El segundo duelo de Pedr¨®g?o Grande: nadie es responsable de las 66 muertes del incendio de 2017

El bombero Rui Rosinha estuvo en alg¨²n lugar peor que el infierno y volvi¨®. Esta tarde de septiembre, todav¨ªa masticando la sentencia que ha absuelto a los 11 acusados por el peor incendio sufrido por Portugal en d¨¦cadas (66 muertos y 254 heridos), revive aquellas horas del 17 de junio de 2017 que le han dejado muchas secuelas. Acaso la menor de todas sea el bast¨®n ortop¨¦dico del que se ayuda para caminar. Peor es recordar.

Hasta aquel d¨ªa era un empleado municipal, que dedicaba parte de sus horas libres al servicio de bomberos voluntarios de Pedr¨®g?o Grande, en el centro de Portugal. Sali¨® del trabajo a las 18.00 y se fue al cuartel al escuchar la sirena. Le enviaron al frente de un equipo de cuatro hombres a Figueir¨® dos Vinhos. ¡°Fue extenuante¡±, recuerda, ¡°pens¨¦ que hab¨ªa pocos medios, pero logramos extinguirlo. De all¨ª nos movilizaron para Castinheira da Pera. Era el incendio de Pedr¨®g?o, que hab¨ªa ido y hab¨ªa vuelto. Entramos y notamos que era gigantesco y muy violento. En la N236-1 chocamos con un coche y se inmoviliz¨® el nuestro¡±. Los cinco bomberos descubrieron que los tres ocupantes del otro veh¨ªculo estaban muertos y que ellos estaban atrapados en un lugar peor que el infierno: el tramo de la nacional que luego acabar¨ªa conoci¨¦ndose como ¡°carretera de la muerte¡±.

En la antigua escuela de Figueira, donde se ha instalado la sede de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Incendio de Pedr¨®g?o Grande (AVIPG), Rosinho comparte su sospecha: la err¨¢tica circulaci¨®n del descapotable que les embisti¨® apunta a que ya estaba fuera de control. En 400 metros de la N236-1 fallecieron carbonizadas 30 personas (47 en toda la carretera). ¡°Vino una tempestad de llamas, un comportamiento anormal del incendio con vientos cicl¨®nicos, todo ard¨ªa a nuestro alrededor, los ¨¢rboles de ambos m¨¢rgenes se tocaban sobre la carretera. Estuvimos all¨ª desde las 20.13 hasta cerca de las 22.00 que lograron rescatarnos. Para nosotros tardaron a?os. Tuve tiempo de pensar en muchas cosas, cre¨ª que no nos salvar¨ªamos porque sufrimos heridas graves por intoxicaci¨®n de humo y quemaduras de tercer grado¡±, revive a pocos kil¨®metros de la isla de asfalto que les permiti¨® sobrevivir. El bombero Gon?alo Fernando Correia Concei?ao muri¨®. Rui Rosinha pas¨® de aquel infierno al coma. Estuvo a punto de ser la v¨ªctima 67. Finalmente, tras un fallo multiorg¨¢nico, seis meses de hospitales y una quincena de cirug¨ªas, se repuso y retorn¨® a una vida que ya no era la de antes.

?Por qu¨¦ aquel fuego nunca visto? Se dio un fen¨®meno meteorol¨®gico inusual (un ¡°outflow convectivo¡± consistente en la propagaci¨®n por ¡°radiaci¨®n, convecci¨®n y transporte en masa de materiales incandescentes¡±, dice la sentencia) que para el tribunal es la causa ¨²nica de todo lo que sucedi¨® despu¨¦s y que quem¨® 45.328 hect¨¢reas en pocas horas. Pero al fuego nunca visto (conocido como ¡°convectivo o hambriento¡±) le ayudaron sucesivas negligencias humanas. La falta de limpieza de los contornos de viviendas y carreteras, pese a tratarse de una obligaci¨®n legal, convirti¨® la zona en un gigantesco dep¨®sito de combustible. Fallaron las comunicaciones entre los dispositivos de emergencia y hubo descoordinaci¨®n de los medios de rescate. El comandante de las operaciones de socorro desatendi¨® la cat¨¢strofe para dar 11 ¡°briefings¡± a ministros y alcaldes.

¡°Cuanto mayor es la p¨¦rdida, mayor es la sensaci¨®n de impunidad que deja esta sentencia. Estamos en shock. Hubo un fen¨®meno singular, pero el pa¨ªs tendr¨ªa que estar preparado de otra forma. Nos abandonaron y nos dejaron morir¡±, sostiene Dina Duarte, la presidenta de la AVIPG. Parad¨®jicamente, seis v¨ªctimas que se personaron en el proceso para pedir mayores indemnizaciones (se abonaron 150.000 euros por cada fallecido y 80.000 por cada herido con el dinero de donaciones solidarias) tendr¨¢n que pagar las costas. Otras 16 se personaron solo para exigir justicia.

