V¨ªctimas y ONG apelan a la justicia internacional dos a?os despu¨¦s de la explosi¨®n del puerto de Beirut
El Gobierno liban¨¦s deja en punto muerto la investigaci¨®n judicial de una tragedia que se sald¨® con m¨¢s de 200 muertos, 6.500 heridos y 5.000 millones en da?os
L¨ªbano se hunde en la espiral de un Estado fallido sin ofrecer reparaci¨®n a las v¨ªctimas de la explosi¨®n que hace dos a?os pulveriz¨® el puerto de Beirut y devast¨® casi la mitad de la ciudad, en una de las mayores detonaciones no nucleares conocidas. ¡°El Gobierno se ampara en la impunidad y bloquea la investigaci¨®n judicial¡±, clamaba el mi¨¦rcoles por videoconferencia desde la capital libanesa la abogada Tania Daou, que perdi¨® a su marido cuando la acompa?aba a una consulta m¨¦dica en la tarde del 4 de agosto de 2020. Los cristales proyectados por la onda expansiva le seccionaron la garganta.
¡±La justicia libanesa lleva ya m¨¢s de dos a?os de retraso frente a las reclamaciones de las v¨ªctimas y sus familias. Es necesario que intervenga la justicia internacional¡±, lamentaba esta superviviente de la tragedia en una comparecencia digital organizada por Human Rights Watch (HRW). Esta ONG, junto con Amnist¨ªa Internacional y otras tres organizaciones humanitarias apelaron tambi¨¦n el mi¨¦rcoles al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a que emprenda ¡°sin retrasos¡± una investigaci¨®n independiente.
La explosi¨®n, que arras¨® el puerto de Beirut y los barrios colindantes con un saldo de m¨¢s de 200 muertos y 6.500 heridos, caus¨® adem¨¢s 5.000 millones de euros en da?os materiales. Los restos de los silos portuarios se desmoronaban a comienzos de esta semana a causa de un incendio, en un s¨ªmbolo m¨¢s de la incuria que planea sobre la cat¨¢strofe.
Las indagaciones judiciales abiertas en L¨ªbano se hallan en punto muerto desde 2021, cuando el magistrado Tarik Biktar cit¨® a declarar a altos cargos de la Administraci¨®n. El bloqueo impuesto desde instancias pol¨ªticas, al amparo de la inmunidad oficial obtenida mediante recusaciones, ha impedido hasta ahora que ning¨²n responsable p¨²blico haya sido investigado.
La explosi¨®n se produjo en un almac¨¦n de nitrato de amonio, sustancia utilizada en fertilizantes y explosivos. La onda expansiva golpe¨® a m¨¢s de 75.000 viviendas y desplaz¨® de sus hogares a 300.000 beirut¨ªes. Su eco lleg¨® hasta la isla de Chipre, a unos 200 kil¨®metros. El nitrato de amonio hab¨ªa sido tra¨ªdo hasta el puerto de Beirut en 2013 a bordo de un barco con bandera moldava, que descarg¨® m¨¢s de 2.700 toneladas. En el momento de la descomunal deflagraci¨®n se estima que estaban almacenadas unas 550 toneladas, sin que hasta ahora se sepa qui¨¦n fue el importador y d¨®nde fue a parar el resto de la carga.
¡±Nadie ha sido acusado y la investigaci¨®n interna se ha estancado¡±, advierte a su vez Aya Mazjub, investigadora de HRW en Beirut. ¡°Una coalici¨®n de organizaciones de derechos humanos y supervivientes de la explosi¨®n recurre ahora a la comunidad internacional en busca de justicia¡±, enfatiz¨®. Francia, que fue metr¨®poli colonial de L¨ªbano, no ha favorecido la v¨ªa de una investigaci¨®n por el Consejo de Derechos Humanos, sostuvo Mazjub durante un debate v¨ªa Zoom.
