Un permiso humanitario sin visa de trabajo: las trabas a las que se enfrentan los deportados por Ortega
El r¨¦gimen sandinista ocult¨® a Estados Unidos su intenci¨®n de despojar de su nacionalidad a los 222 presos pol¨ªticos nicarag¨¹enses enviados a Washington

Fue Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega y vicepresidenta de Nicaragua, la que se acerc¨® a Estados Unidos para acordar la ¡°liberaci¨®n¡± de 222 presos pol¨ªticos, exarcelados y deportados en la madrugada del jueves a Washington. As¨ª, al menos, lo hizo saber Ortega en un discurso emitido esa misma noche por televisi¨®n. Lo que no dijo el aut¨®crata es que el r¨¦gimen sandinista ocult¨® a su contraparte un punto esencial del acuerdo: los presos iban a ser declarados ap¨¢tridas en cuanto salieran del pa¨ªs centroamericano.
Fuentes conocedoras de los t¨¦rminos de la negociaci¨®n entre Washington y Managua confirmaron a EL PA?S que esa decisi¨®n de despojarlos de la nacionalidad fue una sorpresa para los funcionarios de Washington, que no hab¨ªan sido informados previamente. ¡°Al ofrecer la liberaci¨®n de los presos, la vicepresidenta Murillo nunca plante¨® a Estados Unidos que la deportaci¨®n conllevaba la retirada de la ciudadan¨ªa¡±, confirm¨® por su parte una fuente sandinista.
Como parte de la operaci¨®n, la vicepresidenta orden¨® emitir 222 nuevos pasaportes, entregados por las autoridades migratorias a los presos minutos antes de abordar el avi¨®n del destierro. Cuando este sali¨® del espacio a¨¦reo nicarag¨¹ense, la autoridades judiciales del pa¨ªs difundieron comunicado en el que daban noticia de la ¡°deportaci¨®n¡±. La Asamblea Nacional se reuni¨® de urgencia para reformar el art¨ªculo 21 de la Constituci¨®n Pol¨ªtica y despojar a los presos de su nacionalidad.
Esos pasaportes tienen una vigencia de 10 a?os. Aunque en el hotel cercano al aeropuerto internacional de Dulles en el que el Departamento de Estado ha decidido alojar a los exiliados, nadie tiene muy claro para qu¨¦ sirven realmente los flamantes documentos. ¡°?Tienen validez? No nos daremos hasta que tratemos de usarlo¡±, dijo este viernes el opositor Irving Larios a las puertas del hotel en la que las autoridades le han asegurado, como al resto de los deportados, una habitaci¨®n hasta el domingo.

Larios, como el resto de los reci¨¦n llegados al hotel, pas¨® la ma?ana del viernes tratando de esclarecer qu¨¦ significaba el permiso de permanencia temporal (¡±parole¡±) humanitario que la Administraci¨®n de Joe Biden les hab¨ªa extendido durante dos a?os. Los funcionarios del Departamento de Estado les dieron un documento de seis p¨¢ginas para explicarles los siguientes pasos, y les comunicaron que no se les hab¨ªa otorgado autom¨¢ticamente un permiso de trabajo. ¡°Nosotros cre¨ªamos que eso estar¨ªa incluido. Nos podemos quedar en Estados Unidos, pero los tr¨¢mites para poder trabajar nos tomar¨¢n al menos 90 d¨ªas¡±, explicaba el escritor ?scar Ren¨¦ Vargas, estrecho colaborador de Ortega durante muchos a?os hasta que dej¨® de serlo y lo metieron preso.
Por ese motivo, el anuncio del Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol de que ofrec¨ªa la nacionalidad espa?ola a los 222 presos pol¨ªticos desterrados por Ortega fue una gran noticia en el hotel donde estos se alojan. ¡°Es el mejor regalo¡±, explic¨® la historiadora y exguerrillera Dora Mar¨ªa T¨¦llez. ¡°Tiene que tener en cuenta que muchos de los que est¨¢n aqu¨ª no saben ingl¨¦s; la posibilidad de empezar una nueva vida en Espa?a es muy importante para ellos¡±.
Varios estudiantes y campesinos entrevistados por EL PA?S el viernes confirmaron que verse obligados a entrar en el proceso migratorio estadounidense era para ellos una inesperada condena. ¡°Me piden como primer pago que desembolse 400 d¨®lares con una tarjeta de cr¨¦dito. Ni tengo 400 d¨®lares, ni tarjeta de cr¨¦dito. ?Pero si acabo de salir de la c¨¢rcel!¡±, se lamentaba el estudiante Kevin Sol¨ªs, uno de los presos que mayores penurias pas¨® en Managua.

Ortega dijo en su discurso que la decisi¨®n del destierro fue un ¡°asunto de honor, dignidad, patriotismo¡± y no un gui?o para allanar una negociaci¨®n con el Gobierno de Estados Unidos. Seg¨²n el presidente nicarag¨¹ense, el gesto no espera nada a cambio. Tampoco han pedido, asegur¨®, que Washington ¡°levante las sanciones¡± impuestas por Washington al r¨¦gimen.
¡°Est¨¢n retornando a un pa¨ªs que es el que los ha utilizado, sus gobernantes, no el pueblo norteamericano, para sembrar terror, muerte, destrucci¨®n en Nicaragua. Y ahora que salieron los golpistas, bueno, respiramos m¨¢s paz en Nicaragua¡±, dijo el caudillo sandinista, quien inform¨® que en total eran 228 los reos de conciencia que iban a ser enviados a Estados Unidos pero que finalmente se redujo la lista porque cuatro fueron rechazados por Estados Unidos, y dos decidieron quedarse.
Uno de ellos fue monse?or Rolando ?lvarez, condenado el viernes por el r¨¦gimen Ortega-Murillo a 26 a?os de prisi¨®n.
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