Los soldados ucranios afrontan sin recursos los traumas psicol¨®gicos de la guerra
Las autoridades del pa¨ªs invadido empiezan a asumir que tienen un problema de primer orden por los cientos de miles de militares que combaten sin el debido apoyo

La guerra en Ucrania no solo se libra en el frente, sus explosiones y muertes tambi¨¦n se producen en la cabeza de los soldados. El conflicto a mayor escala que Europa ha visto desde la II Guerra Mundial dejar¨¢ a cientos de miles de soldados en cada bando marcados de por vida, aseguran expertos y militares entrevistados por EL PA?S. En el bando ucranio, las autoridades empiezan a asumir que las consecuencias para el futuro, tras el retorno de los militares a la vida civil, son un problema de primer orden.
Ucrania cuenta ahora con cerca de un mill¨®n de hombres y mujeres vinculados a la defensa del pa¨ªs. El Estado Mayor ucranio no aporta cifras concretas, pero fuentes militares estiman a este diario que cerca de 500.000 militares han tenido experiencias de combate en primera l¨ªnea. Miles de ellos ya est¨¢n sufriendo trastornos mentales derivados de lo que han presenciado. ¡°Lo que afrontamos es de proporciones inimaginables, y el pa¨ªs no est¨¢ preparado para ello¡±, concluye Robert van Voren, uno de los m¨¢ximos expertos sobre psiquiatr¨ªa en los antiguos Estados miembros de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Van Voren es director ejecutivo de la Federaci¨®n para la Iniciativa Global en Psiquiatr¨ªa, una organizaci¨®n vinculada a la defensa de los derechos humanos en Rusia y Europa del Este. La entidad, explica el experto, ha recibido el encargo del Ministerio de Justicia ucranio para impulsar en el sistema penitenciario del pa¨ªs un programa de tratamiento para los veteranos de la guerra que acaben en prisi¨®n. Su equipo formar¨¢ a unidades preparadas para estos veteranos en las c¨¢rceles a partir de m¨¦todos aplicados en el Reino Unido. ¡°El 17% de los veteranos brit¨¢nicos de Afganist¨¢n e Irak han pasado por prisi¨®n¡±, subraya este soviet¨®logo holand¨¦s. Con este dato, dice, queda clara la magnitud del problema.
En Ucrania solo hay un centro especializado en el tratamiento psicol¨®gico para combatientes en la guerra. Fue inaugurado en junio de 2022 y depende de las Fuerzas Armadas. Su fundador, el coronel Oleksandr Vasilkovskii, presenta el Centro de Rehabilitaci¨®n de J¨¢rkov m¨¢s como una iniciativa privada que como un servicio del Estado porque no reciben financiaci¨®n p¨²blica: dependen de donaciones. La instituci¨®n se ha establecido en un antiguo sanatorio sovi¨¦tico a las afueras de la segunda ciudad de Ucrania, en el este del pa¨ªs, a 30 kil¨®metros de la frontera rusa. En sus nueve meses en funcionamiento ha atendido a m¨¢s de 2.700 soldados, con un programa de cuidados que dura una semana y que debe prepararlos para volver a combatir.
Sergu¨¦i Fedorechk no volver¨¢ de momento al frente, porque se ha quedado sordo por una explosi¨®n. El viernes se desped¨ªa emocionado de Vasilkovskii tras terminar sus d¨ªas de recuperaci¨®n en el centro de J¨¢rkov. Acudi¨® a recogerlo su nueva pareja, una enfermera que lo atendi¨® en el hospital. Fedorechk es sargento de las fuerzas especiales de las Fuerzas A¨¦reas. A duras penas puede hablar, parece un boxeador que se levanta despu¨¦s de haber sido noqueado. Pero sonr¨ªe porque en el centro de rehabilitaci¨®n ha tenido la primera semana de paz en m¨¢s de un a?o.
El objetivo de Vasilkovskii es que los militares recuperen una estabilidad que les permita sentirse seguros para volver a combatir. Tanto este coronel como el especialista Van Voren y otros militares entrevistados en los ¨²ltimos meses coinciden en que las rotaciones en el frente son menos frecuentes de lo que ser¨ªa necesario. Esto supone que haya soldados que est¨¦n durante meses expuestos a una constante presi¨®n. ¡°En un mundo ideal¡±, apunta Vasilkovskii, ¡°las rotaciones deber¨ªan ser cada dos o tres meses, pero no es as¨ª, porque nuestro enemigo tiene muchos m¨¢s recursos que nosotros¡±.
El proceso para ingresar en el Centro de Rehabilitaci¨®n de J¨¢rkov empieza en el mismo frente. All¨ª, los psic¨®logos militares deben identificar a soldados que sufren ataques de p¨¢nico, desmoralizaci¨®n o pensamientos suicidas. Una vez en J¨¢rkov, estos hombres ¡ªpueden estar acompa?ados por un familiar¡ª son tratados desde las siete de la ma?ana con diferentes terapias, individuales y colectivas: llevan a cabo, entre otras, actividades de fisioterapia para relajar el cuerpo; ejercicios en una piscina a 32 grados de temperatura que simula el estado prenatal; salas de relajaci¨®n con aromas, sales y tambi¨¦n mediante t¨¦cnicas l¨¢ser.

