Lula y la izquierda brasile?a sue?an con una victoria en primera vuelta
El exmandatario busca movilizar al electorado de la periferia de las grandes ciudades para evitar tener que ir a un desempate con Bolsonaro


La izquierda brasile?a no quiere esperar al tiempo de descuento. El objetivo es ganar el partido el domingo 2 de octubre, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y evitar tener que librar el desempate un mes despu¨¦s. Los ¨²ltimos sondeos se?alan que eso es posible, pero por muy poco. A una semana de los comicios, Luiz In¨¢cio Lula da Silva ha desembarcado este s¨¢bado en un barrio de la periferia de S?o Paulo, el gran caladero de votos del pa¨ªs, para cargar contra dos de sus adversarios: la abstenci¨®n y el presidente Jair Bolsonaro, que va por detr¨¢s en las encuestas. ¡°Todo lo que ¨¦l quiere es que el pueblo no salga a votar¡±, ha lanzado durante un mitin con ambiente festivo. ¡°?Tiene un dolor de cabeza que se llama Lula!¡±.
¡°?Mam¨¢, ya va a llegar!¡±. El hijo de Sueli Batista es, como toda la familia, lulista. Lleva bambas y pantalones rojos, el color del Partido de los Trabajadores (PT), aunque la camiseta es blanca. ¡°Le dije que ya era demasiado rojo¡±, explica Batista. Quiz¨¢s para desquitarse, el ni?o le ha tra¨ªdo algo a Lula: una hoja cuadriculada, doblada por la mitad, con un dibujo del exmandatario y de la bandera estrellada del PT. A ver si consigue d¨¢rsela. Cientos de personas se han acercado a este parque de Graja¨², un distrito de casas bajas y ladrillo sin pintar a 90 minutos en coche del centro de S?o Paulo, para presenciar la vuelta del ¨ªdolo. Batista conf¨ªa en una victoria en la primera vuelta: ¡°Va a ganar¡±. Punto.
Los sondeos han alimentado esa esperanza en la izquierda. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del Instituto Datafolha, el expresidente recibir¨ªa el 47% de los apoyos en primera vuelta, pero si se excluyen los votos blancos y nulos llegar¨ªa al 50%. Por encima de esa barrera, Lula no tendr¨ªa que volverse a batir en duelo con Bolsonaro y evitar¨ªa sustos durante el largo mes hasta la segunda vuelta. Ser¨ªa la primera vez que un mandatario consigue eso desde Fernando Henrique Cardoso en 1998.
Para repetir la gesta, Lula debe vencer al que considera su mayor enemigo a estas alturas de la carrera. Y ese no es Bolsonaro, a quien le saca 14 puntos de ventaja en los sondeos, sino la abstenci¨®n. El candidato del PT lidera por m¨¢s de 30 puntos entre los brasile?os m¨¢s pobres, aquellos que ganan menos de 500 d¨®lares al mes. Ellos conforman el bloque m¨¢s grande del electorado, pero tambi¨¦n es la franja que menos vota. En los ¨²ltimos d¨ªas, su campa?a ha reforzado los mensajes contra la abstenci¨®n. Movilizar al S?o Paulo perif¨¦rico, el que trabaja pero no duerme en la zona de rascacielos del centro, es crucial.

¡°?Lleg¨®!¡±, anuncia alguien. ¡°?Ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, ol¨¦, ol¨¢, Lulaaa!¡±, corea la audiencia. ¡°?Sexy!¡±, grita una estudiante de pelo rizado. Lula aparece sobre el escenario con una camisa roja arremangada y se lleva al coraz¨®n la mano izquierda, aquella a la que le falta el dedo que perdi¨® en sus tiempos de trabajador metal¨²rgico. No necesita papel para el discurso. Se mueve por el escenario como una estrella de rock y cada una de las frases est¨¢ perfectamente afinada para una audiencia que conoce bien -¨¦l creci¨® en una barriada no lejos de Graja¨²-. ¡°Las personas quieren ser tratadas como ciudadanos. La gente tiene que comer y el Estado tiene que subsidiar para que pueda comer¡±, dice.
La nostalgia de los a?os de Lula corre fuerte entre los presentes. Casi todos fueron beneficiados por alguno de los numerosos programas sociales que puso en marcha durante su Gobierno (2003-2010) y que sacaron de la pobreza a millones de brasile?os. Claudinelha Hip¨®lito, de 40 a?os, sostiene una bandera con el rostro del candidato y lleva enganchadas varias pegatinas en la sudadera. Ella estudi¨® un diploma en tecnolog¨ªa gracias a una beca para estudiantes pobres. ¡°Con Lula, la gente com¨ªa mejor, vest¨ªa mejor. Consegu¨ª trabajo poco despu¨¦s de que saliera elegido por primera vez¡±. Aunque el desempleo ha ca¨ªdo en los ¨²ltimos meses, las zonas humildes como Graja¨² contin¨²an sintiendo el golpe de la crisis derivada de la pandemia. Hip¨®lito est¨¢ sin trabajo desde hace un a?o.
Tras la promesa de un regreso de los buenos tiempos, Lula insiste en el que parece ser su mensaje central: las personas tienen que salir a votar para poder ganar el primer domingo de octubre. ¡°Supe por los sondeos que el pueblo de Graja¨² estaba molesto con el PT y que mucha gente en la ¨²ltima elecci¨®n no fue a votar¡±, rega?a, al recordar la contundente derrota de su partido ante Bolsonaro en los comicios de 2018. ¡°?Y cu¨¢l es el problema de no votar? Que uno pierde la autoridad moral de protestar. No se puede tener 20% de abstenci¨®n y 10% de voto nulo. Es necesario que convenzan en los pr¨®ximos d¨ªas a cada persona [de su entorno] para que salga a votar¡±.
Ricardo Vidal, estudiante audiovisual de 22 a?os, se siente optimista. Hasta su padre parece que votar¨¢ por Lula, luego de hacerlo por Bolsonaro hace cuatro a?os. La covid-19 mat¨® a varios de sus familiares y ¨¦l se qued¨® sin trabajo. Aprendi¨® la lecci¨®n, seg¨²n Vidal. ¡°Lula no tiene que explicar lo que har¨¢, solo mostrar lo que ya hizo¡±, se?ala. Para el estudiante, es tan f¨¢cil como eso. Empieza a sonar una pegadiza canci¨®n de campa?a, y Vidal se abraza a un grupo de amigos como si estuviera en un concierto: ¡°Lula la, brilla nuestra estrella, Lula la¡¡±.
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