La infancia de Sud¨¢n est¨¢ en peligro de muerte
En los ¨²ltimos dos a?os, el n¨²mero de ni?os que necesita ayuda humanitaria ha aumentado hasta alcanzar los ocho millones, un 35% m¨¢s que en 2020
Uno de cada tres ni?os de Sud¨¢n necesita ayuda humanitaria, alrededor de ocho millones, seg¨²n las m¨¢s recientes estimaciones de Unicef. Esto supone un aumento de 2,7 millones en los ¨²ltimos dos a?os, un 35% m¨¢s. Este incremento se debe, en gran medida, a la creciente inseguridad alimentaria, un problema que ha intensificado las ya existentes crisis de desnutrici¨®n, falta de acceso a agua potable, salud y educaci¨®n. Varios ¨®rganos de Naciones Unidas ¨CUnicef y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) entre ellas¨C lanzaron una advertencia a finales de septiembre del peligro que corren los menores de edad del pa¨ªs debido a las inundaciones, la crisis pol¨ªtica y la guerra en Ucrania.
Tres millones de menores de cinco a?os en Sud¨¢n padecen desnutrici¨®n, de los cuales 650.000 sufren la versi¨®n m¨¢s grave. Aproximadamente la mitad morir¨¢ si no recibe tratamiento, asegura Unicef. Sanjida Tawhid, directora de Acci¨®n contra el Hambre en el pa¨ªs, trabaja para evitar que el pron¨®stico se haga realidad con proyectos centrados en nutrici¨®n, acceso a agua, saneamiento e higiene. Para ello, la ONG cuenta con las organizaciones locales, pues as¨ª ¡°todo es m¨¢s f¨¢cil¡±. Por su experiencia, opina que esta forma de operar es una manera de atajar ¡°a largo plazo¡± los problemas que enfrenta la sociedad. Ella es de Banglad¨¦s, al este de la India, y sabe lo que es recibir dinero sin el apoyo t¨¦cnico para implementar las soluciones. ¡°La gente no quiere una tirita, quiere curar la herida de ra¨ªz¡±, explica.
La sudanesa Galya Salah es responsable de salud y nutrici¨®n en la misma ONG que Tawhid. En una conversaci¨®n telef¨®nica explica que ella trabaja en una zona rural al sureste, en el estado de Nilo Blanco, donde la situaci¨®n a nivel pol¨ªtico ¡°est¨¢ m¨¢s tranquila¡±, a diferencia de lo que ocurre en Jartum, la capital del pa¨ªs, donde la gente est¨¢ ¡°buscando la revoluci¨®n¡±. Salah cuenta que la educaci¨®n se interrumpi¨® cuando se produjo el golpe de Estado en octubre 2021. Seg¨²n datos de Unicef, a¨²n hoy aproximadamente 6,9 millones de ni?os, uno de cada tres en edad escolar, no van al colegio, y otros 12 millones est¨¢n afectados por la falta de maestros e infraestructuras.
En la zona en la que trabaja Salah, la gente no est¨¢ contenta porque ¡°hay demasiados problemas a los que el Gobierno no llega¡±, como los desastres naturales y las enfermedades. Dos de los mayores problemas que vive Sud¨¢n, cuenta, son la falta de seguridad y el transporte, que no conecta las zonas menos pobladas con la capital. Ni siquiera la conexi¨®n a internet es estable. De hecho, Salah reconoce que ¡°la cobertura no es muy buena¡± y termina por mandar sus apreciaciones por notas de voz.
La pobreza va en aumento y esto implica mayor desnutrici¨®n, explica Ashraf Mustafa, que trabaja con Unicef y el Ministerio de Salud del Estado del Mar Rojo en cuestiones de alimentaci¨®n en menores de cinco a?os. En Hiya, donde opera, la poblaci¨®n es rural y vive en pueblos lejanos que no tienen acceso a agua potable. ¡°El 50% de los casos que nos llegan ni siquiera pueden permitirse comprar los alimentos b¨¢sicos que necesitan los ni?os¡±, a?ade.
La directora de Acci¨®n contra el Hambre de Sud¨¢n, Sanjida Tawhid, ha constatado los efectos de la desnutrici¨®n en la poblaci¨®n en sus m¨¢s de 15 a?os de experiencia en pa¨ªses como Afganist¨¢n. ¡°Las capacidades cognitivas se ven afectadas, los ni?os se debilitan y atrofian. No es algo que se aprecie de inmediato, sino que se ve unos meses despu¨¦s de que comience la crisis¡±, puntualiza en una conversaci¨®n telef¨®nica.
