Izquierda italiana: ¨²ltima llamada para recuperar al electorado
El Partido Democr¨¢tico celebra unas primarias cruciales este domingo para elegir a su nuevo l¨ªder y tratar de refundar una formaci¨®n en crisis desde hace una d¨¦cada
El Partido Democr¨¢tico (PD) de Italia celebra este domingo unas elecciones primarias abiertas a toda la ciudadan¨ªa para proclamar al secretario que lo reconstruya. Otra vez. La formaci¨®n est¨¢ desesperada por dar con la tecla que resuelva un problema de liderazgo enquistado desde que Matteo Renzi abandon¨® por primera vez su secretar¨ªa general en 2017. El ex primer ministro gobern¨®, dimiti¨®, se volvi¨® a presentar y termin¨® de desorientar al electorado y al propio partido antes de fundar su artefacto electoral personal (Italia Viva). Hubo de todo desde entonces. Y casi nada bueno. Incluso la vuelta de Enrico Letta, ex ministro y secretario saliente, que fue un fracaso en los ¨²ltimos comicios (septiembre de 2022), donde nadie supo tejer una alianza fundamental con el Movimiento 5 Estrellas (M5S). Las elecciones primarias de este domingo son la ¨²ltima llamada para un tren que la izquierda italiana ¨Do lo que queda de ella en el PD¨D ha dejado escapar ya muchas veces.
La militancia, que ha visto pasar a nueve l¨ªderes distintos en 16 a?os, se debat¨ªa ahora entre cuatro candidatos. Pero solo dos, con perfiles antag¨®nicos, han logrado superar el corte de los avales para aspirar a convertirse en el nuevo secretario. El favorito es el gobernador de la regi¨®n de Emilia Roma?a, Stefano Bonaccini (56 a?os), con el 52,87% de apoyo interno. Su victoria, hace tres a?os contra la candidata de un entonces fuerte Matteo Salvini, l¨ªder de la ultraderechista Liga, fue el ¨²ltimo momento de gloria del Partido Democr¨¢tico. De hecho, sigue siendo una de las ¨²nicas cuatro regiones que gobierna el PD en Italia (de 20 en total). Visto con perspectiva, aquel hito es una suerte de talism¨¢n electoral que algunos buscan aprovechar ahora. Casualmente, la diputada nacional Elly Schlein, quien fue durante dos a?os y hasta el pasado octubre, como independiente, su vicepresidenta en dicha regi¨®n, es la otra gran candidata en estas primarias (34,8% de apoyos). Ambos formaron un buen equipo en Emilia Roma?a durante un tiempo, pero sus alejadas inclinaciones ideol¨®gicas y, sobre todo, los intereses particulares, terminaron separ¨¢ndoles.
Los sondeos apuestan mayoritariamente por ¨¦l. Una de las ¨²ltimas encuestas realizada por Nando Pagnoncelli, encargado del aparato demosc¨®pico del Corriere della Sera, se?alaba que el 25% de los ciudadanos se inclinar¨ªa por Bonaccini, mientras solo un 12% lo har¨ªa por Schlein. El problema para el partido es que un 22% cree que ¡°ser¨ªa mejor si se presentase cualquier otro candidato¡± y el 35% ni siquiera opin¨®. Un s¨ªntoma, por otro lado, del miedo a la abstenci¨®n que encierran estas primarias en el PD. Se colocar¨¢n 5.500 puestos de votaci¨®n en plazas y sedes del partido. Y el objetivo ser¨ªa que participase, al menos, un mill¨®n de personas (en las ¨²ltimas primarias que gan¨® Renzi fueron dos millones). Pero la apat¨ªa general y el estado comatoso de la izquierda no invitan al optimismo.
