El libro del secretario de Benedicto XVI escuece en el Vaticano
¡°El gran chismoso es el diablo¡±, asegura Francisco poco antes de recibir en una audiencia privada a Georg G?nswein, que el jueves publica un libro que revela secretos de Ratzinger y acusa al actual pont¨ªfice de haberlo maltratado
Todav¨ªa no ha pasado una semana desde que Benedicto XVI fue enterrado en la bas¨ªlica de San Pedro, pero su secretario se encuentra ya en el centro de la pol¨¦mica vaticana. Georg G?nswein, el hombre que se ocup¨® de custodiar los secretos y la intimidad de Joseph Ratzinger en los ¨²ltimos 20 a?os, publica este jueves un libro donde ajusta cuentas con los protagonistas del entorno del pont¨ªfice em¨¦rito en los ¨²ltimos a?os. Tambi¨¦n con el papa Francisco, con quien no oculta que tuvo una mala relaci¨®n y con quien se sinti¨® decepcionado cuando le ces¨® en sus funciones.
El Papa, quiz¨¢ harto de todo el ruido que est¨¢ levantando G?nswein estos d¨ªas, se entrevist¨® con ¨¦l el lunes. Fue justo despu¨¦s de mandarle un aviso, sutil pero claro, en el ¨¢ngelus del pasado domingo. ¡°El gran chismoso es el diablo, que siempre va diciendo las cosas malas de los otros, porque es el mentiroso que busca desunir a la Iglesia y alejar a los hermanos y no hacer comunidad¡±.
Francisco y G?nswein, arzobispo alem¨¢n, nunca mantuvieron una gran sinton¨ªa. Pero la publicaci¨®n del libro, que el secretario de Benedicto XVI ten¨ªa ya listo en la imprenta a la espera de la muerte de quien fue su padre espiritual durante dos d¨¦cadas, habr¨ªa empeorado las cosas. ¡°Os pido que hagamos un esfuerzo para no chismorrear. El chismorreo es una peste m¨¢s fea que el covid, peor. Hagamos un esfuerzo, nada de habladur¨ªas, nada¡±, insisti¨® Francisco el domingo.
Pero era demasiado tarde, porque el libro de G?nswein, Nient¡¯altro che la verit¨¤. La mia vita al fianco di Benedetto XVI (Nada m¨¢s que la verdad. Mi vida junto a Benedicto XVI), al que ha tenido acceso EL PA?S, tambi¨¦n apunta a Jorge Mario Bergoglio y a las profundas diferencias que exist¨ªan, tambi¨¦n teol¨®gicas, entre ambos pont¨ªfices. ¡°Est¨¢n a la vista de todos las diferencias en el modo de actuar y en matices de juicio teol¨®gico con los que ambos papas han afrontado las cuestiones durante su pontificado. Pero Benedicto no ha hecho jam¨¢s interpretaciones o valoraciones sobre la estrategia de Francisco¡±, se?ala en el libro.
G?nswein, de tendencia conservadora, lamenta tambi¨¦n en una obra que apunta a bestseller el uso partidista que se ha hecho de los dos papas por parte de las facciones tradicionalistas y progresistas de la Iglesia. El problema, seg¨²n ¨¦l, no fue tanto la existencia de dos pont¨ªfices, como ¡°el nacimiento y desarrollo de dos grupos de partidarios, pues con el paso del tiempo se vio que hay dos visiones de la Iglesia. Y estos dos grupos han creado una tensi¨®n que ha tenido eco en quienes no eran conscientes de las din¨¢micas eclesiales¡±.
¡°La chapuza de Sarah¡±
Uno de los peores momentos de la convivencia fue cuando el cardenal Robert Sarah, firme opositor a Francisco, anunci¨® un libro a cuatro manos con Benedicto XVI en el que cuestionaba uno de los principales debates ¨Del celibato obligatorio¨D en el que se hab¨ªa adentrado el Papa a trav¨¦s del s¨ªnodo de la Amazonia. Curiosamente, G?nswein carga ahora contra el purpurado, descartando lo que en su momento se atribuy¨® a su propia mala fe. El t¨ªtulo donde relata lo sucedido se llama La chapuza de Sarah.
Unas de las revelaciones que aporta ahora tambi¨¦n el libro es la intrahistoria de la renuncia al papado. ¡°La idea original de Benedicto era comunicar la renuncia al final de la audiencia con la curia romana para la felicitaci¨®n navide?a, fijada aquel a?o para el 21 de diciembre. Iba a indicar el 25 de enero de 2013 como fecha en la que concluir¨ªa el pontificado, fiesta de la conversi¨®n de San Pablo. Cuando me lo dijo, a mitad de octubre, repliqu¨¦: ¡®Santo Padre, me permita decirle que si lo hace as¨ª, este a?o nadie celebrar¨¢ la Navidad, ni en el Vaticano, ni en ning¨²n sitio. Ser¨¢ como un jarro de agua fr¨ªa¡¯. ?l comprendi¨® la motivaci¨®n y al final eligi¨® el 11 de febrero¡±.
¡°Ma?ana no vuelva al trabajo¡±
La relaci¨®n con Francisco, se supone, comenz¨® a ser mala cuando el Papa lo convirti¨® en un ¡°prefecto disminuido¡± a su llegada al pontificado. G?nswein hab¨ªa sido el prefecto de la Casa Pontificia durante el reinado de Benedicto XVI, pero Bergoglio no quiso que continuase ejerciendo esa labor. ¡°Me mir¨® con expresi¨®n seria y dijo por sorpresa: ¡®A partir de ahora qu¨¦dese en casa. Acompa?e a Benedicto, que lo necesita, y haga de escudo¡¯. Me qued¨¦ muy impactado y sin palabras. Cuando intent¨¦ replicar, ¨¦l cerr¨® la conversaci¨®n: ¡®Usted seguir¨¢ siendo prefecto, pero desde ma?ana no vuelve al trabajo¡±. G?nswein, cuenta en el libro, respondi¨® que no compart¨ªa la decisi¨®n, pero que la acataba obedientemente. Luego, volvi¨® al monasterio y se lo cont¨® a Benedicto XVI. ¡°Parece que el Papa no se f¨ªa ya de m¨ª y quiere que usted sea mi custodio¡±, le contest¨® Raztinger a G?nswein, seg¨²n lo que publica ahora.
La cuesti¨®n ahora es si el secretario de Ratzinger ser¨¢ castigado o se le proporcionar¨¢ una salida honrosa por los servicios prestados estos a?os. De momento, su encuentro con Francisco se produjo en calidad todav¨ªa de prefecto de la Casa Pontificia. Y no hay noticia de su destituci¨®n. Su regreso a Alemania no parece tampoco probable. El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg B?tzing, ya lo dio a entender: ¡°Depende del interesado directo y de qui¨¦n toma estas decisiones en la curia vaticana¡±.
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