La situaci¨®n en Hiya, explica Mustafa, est¨¢ empeorando, especialmente con la situaci¨®n econ¨®mica y la temporada de lluvias, en la que, debido a la falta de agua potable, ven m¨¢s casos de diarrea y consecuentemente un aumento de la desnutrici¨®n.
El aumento de los precios de los alimentos y la insuficiencia de fondos para el suministro de raciones alimentarias ha supuesto un recorte del 50% de las mismasAssadullah Nasrullah, responsable de comunicaci¨®n de ACNUR en Sud¨¢n
A la falta cr¨®nica de alimentos, se suman las fuertes subidas de los precios causados por la guerra en Ucrania. En el caso de la poblaci¨®n local, el aumento implica que muchas familias no puedan acceder a una dieta m¨ªnima saludable y carecen de carbohidratos, prote¨ªnas o grasas en sus dietas, explica Ashraf Mustafa.
Sin embargo, estos problemas afectan de manera desproporcionada a los ni?os, sobre todo, a los que viven en campamentos de refugiados y de desplazados internos. Este es el caso de Sud¨¢n. ¡°Muchos carecen de apoyo financiero¡±, advierte Assadullah Nasrullah, responsable de comunicaci¨®n de ACNUR en el pa¨ªs. ¡°El aumento de los costes de los alimentos y la insuficiencia de fondos para el suministro de comida ha supuesto un recorte del 50% de las raciones que se reparten entre esta poblaci¨®n en el mundo desde julio¡±, aclara el experto.
Sudan acoge a 1,1 millones de refugiados, de los cuales el 43% son ni?os
El 2021 acab¨® con 89,3 millones de personas fuera de sus hogares debido a la persecuci¨®n, situaciones de conflicto o violaciones de derechos humanos, seg¨²n datos de ACNUR. De ellas, 53,2 millones eran desplazados internos, 27,1 millones refugiados y 4,6 millones solicitantes de asilo. Sud¨¢n es uno de los pa¨ªses de ?frica que m¨¢s personas acoge. Actualmente, cuenta con 1,1 millones de refugiados, de los cuales el 43% son ni?os (0-17 a?os). El 77% del total procede Sud¨¢n del Sur debido a la guerra civil que asola aquel pa¨ªs. Le siguen Eritrea, Chad, Etiop¨ªa, Rep¨²blica Centroafricana, Siria y Yemen.
La situaci¨®n econ¨®mica supone una presi¨®n a?adida para las organizaciones. El problema est¨¢ en que ¡°el coste de la prestaci¨®n de ayuda humanitaria est¨¢ aumentando debido a la inflaci¨®n y, sin un incremento de la financiaci¨®n, los fondos que han recibido no dan para satisfacer todas las necesidades¡±, lamenta el representante de ACNUR. En el llamamiento que hizo la agencia el 23 de septiembre advert¨ªa de que solo hab¨ªan recibido un tercio de los 348,9 millones de d¨®lares (352,41 millones de euros) necesarios.
El clima en contra
Las lluvias torrenciales e inundaciones que afectan anualmente al pa¨ªs tambi¨¦n suponen un motivo de presi¨®n para las agencias humanitarias. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (OCHA) inform¨® el pasado 25 de septiembre de que al menos 349.000 personas se han visto afectadas por ellas; unas 146 han muerto y otras 122 han resultado heridas. Nosiba Kamal Ali Ahmad, directora de proyectos en la Organizaci¨®n de Desarrollo CAFA, es de Kosti, una ciudad al sur de Jartum, y se pregunta: ¡°Si todos los a?os es lo mismo, ?cu¨¢ndo van a poner fin a este c¨ªrculo vicioso el Gobierno y las ONG?¡±
Las intensas tormentas, que comenzaron el pasado mayo, han destruido al menos 24.800 casas y han da?ado otras 48.200 en 16 de los 18 Estados, lo que ha dejado a miles de familias sin hogar. Tanto Nasrullah (ACNUR) como Tawhid (Acci¨®n contra el Hambre) concuerdan en la dificultad de acceso a diversas zonas debido al p¨¦simo estado en el que se encuentran las carreteras, lo que retrasa la respuesta de las organizaciones. La ¨²nica soluci¨®n, a?ade Ali Ahmad (CAFA), es que se invierta en infraestructuras: ¡°Hacen mucha falta¡±.
Cerca del 40% de la poblaci¨®n no tiene acceso al suministro de agua potable y un 70% no tiene saneamiento b¨¢sico, situaciones que se ven intensificadas debido a las inundaciones. Estos servicios, adem¨¢s de la higiene y la atenci¨®n m¨¦dica son vitales para salvar vidas infantiles, recuerda Unicef.
