El ej¨¦rcito ucranio prepara un corredor humanitario para socorrer Jers¨®n ante la amenaza rusa
Mikolaiv ser¨¢ el centro de la asistencia para enviar ayuda de emergencia y acoger refugiados si la ciudad reci¨¦n liberada es atacada por el Kremlin
La pregunta que militares y civiles se hacen hoy en el sur de Ucrania es cu¨¢ndo empezar¨¢ Rusia a bombardear Jers¨®n. Tienen pocas dudas de que as¨ª ser¨¢, pese a que, dos d¨ªas despu¨¦s de ser liberada, la ciudad del r¨ªo Dni¨¦per todav¨ªa no ha recibido el fuego del invasor. Las tropas rusas han fortificado sus posiciones en la orilla oriental, a tan solo un kil¨®metro del n¨²cleo urbano. Desde la vecina Mikolaiv se prepara contra el reloj un corredor humanitario para socorrer Jers¨®n, ahora que esta ser¨¢ la l¨ªnea cero de la guerra en esta parte del frente, donde la artiller¨ªa de ambos bandos golpear¨¢ sin cesar.
¡°No sabemos qu¨¦ har¨¢ el ej¨¦rcito ruso, pero lo m¨¢s probable es que nosotros y Odesa recibamos una tercera ola de refugiados de Jers¨®n¡±, afirma Dmitro Falko, secretario del consejo municipal de Mikolaiv ¡ªel segundo edil del Ayuntamiento¡ª. En una reuni¨®n con EL PA?S este viernes, frente a las ruinas de un c¨¦ntrico hotel bombardeado, Falko indica que las autoridades ucranias ni siquiera saben qu¨¦ porcentaje de la poblaci¨®n de Jers¨®n contin¨²a en el municipio ¡ªel censo previo a la invasi¨®n era cercano a los 300.000 habitantes¡ª. El Estado Mayor ucranio estim¨® el pasado verano que por lo menos la mitad de sus habitantes hab¨ªan huido de la ciudad, pero que el n¨²mero ser¨¢ mayor porque Rusia ha obligado en el ¨²ltimo mes una evacuaci¨®n masiva que, seg¨²n indicaron en su momento las autoridades ocupantes, fue de 60.000 personas. El Gobierno ucranio denuncia que miles de estos ciudadanos han sido desplazados contra su voluntad a territorio ruso o a Crimea, la pen¨ªnsula ocupada por Rusia desde 2014.
Un portavoz del Alto Mando de las Fuerzas Armadas Ucranias en el Sur detall¨® a este diario que la prioridad de sus tropas es asegurar el per¨ªmetro en Jers¨®n y tras ello, un corredor de ayuda desde Mikolaiv, por el que acceder¨ªan servicios m¨¦dicos, material de emergencia y alimentos para pasar el invierno, adem¨¢s de los equipos de reparaci¨®n de la red el¨¦ctrica, de la calefacci¨®n y de telefon¨ªa m¨®vil. ¡°Tenemos a mucha gente desesperada de Jers¨®n que quiere volver a su ciudad y a las zonas liberadas, y todav¨ªa no puede ser porque primero hay que limpiar la zona de minas¡±, apunta Falko.
El viernes por la noche, frente a la ¨®pera de Odesa, un centenar de habitantes de Jers¨®n, refugiados en la capital portuaria de Ucrania, celebraban la retirada rusa. Uno de ellos era Igor Horianinov, de 26 a?os. ?l y su mujer preve¨ªan regresar a su casa en ¡°uno o dos meses¡±. Preguntado por si tem¨ªa que Jers¨®n se convirtiera en un lugar inhabitable en caso de estar permanentemente bombardeada, Horianinov daba por sentado que eso suceder¨ªa, pero que igualmente volver¨ªa. La mayor parte del grupo hablaba en ruso, pero ante la presencia del periodista algunos participantes ped¨ªan que cambiaran al ucranio: ¡°Hablar ruso, nunca m¨¢s¡±, gritaba una joven que hab¨ªa perdido su hogar.
