El Gobierno brit¨¢nico quiere alojar en una embarcaci¨®n gigante a inmigrantes sin papeles que lleguen a sus costas
El ¡®Bibby Stockholm¡¯, que permanecer¨¢ anclado en el puerto de Portland, acoger¨¢ a un m¨¢ximo de 500 varones adultos en 222 habitaciones
Rishi Sunak ha atado su mandato, a base de promesas cada vez m¨¢s ambiciosas, a la resoluci¨®n de la crisis de los inmigrantes. Y no descarta ninguna estrategia. Primero fue la idea de enviar a Ruanda a todos los que alcanzaran las costas brit¨¢nicas de manera irregular, un proyecto que sigue adelante. Ahora, el Ministerio del Interior se dispone a instalar a los reci¨¦n llegados a una enorme embarcaci¨®n, el Bibby Stockholm, para evitar que pongan pie en suelo ingl¨¦s. ¡°No podemos seguir manteniendo una situaci¨®n en la que se gastan seis millones de libras esterlinas diarias [6,8 millones de euros] en hoteles para inmigrantes ilegales. Promet¨ª que har¨ªa todo lo necesario para acabar con esto y para reducir la presi¨®n sobre las comunidades que deben convivir con esos hoteles. Por eso, estamos buscando alternativas como la embarcaci¨®n que hemos anunciado hoy¡±, defendi¨® Sunak el proyecto el jueves.
En la actualidad, hay m¨¢s de 51.000 inmigrantes a la espera de que se resuelva su solicitud de asilo, en casi 400 hoteles a lo largo del Reino Unido.
El Bibby Stochkolm no es una nave convencional. No tiene el aspecto de un nav¨ªo de crucero o de un buque militar. Es m¨¢s bien un inmenso edificio flotante ¡ªuna prisi¨®n flotante, seg¨²n sus cr¨ªticos¡ª, de forma rectangular, con 222 habitaciones, bar y gimnasio. Permanecer¨¢ anclado en el puerto de Portland, en la ciudad costera de Weymouth, al sur de Inglaterra. El Gobierno brit¨¢nico conf¨ªa en poder alojar all¨ª a hasta 500 varones adultos, al menos durante un a?o y medio.
La embarcaci¨®n es propiedad de la compa?¨ªa Bibby Marine, radicada en la ciudad de Liverpool, pero opera bajo bandera de Barbados. ¡°Ya ha alojado de manera muy confortable, en anteriores ocasiones, a trabajadores de la industria de la construcci¨®n o a personal militar¡±, ha defendido la compa?¨ªa. A principios de la d¨¦cada de los 2000, el Gobierno holand¨¦s contrat¨® esa misma residencia flotante para alojar a los solicitantes de asilo, y acab¨® desmantelando la infraestructura despu¨¦s de recibir numerosas cr¨ªticas por el ambiente opresivo que acab¨® desarroll¨¢ndose en la nave.
Los municipios de la zona, las organizaciones de ayuda a los refugiados, y alg¨²n que otro diputado conservador ¡ªno muchos, la verdad¡ª han criticado el nuevo plan. ¡°Una residencia flotante no es capaz de facilitar el apoyo, la dignidad o el respeto que merecen estas personas¡±, ha dicho Enver Solomon, director ejecutivo de Refugee Council. ¡°Este tipo de alojamientos no sirve para ofrecer la ayuda que necesitan todas esas personas que han sufrido el trauma de tener que abandonar sus hogares¡±, ha dicho Christina Marriott, directora ejecutiva de Estrategia y Comunicaci¨®n de la Cruz Roja brit¨¢nica.
