La crisis migratoria cubana y el eje de las relaciones entre La Habana y Washington
La interceptaci¨®n en el malec¨®n de La Habana de una balsa con migrantes simboliza el ¨¦xodo que desde hace un a?o desgarra a Cuba
?Una balsa en el malec¨®n de La Habana en pleno 2022? Aunque parezca descabellado, ah¨ª est¨¢ la imagen, que es un buen s¨ªmbolo y reflejo de la crisis migratoria que desde hace un a?o desgarra a Cuba y est¨¢ batiendo r¨¦cords hist¨®ricos.
Sucedi¨® el lunes pasado, y la escena sorprendi¨® a turistas y curiosos que paseaban por el paseo mar¨ªtimo de la capital, cerca de donde se levanta la Embajada de Estados Unidos, reabierta con todas sus prerrogativas diplom¨¢ticas durante el deshielo propiciado por el expresidente Barack Obama, en 2015.
En aquellos tiempos, pese a mantenerse el viejo diferendo entre ambos pa¨ªses, hubo muchos intercambios y 24 acuerdos firmados entre los dos Gobiernos, y en uno de los puntos en que m¨¢s coincidencias hubo fue en la necesidad de regular los flujos migratorios ¡°desordenados¡±.
Todo se fue a pique despu¨¦s, durante el mandato de Donald Trump, y esta semana, bajo el sol de diciembre, de pronto en el horizonte apareci¨® una fr¨¢gil embarcaci¨®n r¨²stica que llevaba en la proa una gran bandera estadounidense y una docena de balseros a bordo. Como miles de cubanos en los ¨²ltimos meses, el grupo pretend¨ªa cruzar el estrecho de la Florida, pero al parecer el motor del improvisado esquife se averi¨® y los balseros quedaron a la deriva frente al malec¨®n, hasta que apareci¨® un barco de las tropas fronterizas que los intercept¨® y remolc¨®. La gente que observaba desde tierra no sal¨ªa de su asombro.
Hace m¨¢s de 28 a?os que no se ve¨ªa una escena similar en esta zona noble de La Habana. Exactamente, desde el verano de 1994, cuando en medio de otra grave crisis econ¨®mica en la isla estall¨® la llamada crisis de las balsas, durante la cual salieron del pa¨ªs 35.000 personas. En aquellos d¨ªas grises, el Gobierno cubano dio pista libre a los balseros y decenas de botes de poliespuma y c¨¢maras de cami¨®n partieron hacia Estados Unidos desde el malec¨®n, que se convirti¨® en un astillero improvisado, un espect¨¢culo terrible. Pero eran otros tiempos. Ambos pa¨ªses firmaron de inmediato unos acuerdos migratorios, todav¨ªa vigentes, que pusieron fin a aquel ¨¦xodo.
Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, cuando de nuevo la econom¨ªa cubana hace aguas y las penurias de la poblaci¨®n se han agravado hasta asemejarse, o superar, a las carencias del Periodo Especial derivado de la ca¨ªda del campo socialista, parece volverse a la casilla de salida. Seg¨²n datos de Washington, en los ¨²ltimos dos meses cerca de 3.000 cubanos han sido interceptados en el mar por la Guardia Costera de Estados Unidos y 500 lograron pisar tierra (durante el ¨²ltimo a?o fiscal norteamericano, del 1 de octubre de 2021 hasta el pasado 30 de septiembre, fueron interceptados y deportados alrededor de 6.000).
Las cifras de la Oficina de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza de EE UU son todav¨ªa m¨¢s contundentes: en el a?o fiscal 2021 ingresaron a territorio norteamericano por su frontera sur 224.000 emigrantes cubanos, a los que hay que sumar los 29.000 que entraron el pasado mes de octubre. Son m¨¢s de 253.000 en solo 13 meses, y seg¨²n todos los pron¨®sticos, en noviembre y diciembre la tendencia se mantendr¨¢. De ser as¨ª, hablamos de que casi el 3% de la poblaci¨®n cubana habr¨ªa emigrado a EE UU por v¨ªas irregulares en este tiempo.
La mayor¨ªa de estas personas se marcharon cruzando fronteras centroamericanas desde que Nicaragua elimin¨® el visado de entrada para los ciudadanos cubanos, en noviembre del a?o pasado. Decenas de personas han muerto durante esta riesgosa traves¨ªa, que puede costar a cada viajero entre 8.000 y 10.000 d¨®lares en concepto de billetes de avi¨®n, pago a coyotes, sobornos a funcionarios y miscel¨¢neas. Un verdadero drama que hipoteca el futuro de Cuba, se?alan economistas y soci¨®logos cubanos, pues, aseguran, la mayor¨ªa de los que se van son j¨®venes, muchos de ellos universitarios o profesionales.
La actual estampida ya dobla a la del ¨¦xodo del Mariel, cuando en 1980 abandonaron el pa¨ªs 125.000 cubanos. La gran paradoja es que hoy EE UU no quiere a los emigrantes cubanos y trata de poner fin a esta crisis negociando discretamente con La Habana.
