El Senado de Estados Unidos aprueba la ley fiscal, clim¨¢tica y sanitaria de Biden
La norma permite al presidente desbloquear su agenda econ¨®mica y retomar la iniciativa
Joe Biden madrug¨® este domingo y sali¨® de la Casa Blanca con una amplia sonrisa. ¡°Me siento genial¡±, dijo mientras se dirig¨ªa al Marine One, camino de su casa en la playa, en Reboboth (Delaware). El test de ant¨ªgenos hab¨ªa vuelto a dar negativo. El presidente de Estados Unidos abandonaba el aislamiento por la covid, pero adem¨¢s ve¨ªa encarrilada su ley estrella, que incluye medidas fiscales, contra el cambio clim¨¢tico y de rebaja del precio de las medicinas. ¡°Creo que se va a aprobar¡±, dijo. As¨ª ha sido. En una votaci¨®n muy ajustada, y tras algunos retoques de ¨²ltima hora, el Senado ha dado v¨ªa libre a la norma, que ahora debe ser votada por la C¨¢mara de Representantes. Supone una baza importante para Biden a solo tres meses de las elecciones legislativas de mitad de su mandato.
Los senadores se han pasado el primer fin de semana de agosto encerrados en el Capitolio. Tras una sesi¨®n maratoniana de enmiendas que se ha prolongado durante toda la noche del s¨¢bado y hasta la tarde del domingo, el pleno de la C¨¢mara Alta ha votado la llamada Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n, una denominaci¨®n que responde m¨¢s a una estrategia pol¨ªtica que al contenido de la norma. Entre bostezos y caras de sue?o, tras cerca de 30 horas de sesi¨®n, la vicepresidenta, Kamala Harris, ha roto el empate de un Senado dividido con 50 republicanos y 50 dem¨®cratas.
La norma, que aspira a movilizar unos 430.000 millones de d¨®lares en 10 a?os y a generar ingresos por unos 740.000 millones, queda lejos de las ambiciones del plan inicial de Biden, el Build Back Better, de 3,5 billones. Una versi¨®n algo descafeinada del plan inicial lleg¨® a ser aprobada por la C¨¢mara de Representantes en noviembre pasado, pero naufrag¨® en el Senado por el rechazo del senador dem¨®crata por Virginia Occidental Joe Manchin.
Bernie Sanders, uno de los senadores m¨¢s izquierdistas de su partido, ha criticado en el debate de la nueva ley que se hayan dejado fuera gran parte de las medidas de aquel plan, que extend¨ªa el Estado del bienestar con guarder¨ªas gratis, permisos por maternidad y para cuidado de enfermos y otras ayudas. Sanders ha presentado sus propias enmiendas, pero se ha quedado solo, pues incluso los dem¨®cratas que estar¨ªan dispuestos a apoyarla son conscientes de que han llegado hasta donde ha sido posible.
El l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata, Charles Schumer, negoci¨® en secreto el apoyo de Manchin, que ha pillado por sorpresa a los republicanos. Schumer tambi¨¦n hizo concesiones a la senadora de su partido por Arizona, Kyrsten Sinema, otra dem¨®crata d¨ªscola que no terminaba de dar su apoyo. Sinema ha impedido que se elimine un coladero fiscal que favorece a los ejecutivos de los fondos especulativos y las firmas de capital riesgo. Y a ¨²ltima hora ha librado a muchas empresas controladas por esas firmas del tipo m¨ªnimo en el impuesto de sociedades y ha puesto por momentos en peligro la aprobaci¨®n de la ley. Cuando otra enmienda para compensar la recaudaci¨®n perdida ha despejado el camino, Schumer ha podido cantar victoria. ¡°Ha sido un camino largo, duro y sinuoso¡±, ha reconocido. Tras la votaci¨®n, estaba exultante: ¡°Esta ley va a cambiar Estados Unidos por d¨¦cadas¡±, proclam¨®, acaso algo exageradamente.
