Nigeria celebra las elecciones m¨¢s abiertas de su historia en medio de una profunda crisis
Los candidatos de los partidos tradicionales, Atiku Abubakar y Bola Tinubu, asisten con sorpresa a la emergencia de Peter Obi, que galvaniza a los j¨®venes con un discurso de ruptura
Nigeria, potencia regional y pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica con unos 220 millones de habitantes, celebra este s¨¢bado sus elecciones m¨¢s abiertas desde la llegada de la democracia hace 24 a?os, con tres candidatos con serias opciones de alzarse con la victoria por primera vez en su historia y en medio de una profunda crisis econ¨®mica y de seguridad. Los dos aspirantes que representan a los partidos tradicionales y a priori favoritos, Atiku Abubakar y Bola Tinubu, han visto c¨®mo en los ¨²ltimos meses se ha colado en todas las quinielas un sorprendente Peter Obi, que galvaniza las aspiraciones de cambio de millones de j¨®venes movilizados para votar.
¡°Este pa¨ªs necesita un giro de tim¨®n¡±, asegura James Okafor desde Lagos, capital econ¨®mica nigeriana, ¡°y gane quien gane tendr¨¢ que acometer profundas reformas. Es como andar a ciegas por un pasillo oscuro¡±. Propietario de una peque?a empresa de componentes electr¨®nicos, este empresario de tan solo 24 a?os no oculta sus simpat¨ªas por Obi. ¡°Ha logrado sacarnos de la apat¨ªa por la pol¨ªtica¡±, resume. Hace tres a?os, particip¨® activamente en el movimiento #EndSars, unas protestas masivas contra la brutalidad policial. ¡°Muchos de los que estuvieron all¨ª van a votar por Obi porque nos promete una nueva Nigeria¡±, remacha.
En las ¨²ltimas semanas, los nigerianos se enfrentan a dos desaf¨ªos, conseguir dinero l¨ªquido y gasolina para sus veh¨ªculos. La escasez de carburante en las estaciones de servicio en uno de los principales productores de crudo de ?frica y la lentitud en la emisi¨®n de los nuevos billetes impuestos por el Banco Central de Nigeria, que ha limitado a 40 euros la retirada diaria en los cajeros, desespera a los ciudadanos y ha elevado la tensi¨®n en plena campa?a electoral, un periodo ya de por s¨ª turbulento y con riesgo de violencia. El pasado mi¨¦rcoles, el candidato al Senado Oyibo Chukwu y cinco de sus seguidores fueron asesinados tras un mitin en el Estado de Enugu, en el sureste.
Cuando el presidente saliente, Muhammadu Buhari, lleg¨® al poder en 2015 tra¨ªa bajo el brazo tres rimbombantes promesas: mejorar la econom¨ªa, atajar la inseguridad y combatir la corrupci¨®n. Su balance es magro en todas ellas. El paro se ha cuadruplicado hasta superar el 33%, la deuda externa ha explotado y ya representa el 35% del PIB y la inflaci¨®n se ha disparado al 20%. Si bien la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo en 2016 y la crisis econ¨®mica derivada de la covid-19 supusieron dos duros golpes y un enorme lastre, lo cierto es que la inestabilidad en materia de seguridad, atribuible a una p¨¦sima gesti¨®n del Estado, no ha contribuido a mejorar las cosas. El creciente fen¨®meno del bandidismo y los secuestros colectivos en el norte se suman a los focos preexistentes del yihadismo de Boko Haram en el noreste, los conflictos entre agricultores y pastores en el centro y la delincuencia insurreccional y pirater¨ªa mar¨ªtima en el sur.
¡°Prometemos liderar para asegurarnos de que tenemos un pa¨ªs unido y pac¨ªfico y una econom¨ªa boyante¡±, aseguraba hace tan solo unos d¨ªas uno de los principales aspirantes a la presidencia de Nigeria, el veterano pol¨ªtico y empresario Atiku Abubakar, de 76 a?os, candidato del Partido Democr¨¢tico Popular (PDP). Es la quinta vez que este musulm¨¢n del norte, quien fuera vicepresidente del pa¨ªs entre 1999 y 2007, compite en una carrera presidencial. A su favor, cuenta con su inmensa fortuna, con la engrasada maquinaria del segundo partido de Nigeria y con el aura de opositor al r¨¦gimen de Buhari. Sin embargo, la sombra de la corrupci¨®n planea sobre sus negocios y representa mejor que nadie esa vieja forma clientelar de hacer pol¨ªtica que ha alejado a millones de nigerianos de las urnas.