Desde Ginebra, sede europea de los ¨®rganos de Naciones Unidas, expertos independientes adscritos al Consejo de Derechos Humanos de la ONU llamaban tambi¨¦n el mi¨¦rcoles a aplicar la justicia internacional. ¡°Es una de las mayores tragedias de la historia reciente y, sin embargo, el mundo no ha hecho nada para averiguar sus causas¡±, coincidieron tres relatores oficiales en un comunicado citado por France Presse. Los expertos en materia de derechos humanos reclaman desde hace dos a?os que el Gobierno de L¨ªbano y la comunidad internacional respondan a las peticiones de justicia y reparaci¨®n de supervivientes y familiares de v¨ªctimas de la explosi¨®n del puerto de Beirut, que atribuyen a ¡°una gobernanza negligente y a la corrupci¨®n generalizada¡±.
¡±Sigo respirando, pero estoy muerta por dentro¡±, reconoc¨ªa Mireille Jury, cuyo hijo de 15 a?os muri¨® en la cat¨¢strofe beirut¨ª. ¡°Tengo derecho a saber por qu¨¦ perd¨ª a mi hijo y qui¨¦n fue el responsable. Hasta ahora, L¨ªbano y el resto del mundo nos han fallado¡±, lamentaba, en el mismo escrito presentado ante la prensa internacional por ONG internacionales y libanesas. ¡°Es vital que se imparta justicia, no solo para las v¨ªctimas, los supervivientes y sus familias, sino tambi¨¦n para L¨ªbano, que no puede seguir sosteni¨¦ndose sobre unos cimientos tan endebles¡±, abundaba Antonia Mulvey, directora de la ONG Acci¨®n Legal Global, en el mismo comunicado conjunto.
El papa Francisco, que se vio obligado a suspender en junio un viaje a L¨ªbano por razones de salud (y ante la inestabilidad del pa¨ªs), recordaba este mi¨¦rcoles desde el Vaticano que ¡°la verdad nunca debe ocultarse¡± en casos como el de la explosi¨®n de Beirut. L¨ªbano sigue siendo la naci¨®n de Oriente Pr¨®ximo con mayor porcentaje de cristianos, con un 40% de su poblaci¨®n adscrita a distintos ritos del cristianismo.
Sin Gobierno estable desde hace tres a?os
Sin Gobierno estable, el Fondo Monetario Internacional ya ha advertido de que no ejecutar¨¢ los programas de ayuda aprobados para rescatar a la econom¨ªa libanesa, sumida en la bancarrota desde hace m¨¢s de tres a?os. Al frente del Ejecutivo intenta consolidarse el multimillonario sun¨ª Nayib Mikati, quien ya logr¨® formar un Gabinete el pasado septiembre tras meses de caos. Mikati, que hab¨ªa ejercido como primer ministro en 2005 y de 2011 a 2014, encarna el modelo clientelar de reparto de poder que ha conducido a la ruina y el desgobierno al pa¨ªs del Levante mediterr¨¢neo. Tambi¨¦n es uno de los libaneses m¨¢s ricos, tras vender en 2005 su compa?¨ªa de telecomunicaciones por 4.650 millones de euros.
Hezbol¨¢, el poderoso partido-milicia proiran¨ª, y sus aliados chi¨ªes y cristianos perdieron la mayor¨ªa en el Parlamento de L¨ªbano en las elecciones del pasado mes de mayo. Los primeros comicios celebrados tras el estallido de la mayor crisis pol¨ªtica y econ¨®mica desde la guerra civil que desangr¨® al pa¨ªs entre 1975 y 1990, reflejaron tambi¨¦n el descontento social frente al sistema de reparto confesional del poder instaurado tras la contienda.
En los meses previos a la explosi¨®n, las protestas sociales contra una clase dirigente que solo busca perpetuar el statu quo ya agitaron las calles libanesas en una escala sin precedentes desde el conflicto civil. Dos a?os despu¨¦s de la explosi¨®n, L¨ªbano contin¨²a al borde del abismo de convertirse en un Estado fallido, con ocho de cada 10 ciudadanos arrojados por debajo del umbral de la pobreza severa y con la libra devaluada en m¨¢s de un 90%.
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