Previamente, la llamada parlamentaria del Senado, Elizabeth MacDonough, una especie de letrada mayor que vela por los procedimientos de la C¨¢mara Alta, tambi¨¦n hab¨ªa sacado la tijera y eliminado de la ley la disposici¨®n que imped¨ªa a las farmac¨¦uticas subir los precios a un ritmo superior al de la inflaci¨®n. Seg¨²n su criterio, esa norma no encajaba en la v¨ªa r¨¢pida de la reconciliaci¨®n presupuestaria, el camino usado para aprobar la ley y que requiere de mayor¨ªa simple y no de los 60 votos necesarios para desbloquear una ley ordinaria. Por esa misma raz¨®n, y por la falta de apoyo republicano para llegar a los 60 votos, se ha quedado fuera de la ley una limitaci¨®n al precio de la insulina.
Aunque venida a menos, la ley sigue siendo una reforma de calado que da a Biden algo de ox¨ªgeno a tres meses de las elecciones legislativas que afrontaba con su popularidad por los suelos.
La norma permite movilizar inversiones r¨¦cord para hacer frente al calentamiento global. Son unos 369.000 millones de d¨®lares (unos 362.300 millones de euros) en gastos e incentivos fiscales en 10 a?os para impulsar las energ¨ªas limpias con el objetivo de reducir en un 40% para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es menos que el objetivo del 50% al que Biden se comprometi¨®, pero resulta todo un alivio tras la sentencia del Tribunal Supremo que ha socavado el poder de la agencia medioambiental para limitar las emisiones y pon¨ªa en entredicho la credibilidad de Estados Unidos en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. La ley, en todo caso, no limita las emisiones, as¨ª que su efecto depender¨¢ de los precios de las diferentes fuentes de energ¨ªa. Si se abaratasen los combustibles f¨®siles, la transici¨®n energ¨¦tica probablemente se frenar¨ªa.
La norma incluye una reforma fiscal para las grandes empresas. Establece un impuesto m¨ªnimo del 15% para las compa?¨ªas que declaren en sus cuentas un beneficio de m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares, pero que utilizan deducciones, cr¨¦ditos fiscales y otras maniobras de ingenier¨ªa fiscal para reducir sus tipos impositivos e incluso librarse de pagar impuestos sobre beneficios. Inicialmente, la norma tambi¨¦n aplicaba ese tipo m¨ªnimo a empresas controladas por firmas de inversi¨®n que individualmente no superaban los 1.000 millones de ganancias, pero s¨ª lo hac¨ªan en conjunto. Sin embargo, Sinema y otros seis senadores dem¨®cratas han apoyado una enmienda republicana para impedirlo.
El otro aspecto clave de la ley es la rebaja del precio de los medicamentos con receta, en especial para los beneficiarios de Medicare, el seguro p¨²blico para los mayores de 65 a?os, principalmente. La norma fija un l¨ªmite por el que los beneficiarios de Medicare no podr¨¢n pagar m¨¢s de 2.000 d¨®lares anuales en f¨¢rmacos, lo que favorecer¨¢ sobre todo a aquellos con enfermedades cr¨®nicas o muy graves. Adem¨¢s, por primera vez, Medicare podr¨¢ negociar directamente con las grandes farmac¨¦uticas los precios de los medicamentos, lo que se espera que redunde en una rebaja. Eso, sin embargo, no se aplicar¨¢ a todos los medicamentos y no entrar¨¢ en vigor hasta 2026, de modo que la ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n no servir¨¢ para reducir la inflaci¨®n ahora, que est¨¢ en su m¨¢ximo en cuatro d¨¦cadas.
Biden: ¡°La ley favorece a las familias trabajadoras¡±
Necesitado de buenas noticias, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tardó solo unos minutos en emitir un comunicado celebrando la aprobación de la ley por la Cámara Alta. “Hoy, los demócratas del Senado se han puesto del lado de las familias estadounidenses por encima de los intereses particulares, votando a favor de reducir el coste de los medicamentos con receta, del seguro médico y de los costes energéticos del día a día, y de reducir el déficit, al tiempo que hacen que las empresas más ricas paguen por fin su parte justa. Me presenté a la presidencia prometiendo que el Gobierno volvería a trabajar para las familias trabajadoras, y eso es lo que hace este proyecto de ley. Punto”.
En su nota, Biden resume los principales puntos de la ley, pero también sale al paso del flanco por el que los republicanos le intentan atacar: la subida de impuestos. “Todo esto, [las medidas], se paga estableciendo un impuesto de sociedades mínimo para que nuestras empresas más ricas empiecen a pagar su parte justa. No sube los impuestos a quienes ganan menos de 400.000 dólares al año: ni un centavo”, asegura.
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