Las protestas persiguen a Macron tras la adopci¨®n de la reforma de las pensiones
El presidente inicia una gira por el interior del pa¨ªs tras proponer medidas populares al inicio de sus 100 d¨ªas para calmar los ¨¢nimos
Vaya donde vaya, lo persiguen los abucheos y las caceroladas. Emmanuel Macron ya se lo esperaba, tras promulgar el fin de semana una reforma de las pensiones que ha provocado manifestaciones masivas y tiene en contra a siete de cada 10 franceses. Pero las protestas que han rodeado sus desplazamientos esta semana por Francia dan una idea de lo que dif¨ªcil que le resultar¨¢, como se ha propuesto, calmar los ¨¢nimos del pa¨ªs en el plazo que se ha dado: 100 d¨ªas.
Para el presidente franc¨¦s, las visitas a Alsacia, el mi¨¦rcoles, y a Occitania el jueves eran el primer examen despu¨¦s de que el s¨¢bado se publicase en el Diario Oficial la ley que aumenta la edad de jubilaci¨®n de los 62 a los 64 a?os. El palacio de El¨ªseo quer¨ªa enviar una se?al: el mandatario no piensa quedarse recluido en Par¨ªs e ir¨¢ a buscar el contacto con los franceses.
Como primer paso para reconectar con la ciudadan¨ªa, Macron anunci¨® el jueves, durante una visita en una escuela en Ganges, un pueblo cerca de Montpellier, un aumento salarial de entre 100 y 230 euros mensuales para el personal docente en escuelas e institutos. El d¨ªa anterior, el ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin, anunci¨® que los automovilistas que superen por menos de cinco kil¨®metros por hora los l¨ªmites de velocidad ya no perder¨¢n puntos en el carn¨¦ de conducir. Ambas medidas son populares. El aumento de los salarios de los profesores son una demanda reiterada de los sindicatos. Y uno de los motivos de la revuelta de los chalecos amarillos en 2018 fue la limitaci¨®n de la velocidad m¨¢xima en carretera a 80 kil¨®metros por hora.
Para calmar los ¨¢nimos har¨¢ falta m¨¢s, mucho m¨¢s. En Ganges recibieron el jueves a Macron centenares de manifestantes. La gendarmer¨ªa oblig¨® a algunos a deshacerse de sus cacerolas. El El¨ªseo asegur¨® m¨¢s tarde a los periodistas que segu¨ªan al presidente que se deb¨ªa a un malentendido y que los gendarmes hab¨ªan interpretado mal las ¨®rdenes del prefecto, el representante del Estado en las provincias.
¡°La resistencia est¨¢ un poco lejos, no se oye, pero est¨¢ ah¨ª¡±, le dijo a Macron el diputado local de La Francia Insumisa, S¨¦bastien Rome. Macron respondi¨®: ¡°Podemos ir a verla¡±. Dijo Rome: ¡°Pienso que lo esperan¡±. Macron a?adi¨®: ¡°Si solo es por los huevos y las cacerolas, en mi casa sirven para cocinar¡±.
A una mujer que, durante un paseo por la tarde en el municipio de Perols, le dec¨ªa: ¡°?Macron, dimisi¨®n!¡±, le respondi¨®: ¡°Le garantizo que no dimitir¨¦. Habr¨¢ que esperar a 2027¡å. Ese es el a?o de las pr¨®ximas elecciones presidenciales, a las que, despu¨¦s de ser reelegido hace un a?o, no podr¨¢ volver a presentarse. ¡°La primera vez que usted fue elegido¡±, replic¨® la mujer, ¡°yo pensaba que usted era m¨ªnimamente dem¨®crata¡±. Macron afirm¨®: ¡°Se habla mucho de democracia. La democracia es decir lo que se va a hacer y hacer lo que se ha dicho¡±.
En este intercambio se resumi¨® una buena parte del actual momento pol¨ªtico en Francia. Para una parte del pa¨ªs, el presidente no ha actuado democr¨¢ticamente al imponer la reforma por decreto, desoyendo las manifestaciones masivas y en contra la voluntad de la mayor¨ªa de los franceses. Algunos de estos franceses votaron por Macron en la segunda vuelta de las presidenciales de 2022 para evitar que la l¨ªder de la extrema derecha, Marine Le Pen, llegase al poder.
