China y una invasi¨®n de Taiw¨¢n: la batalla se libra en las mentes
La mitad de los taiwaneses cree que Estados Unidos acudir¨ªa en su ayuda en caso de conflicto, mientras que solo un tercio esperar¨ªa que Taip¨¦i saliera victorioso, seg¨²n varias encuestas
La imagen que el mundo tiene de Taiw¨¢n suele ser la de sus productos tecnol¨®gicos o sus ciudades, que combinan modernidad, templos tao¨ªstas y puestos de comida callejeros. Pero lo que realmente impacta cuando uno viaja a la isla son sus monta?as. Taiw¨¢n est¨¢ dividido en dos por una gigantesca y frondosa cordillera. No hay trenes con los que cruzar de un lado a otro de la isla: uno tiene que rodearla. Para muchos, este paisaje representa una gran oportunidad de hacer turismo de naturaleza. En mi caso, sin embargo, no pod¨ªa dejar de pensar que ser¨ªa un escenario perfecto para una guerra de guerrillas.
Estas elucubraciones b¨¦licas no son extra?as en la isla. Pek¨ªn lleva d¨¦cadas advirtiendo de que no descarta invadir Taiw¨¢n, a la que considera una provincia renegada que en el futuro debe reunificarse con el resto de China. En conversaciones que tuve con una docena de ciudadanos taiwaneses, el tema de la relaci¨®n con Pek¨ªn es, sin duda, el que m¨¢s les preocupa y condiciona su voto en las elecciones nacionales. El tema de China y una posible invasi¨®n no es tab¨²: algunos de mis interlocutores lo sacaban incluso antes de que yo mencionase el tema. Aunque en las ciudades taiwanesas apenas se ven militares o s¨ªmbolos b¨¦licos, el asunto est¨¢ en la mente de la mayor¨ªa de los ciudadanos, que intentan integrarlo en su d¨ªa a d¨ªa con la mayor normalidad posible.
Entre los taiwaneses con los que habl¨¦ no hay una posici¨®n un¨¢nime sobre si Pek¨ªn decidir¨¢ invadir Taiw¨¢n en el futuro. Algunos consideran que es inevitable y otros que ser¨ªa demasiado costoso para China. Hay quienes consideran que mediante presiones como la econ¨®mica Pek¨ªn ya puede influir. Tambi¨¦n hay optimistas que consideran que China acabar¨¢ democratiz¨¢ndose como ya pas¨® con Taiw¨¢n y que eso rebajar¨¢ tensiones. En el caso de una invasi¨®n, varios desconfiaban de la capacidad del ej¨¦rcito taiwan¨¦s para hacerle frente o de que Estados Unidos acudiera en su ayuda. Ello cuadra con las encuestas: seg¨²n la Taiwanese Public Opinion Foundation, solo un 29,6% cree que Taiw¨¢n saldr¨ªa victoriosa de un conflicto con China. La mitad de los taiwaneses, seg¨²n la Universidad Nacional Chengchi, creen que Estados Unidos acudir¨ªa en su ayuda.
La opci¨®n de una invasi¨®n militar china es un interrogante, pero se ha ido volviendo m¨¢s plausible a medida que Pek¨ªn ha aumentado su poder militar y se ha incrementado su tensi¨®n con Estados Unidos. Por ahora, no hay se?ales de que China quiera invadir Taiw¨¢n: la ret¨®rica de Xi Jinping sobre el tema apenas ha cambiado en esencia respecto a sus predecesores. Adem¨¢s, una invasi¨®n supondr¨ªa costes desorbitados para Pek¨ªn, tanto desde el punto de vista de vidas humanas, como econ¨®mico, como de ostracismo internacional y sanciones, como apuntaba un reciente informe del CSIS [Center for Strategic and International Studies]. Desde un punto de vista racional, los costes de una invasi¨®n acabar¨ªan con el sue?o chino de desarrollar econ¨®micamente el pa¨ªs al nivel de Occidente.
