Alemania tropieza de nuevo en la piedra de la dependencia: del gas barato de Rusia a la relaci¨®n comercial con China
La entrada de capital chino en el puerto de Hamburgo y el viaje de Scholz con empresarios alemanes para reunirse con Xi Jinping priorizan los intereses econ¨®micos de Berl¨ªn frente a la acci¨®n coordinada europea
La controvertida venta a China de parte del puerto alem¨¢n de Hamburgo ha puesto sobre la mesa una verdad inc¨®moda para Alemania: su dependencia comercial y tecnol¨®gica de Pek¨ªn y la priorizaci¨®n de los intereses econ¨®micos a corto plazo. En un momento en el que la Uni¨®n Europea trata de encontrar una voz com¨²n frente al desaf¨ªo chino, Berl¨ªn, una vez m¨¢s, va por libre. El canciller Olaf Scholz, que la semana que viene viaja a China para reunirse con Xi Jinping, antepone como hizo su predecesora, Angela Merkel, la econom¨ªa germana y se sit¨²a a la contra de Bruselas en pol¨ªtica exterior. La crisis energ¨¦tica derivada de la invasi¨®n rusa en Ucrania alimenta el temor a que se repita la historia, solo que ahora en lugar del gas barato de Rusia, el punto d¨¦bil es la relaci¨®n comercial con China.
?Est¨¢ siendo Alemania ingenua? ?Interesada? Para empezar, Berl¨ªn se est¨¢ quedando cada vez m¨¢s sola en la Uni¨®n Europea, donde se la empieza a acusar de ser un obst¨¢culo, un freno a la pol¨ªtica exterior europea. Scholz sostiene que quiere mantener unos lazos comerciales fuertes con Pek¨ªn y que nadie est¨¢ llamando al desacople con China. Las cr¨ªticas a sus decisiones, tanto dentro como fuera del pa¨ªs, parecen indicar lo contrario. Cada vez son m¨¢s las voces que alertan de que Berl¨ªn est¨¢ tropezando dos veces con la misma piedra. Hasta el presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier, que hace meses lament¨® p¨²blicamente su propia pol¨ªtica prorrusa cuando era ministro de Exteriores, ha dado un toque de atenci¨®n a Scholz. ¡°La lecci¨®n que deber¨ªamos extraer es que hay que reducir dentro de lo posible las dependencias unilaterales; esto se aplica particularmente a China¡±, declar¨® esta semana durante su primer viaje a Ucrania.
¡°Alemania sol¨ªa creer que los estrechos lazos econ¨®micos garantizaban la paz y la estabilidad, pero hemos aprendido por las malas que no era m¨¢s que una ilusi¨®n¡±, apunta Daniela Schwarzer, directora ejecutiva para Europa y Eurasia de Open Society Foundations. La guerra en Ucrania ha sido un bofet¨®n de realidad para Berl¨ªn, que ha visto c¨®mo la falta del gas ruso barato que un d¨ªa ciment¨® la competitividad de su industria amenaza ahora con la crisis y la recesi¨®n. Ha hecho falta esa sacudida, dice Schwarzer, para que quede claro que Alemania no puede permitirse depender de un solo actor en el futuro, sea Rusia y su energ¨ªa o China con el comercio y la tecnolog¨ªa. La encendida pol¨¦mica sobre las inversiones chinas en el puerto de Hamburgo ¡°demuestra que muchos alemanes lo han entendido. Antes de la guerra de Ucrania, ese debate no se habr¨ªa producido¡±, a?ade. Estos d¨ªas circulan por las redes sociales memes de Scholz caracterizado como el famoso retrato de Mao y con comentarios jocosos sobre su pol¨ªtica hacia China.
Ni la controversia p¨²blica; ni las advertencias de la Comisi¨®n Europea, que en primavera emiti¨® una opini¨®n contraria a la transacci¨®n; ni la oposici¨®n de los socios de Gobierno de Scholz, verdes y liberales, han frenado la venta de una participaci¨®n en la terminal de contenedores del puerto de Hamburgo a Cosco, el gigante chino del transporte mar¨ªtimo. Para poder llegar a un acuerdo en el consejo de ministros, el canciller, el principal valedor de la operaci¨®n, accedi¨® a rebajar el porcentaje del 35% inicial al 24,9%, lo que seg¨²n los portavoces gubernamentales evita que la naviera pueda participar en decisiones estrat¨¦gicas.