Promesa electoral
Macron responde que hizo campa?a electoral con la promesa de aumentar la edad de jubilaci¨®n. Y que, pese a que esta era una medida impopular, ning¨²n otro candidato obtuvo tantos votos, no solo en la segunda vuelta, donde una buena parte de estos votos ven¨ªan de la izquierda y eran contra Le Pen, sino tambi¨¦n en la primera, donde supone que los votantes expresan su preferencia genuina. El presidente argumenta que el proceso de adopci¨®n de la reforma es perfectamente constitucional y democr¨¢tico, incluido el recurso al controvertido art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n, que permite imponer una ley sin voto parlamentario. El fracaso de dos mociones de censura contra el Gobierno de la primera ministra ?lisabeth Borne demostr¨® que no existe hoy en Francia una mayor¨ªa alternativa.
¡°La democracia no vive solo de la letra de la Constituci¨®n, sino tambi¨¦n del esp¨ªritu de las instituciones. Hay un esp¨ªritu de la democracia. La letra es respetada, pero el esp¨ªritu se vulnera¡±, dijo el lunes el historiador Pierre Rosanvallon, una de las figuras intelectuales m¨¢s respetadas hoy en Francia, en el popular programa televisivo Le Quotidien, de la cadena TMC. ¡°Estoy en c¨®lera, porque pienso, como historiador, que estamos atravesando, desde el conflicto de la guerra de Argelia, la crisis democr¨¢tica m¨¢s grave que Francia haya conocido¡±.
Macron le respondi¨® el mi¨¦rcoles durante su visita a Alsacia: ¡°Respeto al intelectual, pero temo que a veces se convierta en un militante¡±. Y a?adi¨®: ¡°No lo suscribo¡±.
El diputado local Patrick Vignal, que acompa?¨® a Macron el jueves en Ganges, valor¨®: ¡°Hab¨ªa muchos manifestantes y hay que tenerlo en cuenta, pero he visto c¨®modo al presidente¡±. En una conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S, este macronista cr¨ªtico explic¨®: ¡°Debemos encontrar una soluci¨®n. Hay que responder a las desigualdades. Hay un malestar y no solo por las pensiones, sino por la p¨¦rdida del poder adquisitivo. A esto se a?ade la guerra en Ucrania y, antes, la covid. Yo paso por ser el patito feo [del macronismo] y digo que nos ha faltado humildad y modestia. Debemos ser modestos en este periodo. Y recordemos que no tenemos mayor¨ªa en el Parlamento. Nos tenemos que reinventar. Yo conf¨ªo en el presidente. Pero queda mucho trecho por recorrer. Es un desaf¨ªo¡±.
El an¨¢lisis en el El¨ªseo es que la reforma de las pensiones ha coincidido con un momento de fatiga en la sociedad francesa tras la pandemia y la inflaci¨®n. Antes, se suced¨ªan los momentos de crisis y de bonanza: ahora muchos franceses tienen la sensaci¨®n de que las crisis se encadenan y no hay respiro. El presidente conf¨ªa en que la c¨®lera se vaya reduciendo y que, despu¨¦s de las manifestaciones del Primero de Mayo, los sindicatos vuelvan a la mesa para negociar el futuro ¡°pacto para la vida en el trabajo¡±. Sabe que no ser¨¢ f¨¢cil.
En lunes, en un discurso televisado, Macron dijo: ¡°Tenemos delante de nosotros 100 d¨ªas para la calma, la unidad, la ambici¨®n y la acci¨®n al servicio de Francia¡±. El plazo tiene un aspecto pr¨¢ctico: en 100 d¨ªas es el 14 de julio, la fiesta nacional y el d¨ªa que marca el fin del curso pol¨ªtico y el inicio de la pausa veraniega.
Pero los 100 d¨ªas tambi¨¦n son un s¨ªmbolo poderoso. Evocan los hundred days de Franklin D. Roosevelt y la bater¨ªa de medidas contra la Gran Depresi¨®n que puso en marcha al llegar a la Casa Blanca en 1933. Hay otro referente. Este, franc¨¦s. Son los cent jours de Napole¨®n: desterrado en la isla mediterr¨¢nea de Elba, en 1815 desembarc¨® cerca de Cannes y subi¨® hasta Par¨ªs, donde reconquist¨® el trono. Pero el s¨ªmbolo, en este caso, es peligroso: los 100 d¨ªas del Emperador terminaron con la derrota en Waterloo.
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