Las esperanzas de cerrar a corto plazo el acuerdo nuclear con Ir¨¢n se disipan
Washington advierte de que su paciencia ¡°no es eterna¡±
Europa lo apoya. A Ir¨¢n le conviene. Y Estados Unidos quiere revivirlo. Pero el futuro del conocido en su d¨ªa como Plan de Acci¨®n Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en ingl¨¦s), que obligaba a Teher¨¢n a recortar dr¨¢sticamente su programa nuclear a cambio de incentivos econ¨®micos, se configura como incierto, al menos en el corto plazo. Suspicacias del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), discrepancias entre Washington y el r¨¦gimen chi¨ª, presiones de Israel en contra y profundas divisiones en la pol¨ªtica interna estadounidense en v¨ªsperas de unas ¨¢speras elecciones de medio mandato amenazan con dejar en el limbo sine die un pacto cuyo devenir puede impactar sobre los precios de la energ¨ªa en Occidente.
¡°No estamos tan cerca de un acuerdo como antes¡±, ha admitido el coordinador de Comunicaciones Estrat¨¦gicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, en conversaci¨®n con periodistas. ¡°Seguimos en un toma y daca con Ir¨¢n¡±.
En su informe trimestral m¨¢s reciente sobre las actividades nucleares de Teher¨¢n, el OIEA ¡ªcuyo consejo de gobernadores se reun¨ªa este lunes en Viena¡ª aseguraba la semana pasada no poder ¡°certificar que el programa nuclear iran¨ª solo tenga fines civiles¡±. El documento denuncia que el r¨¦gimen isl¨¢mico cuenta ya con uranio enriquecido hasta el 60%, un nivel muy superior al de 2015. Y si se enriqueciese a¨²n m¨¢s, la cantidad de que dispone con ese nivel de pureza, 55,6 kilos (12,5 m¨¢s que en el trimestre anterior), podr¨ªan ser suficientes para la fabricaci¨®n de una bomba nuclear.
El JCPOA limitaba el enriquecimiento del uranio iran¨ª al 3,75%, muy por debajo del 20% que alcanzaba en 2015 y a enorme distancia del 90% necesario para la fabricaci¨®n de armamento nuclear. Pero un a?o m¨¢s tarde, en 2016, el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, retir¨® a su pa¨ªs del acuerdo y orden¨® la reimposici¨®n de sanciones, alegando que Teher¨¢n no cumpl¨ªa su parte del pacto y que este era, en cualquier caso, demasiado d¨¦bil.
Su sucesor, el dem¨®crata Joe Biden, orden¨® la reapertura de negociaciones a su llegada a la Casa Blanca. Este agosto, los mediadores europeos, a trav¨¦s de los cuales Washington y Teher¨¢n han mantenido sus comunicaciones, presentaban una propuesta de acuerdo. Pero ambas partes han presentado respuestas. Entre las exigencias de Ir¨¢n, dos son especialmente espinosas: de un lado, el Gobierno del presidente Ebrahim Raisi reclama a EE UU garant¨ªas de que no se volver¨¢n a imponer sanciones en caso de que una Administraci¨®n futura abandone por segunda vez el pacto, que recortar¨ªa el volumen de uranio del que puede disponer Ir¨¢n a los 202,8 kilos del pacto original.
Del otro lado, se encuentra el papel del OIEA. El organismo de la ONU para la energ¨ªa nuclear reclama explicaciones sobre restos de uranio en tres aparentes antiguas instalaciones iran¨ªes no declaradas, mientras que el Gobierno del presidente Ebrahim Raisi esquiva darlas y exige que el organismo de la ONU suspenda esa pesquisa. Washington y otros aliados occidentales insisten en que, como pa¨ªs firmante del Tratado de No Proliferaci¨®n, Ir¨¢n est¨¢ obligado a responder a las preguntas del organismo internacional.
El proceso ¡°est¨¢ bordeando lo absurdo¡±, declaraba este lunes Ali Vaez, del International Crisis Group, en la presentaci¨®n virtual de un informe de esta ONG sobre las negociaciones. Ambas partes ¡°malinterpretaron hasta qu¨¦ punto el otro quer¨ªa el acuerdo¡±.
Retomar el pacto parece ventajoso para todos. Estados Unidos cierra un posible frente de tensiones en Oriente Medio; para la UE se abre la posibilidad de interesantes contratos con una potencia petrolera de 86 millones de habitantes. A Teher¨¢n le permitir¨ªa abrir a su petr¨®leo y gas las puertas de los ping¨¹es mercados energ¨¦ticos occidentales, en momentos en los que Europa busca desesperadamente alternativas al suministro ruso que le permitan reducir ese 400% en que ha visto aumentar el coste del gas natural.