Sin embargo, en Estados Unidos hay un fuerte debate sobre si se debe dejar atr¨¢s la ¡°ambig¨¹edad estrat¨¦gica¡± respecto a Taiw¨¢n y China, y declarar oficialmente que se apoyar¨ªa a Taip¨¦i en caso de invasi¨®n. Algunos analistas consideran que ello envalentonar¨ªa al Gobierno taiwan¨¦s para tomar acciones unilaterales arriesgadas como una declaraci¨®n de independencia o un cambio de nombre del pa¨ªs. Tambi¨¦n que posicionar¨ªa a Washington claramente en un bando, dejando atr¨¢s el papel de estabilizador y mediador que la ¡°ambig¨¹edad estrat¨¦gica¡± busca y aumentando el sentimiento de China de unos Estados Unidos que buscan destruir su integridad territorial. Los an¨¢lisis m¨¢s pesimistas argumentan que el acercamiento econ¨®mico que Pek¨ªn intent¨® con Taiw¨¢n ha fracasado, la isla nunca querr¨¢ ser parte de China y tarde o temprano se recurrir¨¢ a la v¨ªa militar.
Ante esta situaci¨®n de incertidumbre, los ciudadanos taiwaneses con los que habl¨¦ me dijeron que la ¨²nica manera mediante la que pod¨ªan incidir en este conflicto era su voto. Aunque los dos grandes partidos de Taiw¨¢n, el KMT y el DPP, defienden el statu quo y no apuestan por ninguna medida dr¨¢stica (unificaci¨®n o declaraci¨®n de independencia), para muchos taiwaneses votar a uno u otro manda un mensaje simb¨®lico. Los que votan al DPP consideran que ello manda una se?al a Pek¨ªn de que la isla quiere conservar su autonom¨ªa y reducir los lazos y dependencias econ¨®micas respecto a China. Los votantes del KMT, en cambio, consideran que la postura m¨¢s dura del DPP aumenta las posibilidades de conflicto y el KMT, con mejores relaciones con Pek¨ªn, representa la mejor opci¨®n para mantener la paz y el statu quo. Desde el punto de vista econ¨®mico, el DPP defiende reducir lazos con China, algo que el KMT ve poco realista, ya que buena parte de las empresas taiwanesas dependen del mercado chino. El balance entre autonom¨ªa pol¨ªtica y crecimiento econ¨®mico es dif¨ªcil de gestionar.
M¨¢s all¨¢ del papel de la pol¨ªtica para evitar una guerra, hay parte de los taiwaneses que no ven realista que la isla pueda defenderse de una invasi¨®n. Varios de mis interlocutores comentaron que durante sus meses de servicio militar pasaron la mayor¨ªa del tiempo haciendo tareas de limpieza y apenas recuerdan c¨®mo usar un arma. La reciente extensi¨®n del servicio militar de cuatro meses a un a?o intenta solventar esta situaci¨®n. Por otro lado, algunos an¨¢lisis militares consideran que las fuerzas armadas de Taiw¨¢n no han realizado la transici¨®n militar necesaria de un ej¨¦rcito convencional a uno fundamentado en la llamada ¡°estrategia del puercoesp¨ªn¡±, basada en una guerra asim¨¦trica y prolongada (ir¨®nicamente, al estilo guerrillero mao¨ªsta) que use la geograf¨ªa, minas, movilidad y armas peque?as enfocadas a ralentizar una operaci¨®n anfibia y hacer insostenible una invasi¨®n. Desde el punto de vista electoral y pol¨ªtico, es m¨¢s f¨¢cil argumentar que se est¨¢ aumentando la defensa del pa¨ªs mediante grandes compras de tanques y cazas avanzados, aunque en t¨¦rminos pr¨¢cticos seguramente ser¨ªan r¨¢pidamente destruidos durante un ataque chino.
Por ahora, la ofensiva de Pek¨ªn est¨¢ lejos de este escenario. Despu¨¦s de intentos fallidos de mejorar las relaciones con la isla durante el pasado Gobierno del KMT de Ma Ying-jeou, el Ejecutivo chino apuesta ahora por la presi¨®n h¨ªbrida mediante maniobras militares, coerci¨®n econ¨®mica, desinformaci¨®n y ciberataques contra el m¨¢s antichino Gabinete de Tsai Ing-wen. Las pr¨®ximas elecciones nacionales de 2024 tambi¨¦n ser¨¢n un campo de batalla de la influencia china. Desde hace d¨¦cadas, la guerra prolongada ya se lucha en las mentes de los taiwaneses.
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