Sin gasolina, con colas fantasma y sin ver la luz al final del t¨²nel en Cuba
Una nueva crisis de abastecimiento de combustible semiparaliza el transporte p¨²blico y privado en la isla
En Cuba no escampa. Ni se ve la luz al final del t¨²nel. Luego de meses de apagones debido al p¨¦simo estado del Sistema El¨¦ctrico Nacional (SEN), en los ¨²ltimos d¨ªas una nueva crisis de abastecimiento de combustible ha semiparalizado el transporte p¨²blico y privado en Cuba, provocando colas kilom¨¦tricas en las gasolineras y escenas delirantes, como la de cientos de choferes y taxistas durmiendo en sus veh¨ªculos durante varios d¨ªas a la espera de un cami¨®n cisterna que nadie sabe cu¨¢ndo llegar¨¢. Son las llamadas ¡°colas fantasma¡±, que la gente hace a cuenta y riesgo en los alrededores de los destartalados servicentros que despachan gasolina y di¨¦sel, pero solo por si acaso, sin seguridad alguna de que finalmente se produzca el milagro de repostar. Para matar el tiempo y el aburrimiento, algunos hasta jugaban al domin¨® bajo un ¨¢rbol.
¡°Estamos peor que nunca. Uno ya no sabe para d¨®nde mirar¡±, dice Manuel, due?o de un Lada ruso que tiene m¨¢s de 40 a?os rodando por las calles de La Habana. Es S¨¢bado de Gloria, y Manuel habla en la fila con otros due?os de coches. Entre ellos comentan que antes se han vivido otras crisis similares y que al final la situaci¨®n se ha normalizado. ¡°Esto no puede seguir as¨ª, sin abastecimiento de combustible no se puede estar mucho tiempo, porque si no todo colapsa¡±, dice el interlocutor m¨¢s optimista. Piensa que, como en otras ocasiones, las autoridades acabar¨¢n ¡°por resolver un barco de petr¨®leo en alg¨²n lado¡± y que esta nueva crisis tambi¨¦n pasar¨¢.
Varios se le echan encima. ¡°No, compadre. La situaci¨®n hoy es diferente. Esto ya es c¨ªclico. Cuando no es la gasolina es el apag¨®n, y despu¨¦s faltar¨¢ el pollo y habr¨¢ que conseguir un barco de pollo, y de nuevo faltar¨¢ el di¨¦sel¡¡±, argumenta un joven que dice estar haciendo los papeles en la embajada espa?ola para adquirir la nacionalidad y marcharse del pa¨ªs. En el ¨²ltimo a?o, cerca de 320.000 cubanos ¡ªel 3% de la poblaci¨®n¡ª entraron ilegalmente a EEUU por la frontera mexicana, seg¨²n datos de los servicios migratorios norteamericanos.
En una cola fantasma se puede escuchar cualquier opini¨®n, hasta la m¨¢s extrema y exagerada. Pero lo cierto es que el momento actual es especialmente dif¨ªcil para todo el mundo. El transporte p¨²blico desde hace a?os viene funcionando muy mal. En La Habana, una ciudad de m¨¢s de dos millones de habitantes, en diciembre de 2021 hab¨ªa solo 878 autobuses, o guaguas, (menos de la mitad que a principios de los a?os noventa), y de ellos 440 no funcionaban debido a falta de neum¨¢ticos, bater¨ªas, filtros de aceite, material para coger pinchazos, y por roturas diversas. Hoy la situaci¨®n es incluso m¨¢s grave, admiten las autoridades, que han reconocido que se trata de la peor crisis del transporte p¨²blico en los ¨²ltimos 10 a?os.
El problema se agrava con el actual desabastecimiento de combustible. En la capital, las paradas de autob¨²s est¨¢n abarrotadas y la gente tarda horas en cubrir un trayecto entre el centro y los barrios m¨¢s alejados. Los taxis ruteros y los privados, que eran una alternativa, tambi¨¦n se detienen y cobran cada vez m¨¢s caro los trayectos a una poblaci¨®n que ya est¨¢ exhausta por la inflaci¨®n. El salario de un profesional en Cuba est¨¢ entre los 4.000 y 5.000 pesos, mientras que un litro de aceite vegetal cuesta 700 y un kilo de leche en polvo, 2.000¡ª. En el mercado informal, un euro equivale a 185 pesos.
