le pill¨® en Lublin, donde lleva tres a?os y estudia Relaciones Internacionales en la Universidad Cat¨®lica Juan Pablo II. Mientras, en Ucrania, su t¨ªo participa como voluntario en la defensa de Kiev y su padre, en la de Stavishche, en la regi¨®n de la capital. Tambi¨¦n su madre se niega a abandonar el pa¨ªs.
Lublin no es la ruta que m¨¢s refugiados recorren, pero s¨ª una salida natural desde la asediada Kiev. La carretera E373 comienza en la capital ucrania y termina poco antes de Lublin, a apenas dos horas por carretera de Varsovia. El aeropuerto de la capital polaca est¨¢ lleno de carteles, a?adidos recientemente, con conexiones a numerosos destinos.
Dos encuestas recientes muestran que un 90% de los polacos apoya recibir refugiados ucranios y un 64% est¨¢ dispuesto a ayudarlos personalmente, una postura en la que parece pesar tanto que son europeos como la dif¨ªcil relaci¨®n hist¨®rica con Rusia. En Polonia se han recogido cientos de toneladas de ayuda y en la ciudad de Lodz las autoridades han pedido espaciar las donaciones de sangre de tantas que ha habido en los ¨²ltimos d¨ªas. Una de las principales cadenas de supermercados est¨¢ pagando adem¨¢s un bonus a sus empleados ucranios.
El Gobierno aprob¨® este martes la creaci¨®n de un fondo de 8.000 millones de eslotis (unos 1.670 millones de euros) para ayudar a los refugiados ucranios. Los gobiernos locales ser¨¢n compensados por el coste que les suponga proveer educaci¨®n y sanidad a los reci¨¦n llegados, y los refugiados ucranios tendr¨¢n el mismo acceso al sistema sanitario que los ciudadanos polacos. Adem¨¢s, los polacos que alojen a familias ucranias recibir¨¢n 40 eslotis diarios (unos ocho euros) durante un m¨¢ximo de dos meses. Ya antes se hab¨ªa habilitado para peatones puestos fronterizos solo para veh¨ªculos. Queda el problema del empleo. El Gobierno quiere facilitar los permisos de trabajo y el cobro de subsidios por hijo para los refugiados ucranios, que ahora mismo suponen un problema burocr¨¢tico.
Pero si Polonia no se ha visto sobrepasada por la avalancha de refugiados es en buena medida por ser un pa¨ªs de paso hacia destinos m¨¢s populares, como Alemania, Italia, Espa?a o Reino Unido. Bastantes ucranios tienen adem¨¢s compatriotas ¡ªfamiliares, amigos o conocidos¡ª que los alojan y ayudan estos d¨ªas. En Polonia hay m¨¢s de un mill¨®n de ucranios, principalmente migrantes econ¨®micos atra¨ªdos desde hace a?os por mejores salarios, facilidades con el visado y una lengua similar. Los refugiados han recurrido m¨¢s a estas redes informales de ayuda que a los centros de recepci¨®n desplegados por las autoridades, explic¨® el mi¨¦rcoles el m¨¢ximo responsable de ACNUR, Filippo Grandi, citado por la agencia Reuters. ¡°Es la mejor forma para ellos de sentirse bienvenidos y en un ambiente familiar. Tambi¨¦n de que el peso recaiga menos en los servicios sociales, francamente, lo que es muy importante para estos pa¨ªses¡±, agreg¨®.
¡°El 90% de ucranios no quieren utilizar esos puntos de recepci¨®n, porque temen tener que quedarse en Polonia y porque legalizar el estatus es muy dif¨ªcil en el pa¨ªs. Nadie quiere meterse en ese proceso, as¨ª que simplemente evitan el contacto con funcionarios polacos¡±, apunta Karolina Wierzbinska, coordinadora y cofundadora de la ONG polaca Homo Faber.
Wierzbinska habla en un macrocentro cultural con cine, biblioteca y teatro reconvertido en centro de ayuda a los refugiados. Solo duermen all¨ª un pu?ado, en unas colchonetas y sacos de dormir extendidas para quienes carecen de alternativa. Homo Faber gestiona all¨ª un call center al que pueden llamar los refugiados ucranios 24 horas al d¨ªa, toda la semana. Desde que el Gobierno polaco public¨® el n¨²mero, est¨¢n desbordados. M¨¢s de 5.000 personas se han postulado como voluntarias a la ONG, presente tambi¨¦n en cuatro pasos fronterizos y 12 puntos de recepci¨®n.
La responsable del servicio de atenci¨®n de llamadas, Beata Siemaszko, ve un cambio de patr¨®n en las llamadas. ¡°Estamos afrontando ¨²ltimamente problemas m¨¢s complicados, no solo de comida y alojamiento, sino cuestiones legales o preguntas del estilo ¡®qu¨¦ tipo de trabajo debo tener para que mis hijos puedan ir a la guarder¨ªa¡¯. Somos el primer frente, tratando de entender unas normas sobre las que no decidimos¡±, protesta Siemaszko, que acusa de falta de colaboraci¨®n al Gobierno regional, del mismo partido ultraconservador, Ley y Justicia (PiS), que lidera el Ejecutivo nacional.
¡°Cada vez llama gente m¨¢s desesperada, a la que cuesta m¨¢s ayudar porque cuesta m¨¢s entender¡±, lamenta Rostik Sijovskii, un voluntario de 18 a?os en el centro de recepci¨®n de llamadas. ¡°Tambi¨¦n recibimos llamadas desde Ucrania, pero les explicamos que poco podemos hacer por ellos hasta que no crucen la frontera¡±.
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