El ¡®boicot¡¯ de la zanahoria: detenidos dos agricultores por protestar contra la escasez de gasolina en Venezuela
La industria petrolera no logra remontar su capacidad de producci¨®n y refinado con consecuencias en todos los sectores econ¨®micos
Una serie de videos de zanahorias, tomates y cambures se ha hecho viral en Venezuela. Han desencadenado detenciones por parte de la polic¨ªa y ¨¢lgidas intervenciones en la Asamblea Nacional, donde hace unos d¨ªas la diputada chavista Iris Varela justific¨® la actuaci¨®n de las autoridades. ¡°Bien detenidos est¨¢n¡±, espet¨® al micr¨®fono ante los parlamentarios. Se refer¨ªa a dos agricultores de los Andes venezolanos, Ysnet Rodr¨ªguez y Jhonar Barazarte, quienes en forma de protesta, o por mera resignaci¨®n, se grabaron desechando sus cosechas a punto de descomponerse sin haber llegado a los mercados. ?La raz¨®n? La agudizaci¨®n de la escasez de combustible que no solo arrebata horas a los venezolanos en las filas en las gasolineras, sino que tambi¨¦n paraliza el campo.
Llevar un tomate a un supermercado es una proeza en Venezuela. El episodio de los agricultores revela las dimensiones de la crisis del pa¨ªs sudamericano. Pero la arremetida judicial de la Fiscal¨ªa aliada del Gobierno contra los agricultores, exhibidos en sus fotograf¨ªas de la rese?a policial, ha puesto en evidencia que los a?os m¨¢s duros de los controles sobre la econom¨ªa que llevaron a la peor ¨¦poca de desabastecimiento no han terminado. La medida ha encendido las alarmas de defensores de derechos humanos y gremios que han se?alado que la persecuci¨®n de la justicia debe ir contra los responsables de la escasez de gasolina. La ONG Espacio P¨²blico ha alertado sobre violaciones a la libertad de expresi¨®n y el derecho a la protesta en estos casos. Tras la presi¨®n p¨²blica, ambos fueron liberados luego de su comparecencia en tribunales.
El fiscal Tarek William Saab acus¨® a los agricultores del delito de boicot, contemplado en la Ley de Precios Justos, un instrumento con el que unilateralmente el Gobierno ha bajado precios y cerrados locales. Esta falta est¨¢ tipificada para quienes ¡°conjunta o separadamente desarrollen o lleven a cabo acciones, o incurran en omisiones que impidan de manera directa o indirecta la producci¨®n, fabricaci¨®n, importaci¨®n, acopio, transporte, distribuci¨®n y comercializaci¨®n de bienes, as¨ª como la prestaci¨®n de servicios¡±. Se sanciona con 12 a 15 a?os de prisi¨®n.
Los 17 estados de Venezuela que viven de la actividad agr¨ªcola est¨¢n afectados por la escasez de combustible de la que solo se salva Caracas, la capital, en donde los despachos son regulares. Los gremios agropecuarios han pedido reunirse con William Saab para explicarles las condiciones de su trabajo y tambi¨¦n algo de biolog¨ªa. ¡°Los ciclos de los vegetales no esperan y, sobre todo, la producci¨®n hort¨ªcola es perecedera, se pudre y se da?a si no la logran vender porque no pueden sacarla por gasolina¡±, dice a EL PA?S Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, la organizaci¨®n que agrupa a los agricultores del pa¨ªs. ¡°De 25.000 productores hort¨ªcolas vemos apenas 3 o 4 que han hecho estos videos por frustraci¨®n y rabia, pero representan el sentir de todos. Esto no puede ser considerado un delito¡±.
Entre todos los sectores econ¨®micos golpeados por la brutal crisis de los ¨²ltimos a?os, el campo es uno de los que luce m¨¢s desolado. La agricultura es un oficio de incertidumbres y espera, pero en Venezuela poner una semilla en la tierra es lanzarse a un vac¨ªo sin acceso a cr¨¦ditos, con la migraci¨®n que ha dejado sin mano de obra, el alto costo de los insumos, los baj¨ªsimos precios de los alimentos por la sobreoferta que ha tra¨ªdo el contrabando desde pa¨ªses vecinos, los caprichos clim¨¢ticos y la enorme cadena de obst¨¢culos que hay desde que se llena un guacal de tomates en una finca hasta que llega a una bolsa de mercado. ¡°C¨®mo es posible que de La Grita [un pueblo de los Andes emblem¨¢tico productor de hortalizas] hasta Caracas haya 50 alcabalas¡±, se pregunta indignado Fantinel. En esas alcabalas o puestos de control policial se va dejando mercanc¨ªa para que los polic¨ªas los dejen continuar. Un sistema de extorsi¨®n que el Gobierno reconoce y ha intentado controlar, pero que se sigue denunciando.