Las objeciones humanitarias se suman a las relativas al coste econ¨®mico o de tensi¨®n social que puede tener el nuevo experimento, que son la principal preocupaci¨®n de los pol¨ªticos locales del condado de Dorset, donde est¨¢ la ciudad de Weymouth. ¡°Estamos contemplando todo tipo de respuestas, incluidas las de acudir a los tribunales. Queremos que este proyecto se arroje a la basura antes siquiera de que se firme ning¨²n compromiso¡±, ha dicho el diputado conservador Richard Drax, que defiende los intereses de la circunscripci¨®n afectada. ¡°Weymouth es un lugar de veraneo que depende casi en exclusiva de los turistas. No creo que sea inteligente llevar all¨ª a 500 o m¨¢s inmigrantes. Ya sabemos que en otros sitios se han desvanecido de los hoteles, y en algunos casos se han transformado en bandas de delincuentes¡±, ha sugerido Drax, con el prop¨®sito de incendiar el debate entre sus compa?eros conservadores.
Las autoridades portuarias, sin embargo, han defendido un proyecto que puede ingresar capital diario en su negocio. ¡°Animo a todos los miembros de nuestra comunidad a mirar este asunto con la mente abierta¡±, ha pedido Bill Reeves, director ejecutivo del puerto de Portland, que ha prometido a su vez una implicaci¨®n directa y estrecha de vecinos y voluntarios en las decisiones que se adopten.
Sunak, a la desesperada
En lo que va de a?o, casi 4.000 personas llegaron en patera a las costas brit¨¢nicas a trav¨¦s del canal de la Mancha. Son cifras casi insignificantes, en comparaci¨®n con el desaf¨ªo al que hacen frente los pa¨ªses del sur de Europa, pero la inmigraci¨®n es un asunto altamente t¨®xico en la pol¨ªtica brit¨¢nica, como ya se comprob¨® durante la campa?a del refer¨¦ndum del Brexit. Los soci¨®logos calculan que pr¨¢cticamente la mitad del electorado, conservador o laborista, sit¨²a este asunto en la lista de sus prioridades a la hora de votar. Si en 2018 fueron apenas 300 los que atravesaron el canal, el a?o pasado superaron los 40.000. En lo que va de 2023, son ya m¨¢s de 4.000 los inmigrantes llegados a trav¨¦s del mar.
Sunak ha ido incrementando, casi a la desesperada, las medidas para hacer frente a este incremento de cifras. Acaba de presentar una nueva ley, criticada por todas las organizaciones humanitarias, que impide autom¨¢ticamente que las personas que llegan al pa¨ªs de modo irregular puedan solicitar asilo. En la terminolog¨ªa del Gobierno conservador, contraria a las recomendaciones de la ONU, son ¡°ilegales¡± que no merecen el acceso al tr¨¢mite administrativo de otros refugiados. Salvo excepciones como los menores, o los que huyen de una grave persecuci¨®n, los reci¨¦n llegados ser¨¢n expulsados de inmediato, seg¨²n dispone la nueva ley.
Downing Street mantiene adem¨¢s los planes para comenzar a deportar a muchos de los inmigrantes irregulares al pa¨ªs africano de Ruanda, con cuyo Gobierno firm¨® el a?o pasado el entonces primer ministro, Boris Johnson, un acuerdo de colaboraci¨®n. El Alto Tribunal del Reino Unido ha defendido la legalidad de las deportaciones, en contra de la decisi¨®n del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en junio, de frenar el despegue hacia aquel pa¨ªs del primer avi¨®n con inmigrantes.
Pero a pesar de que Sunak ha logrado recomponer las relaciones con sus socios europeos, sigue sin lograr que el Gobierno de Francia admita la devoluci¨®n de los inmigrantes que llegan al Reino Unido desde sus costas. El Ejecutivo de Emmanuel Macron ha dejado ya claro al brit¨¢nico que el asunto solo puede ser decidido por aquella instituci¨®n a la que compete: la Uni¨®n Europea. A cambio, Macron se comprometi¨® con Sunak a incrementar la cooperaci¨®n y los recursos destinados a vigilar conjuntamente las playas francesas de las que parten la mayor¨ªa de las pateras.
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