Alivio en Mikolaiv
En Mikolaiv y en los pueblos liberados de la provincia se ha vivido con alivio la retirada rusa. La artiller¨ªa ucrania avanzar¨¢ y eso reducir¨¢ el riesgo de ataques en la regi¨®n, admite Falko. Mikolaiv ha sido una de las ciudades m¨¢s castigadas por los bombardeos rusos. La madrugada del jueves al viernes, dos misiles S-300 impactaron en una comunidad de vecinos, ataque en el que fallecieron siete personas. Ni en el bloque de viviendas ni en sus proximidades hab¨ªa objetivo militar alguno, seg¨²n pudo comprobar este diario.
Una de las vecinas de los edificios atacados, Larisa Alexenka, afirmaba que sent¨ªa alegr¨ªa por las noticias procedentes de Jers¨®n, pero tem¨ªa que los misiles contin¨²en castigando a su ciudad ¡°por tierra, mar y aire¡±. ¡°Lo cierto es que los rusos no estar¨¢n mucho m¨¢s lejos de Mikolaiv, a 65 kil¨®metros¡±, a?ad¨ªa Falko. En el bloque de viviendas de Alexenka, las ventanas se han quedado sin cristales, un serio contratiempo en esta ¨¦poca de fr¨ªo. Esta mujer de 70 a?os estimaba que solo quedan un 20% de sus vecinos, el resto sali¨® de la ciudad en los primeros compases de la invasi¨®n, hace m¨¢s de ocho meses.
Nikita Noshenko tiene 19 a?os y no quiere perder el optimismo. Este vecino de Mikolaiv est¨¢ convencido de que su ciudad dejar¨¢ de ser un objetivo prioritario ruso, una convicci¨®n basada, concede, en la necesidad de aferrarse al futuro. Noshenko estudia Ingenier¨ªa Naval en la Universidad Almirante Makarov, la que provee de profesionales a los astilleros de Mikolaiv. El edificio de la universidad ha sido bombardeado en dos ocasiones, lo mismo que los astilleros. En estos fue construido en los a?os setenta el Moskva, el buque insignia de la flota rusa del mar Negro, hundido el pasado abril por dos misiles ucranios.
Lo que es seguro es que la retirada rusa de la orilla occidental del Dni¨¦per traer¨¢ seguro una buena noticia a Mikolaiv y a su provincia, avanza Falko: el suministro de agua del r¨ªo. Las fuerzas rusas sabotearon el pasado marzo las canalizaciones que tra¨ªan agua del r¨ªo. ¡°Desde entonces hemos recibido agua del estuario del r¨ªo Bug, pero esta es semisalada, adem¨¢s de que la sal est¨¢ provocando muchas aver¨ªas¡±, explica el edil de Mikolaiv: ¡°En la ciudad decimos, bromeando, que ya no tenemos que ir a Odesa a la playa porque el mar lo tenemos en el grifo de casa¡±. El ej¨¦rcito pronostica que el suministro de agua del Dni¨¦per podr¨¢ ser restablecido en un mes. Falko tambi¨¦n espera que el movimiento del frente permita reconstruir la estaci¨®n de tren, destrozada por los misiles rusos.
La oscuridad se apodera de Mikolaiv cuando se pone el sol, poco antes de las cinco de la tarde. El alumbrado p¨²blico se mantiene apagado como medida de seguridad ante los bombardeos rusos. Volod¨ªmir Golienko ilumina con su tel¨¦fono el motor de un taxi que est¨¢ ayudando a reparar. Perdi¨® su trabajo con el inicio de la invasi¨®n y se gana unas grivnas con algunos trabajos espor¨¢dicos para amigos. ¡°Me han destrozado la vida¡±, asegura este hombre que habla en ruso; y en ese idioma jura que odia a Rusia. Golienko tampoco cree que las tropas de Mosc¨² dejen en paz a Jers¨®n: ¡°Est¨¢n al otro lado del Dni¨¦per, con suficiente munici¨®n para arrasar la ciudad¡±.
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