Pero las conversaciones de 2022 se desarrollan en un tablero geopol¨ªtico muy distinto al de hace una d¨¦cada, cuando comenz¨® a negociarse el pacto original. El ala radical del r¨¦gimen isl¨¢mico se encuentra en ascenso. Teher¨¢n, que esperaba m¨¢s flexibilidad de la Administraci¨®n Biden y ha visto, en cambio, nuevas sanciones, quiere blindarse ante la posibilidad de un Donald Trump 2.0 en la Casa Blanca en un par de a?os. Y el conflicto en Ucrania, seg¨²n Ellie Geranmayeh, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (EFCR, por sus siglas en ingl¨¦s), ha hecho que Ir¨¢n se plantee otras opciones y promueva sus lazos con otros pa¨ªses euroasi¨¢ticos.
¡°Piensan, parece que no necesitamos a Occidente tanto como cre¨ªamos, y tenemos opciones, aunque eso signifique que no vayamos a alcanzar nuestro potencial de crecimiento econ¨®mico¡±, explica la experta. Teher¨¢n se encuentra hoy mucho m¨¢s cercano a Rusia ¡ªWashington le acusa de suministrarle drones de combate para su empleo en la guerra en Ucrania¡ª y a China, con quien suscribi¨® un acuerdo de cooperaci¨®n estrat¨¦gica en 2021.
La semana pasada, el Departamento de Estado de EE UU alud¨ªa a la respuesta iran¨ª para considerar que el proceso ¡°est¨¢ yendo marcha atr¨¢s¡±. En Bruselas, el responsable de la pol¨ªtica exterior europea, Josep Borrell, admit¨ªa su preocupaci¨®n sobre las perspectivas del pacto, que declaraba ¡°en peligro¡±. ¡°La ¨²ltima respuesta que hemos recibido, si la idea es cerrar un acuerdo pronto, no va a ayudar¡±, ha agregado.
En Estados Unidos, la disposici¨®n a cerrar un acuerdo se encuentra enmara?ada, a su vez, por sus propias disensiones internas, cada vez m¨¢s agudas. Israel presiona, como hizo en 2015, para evitar un pacto que considera que fortalecer¨ªa a un enemigo jurado. La oposici¨®n republicana, especialmente el ala ideol¨®gicamente pr¨®xima a Trump, tambi¨¦n se resiste ferozmente a cualquier ramo de olivo a un r¨¦gimen que contin¨²a considerando parte de aquel ¡°eje del mal¡± que hiciera famoso el presidente George W. Bush (2001-2009).
¡°Si el pacto nuclear iran¨ª reviviese, nuestros adversarios Ir¨¢n, la China comunista, Rusia y Corea del Norte quedar¨ªan fortalecidos¡±, ha tuiteado la senadora por Tennessee Masha Blackburn, ac¨¦rrima partidaria del antiguo magnate inmobiliario. Think tanks como el conservador Hudson Institute denuncian, entre otros aspectos, que el JCPOA ¡°ofrece a Ir¨¢n acceso a cientos de miles de millones de d¨®lares previamente sujetos a sanciones. Como resultado, el presupuesto militar iran¨ª creci¨® m¨¢s de un 30% en los a?os inmediatamente despu¨¦s de que se cerrase el acuerdo¡±.
La propia Administraci¨®n de Biden parece poco optimista sobre la posibilidad de rescatar el acuerdo antes de las elecciones del 8 de noviembre. Hay poco apetito para poner en la agenda legislativa un acuerdo que se presenta pol¨¦mico, apenas unas semanas antes de una cita electoral en la que los republicanos aspiran a arrebatar la mayor¨ªa legislativa a los dem¨®cratas y en la que es posible que, como ocurri¨® en las presidenciales de hace dos a?os, cada voto cuente.
Denuncias como la del ciberataque perpetrado contra el gobierno de Albania, que ha llevado a Tirana a romper relaciones con Teher¨¢n la semana pasada, han agravado a¨²n m¨¢s las tensiones entre Estados Unidos e Ir¨¢n. ¡°La conducta iran¨ª hace caso omiso de las normas de conducta en el ciberespacio de los Estados responsables en tiempos de paz¡±, ha declarado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson.
Kirby ha subrayado que la paciencia estadounidense ¡°no es eterna¡±. Y que Biden quiere asegurarse de que Estados Unidos cuenta con ¡°otras opciones disponibles¡± para garantizar que Ir¨¢n no llega a alcanzar la capacidad de fabricar armas nucleares, en caso de fracaso de las negociaciones. ¡°Aunque ha alentado y presionado en favor de la v¨ªa diplom¨¢tica, (Biden) ha transmitido al resto de su Administraci¨®n que quiere asegurarse de que contamos con otras opciones para alcanzar (¡) el resultado de que Ir¨¢n no tenga capacidad nuclear¡±.
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