La condena a dos jefes del espionaje serbio cierra los grandes juicios por las guerras de los Balcanes
El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, creado hace 30 a?os, concluye su andadura con un caso en el que considera probado que Belgrado dirigi¨® una empresa criminal para la limpieza ¨¦tnica
Los grandes juicios por las guerras de los Balcanes han llegado a su fin 30 a?os despu¨¦s de que Naciones Unidas ordenase la creaci¨®n, en 1993, del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). El tribunal cerr¨® formalmente sus puertas en 2017, pero a¨²n quedaban apelaciones y algunos casos menores, y este jueves la apelaci¨®n del caso contra Jovica Stanisic y Franko Simatovic, jefes del espionaje serbio con el fallecido expresidente del pa¨ªs Slobodan Milosevic, ha marcado un hito. Es la primera vez que los jueces concluyen que responsables serbios formaron directamente parte de una empresa criminal ligada al poder pol¨ªtico y militar de Belgrado y que actuaron a sus ¨®rdenes en las regiones que buscaban independizarse en el proceso de descomposici¨®n de Yugoslavia. En otros casos juzgados por el tribunal, los jueces concluyeron que los procesados estaban ligados a dirigentes serbobosnios o serbocroatas.
Los dos acusados han sido declarados culpables de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Bosnia-Herzegovina y Croacia. El fallo no solo impone una pena de 15 a?os de c¨¢rcel para cada uno, tambi¨¦n confirma que el objetivo de sus delitos era la limpieza ¨¦tnica de los que no fuesen serbios.
Lo ocurrido con Stanisic y Simatovic muestra las dificultades de probar, sin asomo de duda, la connivencia pol¨ªtica y militar de Serbia en los cr¨ªmenes perpetrados en Bosnia y Croacia. Ambos fueron absueltos en primera instancia en 2013 porque se consider¨® que no hab¨ªan planificado y ordenado los asesinatos, deportaci¨®n, palizas, detenciones ilegales, abusos sexuales y trabajos forzados cometidos entre 1991 y 1995 por las unidades armadas en esas regiones que, sin embargo, ellos mismos organizaron y dirigieron con fondos estatales serbios. En 2015, los jueces de apelaci¨®n ordenaron que se repitiera el juicio aduciendo que no se hab¨ªa interpretado bien el concepto de complicidad en un delito. En 2021, se dict¨® una condena de 12 a?os de c¨¢rcel para cada uno. La apelaci¨®n actual aumenta a 15 a?os la pena y cierra el recorrido legal de este caso.
Seg¨²n Nevenka Tromp Vrkic, de origen croata e investigadora del equipo de la Fiscal¨ªa durante el proceso contra Milosevic ¨Dhallado muerto en su celda de La Haya durante el juicio, en 2006¨D, ni siquiera las sentencias por el genocidio de Srebrenica, que supusieron la cadena perpetua para el exgeneral serbobosnio Ratko Mladic, y su jefe pol¨ªtico, Radovan Karadzic, ¡°consiguieron establecer el lazo con Belgrado¡±. En conversaci¨®n telef¨®nica desde Croacia, explica adem¨¢s que el fallo de otra corte, el Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (TIJ), ¡°consider¨® en 2007 que, si bien hubo un genocidio en Srebrenica (Bosnia, 1995) Serbia no fue directamente responsable o c¨®mplice del mismo, aunque err¨® al no prevenirlo¡±. ¡°En otras palabras, sin la sentencia condenatoria de Stanisic y Simatovic, el TPIY habr¨ªa terminado su recorrido sin una sola condena que implicase directamente a la administraci¨®n estatal serbia. La fascinaci¨®n del mal que generan Mladic, Karadzic y el propio Milosevic oscurece la compleja maquinaria de los que trabajaron en la comisi¨®n del plan criminal por el que han sido condenados Stanisic y Simatovic¡±.
Para Serge Brammertz, fiscal de los tribunales para la antigua Yugoslavia y Ruanda, esta era tambi¨¦n ¡°la ¨²ltima oportunidad de condenar a unos sujetos por su participaci¨®n en una empresa criminal conjunta donde estaba implicada Belgrado, cuyo objetivo m¨¢s amplio era la limpieza ¨¦tnica en territorios de Bosnia-Herzegovina y Croacia¡±, asegura en conversaci¨®n telef¨®nica. A?ade que ¡°siempre ha habido un enfoque pol¨ªtico, tanto desde Belgrado como por parte de Zagreb, la capital croata, tendente a decir que no ten¨ªan nada que ver. Que era un conflicto armado interno entre serbios, croatas y bosnios en Bosnia-Herzegovina¡±. Y subraya que el nexo directo entre el liderazgo de Belgrado y los cr¨ªmenes investigados ya fue se?alado por la Fiscal¨ªa desde el principio en la causa contra Milosevic.
Jovica Stanisic dirig¨ªa la seguridad estatal serbia, y la acusaci¨®n lo ha presentado como uno de los colaboradores m¨¢s leales de Milosevic. Franko Simatovic, alias Franki, neg¨® la existencia de tropas especiales en el seno de la seguridad del Estado, pero durante el juicio se mostr¨® el v¨ªnculo entre los servicios secretos y grupos paramilitares activos en zonas controladas por Serbia en Croacia y Bosnia.