A esto se suma la baja capacidad de compra del venezolano que ha sacrificado su ingesta diaria. Los comerciantes han reportado en este duro 2023 una importante ca¨ªda de las ventas, un nuevo frenazo econ¨®mico tras la ligera recuperaci¨®n experimentada en 2022. ¡°En el campo estamos produciendo lo que se produc¨ªa hace 30 o 40 a?os, cuando ¨¦ramos un pa¨ªs con menos de la mitad de habitantes de ahora¡±, dice Fantinel.
Menos gasolina
Lo de la gasolina parece ser una enfermedad cr¨®nica. El pa¨ªs pas¨® de refinar 1,3 millones de barriles diarios a funcionar al 10% de su capacidad real con unos 135.000 barriles diarios; una ca¨ªda que comenz¨® en 2013, mucho antes que las sanciones internacionales con las que el chavismo ha justificado el descalabro. Esta producci¨®n no alcanza para cubrir la demanda interna y, adem¨¢s, los compromisos que tiene Venezuela con Cuba.
Las ¨²ltimas semanas los altibajos en la industria petrolera, que opera con parches y remiendos despu¨¦s de a?os de mala gesti¨®n, han agudizado el desabastecimiento. El presidente de PDVSA, Pedro Tellechea, ha negado las fallas en la distribuci¨®n de combustible y ha asegurado que hay normalidad. Ha dicho que las denuncias ¡°solo buscan generar estr¨¦s¡±.
En 2020, Venezuela se confin¨® por la pandemia y tambi¨¦n por la escasez de combustible. La paralizaci¨®n abri¨® el camino para que el Gobierno finalmente ajustara el precio de la gasolina, subsidiada por m¨¢s de dos d¨¦cadas, y anunciara acuerdos con Ir¨¢n para la recuperaci¨®n de PDVSA. Tres a?os despu¨¦s, ni los ingresos por la venta del combustible ¡ªque pas¨® de pr¨¢cticamente nada a 50 centavos de d¨®lar el litro¡ª ni las relaciones diplom¨¢ticas han redundado en mejoras. Tampoco las licencias que ha dado Estados Unidos a algunas petroleras extranjeras como Chevron para operar en el pa¨ªs en medio de las sanciones y as¨ª saldar las deudas que acumulan. En cambio, un deslave de corrupci¨®n en torno a la petrolera ha sido reconocido por el chavismo en los ¨²ltimos meses y ya suma un desfalco de 20.000 millones de d¨®lares.
¡°No existe caso alguno ni ejemplo en el mundo de una empresa que fue ejemplar haya pasado a ocupar un lugar vergonzoso en el mercado de los hidrocarburos¡±, dice el economista y experto petrolero Rafael Quiroz Serrano. ¡°Est¨¢ en el suelo, casi totalmente inoperativa y eso se refleja en la ca¨ªda de los dos n¨²meros m¨¢s referenciales para el pa¨ªs, que son la producci¨®n y la refinaci¨®n, lo que compromete a toda la actividad econ¨®mica del pa¨ªs¡±.
En el Estado de M¨¦rida, donde arrestaron a uno de los agricultores que no pudo sacar su cosecha por falta de gasolina, hace unas semanas el gobernador reparti¨® en una especie de sorteo con un biombo de bingo las gasolineras para regular el surtido seg¨²n el n¨²mero de matr¨ªcula del veh¨ªculo. El pico y placa ¡ªque en Venezuela no se usa con fines de regular el tr¨¢nsito, sino la entrada a las gasolineras¡ª se mantiene en varios estados y en algunos otros se ha reactivado estos d¨ªas bajo supervisi¨®n militar, tambi¨¦n las pernoctas de un d¨ªa para otro para cargas combustible, y otros m¨¦todos de supervivencia surgidos en el intento de los venezolanos por administrar la escasez.
El Gobierno de Maduro a¨²n tiene una cuenta pendiente con la reconstrucci¨®n de la industria que sigue siendo su principal fuente de ingresos. Mientras eso sucede, en Venezuela, donde en un tiempo fue noticia que ten¨ªa la gasolina m¨¢s barata del mundo y casi que se pod¨ªa regalar, las filas por combustible parecen haber llegado para quedarse.
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