M¨¢s all¨¢ del actual d¨¦ficit de combustible, diversos economistas aseguran que la crisis cubana es general y estructural, de modelo. Y que el Gobierno debe introducir verdaderas reformas de calado y liberalizar la econom¨ªa, no seguir poniendo parches que a estas alturas ya no funcionan. ¡°El asunto es de vida o muerte, de m¨¢xima prioridad¡±, indica el economista cubano Omar Everleny, que recuerda que acaban de cumplirse tres d¨¦cadas del informe Solchaga, que redact¨® en 1993 el exministro de Econom¨ªa de Felipe Gonz¨¢lez Carlos Solchaga sobre los cambios que deber¨ªan introducirse en la isla para hacer sostenible el sistema. ¡°Resulta llamativo que el informe parece reci¨¦n redactado. Parte de sus apreciaciones est¨¢n vigentes hoy. Me pregunto si se necesitan nuevos diagn¨®sticos o lo que se necesita es poner en marcha algunas de esas recomendaciones¡±, considera Everleny.
Observa este economista que es cierto que hace dos a?os ¡°por fin se aprob¨®¡± la ley que ha permitido la creaci¨®n de m¨¢s de 7.000 peque?as y medianas empresas privadas, una de las demandas de Solchaga, y aunque estas empiezan a convertirse en el factor m¨¢s din¨¢mico de la econom¨ªa, todav¨ªa diversos obst¨¢culos lastran su funcionamiento ¡ªcomo los elevados impuestos, la excesiva burocracia que ralentiza y complica cualquier gesti¨®n o la ausencia de un mercado cambiario oficial que permita a los nuevos empresarios adquirir las divisas que necesitan para importar y cerrar el ciclo de sus negocios¡ª.
En aquel informe, recuerda Everleny, Solchaga advert¨ªa de la importancia del ritmo y de la concepci¨®n de una reforma integral. ¡°La globalidad de la reforma es, en nuestra opini¨®n, un ingrediente esencial del ¨¦xito. Pero no es el ¨²nico requisito. Tambi¨¦n hace falta que las medidas se adopten con la m¨¢xima urgencia. Que se hagan antes de que el deterioro econ¨®mico desemboque en una irreversible degradaci¨®n y caos que comprometa la confianza de la naci¨®n en s¨ª misma y erosione el liderazgo de sus dirigentes. En la actual situaci¨®n econ¨®mica, la pasividad o el empe?o en reformas parciales equivale, con toda probabilidad, a confiar en que sea el exterior quien imponga la filosof¨ªa, ritmo e intensidad de las reformas¡±, expresaba en el documento el exministro espa?ol.
A juicio de Everleny, aunque algunas de sus sugerencias hayan sido puestas en pr¨¢ctica en a?os recientes, las reformas de calado se han aplazado ¡°durante demasiado tiempo¡±. Todav¨ªa, asegura, ¡°se sigue pensando en la llamada empresa socialista estatal, sin comprender que el Estado debe concentrarse solo en las actividades estrat¨¦gicas del pa¨ªs; que es mejor pensar en empresas p¨²blicas; que las empresas no rentables estatales dejen de funcionar, y pasarlas a otras formas de propiedad; que no debe mantenerse el monopolio estatal del comercio exterior. Adem¨¢s, que no puede concebirse el desarrollo sin pagar deudas del pasado, lo cual provoca reticencias para invertir por parte del capital externo, por m¨¢s que se haga un esfuerzo publicitario. La lista es inmensa¡±.
A su entender, y el de otros muchos economistas cubanos, ¡°el camino no es sino el mismo recorrido por los pa¨ªses que han avanzado en los ¨²ltimos 30 o 40 a?os; es decir, un mayor papel de las relaciones de mercado, sin renunciar al proyecto que se ha intentado construir. Vietnam logr¨® avanzar hacia el desarrollo y el punto de partida era m¨¢s bajo que el cubano. Cuba puede intentarlo, aunque no seamos asi¨¢ticos¡±.
Everleny tambi¨¦n ha tenido que hacer colas kilom¨¦tricas estos d¨ªas para llenar el dep¨®sito de gasolina de su coche. ?l quiere pensar que, si bien cada vez queda menos tiempo, si se introducen los cambios necesarios, todav¨ªa es posible ver la luz al final del t¨²nel. Otros, como la historiadora Alina B¨¢rbara L¨®pez, dicen que no, que esta es una ¡°crisis sist¨¦mica¡± y que el tiempo de una posible reforma a la vietnamita ya pas¨®. ¡°Cuba est¨¢ en el momento final de un modelo de concepci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica que no creo que sea reformable bajo estas condiciones¡±, dijo en una reciente entrevista a la agencia Efe. En las colas fantasma vividas esta Semana Santa, la gente estaba tan apurada en conseguir unos litros de combustible, que estos dilemas profundos ni se planteaban.
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