La apelaci¨®n definitiva ha estado en manos del denominado Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales, encargado de concluir los procesos menores a¨²n pendientes y las apelaciones, que centra ahora su labor en apoyar a las jurisdicciones nacionales de Bosnia y Croacia. All¨ª, hay cientos de casos de presuntos criminales del mismo conflicto, y sus tribunales pueden aprovechar los diez millones de documentos acumulados por el TPIY. Es el mayor reto en estos momentos, y Brammertz admite que le gustar¨ªa decir que van bien. ¡°Pero no es as¨ª. Hay todav¨ªa centenares de autores de delitos cometidos en Bosnia-Herzegovina que se han refugiado en Croacia o en Serbia, y como tienen esas dos nacionalidades no son extraditados a territorio bosnio. Se apoyan parcialmente estos juicios, pero hay un bache de impunidad y una dimensi¨®n pol¨ªtica en todo esto¡±.
Antes de que Croacia se sumara a la Uni¨®n Europea era muy activa en la cooperaci¨®n regional. Actualmente, Bosnia-Herzegovina y Serbia ambicionan entrar en la UE, y eso favorece, seg¨²n el fiscal, que pongan de su parte para que los culpables respondan de sus actos. A?ade, sin embargo, un dato inquietante: ¡°Esper¨¢bamos que la reconciliaci¨®n fuese el principal objetivo tantos a?os despu¨¦s, pero vemos que prima la glorificaci¨®n de los criminales de guerra en cada una de sus comunidades. Por otro lado, en algunos lugares de la antigua Yugoslavia tambi¨¦n es frecuente la negaci¨®n del genocidio de Srebrenica [perpetrado en 1995 por las fuerzas serbobosnias, que aniquilaron a unos 8.000 varones musulmanes bosnios]¡±.
Tromp Vrkic reconoce que el TPIY ha hecho justicia, ¡°pero si se analiza qui¨¦n empez¨® la guerra y la responsabilidad, no creo que las sentencias dictadas lo reflejen del todo¡±. En su opini¨®n, ¡°Serbia perdi¨® las guerras que declar¨®, pero no ha sido tratada como perdedora. A pesar de ello, la opini¨®n p¨²blica parece tener la idea de que el tribunal se centr¨® en juzgar a los serbios¡±. Para ilustrar el problema de la reconciliaci¨®n, recuerda que Kosovo y Bosnia han acabado divididas territorialmente y son Estados con dificultades debido a ello. ¡°En la primera, existe Kosovo del Norte [una zona habitada sobre todo por serbios que intenta ganar autonom¨ªa frente al resto, de origen alban¨¦s]. En Bosnia, tenemos la Rep¨²blica Srpska [de poblaci¨®n mayoritariamente serbia], una de las dos entidades pol¨ªticas que forman el pa¨ªs, creada por los Acuerdos de Paz de Dayton, de 1995. De modo que las principales v¨ªctimas sostienen que la reconciliaci¨®n es dif¨ªcil en estas condiciones¡±.
En sus 30 a?os de andadura, por el TPIY han pasado 161 acusados, se han dictado 90 sentencias (con 19 absoluciones) y han declarado 4.650 testigos. Brammertz recuerda que pese a los a?os transcurridos, quedan algunos casos de desacato y de intimidaci¨®n de testigos, a resolver por el mismo Mecanismo Residual Judicial, pero considera que el mensaje del TPIY es claro: ¡°La justicia internacional lleva tiempo, pero prevalece. Mire, si no, la detenci¨®n de Fulgence Kayishema, uno de los hombres m¨¢s buscados por el genocidio en Ruanda¡±. Fugado durante 22 a?os, fue arrestado el 24 de mayo en Sud¨¢frica. Est¨¢ acusado de haber participado directamente en la masacre de la iglesia de Nyange, incendiada y luego derribada, matando a unas 2.000 personas refugiadas en su interior.
Para expertos como Tromp Vrkic, el TPIY deja tambi¨¦n un legado de cara al futuro relacionado con el caso de Ucrania. La Fiscal¨ªa siempre ha destacado el v¨ªnculo de los cr¨ªmenes cometidos en las guerras de los Balcanes con las aspiraciones territoriales de los serbios. ¡°Hay una analog¨ªa clara entre lo que Serbia hizo en Croacia y en Bosnia-Herzegovina, y la invasi¨®n de sus vecinos ucranios por parte del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. En lugar de decir que se propon¨ªa modificar las fronteras de Rusia, ha aludido al rescate de ¡®su poblaci¨®n¡¯ de origen ruso. Lo mismo que hizo en su d¨ªa Milosevic con los serbios de la antigua Yugoslavia¡±, explica.
Para ello, a?ade, Putin impuls¨® las entidades de Lugansk y Donetsk, ahora anexionadas ilegalmente, ¡°que repiten la formaci¨®n de la Rep¨²blica Srpska (Bosnia) y la Rep¨²blica de Krajina (Croacia, reintegrada en 1998)¡±. En su opini¨®n, si el presidente ruso acaba respondiendo ante la justicia por el delito de agresi¨®n al invadir Ucrania, ¡°el trabajo del TPIY mostrar¨¢ que se puede procesar a los l¨ªderes pol¨ªticos, aunque un caso as¨ª no deber¨ªa prolongarse tanto¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.