El acuerdo, sin embargo, plantea riesgos para la seguridad y los intereses econ¨®micos de Alemania, aseguran los expertos. Jacob Gunter, analista senior del Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS), explica que Cosco no es una multinacional al uso que busque simplemente el retorno de la inversi¨®n. Se trata de una de las 97 empresas estatales controladas directamente por el Consejo de Estado chino que funcionan como ¡°instrumentos a disposici¨®n de Pek¨ªn para impulsar los objetivos estrat¨¦gicos del Partido Comunista¡±. Los riesgos para la seguridad no son inminentes, pero s¨ª a largo plazo. Cuanto m¨¢s dependa Berl¨ªn de las inversiones y los negocios con Cosco y otras compa?¨ªas chinas, m¨¢s influencia podr¨¢ ejercer Pek¨ªn en la pol¨ªtica alemana respecto a China. ¡°Ya lo estamos viendo con la forma en que las empresas alemanas con gran presencia all¨ª presionan a Berl¨ªn para que suavice su ret¨®rica¡±, asegura.
El viaje de Scholz a Pek¨ªn la pr¨®xima semana ha acrecentado los temores de sus socios europeos. Un documento del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior recomienda a los Estados miembros ¡°prevenir y contener¡± los intentos chinos de usar t¨¢cticas de divide y vencer¨¢s y abstenerse de iniciativas aisladas. Tampoco resulta f¨¢cil para Los Verdes conciliar esta visita comercial con su pol¨ªtica exterior basada en valores.
El canciller, que no dormir¨¢ en suelo chino por las restricciones que todav¨ªa mantiene el pa¨ªs por el coronavirus, se ver¨¢ con Xi Jinping el d¨ªa 4. Viajar¨¢ con ¨¦l en el avi¨®n de las Fuerzas A¨¦reas una representaci¨®n empresarial alemana, en una f¨®rmula h¨ªbrida de viaje diplom¨¢tico y de negocios que Angela Merkel cultiv¨® profusamente durante su mandato. La excanciller hizo 12 visitas oficiales a China rodeada de empresarios. En 2016, China se convirti¨® en el mayor socio comercial de Berl¨ªn y ha mantenido ese puesto hasta la actualidad.
En Bruselas tambi¨¦n causa reticencias que Scholz quiera viajar solo. Se lleg¨® a hablar de una visita conjunta con el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, pero la relaci¨®n entre ambos l¨ªderes no pasa por su mejor momento. Alemania y China planean, adem¨¢s, una ronda de consultas intergubernamentales el pr¨®ximo enero. La visita de Scholz ser¨¢ la primera de un l¨ªder de la UE en m¨¢s de tres a?os y coincide con el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre ambos pa¨ªses. Tambi¨¦n es la primera de un dignatario extranjero desde que el presidente chino ha sido reelegido para un in¨¦dito tercer mandato. El portavoz del canciller dijo esta semana que es ¡°absolutamente necesaria y acertada¡± una visita a Xi tras su llegada al Gobierno, en diciembre pasado. Habr¨¢ otros ¡°contactos regulares¡±, a?adi¨®, ya que se ver¨¢n tambi¨¦n en la cumbre del G-20 en Bali a mediados de noviembre.
¡°Los socios europeos temen que Alemania aproveche la visita de Scholz a China para promover ¨²nicamente los intereses de Alemania¡±, se?ala Schwarzer. Berl¨ªn ya est¨¢ en el punto de mira de los Veintisiete por un paquete de ayudas de 200.000 millones de euros para hogares y empresas que enfada a los pa¨ªses que no se pueden permitir semejante desembolso. La visita en solitario a China acrecienta la sensaci¨®n de que los alemanes vuelven a mirar solo por sus intereses y de que su pol¨ªtica se basa ¨²nicamente en hacer buenos negocios en el exterior. Para contrarrestar esta impresi¨®n, el canciller ¡°deber¨ªa coordinarse con sus socios en Europa antes y despu¨¦s de la visita¡±, a?ade la experta. ¡°Debe asegurarse de que lleva un mensaje europeo unificado a China, por ejemplo, sobre la posici¨®n de China con respecto a Rusia y a la independencia de Taiw¨¢n¡±.
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