Maxim Baida, psiquiatra militar desde 2011, responsable de la atenci¨®n psicol¨®gica a los internados en el centro de J¨¢rkov, subraya que no pueden atender casos a largo plazo del trastorno por estr¨¦s postraum¨¢tico, la principal enfermedad mental que sufren los soldados de cualquier guerra. Su prioridad es que vuelvan a dormir sin pesadillas, que dejen de sentir culpabilidad por los compa?eros muertos y, sobre todo, que pierdan el miedo cuando regresen al frente, cuando andan por la calle o ante la angustia por un futuro que ven como extremadamente incierto.
Yuliia Sobolta es terapeuta del proyecto DoLadu, que asiste a heridos en hospitales militares de Kiev. Sobolta trabaja con soldados desde 2017 durante un mes, el tiempo que est¨¢n hospitalizados. En DoLadu no trabajan a fondo en los traumas que padecen. Se centran en estabilizar a los pacientes, en aportarles t¨¦cnicas de relajaci¨®n una vez vuelvan al frente y de meditaci¨®n, algo que los estamentos militares est¨¢n aceptando por primera vez. ¡°Todav¨ªa es algo inusual porque Ucrania es una sociedad conservadora, influida por un cristianismo ortodoxo, y se cree que la meditaci¨®n es algo religioso de fuera¡±, afirma.
Sobolta se?ala que el principal trauma entre los combatientes es la culpa por los amigos perdidos, de seguir vivos en un entorno civil y de no estar con sus camaradas. Tambi¨¦n han detectado una nueva problem¨¢tica respecto a los que lucharon en la guerra de Donb¨¢s, iniciada en 2014 tras el levantamiento separatista en esta regi¨®n del este con el apoyo de Rusia: ¡°Ahora vemos m¨¢s desesperanza, sienten que no hay un lugar seguro, la incertidumbre vital es mucho mayor¡±.
El dolor de los compa?eros muertos
Viachislav Melnikov tiene 27 a?os y es francotirador en un batall¨®n de infanter¨ªa. Antes de la guerra era alba?il. El proyectil de un tanque enemigo impact¨® en su posici¨®n y las contusiones que sufri¨® le dejaron secuelas mentales. Fue ingresado en el centro de rehabilitaci¨®n de J¨¢rkov porque cada noche ten¨ªa pesadillas y padec¨ªa temblores en las extremidades. Vive atormentado por no haber hecho lo suficiente por salvar a compa?eros muertos. No quiere pensar en el futuro porque le genera ansiedad, y explica que le han ense?ado m¨¦todos para mantener su cabeza centrada. Su objetivo es volver al combate cuanto antes. ¡°Es fundamental que no contagie a mi familia el odio que siento, este odio lo quiero sentir en el frente, no en casa¡±. No puede precisar el n¨²mero de soldados enemigos que ha abatido, pero afirma, con una mirada que transmite violencia, que no supone ning¨²n trauma haber acabado con la vida de otros seres humanos: ¡°Esta gente est¨¢ invadiendo mi pa¨ªs. Yo no he ido a Rusia a matar a civiles. Yo estoy protegiendo a nuestras familias¡±.
Sobolta recalca el insuficiente n¨²mero de expertos que tiene Ucrania: seg¨²n sus estimaciones, en los hospitales militares, por cada 100 soldados hay un psic¨®logo. En DoLadu consideran imprescindible que se formen de forma urgente nuevas hornadas de expertos en salud mental militar. Esta entidad trabaja con apoyo del Gobierno de Estados Unidos y se?ala como referencia a Israel. La fundaci¨®n que preside Olena Zelenska, esposa del presidente, Volod¨ªmir Zelenski, tiene un programa, en colaboraci¨®n con el Gobierno israel¨ª, por el que ya han formado a una treintena de terapeutas en el Centro Natal de Tel Aviv para el tratamiento de v¨ªctimas en zonas de conflicto.
Para dise?ar el plan terap¨¦utico de J¨¢rkov, Vasilkovskii asegura haber estudiado los programas de atenci¨®n para veteranos estadounidenses de la guerra de Vietnam. Y est¨¢ convencido de que desde 2014 Ucrania ya cuenta con suficiente experiencia para preparar a sus expertos, m¨¢s que cualquier ej¨¦rcito de la OTAN. Tanto ¨¦l como la terapeuta subrayan la importancia de los veteranos de la guerra en Donb¨¢s, que han demostrado ser psicol¨®gicamente m¨¢s resistentes. ¡°Estos hombres transmiten seguridad a la unidad y saben actuar cuando un compa?ero, por ejemplo, sufre un bloqueo¡±, dice el coronel Vasilkovskii.
La parte positiva, dice Van Voren, es que las autoridades ucranias son conscientes del problema porque lidian con ¨¦l desde 2014 y porque llevan 30 a?os acerc¨¢ndose progresivamente a los est¨¢ndares de la Uni¨®n Europea. La parte negativa, a?ade, es que ¡°la salud mental nunca ha sido una prioridad¡±. Seg¨²n sus estimaciones, un tercio de las instituciones psiqui¨¢tricas han cerrado debido a la guerra y buena parte de su personal son ahora refugiados fuera del pa¨ªs. En el lado del invasor el problema ser¨¢ mayor porque la psiquiatr¨ªa rusa se ha aislado y porque la posici¨®n de sus soldados es peor, lamenta Van Voren: ¡°Combaten en otro pa¨ªs, en un entorno en el que son odiados y vienen de una sociedad en la que no tienen ning¨²n apoyo moral¡±.
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