Portugal aparca de nuevo la regionalizaci¨®n del pa¨ªs

La gran reforma territorial portuguesa tampoco saldr¨¢ adelante en esta legislatura. A finales de 2021, el primer ministro, el socialista Ant¨®nio Costa, anunci¨® que convocar¨ªa un referendo sobre la regionalizaci¨®n del pa¨ªs en 2024. Contaba con el apoyo del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugu¨¦s, pero lo que en aquella ocasi¨®n dio esperanzas a los defensores de las regiones fue el giro del Partido Social Dem¨®crata (PSD, centroderecha). Su l¨ªder de entonces, Rui Rio, se mostr¨® a favor de la consulta y se desmarc¨® de la hostilidad de su formaci¨®n hacia el cambio de modelo territorial. En 1998, la oposici¨®n del PSD, entonces liderado por el actual presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, hab¨ªa sido uno de los factores determinantes para el fracaso del primer referendo, celebrado durante el mandato del primer ministro Ant¨®nio Guterres.

La sustituci¨®n de Rui Rio por Lu¨ªs Montenegro como presidente del PSD, sin embargo, ha situado de nuevo al partido en su casilla anterior. Montenegro no ve oportuna la consulta. Esto ha llevado al primer ministro a desistir de su objetivo, consciente de que una reforma estructural de este calado requiere del consenso de las dos principales fuerzas pol¨ªticas lusas, PS y PSD. Un empe?o solitario de Costa habr¨ªa chocado casi con certeza contra el presidente de la Rep¨²blica y a?adido un nuevo frente a los que actualmente separan a ambos.

Adem¨¢s, para sacar adelante la ley que regule el referendo en la Asamblea de la Rep¨²blica son necesarios dos tercios de los votos, lo que hace imprescindible el respaldo del PSD. La renuncia de los socialistas fue anunciada tras un Consejo de Ministros celebrado en marzo por la ministra de Cohesi¨®n Territorial, Ana Abrunhosa, que culp¨® al presidente del PSD: ¡°Esto naturalmente se debe a una mudanza de posici¨®n del l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n. Por lo tanto, en este momento no tiene ning¨²n sentido hablar de referendo¡±.

La decepci¨®n es notable para regionalistas como Filipe Teles, vicerrector y profesor de Ciencias Sociales, Pol¨ªticas y del Territorio de la Universidad de Aveiro. ¡°Hay un camino lento que se est¨¢ recorriendo en el sentido de dotar a las Comisiones de Coordinaci¨®n y Desarrollo Regional de m¨¢s competencias; mientras tanto, estamos lejos de la regionalizaci¨®n. El referendo, que es necesario por imposici¨®n constitucional, ser¨¢ siempre un obst¨¢culo dif¨ªcil de superar. Pero el problema no reside solo en las reglas del referendo. La falta de una clara voluntad pol¨ªtica para implementar la regionalizaci¨®n me parece a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de superar¡±, observa en un correo electr¨®nico.

En su opini¨®n, el aplazamiento del referendo tiene efectos visibles: ¡°Un pa¨ªs centralizado, sin respuestas diferenciadas de pol¨ªticas p¨²blicas a escala regional, con instrumentos de decisi¨®n pol¨ªtica y con escrutinio democr¨¢tico, continuar¨¢ siendo un pa¨ªs que refuerza la concentraci¨®n en el litoral y las ¨¢reas metropolitanas. Esta es tambi¨¦n una forma de contribuir a la crisis de la vivienda y a las desigualdades¡±.

Al contrario que en Espa?a, la democracia en Portugal no vino asociada a un proceso de descentralizaci¨®n hacia las regiones. La ¨²nica concesi¨®n del hist¨®rico centralismo portugu¨¦s se realiz¨® tras la Revoluci¨®n de los Claveles (1974) al reconocerse en la Constituci¨®n aprobada dos a?os despu¨¦s las regiones aut¨®nomas insulares de Azores y Madeira. Ambas disponen de un Parlamento y un Gobierno regionales, as¨ª como de amplia capacidad legislativa, presupuestaria y tributaria. En los dos archipi¨¦lagos operaron durante un corto periodo dos grupos independentistas de extrema derecha (Frente de Liberaci¨®n de Madeira y Frente de Liberaci¨®n de las Azores) que cometieron atentados en los meses posteriores a la revoluci¨®n.

En su libro C¨®mo se gobiernan los portugueses. Historia constitucional y sistema pol¨ªtico de Portugal (Comares), el profesor de Derecho de la Universidad de Extremadura Gabriel Moreno se?ala que, a excepci¨®n de las regiones de Azores y Madeira, ¡°no existe a d¨ªa de hoy ning¨²n mecanismo de descentralizaci¨®n territorial del poder pol¨ªtico ni entidades supramunicipales con autonom¨ªa, por lo que es la Administraci¨®n central de la Rep¨²blica portuguesa la que se encarga de la prestaci¨®n directa o indirecta de la mayor parte de los servicios p¨²blicos¡±. Los debates constituyentes tras el fin de la dictadura fueron los primeros en introducir matices a la visi¨®n unitaria del Estado con la propuesta de crear regiones administrativas. Sin embargo, casi medio siglo despu¨¦s, siguen siendo un objetivo te¨®rico que est¨¢ lejos de materializarse.

En 2003 se crearon las Comisiones de Coordinaci¨®n y Desarrollo Regional para actuar en cinco territorios que podr¨ªan ser la base de un futuro mapa de regiones (Norte, Centro, Lisboa y Valle del Tajo, Alentejo y Algarve), aunque carecen de autonom¨ªa pol¨ªtica y sus responsables no salen de las urnas. ¡°Sirven para los intereses y pretensiones dictados desde Lisboa y bajo un marco jur¨ªdico plenamente central¡±, indica Gabriel Moreno.

Al mismo tiempo que el Gobierno est¨¢ avanzando ahora en el refuerzo de estas comisiones para dotarlas de m¨¢s competencias, ha resultado controvertida la noticia sobre el supuesto plan del Ministerio de Cultura de recentralizar en manos de la Direcci¨®n General del Patrimonio Cultural la gesti¨®n de museos y monumentos que ahora asum¨ªan los territorios. ¡°Si se confirma es un retroceso brutal. Existe ese prejuicio de que la distancia es buena porque evita conflictos de intereses, pero lo que trae es desconocimiento y una decisi¨®n descontextualizada¡±, indic¨® el presidente de la Comisi¨®n de Coordinaci¨®n y Desarrollo Regional del Norte, Ant¨®nio Cunha, en una entrevista en el diario P¨²blico. Menos comedido fue su colega de la Comisi¨®n del Algarve, Jos¨¦ Apolin¨¢rio, que acus¨® a la Direcci¨®n General de Patrimonio Cultural de tener un af¨¢n recaudatorio respecto a la fortaleza de Sagres, uno de los monumentos que cambiar¨ªa de manos, ¡°para financiar los servicios en Lisboa¡±.

En los ¨²ltimos a?os, el Gobierno de Ant¨®nio Costa ha dado pasos hacia la descentralizaci¨®n de competencias hacia los municipios, contestada a veces por los alcaldes, como el de Oporto, el independiente Rui Moreira, por carecer de la dotaci¨®n presupuestaria suficiente. ¡°La descentralizaci¨®n para los municipios contin¨²a siendo una atribuci¨®n de tareas m¨¢s que de competencias de pol¨ªtica p¨²blica. Esta descentralizaci¨®n del gasto muestra bien lo que ha sido la cultura pol¨ªtica portuguesa centralista, que tiene extrema dificultad en perder poder¡±, critica el polit¨®logo Filipe Teles.

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