Este a?o, las clases se pospusieron durante un mes debido a las inundaciones, cuenta Mahmoud Eisa Arbab, maestro en Mayo, una de las localidades m¨¢s pobres del estado de Jartum. Finalmente abrieron el 2 de octubre. ¡°En mi escuela, no todos estaban preparados para volver. De m¨¢s de 200 alumnos, solo 17 vinieron el primer d¨ªa. Cuando preguntamos, nos dijeron que o no hab¨ªan podido comprar el uniforme y el material escolar o que estaban confundidos con la fecha de reapertura¡±, cuenta.
En Sud¨¢n, el 70% de menores de 10 a?os no puede leer ni comprender una oraci¨®n simple
M¨¢s educaci¨®n
La educaci¨®n tambi¨¦n preocupa a las agencias de ayuda humanitaria, ya que casi siete millones de ni?os no van a la escuela en Sud¨¢n. El 70% de menores de 10 a?os no puede leer ni comprender una oraci¨®n simple, apunta Unicef. En el caso de las infancias refugiadas, el acceso a la educaci¨®n es un gran reto, explica Nasrullah. ¡°Los que viven fuera de los campamentos carecen de recursos para enviar a sus hijos a la escuela¡±. Los centros, adem¨¢s, no tienen capacidad para absorber a los nuevos alumnos debido a la falta de aulas y material educativo, expone el experto de ACNUR.
Algunas escuelas no tienen suficientes aseos o suministros, admite el masestro Arbab. Los alumnos de muchos colegios provienen de zonas en conflicto y de familias muy pobres. ?l tiene una clase de 40 alumnos (la media en Espa?a es de 25 en primaria), pero reconoce que en los ¨²ltimos tiempos ha visto menos ni?os en sus aulas. ¡°Esto se debe a la situaci¨®n econ¨®mica de Sud¨¢n. Los ni?os no pueden ni siquiera pagarse el desayuno y en el colegio no hay comia¡±, explica.
Arbab cuenta que los constantes cierres de escuelas est¨¢n provocando que un alto n¨²mero de alumnos abandonen la escuela y casi nunca regresan. ¡°Tambi¨¦n estamos viendo m¨¢s trabajo infantil. Una vez que ganan dinero, se quedan all¨ª¡±.
El a?o pasado, las escuelas se cerraron cuatro veces, explica el maestro. Primero se pospuso la vuelta a las aulas, sin embargo, para ¨¦l es como si hubiese sido el primer cierre. Luego, el 25 de octubre y otra vez cuando los profesores se pusieron en huelga debido a los bajos salarios. ¡°Ganamos entre 120 y 200 d¨®lares [misma cantidad en euros al cambio actual] seg¨²n el grado y es muy poco¡±, lamenta. Las escuelas volvieron a cerrarse a finales de a?o por la inestabilidad del pa¨ªs.
Faltan vacunas
La tasa de inmunizaci¨®n rutinaria, que est¨¢ en declive, es otro frente abierto. Entre 2019 y 2021 se duplic¨® el n¨²mero de ni?os que no han recibido ni una sola dosis de las vacunas que salvan vidas, como la de la meningitis A, que est¨¢ incluida en el calendario de vacunaci¨®n rutinaria desde 2016. La directora de Acci¨®n contra el Hambre en Sud¨¢n achaca la falta de atenci¨®n a los asuntos de salud a un problema m¨¢s arraigado en la sociedad: la escasa formaci¨®n de las mujeres. ¡°La mayor¨ªa no tiene acceso a informaci¨®n y a servicios de salud sexual y reproductiva y, por consiguiente, existe un vac¨ªo en las pr¨¢cticas de cuidados. Las madres tienen que estar en condiciones para cuidar a sus hijos, tanto durante la gestaci¨®n como despu¨¦s. Si a la falta de informaci¨®n le a?adimos problemas de salud mental y las violencias a las que est¨¢n sujetas, el declive en la educaci¨®n y los cuidados es palpable¡±, aclara.
Unicef, ACNUR y Acci¨®n contra el Hambre son conscientes de las dificultades a las que se enfrentan tanto la sociedad como las propias organizaciones humanitarias. Actualmente, la agencia de refugiados trabaja con el Gobierno y sus socios para ampliar la respuesta, pero las necesidades son inmensas y no llegan a cubrirlas, alerta Nasrullah. La directora local de Acci¨®n contra el Hambre es algo m¨¢s optimista y cree que la ¡°resiliencia¡± de la sociedad sudanesa ser¨¢ un punto que juegue a su favor. ¡°Fueron los j¨®venes los que salieron a la calle a luchar por sus derechos y ser¨¢n ellos quienes saquen el pa¨ªs adelante¡±, sentencia.
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