Bolivia sufre el divorcio pol¨ªtico entre Luis Arce y Evo Morales
El expresidente recrudece sus cr¨ªticas al candidato que aup¨® desde el exilio en 2020 en una lucha de facciones que amenaza la uni¨®n de la izquierda
M¨¢s de 1.600 cuentas de Facebook e Instagram fueron suspendidas esta semana en Bolivia. La due?a de ambas compa?¨ªas, Meta, tom¨® la decisi¨®n por haber detectado una supuesta ¡°actividad coordinada¡± para difundir mensajes afines al Gobierno y silenciar cuentas opositoras. Entre la lluvia de cr¨ªticas que cay¨® sobre el Gobierno de Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS), la m¨¢s sonada lleg¨® desde el presidente de su partido. Evo Morales, presidente del pa¨ªs entre 2006 y 2019, acus¨® al Gobierno que hoy dirige su antiguo ministro de Econom¨ªa de mantener esas cuentas para atacarlo. Seg¨²n Morales, el Gobierno que ¨¦l mismo aup¨® tras su derrocamiento en 2018 no solo busca desprestigiarlo, tambi¨¦n lo hace de manera il¨ªcita con triangulaciones de fondos con compa?¨ªas que se supon¨ªan aliada suyas.
Bolivia vive una lucha de facciones en el partido gobernante que solo contin¨²a profundiz¨¢ndose. El equilibrio es complicado: hay elecciones presidenciales en 2025 y el partido m¨¢s popular del pa¨ªs debe definir a su candidato entre las peleas de los seguidores de Morales, hoy el jefe del partido, y los seguidores del presidente Luis Arce, que ocupan mayoritariamente el Gobierno. La pelea recrudece con amenazas y acusaciones mutuas, y los parlamentarios fieles a Evo Morales han llegado a bloquear leyes solicitadas por el presidente para enfrentar los efectos de la crisis econ¨®mica global, que en este momento preocupan a los bolivianos. La pelea ¡°es un suicidio pol¨ªtico¡±, seg¨²n defini¨® ?lvaro Garc¨ªa Linera, que fue vicepresidente de Morales durante 13 a?os y hoy est¨¢ alejado de la pol¨ªtica.
La disputa se remonta a las elecciones de 2020. Entonces, Morales estaba exiliado en Argentina y, perseguido por la Justicia boliviana, no pod¨ªa ser candidato. ?l mismo eligi¨® como delf¨ªn a su antiguo ministro de Econom¨ªa, Luis Arce, un profesional de clase media, pasando por encima de la decisi¨®n ¡°org¨¢nica¡± del partido.
Las bases del MAS prefer¨ªan al l¨ªder ind¨ªgena David Choquehuanca, declarado rival de Morales, que termin¨® siendo candidato a la vicepresidencia. La campa?a presidencial mostr¨® que Arce y Choquehuanca compatibilizaban: ganaron las elecciones con m¨¢s del 55% de los votos acogiendo la extendida demanda de los militantes del MAS por una ¡°renovaci¨®n¡±, que en los hechos significaba el alejamiento de la ¡°vieja guardia¡± que acompa?¨® a Morales por m¨¢s de una d¨¦cada. Hoy se los conoce, justamente, como los ¡°renovadores¡±: en el Gabinete de Arce no hay ninguna figura importante del entorno que acompa?¨® a Morales durante sus tres gobiernos, entre 2006 y 2019.
Para los incondicionales de Morales, que se han hecho fuertes en las estructuras partidarias, los renovadores son ¡°traidores¡± por cuestionar el ¡°liderazgo hist¨®rico¡± del fundador y ¡°presidente vitalicio¡± del MAS.
Morales ha pasado de organizar una multitudinaria ¡°marcha por la patria¡± en apoyo a Arce ¨Cque para algunos observadores fue un intento de influir sobre este, mostr¨¢ndole qui¨¦n pose¨ªa la ¡°fuerza de masas¡±¨C a sumarse a la oposici¨®n con denuncias contra los ministros y cr¨ªticas constantes a todas las ¨¢reas de la gesti¨®n gubernamental. Incluso ha apa?ado el ataque de uno de los diputados de su grupo en contra del hijo del presidente por supuestamente haber hecho lobby a favor de empresas extranjeras interesadas en las concesiones del litio boliviano.
En un punto de este proceso de progresivo alejamiento de ambos sectores, los seguidores del expresidente comenzaron a llamarse a s¨ª mismos ¡°radicales¡±. Hoy denuncian presuntas conspiraciones gubernamentales para inhabilitar a Morales como candidato en 2025 y marcan diferencias ideol¨®gicas respecto a Arce, al que acusan de estar ¡°derechizado¡± e lejos del ¡°proceso de cambio¡± dirigido por el MAS.
A diferencia de Evo Morales, que tuitea y da entrevistas continuamente, Arce intenta referirse lo menos posible a este tema. Solo habl¨® p¨²blicamente para reivindicarse como un militante convencido del MAS y para negar que quiera formar otro partido pol¨ªtico. Tambi¨¦n ha dicho que los problemas se deben a una ¡°ambici¨®n personal de poder¡±. Se supone que habla de Morales.
Divisi¨®n en las bases
Un importante dirigente campesino, Omar Ram¨ªrez, reconoci¨® que la divisi¨®n se extiende hasta las bases de la red de sindicatos que conforma el esqueleto organizativo del MAS. ¡°Seguimos insistiendo para que los l¨ªderes se sienten y hablen estos temas porque cuando las bases se enfrenten va a ser dif¨ªcil juntarlas de nuevo m¨¢s adelante y eso es lo que quiere la derecha¡±, declar¨® a la prensa local.
En estos d¨ªas, hubo un esc¨¢ndalo que muestra la generalizaci¨®n del cisma. Mart¨ªn Choque, un funcionario municipal del pueblo minero de Unc¨ªa, lanz¨® una silla lejos de un escenario para evitar que se siente en ella el expresidente Morales, mientras le dec¨ªa: ¡°Usted no puede sentarse a mi lado, porque usted ha dividido¡±. Posteriormente, este funcionario y su esposa fueron golpeados por miembros afines a Morales. Choque tuvo que renunciar a su cargo municipal y ella perdi¨® el beb¨¦ que estaba esperando.
Aunque en Bolivia debe haber elecciones primarias para que los partidos definan sus candidaturas, es incierto que el MAS recurra a ellas. Al mismo tiempo que el control por parte de Morales del aparato partidario es f¨¦rreo, ya cursan denuncias legales contra los estatutos que le dan tal control. Se han suspendido adem¨¢s los aportes de los funcionarios p¨²blicos a la organizaci¨®n pol¨ªtica, que antes eran, en la pr¨¢ctica, obligatorios. Tambi¨¦n se ha denunciado el despido de funcionarios que simpatizan con Evo Morales de las reparticiones estatales. Estas denuncias no han sido desmentidas oficialmente.
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