Mejor un mal pacto que un buen pleito
El acuerdo entre Bruselas y Londres es una buena noticia, pues no parece que las flexibilidades otorgadas por la UE desemboquen en un deterioro de las prioridades europeas
A falta de los detalles, lo mejor del pacto Rishi Sunak-Ursula von der Leyen es su alumbramiento. Ya dice el refranero que es mejor ¡ªpara todos¡ª ¡°un mal pacto que un buen pleito¡±. Y aconseja ¡ªa todos¡ª: ¡°Pleitos tengas, y los ganes¡±.
Adem¨¢s, el aroma de la reinterpretaci¨®n que ambas partes dan al Protocolo de Irlanda del Norte sintoniza con las prioridades europeas en las negociaciones con Londres. De antes, durante y despu¨¦s del Brexit. Sobre todo: 1) preservar la integridad del mercado interior europeo (al que los condados norirlandeses siguen perteneciendo); 2) garantizar esa realidad, otorgando al Tribunal de Justicia europeo (TJUE) la competencia ¨²ltima en eventuales litigios, y 3) asentar lo ya conseguido: el trato equivalente a sus ciudadanos; evitar perjuicios a la Rep¨²blica de Irlanda; eludir fricciones migratorias; dificultando pol¨ªticas fiscales agresivas (tipo Singapur).
Es decir, todo lo susceptible de obstaculizar una leal colaboraci¨®n con el viejo socio (m¨¢s a¨²n en pol¨ªtica exterior y defensa: Ucrania). Una estrategia de inter¨¦s relevante para Espa?a, cuyo primer cliente tur¨ªstico, gran socio comercial y circunstancial aliado en la liberaci¨®n comercial (Latinoam¨¦rica) es justamente el Reino Unido.
No parece que las flexibilidades otorgadas desemboquen en un deterioro de las prioridades europeas (y pues, espa?olas). Las normas del mercado interior (est¨¢ndares industriales, fitosanitarios, de seguridad) perdurar¨¢n en el comercio europeo con el norte irland¨¦s, aunque sea a trav¨¦s de la isla grande (l¨ªnea roja, m¨¢s exigente), para productos de reexpedici¨®n (a Dubl¨ªn). Pero habr¨¢ que vigilar si la l¨ªnea verde ¨Dm¨¢s suave; productos de la isla grande para consumo de ese norte¨D, genera alg¨²n foco de contrabando con la Rep¨²blica de Irlanda, lo que ser¨ªa un problema grave.
Y verificar que el poder otorgado a Londres sobre ayudas de Estado a sus empresas no ocasione distorsiones de competencia; am¨¦n de que los tribunales locales sigan en primera instancia la jurisprudencia de Luxemburgo.
El acuerdo ha sido posible porque hay en Downing Street un primer ministro con credibilidad ganada a pulso por su prudencia econ¨®mica (salvo en las declaraciones fiscales familiares), avalada por sus hist¨®ricas alzas de impuestos. No la ten¨ªa la debilitada Theresa May, a la que todo tory que se preciase traicionaba. Ni el agresivo c¨®mico Boris Johnson, aunque gozara de una ins¨®lita mayor¨ªa absoluta, que desplom¨® a fuerza de desplantes institucionales, juergas y enga?os. Ni la ignara, pero por fortuna ef¨ªmera, Liz Truss, que casi quiebra al pa¨ªs bajando impuestos y subiendo gastos, en plena recesi¨®n... A Sunak le flanquea un jefe de la oposici¨®n en hora dulce, el laborista Keir Starmer, presto a echarle una mano.
Pero sobre todo, el giro ha sido posible porque el Brexit, agravado por su p¨¦sima gesti¨®n, ha sido catastr¨®fico. La opini¨®n p¨²blica ha girado radicalmente desde el refer¨¦ndum de salida (junio de 2016): ahora un 60% de electores consideran que fue un error. As¨ª que, todo lo que sea minimizar sus efectos, evitar conflictos con la UE y acercarse a los europeos ¡ªcomo implica este pacto¡ª goza de una in¨¦dita presunci¨®n de pol¨ªtica trendy.
Los ciudadanos tienen raz¨®n, aquellas promesas duermen en un agujero. El poder¨ªo negociador comercial augurado se redujo a cuatro nuevos tratados con terceros pa¨ªses y 35 de ?continuidad!, respecto a los que Londres manten¨ªa desde la UE. La pol¨ªtica antimigratoria ha causado carencias de mano de obra. La econom¨ªa capota. India ya sobrepasa el PIB brit¨¢nico. El comercio cay¨® un 14% desde enero de 2021. La inversi¨®n privada declina. Los tipos de inter¨¦s son m¨¢s altos que en la eurozona (4% frente al 3%) y refuerzan la recesi¨®n en marcha. El bienestar decae, pespunteado por protestas sanitarias y huelgas generales, mucho m¨¢s que al otro lado del canal de la Mancha. La ilusoria ilusi¨®n de la autosuficiencia se musti¨® sin remedio.
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