¡°Personalmente, no tengo nada contra ninguno de los 11 acusados¡±, apunta Rosinha, ¡°pero ser¨ªa positivo para la justicia en Portugal que se agotase toda la investigaci¨®n y no quedase la sensaci¨®n de impunidad. Toda esta regi¨®n est¨¢ muy afectada, todos somos v¨ªctimas de esto¡±. ?l ve una relaci¨®n clara entre el caos forestal que no respeta los cinturones de seguridad y el impacto de los incendios de 2017. La oleada de este verano, adem¨¢s, ha vuelto a recordar lo ocurrido.

Lo que dice Rosinha con la carga emotiva del superviviente, lo dice tambi¨¦n el informe cient¨ªfico sobre el incendio elaborado por un equipo que dirigi¨® Domingos Xavier Viegas, profesor de la Universidad de Coimbra y uno de los mayores especialistas europeos en incendios forestales. ¡°La falta de limpieza alrededor de las carreteras facilit¨® que muchas personas fuesen atrapadas en plena fuga por el humo y la radiaci¨®n del incendio, por las llamas de la vegetaci¨®n de alrededor e incluso ¨¢rboles ca¨ªdos sobre las v¨ªas. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas muri¨® cuando intentaba huir en coche por la carretera¡±, se?ala el informe.

El equipo de Viegas identific¨® como el foco del siniestro m¨¢s grave el contacto entre una l¨ªnea el¨¦ctrica de media tensi¨®n de la compa?¨ªa EDP y la vegetaci¨®n. ¡°Esta situaci¨®n constituye una deficiente gesti¨®n de combustibles en la faja de protecci¨®n de la l¨ªnea por parte de la entidad gestora¡±, apuntan en el texto. A pesar de que la Polic¨ªa Judicial y la Guardia Nacional Republicana tambi¨¦n avalaron la hip¨®tesis de la descarga el¨¦ctrica, el tribunal de Leiria decidi¨® desestimarla por carecer de ¡°prueba cabal y directa¡±. Los dos empleados de la EDP fueron absueltos, al igual que los alcaldes y empleados de la empresa de mantenimiento de la carretera nacional.

¡°Muchas cosas no fueron fatalidades y podr¨ªan haber sido evitadas¡±, sostiene Domingos Xavier Viegas por tel¨¦fono. ¡°No estoy satisfecho por la sentencia, que me sorprendi¨® mucho, adem¨¢s, por ese tratamiento igualitario para todos los acusados. Aunque considero que no se pod¨ªa responsabilizar al comandante de los bomberos [Augusto Arnaut], hay otras entidades que deber¨ªan ser responsabilizadas porque podr¨ªan haber hecho m¨¢s para reducir el impacto de lo que ocurri¨®¡±, a?ade.

La gente huy¨® de sus casas para salvarse y al final sus casas se salvaron y ellos no. Solo cuatro personas de las 66 murieron dentro de su vivienda. ¡°No se hizo una operaci¨®n de salvamento a gran escala para ir a por los heridos y llevarlos a lugares seguros. Estamos convencidos de que se podr¨ªan haber evitado algunas muertes y mucho sufrimiento si este auxilio hubiese sido m¨¢s r¨¢pido y mejor organizado¡±, sostienen en el informe. Una de las lecciones de Pedr¨®g?o, sintetiza Dina Duarte, es que ¡°las casas nuevas son seguras y los coches nuevos, que se bloquean en ciertas circunstancias, no lo son¡±.

Portugal es el pa¨ªs europeo con m¨¢s eucaliptos, que ocupan m¨¢s de 856.000 hect¨¢reas (el 9% de su territorio). Aunque el Gobierno anunci¨® un freno a su expansi¨®n tras los incendios de 2017, ha vuelto a autorizar nuevas plantaciones. Las masas llegan a menudo a las puertas de las viviendas en el interior del pa¨ªs, cada vez m¨¢s despoblado y abandonado por las pol¨ªticas p¨²blicas. Donde antes hab¨ªa cinturones de seguridad de tierras cultivadas, hay ahora biocombustibles. ¡°Desde 2006 la ley prev¨¦ una distancia de los ¨¢rboles de 100 metros alrededor de casas y 10 metros de carreteras, pero no se cumpli¨®. Los incendios de este verano demuestran que son de otra generaci¨®n, con un nivel de destrucci¨®n impensable, pero ellos evolucionan de forma diferente en un territorio limpio. Si se hubiese limpiado en Pedr¨®g?o antes de 2017, ?habr¨ªan muerto tantas personas?¡±, interpela Dina Duarte.

En una curva de la carretera de la muerte hay ahora movimientos de tierras para levantar un gran memorial en honor a las v¨ªctimas. El monumento ser¨¢ gigantesco. Sin embargo, el homenaje que desean los supervivientes es que no haya impunidad y que no se repita. Que no se cumpla el dicho portugu¨¦s A culpa morre solteira.

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