La idea extendida durante estas semanas es que Schlein, con una agenda centrada en los derechos sociales, la igualdad de g¨¦nero o el cambio clim¨¢tico, es demasiado de izquierdas para ganar y que electorado del PD ¨Dtambi¨¦n cualquier italiano que quiera participar en la votaci¨®n¨D preferir¨¢ una opci¨®n m¨¢s conservadora como la de Bonaccini. O al menos m¨¢s centrada. Al gobernador de Emilia Roma?a se le supone una capacidad mayor para tender puentes con sat¨¦lites liberales del partido como Matteo Renzi o Carlo Calenda. Y es una figura m¨¢s f¨¢cil de complementar con el Movimiento 5 Estrellas en la obligada alianza que ambos partidos deber¨¢n formar si quieren plantar cara a la coalici¨®n de derechas liderada por Giorgia Meloni que gobierna hoy Italia.
El PD, fundado en 2007, nunca ha ganado unas elecciones generales. Pero ha demostrado su sobrada capacidad para llegar a acuerdos y tejer alianzas para apalancarse en el poder. Y Bonaccini, sin duda, encaja mejor en esa tradici¨®n. Pero su perfil invita a cierto tedio. ¡°Es tan aburrido como el director de un funeral¡±, lament¨® el fot¨®grafo y agitador cultural Oliviero Toscani.
Las ¨²ltimas elecciones, celebradas el pasado septiembre, demostraron que el PD no podr¨¢ gobernar si no apuesta por una gran coalici¨®n similar a la de la derecha. Enrico Letta y Giuseppe Conte, l¨ªder del M5S, no fueron capaces de llegar a un acuerdo ¨Den realidad fue el socialdem¨®crata quien decidi¨® romper las relaciones¨D que permitiese aprovechar las ventajas de la actual ley electoral. Si no se modifica dicha norma, y con una Meloni en plena consolidaci¨®n de su hegemon¨ªa en la derecha, ser¨¢ dif¨ªcil pensar en cambiar la actual din¨¢mica sin formar un gran grupo de oposici¨®n.
Elly Schlein, a quienes muchos ven como la Alexandria Ocasio-Cortez italiana, tiene un perfil m¨¢s radical que Bonaccini. Mujer, bisexual ¡ªseg¨²n explic¨® ella misma¡ª, feminista, antiliberal y h¨¢bil comunicadora. Adem¨¢s, es r¨¢pida y sabe moverse en el barro del populismo. Naci¨® en Lugano (Suiza) en 1985. Tiene ra¨ªces jud¨ªas, es hija de profesores universitarios, madre italiana y padre estadounidense. Se mud¨® a los 18 a?os a estudiar Derecho a Bolonia y pas¨® a ser ¡°hija adoptiva¡± de la regi¨®n de Emilia Roma?a. Hizo de voluntaria en las dos campa?as electorales de Barack Obama y, cuando volvi¨® en 2012, particip¨® en la campa?a de Italia Bene Comune, una alianza progresista que puso en pie Pier Luigi Bersani, del Partido Dem¨®crata (PD), en 2013 y que no logr¨® los votos suficientes para gobernar.
Schlein promocion¨® poco despu¨¦s un movimiento al que llam¨® Occupy PD para tratar de evitar el Gobierno que el partido que aspira a presidir ahora iba a formar con Silvio Berlusconi en 2013. Fue antes de ser elegida europarlamentaria ¡ªcon 54.000 votos ¡ª por una lista de izquierdas, abandonar el PD y cofundar luego Possibile, un partido con exdirigentes del PD que buscaba ser una suerte de Podemos a la italiana del que tambi¨¦n termin¨® march¨¢ndose. Diez a?os m¨¢s tarde ha vuelto a casa. Ha recuperado su carn¨¦ de afiliada al PD y pretende cambiar el sistema desde dentro. Pero el sistema ha cambiado mucho tambi¨¦n desde que se fue ella y los socialdem¨®cratas, que han perdido su hegemon¨ªa, luchan palmo a palmo con el M5S por el t¨ªtulo de primer partido del espectro progresista.
El problema de la joven activista, creen muchos, es que pueda convertir un partido llamado a aglutinar las fuerzas del establishment en un artefacto demasiado marginal. La ventaja, consideran muchos otros, es que dif¨ªcilmente se podr¨¢ ser m¨¢s residual en el espectro electoral si no se cambia el rumbo de forma radical.
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