La potente imagen de una balsa en el malec¨®n de La Habana el pasado lunes tiene varias aristas. Por un lado, queda claro que nada parece poder frenar la desesperanza y las ansias de los cubanos por emigrar en medio de la actual crisis, cuando la gente sufre apagones de hasta 12 horas diarias, hay una inflaci¨®n desbocada, el deterioro de los servicios de salud es in¨¦dito y los salarios de cualquiera que trabaje en el sector p¨²blico alcanzan para nada. Y la emigraci¨®n, que desde siempre ha sido un elemento clave en las relaciones Cuba-EE UU, otra vez vuelve a cobrar protagonismo en momentos de t¨ªmidos intentos de acercamiento entre el Gobierno de Miguel D¨ªaz-Canel y la Administraci¨®n Joe Biden.
Desde que Trump lleg¨® a la Casa Blanca deshizo el acercamiento de Obama con La Habana, desmantel¨® el consulado en la isla y recrudeci¨® las sanciones y el embargo hasta cotas inexploradas, medidas que Cuba considera la causa ¨²ltima de la agudizaci¨®n de las penurias y de todos sus males. Para EE UU, es la incapacidad de Cuba para dar luz a su propia gente la que fomenta la actual estampida, y para el Gobierno de D¨ªaz-Canel, es el bloqueo asfixiante y su pol¨ªtica de beneficios a los emigrantes cubanos ¨Daunque lleguen por v¨ªa ilegal¨D la que fomentan el actual ¨¦xodo. En este bucle de acusaciones mutuas siguen prisioneros los ciudadanos de a pie, como pelotas de pimp¨®n, al vaiv¨¦n de circunstancias pol¨ªticas y negociaciones por debajo del tapete que no controlan.
Aunque de forma muy cautelosa, desde que Biden lleg¨® a la Casa Blanca ha habido cautelosos pasos de acercamiento entre ambos gobiernos. Washington no volvi¨® a las posiciones de deshielo de Obama, pero desmont¨® algunas de las pol¨ªticas de asfixia m¨¢s hirientes de su antecesor y elimino las restricciones a las remesas y a los vuelos directos, adem¨¢s de autorizar los viajes grupales a la isla. Adem¨¢s, acaba de restablecer el funcionamiento del Consulado, que a partir de ahora volver¨¢ a conceder un m¨ªnimo de 20.000 visados anuales de emigrante a ciudadanos cubanos, medida que La Habana considera ¡°positiva¡± pero ¡°insuficiente¡±. Con Biden se han reanudado adem¨¢s las conversaciones de funcionarios de alto nivel para tratar los asuntos migratorios, algo que Trump liquid¨®. Ambos pa¨ªses han declarado que est¨¢n interesados en avanzar en esta materia, a incluso en las ¨²ltimas conversaciones bilaterales, hace solo unas semanas, Cuba acept¨® recibir vuelos de deportados con inmigrantes cubanos que EE UU considera excluibles, hasta los que entraron por la frontera mexicana, algo que no suced¨ªa desde la era Obama, pero que todav¨ªa no ha fructificado.
Hay temas que son clave. Obama sac¨® a Cuba de la lista de pa¨ªses que patrocinan el terrorismo, y Trump la volvi¨® a meter una semana antes de abandonar el poder. Ahora el foco est¨¢ en la posibilidad de que EE UU est¨¦ dispuesto a volver a sacar a La Habana de esa lista negra ¨Cque supone sanciones financieras, dificultades y numerosas problemas log¨ªsticos para Cuba- a cambio de gestos a favor de los derechos humanos, sobre todo hacia los presos encarcelados a ra¨ªz de las manifestaciones del 11 de julio del a?o pasado.
En realidad, poco ha trascendido de estas conversaciones, si es que acaso han tenido lugar de este modo. Lo ¨²nico cierto es lo p¨²blico, y entre esto, EE UU acaba de incluir en otra lista negra Cuba por su pol¨ªtica de ¡°discriminaci¨®n religiosa¡±, algo que ha sido rechazado hasta por los m¨¢s cr¨ªticos al Gobierno. En este ¨ªnterin, han visitado la isla delegaciones de altos funcionarios, y de empresarios y, la ¨²ltima, de congresistas dem¨®cratas que abogan que ambos pa¨ªses abran v¨ªas de entendimiento.
En medio de estos debates, contactos y conversaciones, al albur del mar, se encuentran los balseros de la foto del malec¨®n. Y tambi¨¦n cientos de miles de cubanos que aguardan a que en su pa¨ªs se produzcan cambios reales que les den esperanza para quedarse, y tambi¨¦n que EE UU, en la era Biden, vuelva la cordura de la etapa Obama, cuando no hubo ninguna crisis migratoria. Al menos, eso es lo que dicen muchos.
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