Se recrudece el enfrentamiento entre manifestantes y polic¨ªas por la crisis pol¨ªtica en Per¨²
El detenido expresidente Castillo pide a las fuerzas de seguridad que no ataquen a los ciudadanos
La insatisfacci¨®n por la situaci¨®n en Per¨² crece cada d¨ªa. Las protestas se suceden por ciudades de todo el pa¨ªs, sobre todo en el sur, donde se han recrudecido los enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades. Se cuentan seis muertos y decenas de heridos. El decreto de emergencia que promulg¨® la nueva presidenta, Dina Boluarte, no ha sofocado las protestas, sino que m¨¢s bien las ha multiplicado.
El nivel de violencia se incrementa en las calles casi una semana despu¨¦s de que el expresidente Pedro Castillo se diera un autogolpe de Estado del que sali¨® mal parado: acab¨® destituido, detenido y acusado de rebeli¨®n. En un v¨ªdeo, ha quedado registrado el momento en el que un joven que protesta recibe en la cara el fuerte impacto de una bomba de gas lacrim¨®geno disparado por la polic¨ªa. El chico cae desplomado en el instante y los otros manifestantes se lo llevan en volandas en busca de asistencia m¨¦dica. Escenas parecidas se han repetido en otras regiones.
Nada parece calmar los ¨¢nimos. Una turba trat¨® de quemar la Fiscal¨ªa de la ciudad de Caman¨¢ ante un grupo reducido de polic¨ªas que tuvo que huir. En otras ciudades se han quemado instalaciones de empresas y se han bloqueado carreteras y puentes. En Lima, cada noche, se producen enfrentamientos entre manifestantes y agentes en una plaza del centro, cerca del Congreso. Los que protestan exigen que se cierre la c¨¢mara que Castillo trat¨® de clausurar a las bravas y que se convoquen elecciones de manera inmediata. La pol¨ªtica peruana se resume en un pulso continuo entre el presidente en ejercicio y el Congreso, que tiene el poder de destituirlo con el apoyo de dos tercios de los parlamentarios. Pero esta c¨¢mara acaba siendo un contrapeso excesivo que paraliza la gobernabilidad.
La sustituta de Castillo, Boluarte, propone que se celebren las elecciones en mayo de 2024, una fecha que para algunos expertos constitucionales es l¨®gica si se tiene en cuenta los plazos que se necesitan para organizarlas. Pero en la calle el anuncio ha ca¨ªdo mal: los manifestantes creen que Boluarte se aferra al poder y se niega a convocar a las urnas para gobernar junto a algunos de los grupos pol¨ªticos que hostigaron desde el Congreso a Castillo. La presidenta ha prometido tambi¨¦n buscar consensos para sacar adelante una reforma pol¨ªtica que cambie las reglas del juego. Con el sistema actual, la inestabilidad ha sido lo m¨¢s estable que hay en Per¨²: por la presidencia han desfilado seis personas en los ¨²ltimos cuatro a?os.
Castillo, desde su encierro preventivo hasta que la Fiscal¨ªa determine si lo env¨ªa a prisi¨®n, asegura seguir siendo el presidente leg¨ªtimo y tacha a Boluarte de usurpadora. En Twitter, donde tiene medio mill¨®n de seguidores, dijo: ¡°Ante los graves hechos de masacre a mi pueblo, exhorto a la Polic¨ªa Nacional y a las Fuerzas Armadas a deponer las armas a fin de parar el derramamiento de sangre de mi pueblo¡±. Y tambi¨¦n tuvo un mensaje para su sucesora: ¡°Se?ora Boluarte: mire el lugar que ocupa. La hago responsable a usted y todo su c¨ªrculo que la acompa?a del feroz ataque a mis compatriotas. Hago un llamado al pueblo para seguir alertas y optimistas. Atentamente, Pedro Castillo, presidente constitucional del Per¨²¡±.
El Gobierno pende de un hilo. Si no consigue calmar las protestas sin represi¨®n, las horas de la presidenta que no lleva ni una semana en el cargo podr¨ªan estar contadas. La pol¨ªtica peruana ha entrado en un proceso de autodestrucci¨®n que devora a casi todos sus gobernantes. El de Boluarte podr¨ªa ser un nombre m¨¢s en la lista.
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