Si Abubakar se aferra al voto del norte musulm¨¢n como elixir para su victoria, el candidato Bola Tinubu, sucesor de Buhari al frente del Congreso de Todos los Progresistas (APC), cuenta con las papeletas del sur para contrarrestar a su rival. A sus 70 a?os, el hist¨®rico gobernador del Estado de Lagos, tambi¨¦n musulm¨¢n (alrededor de la mitad de la poblaci¨®n lo es), tiene ante s¨ª el desaf¨ªo de superar el desgaste de su partido tras ocho a?os en el poder. Apodado Jagaban (rey de los guerreros, en lengua yoruba) y conocido tambi¨¦n como el Padrino de Lagos, cuenta con su enorme popularidad gracias al bagaje de sus ocho a?os al frente del Estado m¨¢s rico del pa¨ªs y la modernizaci¨®n que emprendi¨® en la megaurbe del mismo nombre, aunque la sombra de delitos pasados, incluso el tr¨¢fico de drogas, tambi¨¦n le persigue. ¡°Es mi turno de ser presidente¡±, asegur¨® el pasado martes en un mitin que reuni¨® a miles de enfervorizados seguidores, precisamente en Lagos. Su partido es una engrasada m¨¢quina electoral.
Sin embargo, tanto Tinubu como Abubakar se enfrentan a un poderoso rival que hasta hace medio a?o apenas contaba en la ecuaci¨®n. Se trata del banquero cristiano de la sure?a etnia igbo Peter Obi, exgobernador del peque?o Estado de Anambra, quien lidera el Partido Laborista (PL). De momento, el aspirante de 61 a?os, natural de la regi¨®n de Biafra y apodado Don Limpio por su en¨¦rgica narrativa contra la corrupci¨®n y el despilfarro p¨²blico, est¨¢ a punto de dinamitar el bipartidismo que ha marcado la pol¨ªtica nigeriana en la ¨²ltima d¨¦cada con un discurso de ruptura que ha calado en la poblaci¨®n, especialmente entre sus seguidores m¨¢s j¨®venes conocidos como obidients (obedientes). Su lema de campa?a, la palabra Hope (esperanza) en letras bien grandes, es toda una declaraci¨®n de intenciones y uno de los sentimientos m¨¢s necesarios en esta Nigeria postrada por sus diferentes crisis.
¡°Obi podr¨ªa dar una gran sorpresa¡±, asegura la analista pol¨ªtica Teniola Tayo, consultora del think tank Wathi, ¡°porque ha movilizado a los j¨®venes. Hay que tener en cuenta que ser¨¢n las primeras presidenciales que se celebran con la nueva ley electoral, que facilita comicios m¨¢s transparentes, como se pudo ver en el Estado de Osun. Es dif¨ªcil decirlo, pero hay sondeos que lo colocan como ganador. Antes se sab¨ªa que era muy popular en las redes, pero en la campa?a se ha visto su capacidad de atraer a mucha gente de todos los Estados. Ahora bien, no ha habido un presidente igbo desde 1999 y, tras la guerra (el conflicto civil en Biafra de 1967-70) los igbo no lo tienen f¨¢cil. Mucha gente en Nigeria sigue votando por el componente ¨¦tnico o religioso¡±, a?adi¨® la experta el pasado jueves en un seminario web.
Un total de 93,5 millones de nigerianos est¨¢n llamados a las urnas este s¨¢bado no solo para elegir un nuevo presidente, sino tambi¨¦n diputados y senadores. Una victoria en primera vuelta de alguno de estos tres candidatos, lo habitual desde 1999, ser¨ªa una sorpresa en esta ocasi¨®n a tenor de las encuestas y dada la complejidad del sistema electoral de Nigeria, donde ser¨ªa necesario que el ganador no solo quedara primero, sino que obtuviera al menos el 25% de los votos en 24 de los 36 Estados del pa¨ªs m¨¢s Abuya, la capital federal. Por primera vez, la Comisi¨®n Electoral Nacional Independiente (INEC, por sus siglas en ingl¨¦s) cuenta con el reconocimiento biom¨¦trico de los electores y transmisi¨®n electr¨®nica del recuento para combatir el fraude. En el caso de que fuera necesaria una segunda vuelta, esta tendr¨¢ lugar en los 21 d¨ªas siguientes a la proclamaci¨®n de resultados.
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